Ha pasado un par de días desde que vi aquel acontecimiento, debo de ser sincero, no me gusta para nada esta situación; Yugi me ha estado evitando últimamente, no me habla, no me contesta los mensajes o las llamadas, me estoy preocupando por él. Cada vez que hablamos tan siquiera unos segundos, el desvía el tema o simplemente me besa para callarme.

La situación va hartandome, pues aquel chico Haku lo he evisto más cerca de Yugi y eso no me gusta.

Me he tenido que contener más de una vez para no romperle la cara o mataré, Yugi me dice que no le haga caso, ¿pero cómo me pide eso? Cuándo el hijo de puta le pone las manos encima.

Por ser un buen chico y no buscar problemas, he mantenido a Yugi cubierto de mis marcas.

No soy posesivo, nada por el estilo, pero Haku hacia que lo fuera con Yugi.

Mi omega no si se ve las intenciones que el otro Alfa este haciéndole, pero si es así espero mi imo que se aleje o que me pida a mi que yo lo aleje; pues no aguento cómo mira a mi Aibou, esos ojos llenos lujuria y deseo desbordan sus ojos azules.

He tenido repetidas veces cubrir a Yugi con mi aroma, le he dado más de cinco chaquetas mías a mi pequeño para que nadie se le acerque, incluso sus amigos, con ellos me llevo bien, aclare con ellos que solo quería alejar a ese maldito Alfa de ojos azules; ellos me aseguran que no debería de hacerle caso a Haku, pues el solo busca provocarme, hasta que lo lleve a una pelea donde difícilmente nos puedan separar.

- Deja de mirarlo así. -

Las manos de Yugi enderezan mi rostro para que lo vea. Veo en los ojos de mi omega como hay cansancio en sus ojos, esta cansado de esta situación al igual que yo.

- No me gusta cómo te mira. - Dije. - Ni cómo se te acerca o toca. -Gruñí nuevamente cuándo Haku relambio sus labios cómo si estuviera saboreando una dulce carne.

- Ignoralo solamente. - Dijo distraído en su celular, ¿no le importa en lo más mínimo que él pueda hacerle daño?.

Veo su rostro desinteresado.

Me canse de esto, ya debía de hablar con él y nada ni nadie me iba a empedir hacerlo.

Le quite su celular, el de inmediato me vio con reproche, me iba hacer un puchero, cruzo sus brazos, estaba molestó, pero eso no me importo a mi. Lo tuve que cargar sobre mis hombro, no me dijo nada, solo se dejó llevar.

Al menos eso agradecia de su parte, odiaba cuando comenzaba a patalear y a quejsrse, pues no media sus palabras cuando se enojaba.

Finalmente, en un rincón muy apartado de los demás, lo dejé, arrinconado en una esquina, puse mis brazos a cada lado de su cabeza y dije con voz sugerente.

- Ya dime lo que te pasa, no hablas, me evades, últimamente te veo muy desinteresado y perdido, dime que tienes de una buena vez. -

No dijo nada. Puso sus ojos en blanco, volvió a cruzarse de brazos y se recargo en la pared desviando la mirada.

- Yugi...- Asevere aun más mi voz, no quería usar mi "voz", pues aquello me disgustaba.

Vi a Yugi fruncir su ceño, realmente estaba molesto. Se acercó a mí.

- Terminamos. -

La voz fría que uso me calo los huesos, pero mi alma se sentía tan rota cuando dijo esas palabras sin sentimiento alguno.

-¿Qué...?. - Fue lo único que dije cuándo Yugi ya se había marchado sin mirar atrás.

*Continuará...