No hace falta nada más para ellos dos. Han aguantado tantos obstáculos que si fueran otras personas no habrían soportado tanto como ellos. Pero, ¿cómo Joseok podría alejarse de su esposo si ambos se necesitan más que a nada? y díganme, ¿como Yoongi alejaría a su esposo de él, si ese castaño es la única razón por la cual sigue viviendo? No podían alejarse, no querían, no lo harían.

—Me gusta esto..—dijo un chico adormilado, recostado en el pecho de su esposo.—Gracias, sol.

—Gracias a ti, amor mío.—éste dejó un beso en la cabellera azabache del amor de su vida.—¿Te digo algo? En nuestra boda prometiste que veríamos juntos la puesta de sol por el resto de nuestras vidas.

—Tú eres mi sol, y estoy feliz de verte todos los días. Pero si eso prometí, así será, tenlo por seguro.

Y era una promesa vaga del cual no se acordaba en lo absoluto debido a que eso había ocurrido hace más de diez años, su esposo lo recordó. Lo recordó, para el castaño significó mucho aquellas palabras en aquel entonces y ahora también, no podía olvidar absolutamente nada de esa noche de bodas. Una boda muy peculiar, sin invitados, sacerdote o certificados que los emparejaran. Era una simple boda, ellos dos, unos anillos y la puesta de sol en la playa como la que estaban viendo justo ahora.