#Capítulo final.
HyungWon suspiró contra la almohada mientras Hoseok recorría su columna con besos húmedos que le daban escalofríos y lo hacían estremecer hasta la punta de los dedos. Estaba en las nubes, contento y satisfecho. Hoseok lo cubrió con su enorme cuerpo y lo apretó contra su pecho.
—No te das una idea lo que extrañé esto
—dijo contra su oído. HyungWon giró la cara para besarlo.
—No quiero salir de la cama —se quejó. Hoseok se rió y lo soltó para levantarse.
Hoseok estaba totalmente desnudo y cuando se levantó HyungWon no pudo evitar ponerse a aplaudir. Hoseok se giró para mirarlo.
—¿Qué haces? —le preguntó levantando una ceja.
—Es que... Baby, ese trasero es... —juntó los dedos y los besó— ¡Geweldig! (Increíble en neerlandés)
—¿Y eso vendría a ser...? —hizo una ademán con la mano indicándole que siguiera hablando.
—Increíble. Perfecto. Sublime.
Hoseok sacudió la cabeza y se puso el boxer. —Eres terrible. Vamos, arriba bebé y busquemos algo de comer.
—Yo ya encontré el snack perfecto, ven aquí —dijo moviendo el dedo índice para que Hoseok se acercara.
Hoseok gateó para una sesión rápida de besos que no pasó a mayores porque sus estómagos rugieron y no les quedó más remedio que levantarse y vestirse.
HyungWon todavía no podía creer que estuviera caminando de la mano de Hoseok por las calles de Ámsterdam. Sabía que al día siguiente estarían de nuevo en Corea y esas demostraciones de afecto, sobre todo entre hombres, no iban a ser posibles.
—¿Qué sucede, bebé? —Hoseok apretó su mano.
—Nada... Es que pronto estaremos de vuelta —lucía desanimado y Hoseok se apresuró a abrazarlo y llenarle la cara de besos.
—Escucha, no pienses en eso. Mientras estemos juntos, todo estará bien.
HyungWon quería creer en lo que decía Hoseok pero de cierta manera estaba asustado porque por primera vez en sus veinte años sentía que quería meterse de lleno en algo. Quería estar con Hoseok y le asustaba no estar a la altura. Hoseok era un adulto y él todavía era un niño en muchos aspectos. Pero se esforzaría por hacer las cosas bien, para hacer que las cosas funcionen para los dos.
Pasaron todo el resto de la mañana paseando y luego de almorzar en un lindo restaurant partieron hacia el departamento porque HyungWon aún no había terminado de empacar. Chang llegó cuando ya estaban casi listos para partir hacia el aeropuerto. Los dos amigos se abrazaron y prometieron llamarse todos los días.
—Sólo serán seis meses más y tendrás que volver —se burló HyungWon despeinando a Chang aprovechando que era varios centímetros más alto que él.
—Ni me lo recuerdes. Pero aunque fuiste un idiota casi todo el tiempo que estuviste aquí, voy a extrañar verte tirado en el sofá o durmiendo en el piso del baño.
HyungWon le tapó la boca algo avergonzado porque Hoseok se reía por lo bajo.
—Si, si... Bueno, ya tenemos que irnos.
Chang los llevó hasta el aeropuerto y pronto estaban esperando para embarcar. HyungWon se abrazó a Hoseok y aspiró ese perfume que tanto le gustaba.
—No quiero irme, quiero quedarme así contigo —dijo contra el cuello del otro.
Hoseok lo apretó y besó su sien. —Tenemos mucho tiempo por delante, nada tiene por qué cambiar.
—Eso dices ahora —HyungWon hizo un puchero y Hoseok lo picoteó—. Pero cuando lleguemos no podré saltar encima tuyo ni tocarte el trasero. Y eso va a ser una tortura para mi.
—Estuviste mucho tiempo conmigo alrededor y no sabía que tenías esa obsesión con mi trasero.
—Pregúntale a Min. Varias veces tuvo que golpearme para evitar que te nalgueara en los ascensores.
Hoseok soltó una carcajada y lo abrazó con fuerza.
—Ouch, Ouch —se quejó HyungWon— mi cuerpecito duele todavía.
—Anoche no parecía molestarte —observó Hoseok.
—No sé, quítate la ropa y te cuento...
—¡Dios mío! ¿Qué haré contigo?
—Bésame y lo demás lo vemos después.
Hoseok no se hizo rogar y lo besó profundamente hasta que anunciaron su vuelo.
El ánimo cambió apenas el avión aterrizó. HyungWon suspiraba cada minuto y Hoseok intentaba animarlo dándole pequeños apretones de mano o frotándole la espalda.
—¿Quieres ir primero a tu casa o...?
—Quiero ir a ver a mis padres.
Hoseok estuvo de acuerdo y agradeció a Min por haberle llevado el auto y dejarlo en el aeropuerto. Cargó las maletas y esperó a que HyungWon se abrochara el cinturón.
—Todo estará bien —dijo en voz alta.
—Claro que sí —Hoseok le apretó el muslo ligeramente. —Yo estaré contigo.
El camino al hospital fue tenso porque HyungWon no dejaba de golpearse los muslos como si fueran platillos de batería. Hoseok estacionó y le dio un último beso antes de bajar.
La señora Chae estaba hablando por teléfono cuando HyungWon la vio.
—¡Mamá! —gritó y corrió hacia la sorprendida señora que casi tira el teléfono en la prisa por ir a abrazar a su hijo.
—¡Bebé! ¡Mi bebé! —gritó al borde del llanto. Ambos se abrazaron y la señora Chae no se privó de llenar la cara de su hijo de lapiz labial. Luego de la emoción del primer momento, se apartó un poco y lo miró. —¿Qué haces tú aquí?
—Vine apenas me enteré de lo que había pasado, ma. Y no quería dejarte sola.
Ella volvió a abrazar a su hijo ignorando las muecas de dolor que hacía. Hoseok se había mantenido a un lado pero luego la señora Chae lo notó.
—Hoseok, querido. ¿Cómo estás? No te vi estos días.
—Si, lo siento. Tuve que hacer un viaje relámpago por motivos de la empresa. Ahora que el señor Chae está recuperándose tengo que encargarme de su parte —dijo a modo de disculpa. HyungWon le sonrió.
—Si, claro, claro —dijo la señora Chae—. Lo había olvidado, lo siento, querido.
—Además —intervino HyungWon—Hoseok fue a buscarme al aeropuerto.
—Gracias, Hoseok por cuidar de mi bebé.
HyungWon quiso echarse a reír pero Hoseok le echó una mirada que lo hizo ponerse recto y serio.
—¿Puedo ver a papá? —preguntó mirando por encima del hombro de su madre.
—Claro que si. Yo sólo salí a atender una llamada. Entra, querido. A tu padre le encantará verte.
HyungWon besó a su madre una vez más y entró en la habitación. Su padre leía el periódico y levantó la vista cuando la puerta se abrió.
—¡Hijo! —dijo llevándose una mano al pecho. HyungWon corrió a su lado.
—¡No te mueras! —casi gritó.
—¡Qué dices! —su padre rió un poco— solo me tiró el suero.
HyungWon golpeó el hombro de su padre.
—¡Me asustaste, viejo!
—¿Qué forma de hablar es esa? Ese país de liberales te echó a perder. ¿Qué estás haciendo tú aquí? ¿Y tus estudios?
—¿Cómo podía pensar en estudiar cuando tu casi estiras la pata?
—¿Morirme y dejarte a ti a cargo? Aún no estás preparado, no puedo irme todavía
—bromeó el señor Chae.
—Ja, ja. ¿Cómo te sientes? —HyungWon acarició la cabeza blanca de su padre.
—Tuve un susto de muerte cuando me enteré.
El señor Chae le palmeó la mano a su hijo.
—Fue solo un susto, me tendrás que soportar muchos años más.
—¡Eso espero! —HyungWon se sentó en la cama.
—¿Tu madre?
—Esta afuera hablando con Hoseok. Él me trajo hoy.
—Es un buen hombre, menos mal que él está a cargo de la empresa, cuando salga de aquí le daré unas merecidas vacaciones.
—Me enteré de que ya no va a casarse —HyungWon se puso a toquetear la cánula del suero.
—Si, una pena. El chico Kang era un buen partido.
—Hoseok también lo es, ahora que está soltero debería ir tras él...
Su padre sacudió la cabeza. —¿Te gustan los hombres ahora?
—Bueno... Uno tiene que estar abierto a nuevas experiencias. ¿No crees?
—Mejor estudia y luego piensa en novios.
—Yo solo digo que Hoseok es un buen partido, ¿no te gustaría tenerlo como yerno?
Su padre se ajustó los lentes. —¿Estás tratando de decirme algo?
HyungWon frunció la boca y sonrió.
—Yo no dije nada, aparte tengo que conocerlo primero. Nos llevamos bien pero quizás no seamos compatibles.
—Es algo mayor que tú.
—Tú eres quince años mayor que mamá.
—Es distinto. Tú eres mi hijo.
—¿No eres tú el que siempre está tirándole flores a Hoseok? ¿O acaso yo no soy suficiente para él?
Su padre suspiró cansado. Su hijo era un caso perdido.
—Bien, bien. Haz lo que quieras, pero ve con cuidado. El hombre recién acaba de salir de una relación y tú, bueno... Eres tú.
HyungWon fingió indignarse. —Hey, soy tu hijo, no puedes hablar así de mí. Además te demostré que puedo ser útil en la empresa.
—¿Volverás a trabajar en las oficinas?
—Si tú quieres...
—Algún día todo eso será tuyo y además, Hoseok necesitará ayuda.
—Bien, si insistes, regresaré —dijo dándose aires.
—Anda, ve a llamar al fortachón ese. Quiero decirle unas palabras.
HyungWon abrió los ojos. —¿Qué le dirás?
—Es cosa mía. Llámalo.
HyungWon se levantó y caminó hasta la puerta.
—No le hables mal de mí. No quiero terminar criando gatos con MinHyuk.
Su padre lo miró confundido. Abrió la puerta y llamó a Hoseok y a su madre y los hizo pasar.
Hoseok se acercó a la cama y le hizo una reverencia.
—¿Cómo está señor Chae?
—Muy bien, hijo. Quiero agradecerte por actuar rápido ese día. Sin ti, probablemente todo hubiera sido mucho peor.
—No diga eso, por favor. Ahora que sabemos que está mejor, todos podemos respirar más tranquilos.
—Hoseok... tuve una pequeña charla con mi hijo —el señor Chae lo miró por encima de los lentes y Hoseok volteó a mirar a HyungWon que se miraba las uñas. —Mi hijo me dice que se llevan bien...
Hoseok tragó con dificultad. ¿Qué estaba pasando?
—Yo...
—No es necesario que digas nada, pero mi hijo intentará cortejarte.
HyungWon soltó una carcajada y la señora Chae lanzó una exclamación. Hoseok abrió la boca y miró a HyungWon. Este se encogió de hombros.
—Él sacó esa conclusión. Yo dije que eras un buen partido y que debería agarrarte para mi.
Hoseok estaba mudo de sorpresa.
—Bien muchacho, ¿qué dices? Sé que este niño puede ser un dolor de cabeza pero también se lo terco que puede llegar a ser. Así que si te molesta mucho, sólo despídelo.
—¡Hey, no puede despedirme de mi empresa!
—Aún es mía, niño. ¿Qué dices, muchacho? ¿Dejarás que este cabeza dura ande atrás tuyo como una sombra?
HyungWon se reía junto a su madre mientras le explicaba que ahora que Hoseok estaba soltero él iba a aprovechar su oportunidad. Luego se acercó a Hoseok y le pasó un brazo por los hombros.
—Basta, papá. Lo asustarás y me quedaré soltero y viviendo contigo hasta que me muera solo. Te llenaré la casa de gatos.
—Hoseok, por favor di que si. El chico es un dolor de cabeza.
Hoseok estaba sorprendido con lo que acababa de pasar y aún estaba sin hablar cuando salieron del hospital.
—Bueno, todo resultó mejor de lo que esperaba, ¿no crees? —dijo HyungWon colgándose de su brazo.
—Es que... en serio. Eres increíble, creí que me haría en los pantalones cuando tu padre empezó a hablar.
—Tiene cara de ogro pero un pastelito por dentro el viejo. Y además soy su único hijo y me cumple todos los caprichos.
Hoseok se detuvo a medio camino y se cruzó de brazos.
—¿O sea que yo soy un capricho para tí?
HyungWon rió y lo abrazó. —Solo digo que te quiero tener entero. Para mí solo. De todas formas iba a "cortejarte" incluso si mi padre no me lo hubiera permitido.
Hoseok se dejó arrastrar hasta el auto.
—¿Entonces volverás a la oficina?
—¿Y dejar pasar la oportunidad de molestar al hobbit malhumorado de Kimchi? No, señor. Además vi como esas zorras del primer piso te desnudan con la mirada. Deberé hacer algunos despidos...
Hoseok le revolvió el pelo y se fijó a ambos lados de la calle antes de estamparle un beso en la boca.
—Bien. Caprichoso. ¿Nos vamos a mi departamento? Resulta que tu padre me dio el día libre.
—Oh, me encantan estas propuestas. Deberíamos hacer una reunión privada y me cuentas todas las ideas que tienes para pasar la tarde —HyungWon le pellizcó el trasero y Hoseok dejó escapar una maldición.
—Bien, sube niño, tenemos un informe que redactar...
—Eres tan lindo cuando hablas así, vámonos ya. Tengo un antojo que necesito aplacar ya.
—Tonto.
—Pero tu tonto.
—Mi tonto.
Hoseok le lanzó un beso que HyungWon atrapó en el aire. Ambos se subieron al auto. Tenían una reunión a la que asistir.
FIN.
Y colorín colorado esta historia se ha terminado. Gracias. Gracias. Gracias. A todas las que me leen, me escriben y me animan a que siga escribiendo. Sé que es un capítulo un poquitín largo pero lo ameritaba. Gracias una vez más por hacer crecer esta historia. Saben que no tenía muchas expectativas porque la creé de la nada y la iba escribiendo a medida que pasaban los días y debía actualizar. Pero me alegra que les haya gustado. Son geniales. Las quiero. 🥰
Kiddo.
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