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#Dolor de cabeza

[Hoseok]

Toc, Toc. Me removí inquieto. Alguien tocaba a mi puerta. Me puse la bata y abrí. MinHyuk estaba parado, frotándose las manos.

—Min, ¿pasa algo? —estaba nervioso.

—Sé que no debería molestarlo, pero estoy preocupado... Hyungwon...

Me tensé rápidamente. —¿Se siente mal? —había dicho que le dolía la cabeza más temprano.

—No está.

Levanté las cejas y me refregué los ojos.

—¿Cómo que no está? ¿A dónde fue?

—Bueno, no lo sé. Pero recibí un mensaje suyo —me pasó su celular.

'Minhyuk-ahhhh, ven a divertirte... Hay un montón de hombres lindos, no le diré a Joo. Vamos, vennnn'

Luego, media hora más tarde había mandado un audio. Un poco más entonado ya que se notaba como arrastraba las palabras.

'Estoy esperándote... ¿Estáasss vienndo sirucata, suro... suricata, eso, en National geographic... ¡Hey, quita tu mano de ahí, idiota! ... ¿Puedes creerlo? un loco quiso tocarme, sin siquiera invitarme un café...'

Miré a Min y se encogió de hombros.

—¿Sabes dónde está?

Min negó con la cabeza.

—Pero podría intentar averiguarlo. ¿Llamo a su padre? ¿Y si le pasa algo? Debería haberlo acompañado.

—Tú intenta averiguar algo, iré a vestirme.

Min asintió y marcó a alguien.

—Joo...

Me vestí rápidamente, preocupado por el chico que estaba bajo mi responsabilidad. Su padre iba a matarme y yo iba a matarlo a él cuando lo encontrara.

Unos minutos después MinHyuk me pasó una pequeña lista de lugares.

—Mi novio, digo Jooheon me dijo que podría estar en alguno de esos lugares, no son muchos...

Agarré el papel y lo guardé en mi bolsillo.

—Iré a buscarlo, tú estate pendiente por si él se comunica.

—Intenté llamarlo pero no contesta.

—Lo encontraré. Avísame cualquier novedad.

Salí apurado y me subí al auto. Manejé hasta el primer lugar que estaba anotado en la lista. Entré y empecé a caminar alrededor del lugar, preguntando a la gente si lo había visto, mostrando una foto de HyungWon que había encontrado en internet.

Para cuando llegué al tercer pub, ya estaba desanimado y asustado. ¿Y si HyungWon se había ido con alguien? Se notaba que había estado bebiendo. ¿Qué debía hacer? Tuve que pagar una entrada para poder ingresar al lugar. Había humo y luces por todo el ambiente, lo que hacía que todo fuera más confuso para mi que casi no había pisado un lugar así en mi vida. Mostré la misma foto pero nadie me prestaba atención. Luego de unos quince minutos y de haber revisado hasta en el baño, caminé por los sectores reservados y por fin lo ví. HyungWon estaba sentado en un sofá, con un chupetín en la boca y la cabeza echada hacia atrás. Había un chico que intentaba besarle el cuello. HyungWon apenas movía la mano para alejarlo. Y eso me enfureció. Sabía que HyungWon era joven y que probablemente había estado en situaciones similares más de una vez pero no me gustaba la forma en que el idiota que estaba sentado a su lado intentaba aprovecharse del estado en el que se encontraba mi empleado. Caminé dando zancadas hasta que me paré frente a ellos y empujé al chico a un costado.

—¿Qué crees que haces? —le ladré. El chico parpadeó confundido pero luego se levantó y me encaró.

—Yo lo ví primero, búscate el tuyo —dijo y me dio un empujón.

—¡Señor Shin! —exclamó HyungWon intentando levantarse sin mucho éxito.

El chico lo miró.

—¿Lo conoces? ¿Es tu novio?

HyungWon se echó a reír cuando finalmente pudo ponerse de pie. Me incliné para sostenerlo por la cintura cuando vi que no podía mantenerse derecho.

—Es... es... Hoseok. Shhh, no le digas a mi padre —le dijo al chico golpeándolo con un dedo en el pecho—. No le digas que salí, el señor Shin se enojará.

—Nos vamos —dije empezando a caminar hacia la salida remolcando a HyungWon de la mano.

—Noooo, espera. Min vendrá por mí...
—HyungWon intentó zafarse del agarre pero le clavé los dedos en la muñeca. —Me lastimas... Eu, ¿quién eres?

Me frené y me giré a mirarlo. HyungWon lucía espectacular aún en ese estado deplorable. El maquillaje intenso de los ojos, hacía que su mirada pareciera furiosa, sus labios estaban rosados y brillantes ya que aún seguía comiendo el chupetín, su cabello, algo desordenado, caía a los costados de su cara. Vestía un top de red negro y un pantalón de vestir de tiro alto de diseñador. Parecía salido de un desfile de moda. ¡Maldito mocoso sexy!

—¡Jefe! —dijo abriendo mucho los ojos.
—Yo, yo... ¿Qué, qué hace aquí?

—¿Tú qué haces aquí? ¿Sabes lo preocupados que estábamos por ti? —le grité acercándome a él, furioso.

HyungWon abrió la boca para decir algo pero aún estaba algo mareado y trastabilló cuando quiso alejarse de mí. Di un paso adelante y por reflejo lo agarré por la cintura para evitar que cayera. Y ahora lo tenía a escasos centímetros de mi cuerpo. Podía sentir la respiración agitada de su pecho contra el mío. Su aliento a fresas me llegaba tibio y seductor.

¡Aléjate de él! —gritó la voz en mi cabeza pero no sé por qué decidí ignorarla. HyungWon se veía tan bien y su perfume caro era una delicia. Pero lo que hizo que me diera por vencido fueron sus ojos. Esos ojos carbonados que parecían aún más oscuros bajo las luces violetas de neón. Alguien nos empujó y acabamos más cerca que antes, él con un brazo en mi hombro...

—Jefe... —dijo en voz baja. Moví la cabeza, no queriendo escuchar nada de lo que tenía para decirme porque sabía que era lo único que me haría retroceder de hacer lo que estaba deseando hacer desde que lo ví aparecer en mi oficina aquella mañana. Aún lo recuerdo y me siento un idiota por haber cedido ante mis deseos en vez de hacerle caso a mi voz interna que me decía que no era ahí, que debía caminar hacia el otro lado. Sólo eché una última mirada a sus ojos y acerqué mi boca a la suya. Sus labios estaban dulces y algo pegajosos por el chupetín, pero hizo que ese beso fuese aún más sabroso de lo que imaginé que sería. La boca de HyungWon era una cosa espectacular. Soltó el aire que estaba conteniendo y se abandonó al beso. Con timidez, como tanteando el terreno.

Pero fue cuando sus brazos me apresaron con fuerza y una de sus manos cayó sobre mi nuca para profundizar el beso que caí en la cuenta de lo que estaba haciendo. Su lengua entró en mi boca, dulce y sabiendo a fresas y todas mis dudas casi ceden ante él. Baek Ho. Abrí los ojos. HyungWon me miraba y su mirada era tan intensa que me asusté por un momento. Rompí el beso, confundido por la situación y avergonzado por mi comportamiento.

—Lo siento, HyungWon, yo no... Aishh soy un idiota.

No respondió. Solo asintió y torció los hermosos labios hacia un costado. Un gesto que yo sabía bien qué significaba a fuerza de verlo tantas veces. Estaba molesto.

Se giró y echó a andar a través de la gente. Corrí tras él, abriéndome paso a empujones y lo alcancé a la salida.

Estaba parado, frente a la avenida y miraba hacia los autos.

—HyungWon, vamos al hotel.

No me respondió, solo siguió mirando hacia la calle. Le agarré el brazo y me miró.

—Vamos al hotel. Mi auto está ahí.

—Vaya usted, yo iré en un momento. Quiero despejar mi cabeza un poco. Tomé demasiado.

—No. Te irás conmigo ahora. Estás bajo mi cuidado.

—¿Por eso hizo lo que hizo? —cruzó sus brazos y se acarició los brazos para darse calor.

Me quité la chaqueta y le di pero la rechazó.

—No sé de qué hablas, HyungWon —dije. Por supuesto sabía de qué hablaba.

Sonrió bajando la mirada. —Está bien. No se preocupe. No diré nada. Esto nunca sucedió.

Suspiré, frotándome la nuca en busca de un alivio que nunca llegó. —Escucha... Lo que pasó ahí dentro. Yo... Lo siento. No sé por qué lo hice...

—Ok. ¿Dónde está su auto? Tengo un poco de sueño.

Asentí y empecé a cruzar la calle. HyungWon me seguía en silencio. Fue el viaje más incómodo de mi vida. Él no emitió palabra, solo se dedicó a mirar por la ventanilla y yo aún seguía sintiendo el sabor de sus labios en los míos.

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