#Desencanto
[Hoseok]
Sus ojos. Pude ver el momento exacto en que sus ojos se apagaban. Todos alzaron las copas, todos excepto él que solo lo hizo cuando MinHyuk le llamó discretamente la atención. Me sentí la peor mierda del mundo e incluso estuve tentado a agarrarlo del brazo y huir con él. Rogarle que me perdonara y robarle mil besos más. Pero yo ya había tomado una decisión. No podía echarme para atrás ahora. Intenté sonreír pero mi cabeza no enviaba las directivas para obligar a mi cara a hacerlo. ¿Cómo iba a sonreír viendo que él se apagaba de esa manera?
Aguanté todas las felicitaciones en silencio, intentando no pensar en nada y rezando para que el tiempo pasara más rápido y así poder quedarme solo para seguir lamentando mi estupidez. Cuando todos se despidieron sólo quedaban el señor Chae, Min y HyungWon. Min se disculpó y se adelantó para recibir una llamada.
—Hoseok —el señor Chae tomó mi mano entre las suyas— quiero decirte que me siento muy feliz con la noticia. Tú sabes el aprecio que le tengo a BaekHo y a su familia. No creo que puedas encontrar un mejor compañero de vida.
Mis ojos gravitaron hacia HyungWon que estaba sentado mirando sus manos. Su padre al ver que lo miraba le llamó la atención.
—Disculpa a mi hijo, Hoseok. A veces se le olvidan sus modales — HyungWon levantó la mirada y se paró a su lado—. Saluda al señor Shin, hijo. ¿Qué va a pensar de ti?
Quise decirle que no era necesario que lo molestara. Que no necesitaba más felicitaciones. Solo quería que me dejaran solo.
Lo vi sonreír. Una sonrisa que nada tenía de hermosa y brillante como todas las sonrisas que me había dedicado anteriormente. Yo había logrado que un gesto tan hermoso como ese ahora se viera triste y deslucido.
—Lo siento —dijo finalmente, estirando una mano. La tomé dudando. —Felicitaciones, señor Shin. Le deseo a usted y a su pareja un matrimonio feliz y duradero.
El señor Chae asintió y luego volvió a mirarme.
—Por favor dale mis saludos a BaekHo y a sus padres. Debemos juntarnos a cenar un día todos...
Era una pesadilla. Cuando por fin el señor Chae se despidió, HyungWon se volvió para irse también, pero lo retuve, excusándome con su padre. Cuando la puerta se cerró, me miró.
—Lo siento —dije. No podía ni mirarlo a la cara. Sentía una vergüenza enorme.
No respondió. Lo miré, estaba mirando hacia la ventana y mordisqueaba la esquina de su boca.
—Wonnie... —volteó la cara. Sonreía.
—No te disculpes —dijo con calma—. Yo sabía a lo que estaba prestándome cuando le seguí el juego.
—No digas eso, por favor. Lo que pasó entre nosotros...
Levantó una mano. —No, está bien. Somos adultos, ¿no es así? Quizás yo me entusiasmé de más, pero por otro lado usted nunca me prometió nada. Así que no hay víctimas en todo esto. Usted buscaba algo y en ese momento yo se lo dí. No deberíamos haberlo hecho, pero ya no podemos hacer nada.
Me dolía el pecho. Sus palabras me abofetearon en plena cara. —Wonnie, escucha. Tú tienes veinte años y eres hermoso y...
Soltó una risita enojada. —Por favor, no me de el discurso motivacional de los abandonados, señor Shin. ¿Va a decir que merezco algo mejor, que pronto lo superaré y todo esa mierda que se supone me tiene que hacer sentir mejor?
Tragué con fuerza y me pasé una mano por el pelo. —Es la verdad.
—Si eso lo hace sentir mejor, lo tomo —unos segundos después, suspiró y se volvió hacia mí, con una de sus sonrisas hermosas que hizo que mi corazón se agitara. —Hoseok, hicimos todo mal... Pero bueno, ya no podemos volver el tiempo atrás. Hagamos algo —me tomó de las manos— vamos a olvidar lo que pasó. Yo no diré nada y evitaré incomodarlo.
—No me incomodas.
—Mejor entonces. Yo... —bajó la mirada— yo me haré a un lado. Haga feliz a su pareja. De corazón le deseo lo mejor a ambos.
Se giró y salió de la oficina dejándome con un vacío en el pecho.
Me senté, con sus palabras dando vueltas en la cabeza. ¿Por qué me sentía así? No se suponía que tenía que ser así, el apego que había desarrollado por HyungWon. No debía ser así. Y sin embargo ahí estaba, sintiéndome como la mierda y deseando correr tras él. ¿Desde cuándo mi vida se había desviado tanto? Toda la vida actuando según los esquemas que me había trazado y de golpe, un chico de veinte años, me desacomoda todo los planes que tenía. Quería retroceder unos días y volver a sus brazos. Pero ya no podía. Lo había lastimado.
[HyungWon]
—¿Estás bien? —preguntó Min cuando volví a mi escritorio.
—Si, ¿por qué lo preguntas?
—Por lo señor Shin —dijo en voz baja.
Lo miré de reojo. —¿Qué pasa con el señor Shin?
Una punzada amarga me recorrió entero.
—Bueno las noticias. Sé que te gustaba él.
Sonreí apenas. —Bueno, es atractivo, ¿no? Y tengo ojos. Además tampoco es como que deseaba casarme con él, Min. El tipo tiene pareja hace años, es normal que formalizaran en algún momento.
Min frunció la boca y levantó las cejas.
—Si, es verdad. Pero me sorprendí. La otra vez habías dicho que en la cena que habían tenido ustedes dos había coqueteado contigo y en el viaje, juro que que a veces también pensé que estaba coqueteándote —sacudió la cabeza. —Bueno, entonces al parecer tendremos boda pronto.
Asentí intentando concentrarme en la pantalla del ordenador. Pero solo quería correr al baño y encogerme hasta el próximo año.
—Eso parece —dije.
Me encontré pensando en lo que había pasado esa semana en Japón. En lo bien que me había sentido a su lado, entre sus brazos. Y caí en la cuenta de que casi no habíamos hablado de nosotros... O de nada. Yo no conocía al señor Shin. Solo me dejé llevar por cómo mi cuerpo respondía tan naturalmente al suyo, en cómo me sentía protegido y cómodo con él, pero no sabía nada de la persona. Inconscientemente había aceptado que él me considerara una aventura una vez que se vio lejos de su novio. Yo había aceptado ser el tercero en discordia. La persona que una vez que su vida se acomodara en la rutina, iba a ser descartada. Entonces, ¿por qué me sentía tan mal? Estaba siendo injusto. Él jamas me prometió nada, nunca me dijo que iba a dejar a su pareja por mí, nunca me hizo promesas... Nunca había sido mío en primer lugar, no tenía el derecho de sentirme mal o reclamarle algo. Él sólo estaba siguiendo adelante con su vida. Yo sobraba en la ecuación.
Me tragué la amargura que estaba sintiendo y decidí seguir con la cabeza en alto. Estaba siendo bastante infantil y en ese momento me prometí madurar. No podía seguir manejándome por la vida jugando con las personas. Yo había deseado a mi jefe y había obrado en consecuencia. Yo había deseado que él se fijara en mi, aunque estaba metiéndome en medio de una pareja aunque quisiera convencerme de lo contrario. Nadie lo había obligado a estar conmigo, pero eso no me restaba culpa. Yo había deseado su atención y la obtuve. El problema era que no contaba con que mis sentimientos se vieran vulnerados. Porque una vez que mi burbuja explotó en el desencanto yo todavía quería seguir estando entre sus brazos.
Bueno, no me quedaba más que superar mi crush con mi jefe. Aunque tuviera que verlo todos los días...
Suspiré y me acodé en mi escritorio. ¿Cómo iba a pasar página si debía convivir con él la mitad del día?
Hola, chingus. Quiero hacerles una pequeña pregunta porque ví que en el capítulo anterior estaban todas envaradas con el jefe Shin.
Mirando la situación objetivamente, ¿tan mal les parece la actitud de Hoseok? y por qué.
Gracias por leerme. Las quiero.
Kiddo Y.
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