Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6: Mi Actualidad.

Me levante de mi asiento, el niño retrocede, me ve aún con molestia y se me hace lo más divertido.

— Mi hijo. — Dije al aire. — Qué yo recuerde, jamás tuve hijos. Siempre fui cuidadoso. —

— Si fuera cuidadoso, yo no estaría aquí. — Me contestó mientras caminaba hacia el balcón de mi despacho, el niño me seguía por detrás, escuchaba sus pequeños pasos.

— Dime tu nombre. — Suspiré. — Solo una vez más. —

— Tae Halackti Muto. —

Sonreí con gracia. Esto debe ser una maldita casualidad. No puede ser cierto.

—¿Tu nombre es Tae?. — El nombre que mi padre quería ponerle a su nieto. —¿el nombre de mi supuesto primer hijo que tendría?

El tricolor menor asiente.

— Así es y déjame decirte que ese supuesto primer hijo que tendrías se a vuelto real; soy yo. — 

Aún sigo sin poder creerlo. Sin embargo tenía mis dudas...

— No. —

—Sí. — Dijo. — Soy real. —

— Es imposible. — Dije. — Yo jamás tuve hijos y menos con... — Mis garganta se cierra, mis labios se sellan en una línea, ni siquiera soy capaz de volver a pronunciar su nombre.

“Me duele tanto el hacerlo.”

— Solo... No tuvimos. — Pronunció al fin. Pero el niño se niega a creer en mis palabras.

¿Por qué insiste tanto?.

—¡Lo soy!, ¡maldita sea!, ¡soy tu hijo!. —

Suspiré con cansancio, se hacía tarde y en la noche yo tendría una reunión de trabajo por lo que debía dejar al niño en mi casa.

Porque sabía, de alguna manera, que no se iría incluso cuándo yo lo mandara de vuelta a su casa, él sería capaz, incluso, de volver las veces que sean necesarias para convencerme de que yo era su padre.

— Esto será demasiado complicado. —Pronunció bajamente. Miró mi reloj, son las 5:30 de la tarde. — Escucha tengo que irme. —

—¡No te puedes ir!. — Tae, me agarra de mi saco y lo jala llamando mi atención— ¿Es que tan poco significó para ti?. —

— ¿Quieres calmarte, Magdalena?. — Me suelto de su agarre y el frunce el ceño, aun que por un segundo vi sus ojos cristalizarse, lo que provocó que me diera un pinchazo en mi corazón como si me hubiera auto lesionado yo mismo..

“Una sensación de dolor y amargura recorrió mi ser y mi lobo... Entristeció un poco.”

— Ni creas que te voy a dejar solo, estarás con Nona — Le dije. — Iré hacer negocios, regreso mañana. —

— ¿Qué?, ¿es en serio?. — Está vez, Tae me toma de mi brazo, volteo a verlo y nuestras miradas se cruzan.

“Sus ojos... Su mirada.... Me recuerdan  tanto a él... Pero... ¿Es que habría una posibilidad?... No, imposible, ¡yo siempre tuve cuidado!.”

—Por favor no te vayas. — Me pide y de repente,  mi mente hace que recuerde a Yugi, cómo cuando me pedía no me fuera de su lado, pues estaba tan cómodo en mi pecho cuando nos quedábamos juntos a dormir en su casa o en la mía.

Y finalmente recuerdo su dulce voz:

—“Atem, no te vayas.” —

Parpadeo asustado y me suelto de forma brusca de él, me alejo para después salir de mi despacho tan rápido como me fuera posible.

— ¿Señor, Halackti? . —

—¡Nona!. – Llamó a la sirvienta que se a quedado esperando desde que llegó el niño.

Ella fue quien lo atendió, quien le abrió las puertas a mi casa y estaba seguro que  a mi vida.

— ¿Todo está bien?, ¿Él joven Halackti está bien?. — Pregunta la mujer de uniforme y cabellos plateados.

—¿Joven Halackti?. — Pregunté confuso.

— Tae. — Me dijo. — ¿Su hijo esta bien?. —

— Diablos, Nona. — Maldigo y me reincorporo tomando una postura más firme. — No es mi hijo. Jamás tuve. —

Ella comienza a reírse de forma graciosa.

— ¡Digo la verdad!. — Dije.

— Permitame reírme un poco más señor Halackti. — Dice ella entre carcajadas. — Pero es que no puedo creerle. —

—¿Y por qué no?. Usted más que nadie sabe que pasa conmigo. —

— Y por esa razón es que me rio. — Me dijo. — Lo conozco Señor, desde que trabajó para usted se casi todo de su vida y también se que ha tenido aventura tras aventura con mujeres y hombres, incluso se atrevió aprobar el poli - amor. Enserio Señor, me parece racional que en una de sus aventuras haya sido descuidado y haya salido aquel pequeño que lo está reclamando como su padre. Después de todo es usted como un conejo, ¿no es así?. —

Mis mejillas están rojas, no puedo creer por la vergüenza que estoy pasando.

Pero aún así... No creo haber sido descuidado y menos con... Yugi.

— De todas formas. — Llama mi atención Nona. — Podemos hacer una prueba de sangre, así sabremos la verdad. —

¡ESO ES!.

Mis ojos se iluminan con esperanza.

— ¡Por supuesto que sí Nona!. — Sostengo a la dulce Beta entre mis brazos. — ¿Cómo no se me ocurrió esa idea?. ¡Podemos hacernos una prueba de sangre!. —

— Pero... —

Gruñó antes ese pero de mi Nona.

—El hospital en este momento se encuentra en mantenimiento y lo volverán abrir en dos semanas. —

— Mierda. — Gruño lleno de frustración y enseguida la beta me da un masapanazo en mi cabeza. — ¡Au!.—

—Lenguaje señor. — Me dijo.

— Bien, bien. — Respondo regresando a mi postura. — ¿Dos semanas, eh?. —

—Así es. — Me dice. — Mi recomendación es que hable con el niño, tal vez se puedan entender, ¿y quien sabe?, tal vez le cuente sobre su vida y de dónde provino y quienes son sus padres. — Me explica. — Pero a mi punto de vista, señor. —

Su voz se vuelve dulce, se acerca a mi, sus manos se van a mis mejillas y las sostiene con cariño.

— Para mí que es su hijo, y eso que no necesito una prueba de sangre para comprobarlo. Simplemente lo sé. — Me suelta y se aleja. — Pero bueno, cada quién, ¿no?. —

— Nona... —

— Prepararé una habitación para el señorito y la cena, estoy segura que tiene hambre. — Dice con una sonrisa. — Por cierto el auto ya lo está esperando afuera. Apresurese y vaya a esa reunión, no querrá llegar tarde ¿cierto?. —

— Es verdad. — Dije. — Hoy haré un importante contrato con un escritor, el mejor de todo Japón e internacional; Iguy. —

—¿No es el escritor que tanto le gusta leer?. —

—Por supuesto que sí, por eso está reunión es importante y ni nada ni nadie podrá evitar que lo conozca hoy. —

— ¿Qué hay del jovencito?. —

— Por favor encargate de él, regreso mañana por la mañana. —

Con esas últimas palabras me retire. No perdería más tiempo.

*Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro