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#Escapada

[HyungWon]

—Veamos una película —MinHyuk se trepó a mi regazo mientras yo estaba en la cama mensajeándome con el bombón del laboratorio.

—Estoy en medio de una charla hot con el técnico químico de esta tarde —dije moviendo las piernas para que Min se moviera de ahí.

—Vamos... ¡Estoy aburrido! —mi amigo hizo un puchero. Rodé los ojos y lo empujé.

—Quiere verme. ¿Qué hago? —dije saltando de la cama.

Min se levantó y me dio un golpe en la nuca.

—¡Prometiste que no te meterías en problemas, Wonnie!

—¡¿Pero tú viste lo que era ese bombón?! No podré continuar con mi vida si lo dejo pasar, quieres que muera solo y aburrido como tú. ¡No pienso resignarme a esa vida!

—¡Te callas! —Min me hizo una toma de karate y terminamos forcejeando en la cama, riendo y gritando.

Hoseok se asomó por la puerta y nos echó una mirada de exasperación.

—¿Qué diablos hacen ustedes dos?

Min estaba subido a mí y tenía mi cabeza entre sus brazos.

—Solo estábamos hablando, señor Shin
—respondió Min bajándose de la cama y parándose derecho.

—Bien, sólo no rompan nada. Yo saldré un rato, ¿si? ¿Ustedes qué harán?

—Eh, miraremos una película en la sala y luego iremos a dormir.

Hoseok asintió y se despidió.

—¿Qué me pongo? —pregunté sacando mis pantalones de cuero del bolsillo secreto de mi maleta—. Ah, mmm el crop top lo usé ayer...

—¿Te irás? —Min se tiró en la cama—. El señor Shin se enojará.

—El señor Shin no es mi dueño, y no estoy en horario laboral. Además quiero un poco de acción nipona.

—¿Cuál nipona? El tipo es coreano —Min se rió y agarró su celular.

—Whatever, bitch. Y si el anciano pregunta, estoy durmiendo.

Min ya no me contestó enfrascado como estaba en una charla con Joo, a juzgar por las caras de idiota que ponía.

Me di una ducha rápida y me vestí. Luego retoqué mis ojos, peiné con los dedos mi cabello húmedo y me apliqué un poco de bálsamo. Cuando salí, Min estaba de costado sonriendo como un bobo a la cámara. Le mandé un mensaje a Taemin y quedamos en encontrarnos en una disco en el centro.

—Bye, no me esperes despierto... —dije agarrando mis botitas y una chaqueta.

Min agitó la mano pero sin prestarme atención.

Salí a la sala y me asomé a la habitación de mi jefe para ver si efectivamente estaba vacía y suspiré aliviado. Salí de la habitación silbando por lo bajo. Aproveché para mirarme en el espejo del ascensor y sonreí ante mi reflejo. Ese hombre iba a ser mío. Salí al vestíbulo y corrí para agarrar un taxi. Cuando llegué al lugar, pagué el viaje y me bajé, emocionado por encontrarme al bomboncito científico.

—¿A dónde diablos crees que vas? —abrí los ojos como lámparas y me giré. Mi jefe estaba cruzado de brazos, mirándome de arriba abajo.

—¡Hoseok! Digo, ¡jefe! ¿Qué... Me está siguiendo? —dije con el rostro rojo.

—Pregunté qué hacías aquí.

Me acomodé el cabello y miré a los costados.

—Yo... Bueno, salí a tomar aire.

—Tenemos balcón en la habitación. ¿El aire de acá es diferente al del hotel?

Mordisqueé el interior de mi mejilla y me crucé de brazos.

—¿Perdón? ¿Desde cuándo tengo que darle explicaciones de lo que hago fuera del horario de trabajo? —dije frunciendo los labios, molesto.

—Soy responsable por ti, le dije a tu padre que te cuidaría.

Solté una carcajada. —Yo no necesito que nadie me cuide.

—Anoche no lo parecía, estabas en un estado lamentable —dijo enojado y acercándose hacia mi.

—¿En serio vamos a hablar de lo que pasó anoche? Creí que "anoche" —hice el gesto de comillas con los dedos— no había existido.

Soltó el aire por la boca y tragó. —Escucha...

—¡HyungWon, viniste! —me di vuelta para ver a Taemin acercarse hasta nosotros.
—Oh, pensé que vendrías solo.

Hoseok hizo una mueca. —Solo salí a tomar aire y nos encontramos —dijo. Levanté una ceja y lo miré.

—Oh, claro —exclamó Taemin—. Es un placer verlo de nuevo, señor Shin.

Juro que iba a destripar a mi jefe. Para colmo el muy cínico sonreía como si nada.

—No te preocupes, creo que el señor Shin ya se iba.

—Nada de eso, ya que estamos acá entremos a divertirnos un rato. ¿Qué dicen?

Mi mandíbula casi se cae de mi cara. ¿Qué estaba haciendo Hoseok?

—¿Qué? —dije casi en un gritito. Me aclaré la garganta y sonreí—. ¿No tiene que ir a dormir o algo?

—No tengo sueño y además es temprano. Puedo tomar una copa o dos.

Taemin me echó una mirada fugaz y luego sonrió y asintió.

—Claro, vamos a entrar...

Apenas Taemin se giró, me paré frente a Hoseok y le frené el paso.

—¿Qué cree que hace? —pregunté entre dientes.

Levantó las cejas y sonrió. —Divertirme. Ahora vamos que tu amigo nos está esperando.

Me hizo a un lado con la mano y empezó a caminar hacia la entrada.

¿Así que mi jefe quería jugar sucio? Bien, me encargaría de darle la peor noche de su vida.

[Hoseok]

Estaba parado en la barra del restaurant del hotel cuando lo vi salir al vestíbulo. ¿Se estaba escapando otra vez?

Sin esperar mi pedido, salí detrás suyo y lo vi subirse a un taxi. ¡Maldito niño imprudente!

Me subí al auto y lo seguí hasta el centro. Bajó en la puerta de un boliche. Estaba lleno de jóvenes y por un segundo me sentí fuera de lugar. Lo ví mirar para todos lados, así que estaba esperando a alguien. Me acomodé la chaqueta y me crucé de brazos.

—¿A dónde diablos crees que vas? —dije en voz alta para hacerme escuchar sobre el bullicio de la gente. Se giró de golpe y se puso pálido.

—¡Hoseok! Digo, ¡jefe! ¿Qué... Me está siguiendo? —quise reír por el gesto que hizo, parecía que había visto un fantasma.

—Pregunté qué hacías aquí.

Se acomodó el cabello y casi suelto un suspiro. Era precioso el muy necio.

—Yo... Bueno, salí a tomar aire.

—Tenemos balcón en la habitación. ¿El aire de acá es diferente al del hotel?

Se cruzó de brazos e hizo un mohín con la boca. Y ahí estaba, ese aire de altanería que tanto le gustaba usar.

—¿Perdón? ¿Desde cuándo tengo que darle explicaciones de lo que hago fuera del horario de trabajo?

Y tenía razón pero yo no estaba dispuesto a soportar su berrinche de niño rico.

—Soy responsable por ti, le dije a tu padre que te cuidaría.

Se soltó a reír. —Yo no necesito que nadie me cuide —dijo mordiéndose el labio inferior en un gesto de impaciencia.

—Anoche no lo parecía, estabas en un estado lamentable —Me acerqué unos pasos hacia él. Ni se inmutó sino que su mirada se oscureció y en su boca flotaba una sonrisa socarrona.

—¿En serio vamos a hablar de lo que pasó anoche? Creí que anoche no había existido —hasta puso énfasis en la palabra anoche haciendo el gestito con los dedos.

Ok. Me había equivocado. —Escucha...

—¡HyungWon, viniste! —ambos miramos al recién llegado. El payaso del laboratorio. HyungWon se había escapado para verse con ese fulano. —Oh, pensé que vendrías solo...

Idiota. Pasé saliva, enojado e incómodo pero puse mi mejor sonrisa. —Solo salí a tomar aire y nos encontramos.

—Oh, claro. Es un placer verlo de nuevo, señor Shin.

La cara de HyungWon estaba pasando por todos los colores.

—No te preocupes —dijo de golpe, clavándome sus ojos oscuros que estaba seguro iban a empezar a lanzar rayos láser —creo que el señor Shin ya se iba.

Se me había pasado por la cabeza irme al hotel y dejarlo solo hasta que dijo esas palabras. Y no pensaba darle chance a que diera las cosas por sentado. Menos para hacer lo que quisiera con ese fulano de labios perfectos y cabello largo.

—Nada de eso, ya que estamos acá entremos a divertirnos un rato. ¿Qué dicen?

HyungWon abrió la boca y cerró los puños a los costados.

—¿Qué? —exclamó con voz aguda—. No tiene que ir a dormir o algo?

—No tengo sueño y además es temprano. Puedo tomar una copa o dos.

—Claro, vamos a entrar... —dijo entonces el chico y se enfiló hacia la entrada.

Me dispuse a seguirlo, pero HyungWon se me puso enfrente.

—¿Qué cree que hace? —me preguntó casi susurrando.

—Divertirme. Ahora vamos que tu amigo nos está esperando. —Lo corrí con la mano y lo dejé atrás.

¿Acaso ese mocoso creía que iba a burlarse de mí? Ya le iba a enseñar yo de qué madera estaba hecho su jefe.

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