[Hoseok]

La reunión se estaba haciendo interminable y yo sólo quería salir de allí. Una hora después y cuando por fin los últimos saludos formales fueron dados, me subí al auto y me fui a mi oficina. Estaba cansado y solo quería llegar... y ver a HyungWon. ¿Qué le diría? Que no había dejado de pensar en él, que esa semana en Japón a su lado había sido una de las pocas cosas excitantes y reales en mi vida. Quería hacer las cosas bien, despacio, tomarme el tiempo de conocerlo, de enamorarlo.

Ni siquiera reparé en los guardias de seguridad que me saludaron ni en los empleados que cruzaba camino a mi oficina. Sentía la ansiedad crecer en mí. Había estado pensando en sus ojos grandes y oscuros. En su cuerpo suave y hermoso, en cómo se sentían sus besos en mi boca.

—Señor Shin... ¡Señor Shin!

Me sobresalté y miré a Hani que estaba parada frente a mí con el ceño fruncido.

—¿Está usted bien? —preguntó.

—Emm, sí. ¿Pasa algo?

—Le estaba diciendo que el señor Chae lo está esperando en su oficina.

¿El señor Chae? ¿Qué podría querer ahora?

Cuando abrí la puerta de mi oficina, el señor Chae ya estaba sentado esperándome mientras hojeaba una carpeta. Se puso de pie cuando entré.

—Hoseok —dijo adelantándose para estrecharme la mano—. ¿Cómo has estado?

—Oh, muy bien gracias. ¿Está todo en orden?

—Si, claro. Estaba de pasada. Quería saber si ya habías encontrado reemplazo.

¿Reemplazo? Me quedé unos segundos pensando si había pasado por alto algún detalle en la reunión pero nada se me venía a la mente.

—No... No entiendo...

—Déjame decirte antes que nada que me siento profundamente apenado por esta situación imprevista pero cuando mi hijo me contó la noticia no pude menos que alentarlo. Sabes que los estudios son muy importantes y una oportunidad así no puede desaprovecharse...

¿Noticia? ¿Oportunidad? ¿De qué diablos hablaba?

—Lo siento, señor Chae. Creo que estoy algo perdido.

El hombre asintió, comprensivo. —Puedo entender que estés algo disperso. Imagino que con todo esto de la boda has de estar un poco abrumado. Créeme, he estado allí, pero no te preocupes. Yo me encargaré de todo.

Y así como llegó se fue y me senté en mi escritorio repasando cada detalle de las últimas reuniones, intentando recordar lo que se me estaba perdiendo. Me levanté para pedir un café pero Hani no estaba en su escritorio. Bien, no se me iban a caer los anillos por hacerlo yo mismo. Pasé por la oficina y vi que estaban todos muy concentrados. Y repasé rápidamente buscando la hermosa cara que estaba esperando ver desde el viernes. No vi a HyungWon por ningún lado.

Me acerqué a Minhyuk que estaba muy concentrado sacando unos procentajes con la tablet.

—Min... —le toqué el hombro.

Levantó la cabeza y se quitó los lentes.

—Señor Shin, buen día.

—¿Y HyungWon? ¿Tenía clases?

Min me miró por un segundo, levantando una ceja. —¿HyungWon?

Me reí por su expresión desconcertada.

—Si, ¿tu compañero? Dile que debe avisar con tiempo si va a ausentarse —dije divertido.

—No entiendo a qué se refiere —dijo.

—Que si va a faltar por la universidad que avise antes, para que no te atrases tú tampoco y tengas que hacer su parte.

—Pero, señor Shin... Wonnie se fue...

—¿Hace mucho? Es que llegué hace un rato y no lo vi. Estuve con su padre hasta hace unos minutos. Ah, a propósito de eso, el señor Chae hablaba de un reemplazo, ¿sabes a qué se refería? Estuve algo distraído y tengo miedo de haberme saltado alguna parte importante en la reunión.

Min se rascó la cabeza y frunció el ceño.

—Bueno, supongo que hablaba de su hijo
—dijo finalmente.

Parecía que todos se habían puesto de acuerdo para confundirme.

—Min, ¿de qué hablas?

—Que ahora que Wonnie no está, habrá que buscarle un reemplazo, aunque si me pregunta, no creo que sea necesario, creo que entre nosotros dos podemos arreglar...

Levanté la mano, interrumpiéndolo.

—Espera, espera. ¿Cómo es eso de que HyungWon no está? ¿A dónde fue?

Min miró alrededor como si mis palabras fueran algún tipo de broma absurda.

—Señor Shin, ¿se encuentra usted bien? Puedo decirle a Hani...

—Min, ¿qué pasó con HyungWon? ¿Dónde está él?

—¿Cómo es...? ¿Acaso usted no lo sabía? Pero si el señor Chae...

—Min, estoy perdiendo la paciencia —dije tomándolo por los hombros para que centrara su atención en mí—. Dímelo de una vez, ¿dónde está HyungWon?

—Él se fue. Le dieron una beca de estudios. Creí que usted lo sabía. Él me dijo que dejó su carta de renuncia.

¿Cómo que HyungWon se había ido? ¿Carta de renuncia?

—No, yo no sabía. ¿Cuándo? ¿Cuándo se fue? ¿ A dónde?

Yo seguía sosteniéndolo por los hombros y no me di cuenta que estaba clavándole los dedos en la piel hasta que hizo una mueca de dolor y volteó la cara hacia un costado. Lo solté y me dejé caer sobre uno de los asientos.

—Ayer. Su viaje era ayer...

HyungWon se había ido.

Rebusqué por toda la oficina esa dichosa carta de renuncia. Pero no pude encontrarla. Me negaba a creer que HyungWon se hubiera ido sin siquiera avisarme... O despedirse.

HyungWon se había ido sin despedirse y eso me dolió. Aunque lo entendía. Su mirada aquella noche en la reunión me lo había dicho todo. HyungWon se sentía lastimado. Me hubiera gustado explicarle todo. Nunca había querido jugar con él, mucho menos hacerle daño. No tenía excusa válida para haber hecho lo que hice. Simplemente estaba acostumbrado a hacer lo que se esperaba de mí. Ser un buen hijo, un buen empleado, un buen jefe y un buen novio. Y en cierta manera fui todo eso para todos, hasta que apareció él. Me pregunté mil veces qué era eso que me tenía tan enganchado a él. Sacando su apariencia física que era espectacular. No lograba entenderlo. Yo no lo conocía, sólo una parte de su personalidad burbujeante y alegre que parecía tirar de mí en su dirección. Porque HyungWon era todo lo que yo no era. Lo que no había sido y lo que nunca sería. Una persona que vivía la vida con intensidad. Que se levantaba sin haber planeado nada y dejaba que el día decidiera por él. Encantando a todos con su risa explosiva, con sus bromas afiladas y sus pestañas largas. Lo sé porque yo había caído en su hechizo. Mi hermoso chico de mirada incendiaria.

Llegó a mi vida de imprevisto y se había ido tan rápido.

Apoyé la cabeza en mis brazos y me quedé en esa posición un rato. Ya todo se había terminado. ¿Cómo se supera una historia de amor que nunca había empezado? Me froté la sien y me recosté en mi asiento. Y saqué mi celular.

'¿Por qué no te despediste de mí, Wonnie?
Lo siento, necesito saber que estás bien. Lo que dije aquella noche, que te extrañaba, es cierto...'

No tengo el derecho de decirlo pero siento que me perdí de algo contigo. Me gustaría volver a aquella noche, cuando estuvimos juntos por primera vez... Tengo el olor de tu cuerpo grabado en mis manos y no quiero que desparezca...' —escribí para luego borrarlo.

—Hani —llamé por el intefcomunicador. Mi secretaria entró a los pocos segundos.

—¿Señor?

—¿Tú sabías que HyungWon renunció? Tengo entendido que dejó su carta de renuncia.

Ella se quedó estática unos segundos y finalmente negó.

—Yo no sabía nada, señor —luego pareció recordar algo. —Oh...

Me levanté de mi asiento y rodeé el escritorio para terminar apoyándome en él, a su lado.

—¿Oh... qué?

—Ahora recuerdo que el otro día él preguntó si usted estaba y le dije que entrara a su oficina.

—¿Cuándo?

—El día que me pidió que devolviera las alianzas.

Me giré y revolví mi escritorio. ¿Habría visto HyungWon el estuche? Hani se acercó a la pila de papeles y empezó a revisarlos, pero no había rastro del dichoso sobre. Incluso se arrodilló en el piso y se fijó debajo de los pocos muebles y...

—Lo encontré —dijo estirándose un poco y luego sacando un sobre—. Lo siento tanto, señor Shin. Ese día estaba un poco ocupada y cuando entré a su oficina, tropecé y dejé caer algunos papeles...

Asentí, soltando un suspiro largo y pesado.

'Por medio de la presente me permito presentarle formalmente mi renuncia.. '

Hani cerró la puerta una vez que se fue y arrugué el papel entre mis manos.

¿Qué debía hacer ahora?

De paso les comunico que quizás, si estoy de buen humor, también suba una pequeña historia 2won... Veremos.

¿Qué dicen? 😉