#Agradecimiento
—Pobre señor Shin —dijo Minhyuk preocupado cuando HyungWon le contó lo que había pasado en el ascensor—. No sabía que tenía ansiedad —a HyungWon lo había tomado por sorpresa.
—No, yo tampoco. Casi me cago en los pantalones. No sabía qué hacer. Improvisé.
—Fue una suerte que estuvieras ahí, imagina si le hubiera pasado estando solo.
—Fue extraño. Lo tenía jadeando, con el pecho al descubierto en mis brazos...
MinHyuk lo fulminó con la mirada.
—Eres un cerdo. El tipo estaba semi muerto y tú pensando en eso...
Si. Estaba mal de la cabeza.
—Pues soy un humano de carne y hueso. Aparte tú solo hablas porque quieres creerte esa imagen de chico recto como una flecha... Pero yo te escuché gemir con Joo. Así que, a papá mono con bananas verdes, no.
MinHyuk miró hacia atrás y al ver que no había nadie cerca, le dio un puñetazo en el hombro.
—Cállate. Yo... Fue distinto. Estaba algo achispado esa noche. Y además, ¿tengo que recordarte que el señor Shin es nuestro jefe y tiene pareja? Si el señor Kang se entera de que quieres cabalgar el trasero de su novio te partirá a la mitad y no de la forma en que te gustaría. Pervertido.
HyungWon se rio.
—Le salvé la vida. Creo que merezco un premio. ¿No crees?
—Vas a lograr que despidan tu trasero.
HyungWon revoleó los ojos y se metió un caramelo que había en un recipiente de vidrio a la boca.
—Te recuerdo que soy el hijo del jefe. Aunque me echen, todo esto será mío algún día. Así que... Hazme un café, empleado. —Se echó a reír y se ganó otro golpe.
Estaba mortificado. Hoseok suspiró y se dejó caer sobre su escritorio agarrándose la cabeza. Jamás en su vida se había sentido tan avergonzado. ¡Había tenido un ataque de ansiedad frente al hijo de su jefe! ¿Cómo iba a mirarlo a la cara de ahora en adelante? Todavía sentía el perfume de HyungWon en su nariz. La voz de BaekHo en el teléfono lo hizo volver a la realidad.
—¿Cómo te sientes?
—Ahora mejor. Pero no sé que hubiera pasado si HyungWon no hubiese estado ahí. Sentí que se me iba el aire.
—Es una suerte entonces. Debes hacerle una atención al chico —sugirió su novio.
—¿Una atención?
—Si, Seokie, el chico te asistió en un momento de angustia. Deberías hacerle un regalo o invitarlo a cenar.
Hoseok frunció el ceño.
—¿A cenar? ¿No te parece que eso sería demasiado?
—No. No lo creo. Eres su jefe. Aparte no te estoy pidiendo que te acuestes con él. —Dijo riendo pero a Hoseok no le causó gracia. HyungWon lo ponía algo nervioso. Aunque aún no sabía qué nombre ponerle a esa sensación.
—Un regalo estaría bien. Una cena sería demasiado personal. No quiero malos entendidos.
—Eres un cabeza dura. Bien, piensa qué puede gustarle al chico y cómpralo.
—Lo haré. Esta noche llegaré tarde, si hago tiempo paso por tu apartamento, ¿si?
—Hoy no puedo. Tengo otro compromiso, pero mañana podríamos cenar y de paso te quedas a dormir...
Hoseok sonrió.
—Está bien. Entonces te veré mañana, descansa.
—Tú también.
Al parecer ahora tenía que pensar qué regalarle a un chico que lo tenía todo. No sabía qué detalle podía darle a alguiende quién no conocía nada. HyungWon tenía diecinueve años, era rico y hasta donde Hoseok sabía, al chico le gustaba salir de fiesta y beber alcohol. No era algo muy esperanzador teniendo en cuenta que su adolescencia no había sido muy normal que digamos. Había crecido en una familia de clase media baja y lo único que había hecho desde que tenía memoria había sido estudiar. No había habido fiestas, ni mucha diversión. Apenas alguna que otra conquista de una noche aunque eso fue más adelante. A la edad de HyungWon solo era un nerd que se quemaba las pestañas y hacía malabares en dos trabajos de medio tiempo para pagarse la carrera. Así que no solo estaba perdido con los adolescentes con los que nunca había tenido nada en común sino que además estaba demasiado desactualizado en cuanto a los gustos de la juventud. Qué podía gustarle a HyungWon era algo que debía averiguar si quería agradecerle de manera apropiada el apoyo que el chico le había dado en el ascensor.
Tocaron a su puerta y Hani le avisó que el director de uno de los laboratorios asociados ya había llegado a su cita.
—Perfecto. Llama a MinHyuk y a HungWon, por favor.
La chica asintió e hizo pasar al hombre
El hombre entró y luego de los saludos formales tomaron asiento. HyungWon y MinHyuk se presentaron pocos minutos después. Ambos saludaron y tomaron asiento.
—Entonces, señor Shin usted me dirá. Tengo entendido que quieren empezar a producir medicamentos genéricos.
—Así es. En realidad es algo que ya había sido planteado en la junta pero en su momento no hubo mucho entusiasmo de su parte.
—¿Puedo preguntar por qué han cambiado de opinión?
—Hay que renovarse, ¿no cree usted? Además creemos que la salud debería estar al alcance de todos.
El hombre asintió y sacó una carpeta de su maletín.
—Como ustedes saben, el programa de medicamentos genéricos implementa una examinación rigurosa para asegurarse de que estos medicamentos cumplan ciertas normas.
Los demás asintieron.
—Iremos a Japón la próxima semana para inspeccionar algunas plantas de fabricación —anunció Hoseok.
—Señor Jung —dijo MinHyuk acomodándose los lentes sobre el puente de la nariz y sacando una lapicera de su saco— tengo entendido que entre el medicamento genérico y el de marca existen algunas pequeñas diferencias en la absorción en el cuerpo. ¿Aproximadamente de que margen estaríamos hablando?
—Alrededor de un 3.5%. Algunos absorben un poco más y otros ligeramente menos.
—Eso es una diferencia aceptable, ¿no?
—preguntó HyungWon tomando nota de la reunión.
—Si, es una diferencia esperable. Como regla general, la diferencia entre la comparación del medicamento genérico al de marca fue la misma que la comparación del medicamento de marca a marca.
—Con respecto a las diferencias de color y sabor, ¿eso afecta la efectividad del medicamento? —volvió a preguntar HyungWon.
—Para nada. Los medicamentos genéricos y los de marca comparten el mismo principio activo. Lo demás es, básicamente, un detalle menor y no percibe alteraciones en el producto.
La pequeña reunión se extendió por casi una hora y media más donde pudieron avanzar un poco más en la propuesta que los tres tenían en mente además de despejar algunas dudas que deberían plantear en la junta en la próxima reunión general.
—Eso fue bastante esclarecedor —dijo MinHyuk una vez que el señor Jung se despidió de los tres.
—Bastante. Creo que fue una charla bastante alentadora.
—Ya lo creo. Una vez que volvamos de Japón revisaremos las solicitudes para la FDA (Food and drugs administration).
Conversaron unos minutos más y cada uno volvió a su trabajo. Cuando HyungWon estaba por salir de la oficina, Hoseok lo llamó.
—HyungWon, ¿podrías quedarte un minuto?
HyungWon se sorprendió y asintió. Miró a MinHyuk que frunció los labios para no reír y cerró la puerta.
—Em, usted dirá, jefe —dijo con soltura. Sus ojos grandes se clavaron en Hoseok.
—Con respecto a lo de esta mañana...
—Ah, eso. ¿Cómo se siente?
—Oh, bien. Muy bien. Gracias a ti estoy bien. Hace mucho tiempo que no tenía un episodio así y me asusté. Así que quiero disculparme por haberte hecho pasar por una situación así.
HyungWon ladeó la cabeza y se echó el cabello hacia atrás. Hoseok nuevamente se sorprendió por lo atractivo que era. El chico debía ser adoptado. No había forma de que ese chico que parecía un modelo de alta costura fuera hijo de sangre del señor Chae. Con perdón de su jefe, el hombre era una de las personas menos agraciadas que había conocido.
—No tiene nada por lo que disculparse, señor Shin. En ese momento era la única ayuda que tenía disponible.
—Pero lo supiste resolver de manera admirable. Me siento fatal.
—Nada de eso, señor. En serio. Me alegra haber sido de alguna ayuda. Y me alegro también saber que se siente mejor ahora.
Hoseok asintió y se quedó callado. HyungWon se lo quedó mirando, esperando a que su jefe dijera algo más.
—Em, ¿eso es todo? Debería volver a la oficina...
—¿Quieres ir a cenar conmigo?
HyungWon clavó sus ojos en su jefe que ahora miraba hacia la ventana.
—¿Co... Cómo dijo? —preguntó seguro de que había escuchado mal.
—Que si te gustaría cenar conmigo.
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