Villano
Decir que estaba molesta era decir poco.
Para empezar, Tsukiku nunca fue conocida por ser dulce y tranquila. Crecer sin su madre la hizo aún más temperamental, y ahora que se sentía en medio de sus dos padres sentía que quería arrancarse los cabellos y patear algo hasta el cansancio.
Así que, cuando tres tipos empezaron a acercarse haciendo comentarios lascivos, Tsukiku sonrió de forma retorcida.
Al fin una excusa para patear a alguien.
-Parece que la muñeca está un poco loca, pero aún así te... ¡AGH! -Tsukiku interrumpió al delincuente estrellando una patada directo en su nariz y mandándolo al suelo.
De inmediato los otros dos se pusieron alerta y corrieron hacia ella, uno sacando una navaja.
Tsukiku se enfrentó a ellos sin perder la sonrisa, riendo al derribarlos y sin que le importe un comino que le hicieran un corte en el brazo y le arrojaran una piedra al rostro. Y en solo unos minutos tuvo a los tres idiotas en el suelo, inconscientes.
Bien. Ahora se sentía más tranquila.
Regresó al hotel de puntitas, entrando a la habitación de Misaki, sorprendiéndose al no verla allí. Fue a la habitación de Yok, encontrando a Misaki sentada en la cama donde estaban las maletas, tocando su bajo eléctrico. Yok estaba doblando ropa, y abrió mucho sus ojos verdes al notarla lastimada en su puerta.
-¿Y ahora qué demonios te pasó, Ishigami? -De inmediato corrió a buscar el botiquín de primeros auxilios.
-¡¿Tsukiku?! -Misaki corrió espantada a abrazarla y revisar la gravedad de sus heridas-. ¿Te peleaste con alguien?
-Creí que ya habías superado esa fase. -Yok se colocó guantes y la arrastró a sentarse en la cama-. ¿No aprendiste nada de todas tus peleas en la escuela? Debería delatarte con tu padre... Con tus padres, más bien. -Comenzó a tratar la herida en su brazo.
-Ja, no lo harías. Ustedes son los que me ayudaban a que mi padre no se diera cuenta de lo mucho que me lastimaba peleando. Si caigo caen conmigo. -Hurgó en su oído con su brazo sano.
-Si querías pelearte con alguien podrías haber entrenado conmigo, o con Shishio si querías que fuera a puño limpio. Al menos en la escuela yo estaba para ayudarte, ¿cómo se te ocurre pelear en la calle? ¿Qué tal si hubieran estado armados?
-Cielos, eres peor que mi padre. -Bufó-. Además, yo jamás te pedí que me ayudaras en la escuela.
-No necesitaba que me lo pidieras -susurró con voz muy seria, cambiando a encargarse de la herida en su rostro.
Tsukiku se quedó en silencio, dejando que acabara de curarla para luego hacerse a un lado y dejar a Misaki maquillar los rastros de sus heridas.
-Esto fue estúpido, por favor ten más cuidado. Si estás molesta siempre puedes pedirnos ayuda, ya lo sabes. -Ella también la regañó.
-Sí, sí, lo que digas.
Después de asegurarse de que sus heridas no se notaban, decidió volver a casa de su madre, refunfuñando porque Yok insistió en acompañarla como el mandón que era.
Le ofreció quedarse a cenar, pero se negó y volvió al hotel.
Tsukiku tomó aire, preparándose mentalmente para volver a enfrentar a sus padres.
Aún no tenía un plan para que se reconcilien, pero era cuestión de tiempo.
Cuando entró, encontró a su madre preparando la mesa.
-Hija. -Le sonrió suavemente-. Justo a tiempo. ¿Podrías ir por tu padre y tu hermana?
-Muy bien...
Encontró a su padre enseñándole el alfabeto a Shizuku.
-A. B. Che. D. E. F. G. H. I. J. K. L. M. N. Ñ. O. P. Q. R. Eche. T. U. V... ¿Y luego qué? -Shizuku hizo una mueca pensativa-. ¿X? Y. Mmm... ¿Cuál otra?...
-¡Sí que ha avanzado! -Tsukiku se quedó con la boca abierta-. Antes solo decía unas pocas letras. Y solo la dejamos un par de horas contigo...
-Me consideró un buen maestro. -Su padre rió divertido mientras dibujaba en un cuaderno-. Los ejemplos visuales la ayudan mucho, y de paso aprende las bases para escribir. Luego de V de vaca, sigue la W de waffle. Y debes recordar que la última letra es la Z, de zorro. -Dibujo los ejemplos junto a las letras-. Escribe y dibuja copiando mi ejemplo y luego vamos de nuevo.
-¡Muy bien, papi! -Su padre sonrió orgulloso, palmeando su cabeza con cariño.
-¿Pasó algo, mini-leona? -Volteó a verla mientras la más pequeña dibujaba.
-Mamá dice que deben bajar a cenar.
-Déjennos unos minutos y bajaremos. Ya casi lo tiene. -Parecía muy emocionado.
-Bien, bien. -Volvió abajo, ayudando a su madre con todo lo que pudiera.
La cena no fue tan incómoda, extrañamente, Shizuku acaparó toda la habitación apenas llegó, gritando que ya se sabía las letras. Su padre parecía increíblemente orgulloso y enternecido por ella, mientras que su madre no estaba mucho mejor, felicitándola exageradamente luego de escucharla recitar el alfabeto. Amaryllis comió poco y se retiró pronto, diciendo estar a dieta.
Después de cenar, Senku y Tsukiku se despidieron, diciendo que volverían mañana.
-¿Por qué che van? -preguntó Shizuku con ojitos tristes.
-Volveremos mañana. -Su padre se arrodilló a su lado, acariciando su mejilla-. Estaré aquí cuando despiertes.
-Bueno... -Siguió haciendo pucheros, pero pronto se lanzó a abrazar a su padre, casi haciéndolo perder el equilibrio.
Tsukiku le dio un rápido abrazo a su madre antes de dirigirse al auto de su padre.
-Hasta mañana. -Agitó una mano hacia ella.
-Nos vemos. -Su madre suspiró con tristeza, para luego voltear a ver a su padre-. Buenas noches, Senku. -Lo miró con ojos cansados.
-Buenas noches. -Besó la frente de Shizuku antes de irse al auto también.
Tsukiku fue directo a dormir, pero notó que su padre fue a hablar con sus amigos.
Tenía curiosidad, pero estaba demasiado cansada para espiar.
Fue un largo día.
Al día siguiente, todos regresaron a Tokio de la mano de Ryusui, excepto por Gen, Kinji, Ruchiru, Misaki y Yok. Y claro que Senku y Tsukiku también se quedaron.
Umi no quería estar más tiempo sin su padre, mientras que Haishi fue obligado por Tsukasa.
Hanaki también se marchó, pero le dejó una nota a Tsukiku para que se la diera a su madre.
-Por favor asegúrate de que la lea -le pidió con una profunda reverencia antes de marcharse.
Tsukiku decidió esperar al momento adecuado para entregar la carta.
En la mañana, sus padres parecían mucho más tranquilos.
-Tengo que trabajar hoy, así que iré más temprano para salir antes y tú puedes llevarla al jardín de niños -le dijo su madre a su padre-. También puedes ir por ella, aunque estos días siempre se queda una hora extra en el parque para jugar con sus amiguitos.
-Muy bien. -Su padre parecía feliz de la vida sentado en el sofá con Shizuku en su regazo-. ¿Algo más que debería saber?
-No lo creo. Tsukiku ya sabe el camino. -Suspiró-. Me iré ahora.
Besó a sus dos hijas en la frente antes de marcharse junto a Amaryllis, que seguía mirando mal a Senku.
Tsukiku acompañó a su padre y hermana al jardín, aunque varios pasos detrás de ellos, viendo como Shizuku brincaba tomada de la mano de su padre, contándole sobre su maestra y sus compañeritos.
Al llegar a su destino de inmediato se encontraron con el mejor amigo de la pequeña.
-¡Chichi! -Ella corrió de inmediato a abrazarlo-. ¡Ven, ven! ¡Encontré a mi papi!
-¡¿De verdad?! -El niño se dejó arrastrar por Shizuku hasta Senku, con su molesto hermano mayor detrás de ellos-. Wow... ¡Hola, papá de Shizu-chan!
-Hola. -Le sonrió amablemente-. ¿Y tu nombre, niña?
-¡S-soy un niño! -Empezó a lloriquear con sus grandes ojos anaranjados.
-Ah. -Su mirada se volvió menos amable-. ¿Tu nombre, mocoso?
-Zhio, señor. -Tembló en su sitio ante la mirada amenazante del padre de su mejor amiga.
-Se parece mucho a sus hijas. -El hermano mayor rió, acercándose a él-. Soy Xhio, pretendiente de la bella Tsukiku-chan. Es una chica difícil. -Rió divertido.
Tanto Senku como Tsukiku alzaron una ceja.
-¿Oh? -Un aura oscura rodeó a su padre-. Qué interesante...
-Bromeo, bromeo. -Agitó una mano para restarle importancia al asunto-. Ya me rechazó, aunque aún no me rindo. -Le guiñó un ojo a Tsukiku, que rodó los ojos.
-Déjame decirte algo. -Senku colocó una mano en el hombro de Xhio, sin importarle que fuera más alto que él, con una sonrisa un tanto demasiado psicópata-. Te doy diez billones de puntos por tener las agallas de decir ese tipo de mierdas delante de mí, pero para la próxima lo que te daré serán diez minutos bajo la influencia de 150 voltios. -Le enseñó el arma de electrochoques en un bolsillo interno de su bata-. Y no estoy bromeando, mocoso.
Xhio retrocedió, jadeando, completamente pálido.
-Claro que está bromeando. -Tsukiku decidió intervenir antes de que Xhio quiera llamar a la policía-. Deja de bromear, viejo.
-Claro. Dejare de bromear. -Su padre sonrió de forma aún más retorcida que indicaba que no bromeaba en absoluto.
Xhio siguió pálido, pero no dijo nada.
Afortunadamente los pequeños habían ido corriendo a ver a otro de sus amigos, así que no presenciaron nada de eso.
Luego de despedirse, volvieron a la suite, esperando la hora de ir a recoger a la pequeña.
-¿Y cuál es el plan ahora? -Tsukiku se sentó en un sofá junto a su padre-. ¿No podemos quedarnos aquí por siempre o sí?
-Estoy pensando. -Hurgó en su oído con fastidio-. Estuve pensando mucho, sobre todo en la noche y esta mañana.
-¿Y qué piensas hacer? -Lo miró interesada.
-Voy a hablar con tu madre otra vez. -Tomó aire-. Creo que ayer ambos estábamos demasiado alterados.
-Ja, definitivamente. -Bufó-. Pero ¿cuál es tu plan? ¿Simplemente divorciarse y ya? ¿Luego volvemos a Tokio y las visitamos una vez al mes? -Cruzó los brazos-. ¿Así es como quieres que sea nuestra familia?
-Eso es algo que tu madre y yo decidiremos. -La miró severamente-. No te preocupes, lo que sea que acordemos será lo mejor que podamos ofrecer para ti y tu hermana.
-Te dije que no voy a aceptar que...
-No es tu decisión.
-Tampoco fue su decisión perder la memoria...
-Pero fue su decisión ocultarme a mí hija.
-¡Bueno, pero ella realmente quería arreglar las cosas contigo hasta que decidiste decir esa estúpida mentira! -Apretó los puños.
-Y ella decidió seguir molesta incluso cuando le dije la verdad.
-¿Pero tú quieres volver con ella o no? -Él no dijo nada-. Ambos sabemos que sí. No me engañas.
-No pretendo engañarte. -Hurgó en su oído con fastidio-. Mira, tu madre fue clara en que quiere el divorcio. No voy a intentar convencerla.
-¿Por qué no? -Subió las piernas al sofá, abrazando sus rodillas-. La buscamos por años, ahora está aquí ¿y no piensas luchar por ella? ¡Tal vez lo que ella quiere es que al menos lo intentes!
-Las cosas son complicadas, no es tan sencillo.
-Para mí los dos solo están dando un montón de excusas tontas. -Enterró el rostro entre sus rodillas-. Solo que no entiendo por qué...
Su padre suspiró profundamente.
-Lo siento. Yo... Intentaré solucionar esto de la mejor forma posible para nuestra familia. Prometo que lo intentaré.
Tsukiku no levantó la vista ni dijo nada, luego de un rato, su padre abandonó el departamento.
Decidió dejar de lado el mal sabor de boca y siguió buscando en los registros de los hospitales de la isla Tsushima, sin encontrar nada hasta que se dio cuenta de un importante detalle y se sintió una completa idiota.
Duh, había estado buscando a su madre con su nombre y apellido, Hizashi Kohaku, pero en sus primeros meses en Tsushima ella no recordaba su apellido.
Buscó solo por el nombre "Kohaku", sin apellido, y de inmediato se topó con sus registros.
Todo estaba oficialmente confirmado por documentos médicos.
Cuando su padre regresó, Tsukiku estrelló la laptop en su cara.
-Ahí lo tienes. -Sonrió con suficiencia-. Pruebas. Mamá dice la verdad. ¡Y no me salgas con que esto puede ser falso o iré yo misma a Tsushima a buscar los documentos cubiertos de polvo para restregarlos en tu cara también!
-Muy graciosa. -La miró reprobatoriamente, antes de concentrarse en la laptop. Abrió los documentos y los revisó, leyendo todo muy concentrado-. "La paciente presenta ocho semanas de gestación"... -leyó en voz alta, antes de hacer una pausa y entonces volver a leer-. "En un inicio la paciente presentaba pérdida total de memoria"... Mmm... "Una severa contusión en la frente dos centímetros por encima del ojo derecho"... "Sin forma de contactar a los familiares"... -Siguió leyendo, murmurando un par de cosas en voz alta, antes de quedarse en silencio mortal.
Tsukiku esperó a que acabara de leer todo antes de interrogarlo.
-¿Y bien? ¿Qué piensas? -¿No iba a ponerle un pero a esto, verdad?
-Pienso que esto es prueba suficiente, aunque aún conservo las dos dudas que te conté -murmuró pensativo-. Podemos decir que el que su embarazo no sufriera daño alguno fue una increíble y afortunada coincidencia... pero no me explicó porqué no le avisó a nadie que viajaría... Aún así, de todos modos ya había descartado la posibilidad de que estuviera mintiendo.
Tsukiku entrecerró los ojos.
-¿Aún planeas divorciarte?
-Sí.
-¡Papá!
-¿Qué quieres que haga? -Rascó su oído con el meñique-. Hasta ahora eso es en lo único en lo que tu madre y yo estamos de acuerdo.
-No me creo que esa sea la única razón. -Hizo una mueca-. ¿Qué pasa? ¿Por qué te portas así después de todo lo que pasamos buscándola? ¿A qué...?... -Se interrumpió, abriendo mucho los ojos al darse cuenta de lo que era ese sentimiento antes indescifrable que brillaba en los ojos de su padre-. ¿A qué le tienes miedo?
Miedo. Eso era.
Él estaba asustado. ¿Pero de qué?
-Hay cosas que es mejor que no hable contigo. -Rió entre dientes-. Pero tienes razón en que estoy siendo un cobarde. No me enorgullece, pero si tu madre quiere el divorcio entonces voy a dárselo. Es así de simple. -Encogió los hombros-. Iré a recoger a tu hermana del jardín de niños, ¿vienes?
Tsukiku negó con la cabeza.
-Iré a ver a mis amigos.
Ambos salieron del departamento y se fueron en distintas direcciones.
Ella volteó a verlo alejarse, viendo su espalda y preguntándose si podría hacer algo por él.
En todos esos años sin su madre, Tsukiku jamás vio a su padre llorar, aunque él siempre dio todo de si por consolarla cuando ella se quebraba. Solo una vez vio las lágrimas escaparse de sus ojos, y fue mientras él dormía. Solo dos pequeñas lágrimas escapando de sus ojos en lo que murmuraba el nombre de su madre entre sueños. Fue solo en ese entonces que Tsukiku a la edad de once años comprendió que su padre no era un ser emocionalmente indestructible.
Quisiera que él pudiera contarle lo que le molestaba, pero debía respetar que no quería mostrarse triste ante ella.
Aún así, no podía quedarse de brazos cruzados.
Llegó con sus amigos, viendo a Kinji y Ruchiru reunidos con Misaki en la habitación de Yok, escuchándola tocar su bajo mientras él leía un libro con gesto malhumorado porque estuvieran invadiendo la alcoba real, sin duda.
-¿Puedo invadir los terrenos de su majestad? -Sonrió burlonamente al entrar al cuarto.
-No me llames así. -La miró mal-. Y como sea, esto ya es tierra de nadie.
-Vaya forma de decir que nos quieres fuera de tu habitación. -Ruchiru le envió su propia mala mirada a Yok.
-¿Está todo bien? -Kinji se le acercó preocupado a Tsukiku-. Te ves triste.
-Estoy bien... Solo que es probable que mis padres se divorcien en cualquier momento. -Bufó, sentándose en la cama junto a Yok.
-Tal vez sea lo mejor. Mi tía ya tiene suficientes problemas intentando recordar todo. -Ruchiru se apoyó en una pared con los brazos cruzados tras la nuca-. Tío Senku debería apoyarla o dejarla en paz.
-Pero los divorcios son muy complicados. Además yo creo que ellos se quieren aún -dijo Misaki, dejando su bajo de lado.
-Ow, sería muy triste que se separen. -Kinji pareció desanimado-. ¿Podemos ayudar de alguna forma?
-Quiero, pero no me dejan. ¡Creen que soy una niña! Soy perfectamente capaz de hablar con ellos y entender por lo que están pasando. ¡Pero los dos son unos tercos de primera!
-Veo que saliste a ambos -murmuró Yok sin levantar la vista de su libro.
-Tú cierra tu real boca. -Bufó.
-¿Y qué harás? ¿Les pedirás hablar contigo? -indagó Misaki.
-Ya intenté eso, necesito una nueva estrategia. -Llevó dos dedos a su barbilla, pensativa-. Escuche que en Francia inventaron el primer afrodisíaco diez billones por ciento efectivo...
-¡TSU-TSUKIKU! -Misaki la miró roja de la vergüenza.
-¿Qué?
-Que asco. Son tus padres. -Ruchiru la vio con reprobación-. Además, lo declararon ilegal.
-Mierda.
-Extraño a Umi, ella era la de los planes sensatos -volvió a hablar Ruchiru.
-No necesitamos planes sensatos. ¡Necesitamos algo rápido y diez billones por ciento efectivo! Tal vez encerrarlos en una habitación o fingir mi secuestro...
-Definitivamente necesitamos a Saionji -murmuró Yok.
-¡Mis planes no son tan malos!
-Eh, tal vez deberías dejarme ayudarte en esto. -Misaki se sentó frente a ella-. ¡Como alguien que ha visto muchos doramas, se me ocurren un par de ideas para solucionar esto!
-Como alguien que ha sido obligado a ver muchos doramas, debo decir que dudo mucho que eso sirva en la vida real -intervino Yok.
-Oh, vamos, algunos te gustaron... Como sea, en realidad no se me ocurre qué hacer para evitar el divorcio, pero se me ocurre quién podría ser el villano en esta historia. -Misaki alzó un dedo, con una sonrisa que expresaba orgullo en sí misma.
-¿Hay un villano? -Kinji palideció.
-Algo así. Quiero decir, todo tiene una explicación, menos las rarezas de la amnesia de Kohaku-san y por qué prácticamente desapareció sin dejar rastro y sin avisar a nadie.
-De hecho eso también preocupa a mi padre. -Tsukiku subió las piernas a la cama, abrazándolas-. Dice que es muy conveniente y extraño que haya sufrido un accidente que le diera ese tipo de amnesia y que además es más extraño que haya desaparecido sin decir nada. Por eso aún hay algo que le preocupa...
-Mmm... -Kinji empezó a hacer uso de toda su concentración-. Puede ser... Tal vez... ¡¿Es posible que alguien haya atentado contra tía Kohaku, modificando sus recuerdos y llevándola lejos de su familia?! -Solo pensarlo lo hizo estremecerse.
Silencio.
Misaki y Yok parecieron genuinamente preocupados por la idea, pero Ruchiru y Tsukiku... ellos caminaron directo a encajar un coscorrón en la cabeza de Kinji.
-Esa tecnología no existe actualmente, idiota -Ruchiru hizo una mueca de puro disgusto-. Deja de ver tantas películas. Esto es serio.
-¡Ja! ¿Crees que si algo así fuera científicamente posible no habría pensado en eso ya? Cabeza hueca. -Tsukiku le dio otro coscorrón.
-¡Lo siento! -Lloró cascaditas.
-Entonces la amnesia si fue simplemente una desafortunada coincidencia -dijo Yok, cerrando su libro-. Pero puede ser que alguien en verdad haya intentado llevarla lejos, eso no está totalmente descartado.
-Pero es poco probable. -Tsukiku bufó-. Mamá es policía. Siempre estaba en guardia en la calle, y en mi casa nada estaba forzado, además de que tiene uno de los mejores sistemas de seguridad del mundo. Y la policía también investigó eso... pero el hecho de que mi mamá haya hecho sus maletas lo descarta casi por completo.
-¿Tal vez la tenían amenazada? -volvió a sugerir Kinji.
-Mis padres tenían un plan de emergencia para esos casos.
-¡¿En serio?!
-¿Creen que no he pensado en todo? -Tsukiku rodó los ojos-. Se los digo, lo más probable es que ella haya querido hacer un viaje. No puedo descartar que le hayan querido hacer algo al salir de la casa, pero no entiendo cómo no le avisó a nadie. Eso es lo que realmente no cuadra aquí.
-Y eso es lo que me regresa a mi suposición sobre el villano del cuento -dijo Misaki.
-¿Exactamente a qué te refieres? -Tsukiku alzó las cejas.
-Recuerdo que me llamabas todos los días cuando viajaste a Inglaterra. Y recuerdo que me contaste que la científica Maiko viajó con ustedes.
-¿Maiko?... -Tsukiku pestañeó aturdida-. ¿Qué tiene que ver ella? No podría haberle hecho nada a mi madre desde Inglaterra...
-Pero el año pasado me dijiste que Maiko casi fue despedida porque la descubrieron hackeando las redes sociales de tu padre. De hecho, me dijiste que hasta pudo interceptar mensajes que le enviaba Hanaki-san a su celular personal y le contestaba de manera cruel.
-¿Y eso qué tiene que...?... -Tsukiku se interrumpió, alzando mucho las cejas-. Oh...
Oh, mierda.
.
Esa tarde, después de dejar a Shizuku durmiendo su siesta y de que Amaryllis se marchara con su novio, Senku y Kohaku se sentaron frente a frente en la sala, con el nuevo contrato de divorcio en la mesilla en medio de ambos.
Los dos tenían expresiones miserables en sus rostros, pero ambos tenían un bolígrafo en sus manos, ansiosos por firmar.
-Hemos acordado que ambos queremos el divorcio -murmuró Senku, a lo que Kohaku asintió sin ganas-. Solo falta discutir cómo dividiremos nuestro tiempo con las niñas.
-Bueno, Shizuku es muy pequeña para estar viajando horas y horas hacia Tokio. -Kohaku se puso mortalmente seria-. Tú deberás ser el que venga a verla hasta que sea mayor. Puedes rentar una habitación de hotel y venir a verla cada vez que quieras.
Senku frunció el ceño.
-En ese caso, quiero que ella pase las vacaciones conmigo.
-¿Qué? ¡De ninguna manera!
-Puedes venir con ella... Yo no tengo problema con que te quedes en nue... En mi casa.
-No, gracias. -Se removió incómoda.
-¿Te recuerdo que Tsukiku vive allí también? Además, tienes a tu familia en Tokio, tu cuñado aún ni sabe que estás viva. No puedes esconderte en Osaka para siempre.
-¡No me estoy escondiendo! Además, tengo trabajo. No podría irme tanto tiempo y no quiero que mi pequeña hija esté lejos de mí en una ciudad extraña.
-Estará con su familia. Y no solo yo, también tiene a sus abuelos y sus tíos allá. ¿No te importa en lo más mínimo que mis padres no conozcan a su nieta? Además, ellos también te adoran. También mis hermanos. ¿Tienes idea de cuánto lloró Suika por ti?
Kohaku hizo una mueca.
-No sé quién es... No recuerdo a tu familia. Lo siento.
Esas palabras hicieron a Senku tragarse su coraje.
-Lo siento también. -Carraspeó-. Dejemos el tema de Shizuku por ahora. ¿Qué hay de Tsukiku? Tiene escuela y a sus amigos en Tokio. Claramente pasará la mayor parte del año allá.
-Pero... -Quería protestar, sin embargo rápidamente se mordió la lengua, pensando en un mejor modo de decir lo que quería-. Podríamos hablar con ella y preguntarle qué prefiere hacer... Tal vez ella quiera... quedarse conmigo y su hermana...
Silencio.
Senku la miró con el rostro en blanco, como si ella hubiera dicho una barbaridad inconcebible.
-Kohaku. -Cuando habló, parecía estar haciendo grandes esfuerzos por no gritarle-. No vas a quitarme a Tsukiku.
-No quiero eso -aclaró de inmediato-. Pero soy su madre y...
-Y yo soy su padre. Padre de ambas, y nunca se me pasó por la cabeza alejarte de Shizuku, admito que sí pensé en alejarte de Tsukiku, pero eso fue porque pensé que la habías abandonado. ¿Qué falta como padre he tenido para que quieras quitarme a mis dos hijas? ¿Criar a una adolescente solo por cuatro años? ¿No saber de mi otra hija porque tú no me dejaste? -Sonrió amargamente-. ¿O cuál es tu maldita excusa, Kohaku?
Ella se cruzó de brazos, apartando la mirada.
-No quiero quitártelas... Solo quiero darle esa opción a Tsukiku. Es lo suficientemente mayor para tomar esa decisión.
Senku se quedó en silencio, mirándola como si fuera su peor enemiga.
Finalmente suspiró, apartó la mirada y pensó por un momento, antes de volver a hablar.
-¿Y exactamente cuál es el problema de que tú te mudes a Tokio? Puedes conseguir un mejor trabajo allá.
-No es solo por mi trabajo... Shizuku ya está acostumbrada a este lugar. Tiene a su jardín, sus compañeros y su maestra, a su mejor amigo, a Amaryllis.
-Y Tsukiku tiene a su familia, sus mejores amigos, su escuela, su laboratorio y... ¿qué más? Ah, cierto, a su padre en Tokio.
-No estoy diciendo que ella va a aceptar...
-Entonces no lo digas y ya.
-¡Quiero darle la opción!
-¡Quieres dejarme sin nada! -Se puso de pie bruscamente, largándose de la sala.
Kohaku lo siguió con molestia.
-Sabes que yo no soy así, Senku. ¡Solo quiero lo mejor para mis hijas!
-¿Lo mejor para ellas o lo mejor para ti? -Abrió el refrigerador, gruñendo al ver que no tenían ni una miserable botella de vino.
-Sé que eres un buen padre, Senku. Y no te odio, ni quiero hacerte daño. Ja... ¿Podrías dejar de pensar lo peor de mí al menos por un momento?
-Sé que tu intención no es quitarme todo, pero eso es lo que lograrás. -Cerró el refrigerador suavemente-. ¿Qué tal si yo me mudo a Osaka? Tendría que mudar la base principal de mi empresa, pero eso se arreglaría en un par de años.
-No es lo que quiero, Senku. -Cruzó los brazos, sintiéndose culpable porque él estuviera dispuesto a tanto y ella no diera su brazo a torcer en nada-. Lo siento, yo solo... No sé cómo podremos hacer esto...
-Yo tampoco. -Volvió a la sala y ella lo siguió a paso lento-. También quiero a mis dos hijas. También quiero lo mejor para ellas.
Ambos se sentaron frente a frente otra vez y miraron al contrato de divorcio como si fuera una sentencia de muerte.
Los bolígrafos en sus manos ya no estaban tan ansiosos por firmar.
-¿Qué hacemos, Senku?... -Lo miró con tristeza.
Él no pudo sostenerle la mirada.
-Podemos dejar la tenencia sin especificar por el momento, firmar el divorcio y arreglar eso después -murmuró, luciendo aún más miserable.
Kohaku cerró los ojos con pesar.
-Está bien, voy a...
-¿Papi? -Ambos se congelaron al ver a Shizuku bajar por las escaleras, con su cabello desordenado un poco crispado, haciéndola ver aún más parecida a Senku-. ¿Qué ed divorchio? -Fue a sentarse junto a él.
-Eh...
-Hijita. -Kohaku le sonrió dulcemente-. Debes saber que papá es un hombre muy ocupado, ya te lo había dicho antes. Él tiene su casa en otra ciudad, y debe volver algún día -le explicó de la forma más sencilla posible.
-Yo y nee-chan debemos volver algún día -corrigió, haciendo a Kohaku apretar los puños y bajar la mirada-. Pero te voy a llamar todos los días, y vendré a verte siempre que quieras. -Le sonrió con dificultad, con el dolor muy visible en sus ojos.
-¿Qué? ¿Por qué? -Hizo pucheros-. ¿Papi che va de nuevo? ¿Por qué? -Sus ojos empezaron a aguarse-. No quiero...
-Yo tampoco quiero, pero...
-¿Y por qué te vad a ir? -Sollozó-. No quiero.
Senku quiso decir algo, pero su voz se quebró y simplemente la abrazó contra su pecho, enterrando el rostro en su cabello.
-Lo siento... -solo pudo decir.
Kohaku sintió que su corazón se rompía al verlos.
¿Por qué las cosas tenían que ser así?
Justo mientras sentía las lágrimas al borde de caer, tocaron a la puerta, con golpes frenéticos.
Se secó los ojos y fue a abrir, sorprendiéndose al ver a Ruchiru allí, con una sonrisa nerviosa.
-Tía... Tenemos un problema.
-¿Un problema?...
-¿Tío Senku está aquí? -Ingresó a la casa, entrando a la sala donde ahora Senku estaba peinando con los dedos el cabello de Shizuku, que seguía sollozando suavemente.
-¿Qué sucede, mocoso? -Lo miró de reojo.
-Es... Tsukiku... -Tragó saliva-. Intenté detenerla, pero no me hizo caso, como siempre.
-¿Qué pasó? -preguntó Kohaku preocupada.
-¿Qué hizo ahora? -Senku parecía más que nada resignado.
-Ella se fue a Tokio -informó nerviosamente-. Se llevó a Kinji, a Misaki y a Yok. Y creo que quiere matar a Maiko-sensei porque descubrió que ella hackeó su conversación hace cuatro años...
-¡¿QUÉ?!
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