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Tiempo

Después de seguir hablando por un momento, Shizuku bajó del segundo piso, gritando que estaba aburrida.

—¡Tía Amarylli! —Al ver a la otra mujer adulta, corrió a darle un abrazo.

—¿Le han dicho la verdad? —preguntó a Amaryllis con nerviosismo mientras abrazaba a la pequeña.

—¿La verdad de qué? —Miró alegremente a su mamá.

Kohaku miró a Tsukiku, que tragó saliva.

—Dile… Si quieres. —Cruzó los brazos y les dio la espalda.

Kohaku sonrió suavemente, tomando en brazos a su hijita menor y sentándola en su regazo.

—Shizuku, mami tiene una gran noticia para ti. —Acarició su rostro tiernamente—. Tu amiga Tsukiku… Realmente es tu hermana. —Shizuku ladeó la cabeza, sin entender—. Es mi hija también, igual que tú, es tu hermana mayor. —Sonrió de forma radiante.

—¿Ed tu hija también? —Se quedó con la boca abierta—. ¡¿Ed mi hermana mayor?! —Miró a Tsukiku, que tomó aire y se giró para sonreírle un tanto incómoda—. Wow… ¡Genial! —Sonrió emocionada—. ¡¿Y dónde etaba anted, nee-chan?!

Tsukiku pestañeó, sorprendida porque la pequeña se lo hubiera tomado tan bien.

Ella no lo habría hecho, para ser honesta.

—Nee-chan estaba lejos. Ella… —Kohaku suspiró pesadamente—. Ella estaba con papá.

—¡¿En cherio?! —Miró aún más emocionada a Tsukiku—. ¡¿Y cómo ed mi papi?! —Saltó del regazo de su madre para agarrarse a la gabardina de Tsukiku, mirándola con ojos brillantes.

—Eh… ¿Puedo mostrarle una foto? —Sin saber qué más decir o hacer, miró inquisitivamente a su madre, que asintió con pesadez—. Mmm… ¿Quieres ver una foto, entonces?

¡Chí!

Se sentaron en el brazo del sofá y Tsukiku buscó a través de la galería del celular que usaba para comunicarse con su padre, viendo si tenía alguna foto de él.

Finalmente, encontró una foto del último cumpleaños de su padre, aunque casi le da un ataque al ver que fue celebrado en el restaurante de Hanaki… aunque su madre seguramente no recordaba a Hanaki, pero aún así se sintió incómoda y buscó otra foto, llegando a Navidad donde su abuelo Byakuya le había puesto un sombrero navideño y Tsukiku le tomó la foto solo para burlarse.

Sonrió con nostalgia y le enseñó la foto a Shizuku, que abrió mucho sus ojitos color carmín.

—Wow… Che pareche a nee-chan. —Miró sin parpadear a la foto.

—También a ti, pulga, no creas que te salvas. —Rió entre dientes—. Aunque tuviste suerte y tu cara se parece más a mamá, eres la favorita de la genética, para que sepas.

—No te entiendo. —Rió, tomando el celular y mirando sonriente a su padre—. ¿Él va a jugar conmigo? —preguntó con entusiasmo.

—Sí, amor, él te amará. —Su madre se colocó detrás de ella y le dio un beso en la coronilla de la cabeza—. De hecho… ¿te gustaría conocer a papá?

—¡¿Puedo?! —Su sonrisa se hizo aún más grande.

Tsukiku miró sorprendida a su madre.

—Sí. —Ella suspiró, con rostro decidido—. Pronto iremos a ver a tu padre.

—¡Hurra! —Shizuku le devolvió el celular a su hermana y se lanzó a abrazar a su mamá.

Ese día todos se regresaron al hotel y Tsukiku se quedó en casa de su madre, que se negaba a soltarla.

—¡Quiero saber todo sobre ti! —exclamó después de una buena media hora besuqueando su rostro—. ¡No recuerdo mucho, así que dime todo lo que quieras, tal vez me ayude a recordar más! —Estaba emocionada por saber más de su hijita.

—Pero ¿y qué si vuelve a dolerte la cabeza de ese modo? —Tsukiku la miró preocupada—. Olvídalo, lo mejor es ir despacio. No quiero que te pase nada malo… —No fue nada lindo verla desmayarse y sufrir de ese modo.

—Pero yo quiero recordar. —Hizo una mueca disconforme—. Ja, unos cuantos dolores de cabeza no me detendrán.

—Mamá, tengo altos conocimientos en neurociencias y créeme que esto podría traer consecuencias negativas para ti. Así que no, si veo que vuelven a darte esos dolores de cabeza te llevaré al hospital —advirtió con toda la seriedad del mundo.

—Sí que eres igualita a tu padre, ¿eh? —Sonrió resignada.

Tsukiku bufó, aunque sonriendo.

La miró curiosa mientras ella le acariciaba el cabello, antes de decidirse a hablar.

—¿Qué más recuerdas de él? Aparte de esa pelea que no nos quieres decir.

Normalmente no solía interesarle la vida amorosa de sus padres, pero esta vez sí que estaba muy curiosa en los recuerdos de su madre sobre su padre.

—Bueno… Llegué a recordar la discusión, el cumpleaños que celebramos juntos, la primera vez que me besó… la primera vez que… —Se mordió la lengua, enrojeciendo y mirándola con nerviosismo.

Al deducir lo que se le estaba pasando por la mente, Tsukiku hizo una mueca de asco de inmediato.

—Ew, mejor olvídalo… Prefiero no saber…

—No iba a decir nada. —Tosió incómodamente—. Ta-también recuerdo que fuimos a Okinawa juntos. Y recuerdo que él me enseñó a conducir… —Sonrió con nostalgia—. Lamentablemente no recuerdo mucho más… Al menos no cosas agradables. —Eso último fue un susurro que Tsukiku no alcanzó a escuchar bien.

Amaryllis preparó una agradable cena para las cuatro y al final su madre la arrastró a dormir junto a ella y su hermanita en su habitación, sin querer soltarla.

A la mañana siguiente, Tsukiku recibió una llamada de su padre y casi se golpea porque se suponía que regresarían mañana y la verdad es que no quería irse aún, así que debía inventar otra excusa para quedarse y aún no se le ocurría.

Y, como no se le ocurría ninguna excusa, rechazó la llamada de su padre y le envió un mensaje diciendo que estaba muy ocupada y lo llamaría luego.

Mientras desayunaban, Shizuku seguía dormida y Tsukiku aprovechó para preguntarle a su madre qué iba a hacer.

—Quiero viajar a Tokio y hablar con Senku. —Suspiró—. Le debo una gran disculpa… Estaba tan molesta por mi último recuerdo de él que no me di cuenta de que algo no encajaba con su actitud. Y tiene derecho a conocer a Shizuku lo antes posible… Ya estuvieron separados mucho tiempo. —Bajó la mirada con tristeza—. Todos nosotros ya estuvimos separados demasiado tiempo…

Se quedaron en silencio unos minutos hasta que Amaryllis llegó al comedor.

—¡Conseguí que nos dieran el día libre en el trabajo! —Se sentó junto a Kohaku, sonriente—. ¡Además, estuve investigando en internet sobre ese Ishigami Senku y oh, Dios mío! ¡Es asquerosamente multimillonario! ¡Uno de los mejores científicos de este siglo, según todas las revistas importantes! ¡Y además es bastante guapo! ¡Te sacaste la lotería con él, Kohaku!

—Bueno, lo recordaba como un hombre exitoso, aunque fue por un periódico que vi gracias a unos turistas que supe que le estaba yendo tan bien. —Se metió un gran bocado de su cereal a la boca—. No recordaba su apellido, pero podría haberlo contactado después de saber que es tan famoso… —Se deprimió—. Soy una tonta… —Dejó caer la cabeza en la mesa.

—También vi que te estuvo buscando… —murmuró Amaryllis suavemente—. No muchos en Tsushima tienen acceso a internet, aunque me sorprende que yo no haya visto nada de eso… Siempre estoy viendo chismes de celebridades.

—Mi padre y yo siempre odiamos la prensa amarillista y la rosa, la evitabamos. —Tsukiku hizo una mueca—. Qué imbécil, debería haber usado ese recurso también. Aunque hubieran dicho cosas malas, quizás la noticia te habría llegado. —También dejó caer su cabeza en la mesa.

Al ver a ambas deprimidas, Amaryllis solo pudo suspirar.

—Si que son madre e hija ¿eh?

Kohaku y Tsukiku se mantuvieron con las caras pegadas a la mesa hasta que Shizuku se despertó y llegó brincando al comedor.

—¡Buenod díad! —gritó alegremente—. ¡Hola, mami, hola tía, hola, nee-chan!

Era difícil estar deprimidas cerca de esa niña, de inmediato empezó a brincar por todo el comedor, diciendo que estaba muy feliz de tener a su hermana allí, y que quería contarle todo a su amigo " Chichi". Su madre se iluminó de inmediato y Tsukiku no pudo evitar sonreír y reír por esa niña tan energética.

Su madre estaba tan feliz por tenerla allí que quería hacer un gran banquete para ella y sus amigos.

—Mmm… ¿ya te gusta más cocinar? —Tsukiku la miró sorprendida.

—¿Siempre fui mala en eso? —También la miró sorprendida.

Shizuku ahora estaba jugando con Amaryllis, a la que le encantaba peinarle el cabello.

—No eras mala, solo que no te sabías muchas recetas y siempre preferías comer cosas simples.

—Ja, bueno, sigo siendo así, pero gracias a Amaryllis he aprendido a cocinar más. Aunque estaba pensando que podríamos cocinar entre todos, ya que somos tantos. ¿Alguno de tus amigos es bueno en eso?

—Probablemente solo Umi-nee y su majestad…

—¿Su majestad?

—Yok. El chico serio que se la pasa callado y haciéndose el importante. —Rió divertida, pero su madre siguió sin entenderla—. El que es de mi edad. Es castaño, tiene ojos verdes claros, usa cubrebocas, es muy li…

—¡Oh! Ya lo recordé. —Sonrió complacida, interrumpiéndola—. ¿Entonces él sabe cocinar?

—Sí, aunque es muy quisquilloso con todo, probablemente va a limpiar cada milímetro en tu cocina antes de ponerse a cocinar. —Siguió riendo.

—Aparte de Ruchiru ¿todos los demás son tus amigos de la escuela?

—Oh, no. Solo Yok y Misaki son mis amigos de la escuela. Los demás son mis amigos porque sus padres son amigos tuyos y de papá. De hecho me sorprende que no los recuerdes… todos son mayores que yo. ¿No recuerdas a ninguno de tus amigos con papá? Tío Taiju y tía Yuzuriha. Tío Ukyo. Tío Tsukasa y tía Minami… ¿Nadie?

—No… Bueno, recuerdo a tu padre hablando de un tal Taiju una que otra vez, creo que también solía decirle "grandulón".

—¡Exacto! —Sonrió emocionada.

—También recuerdo que mencionaba a Ryusui, y recuerdo verlo en una fiesta pero no hablar con él, y recuerdo que mencionó a alguien a quien siempre llamaba "mentalista entrometido". —Tsukiku se carcajeó de buena gana ante eso.

—Ese es el tío Gen. Él y el tío Ryusui siempre fueron unos entrometidos.

—Es una lástima que no los recuerde…

—De hecho, si algo debes agradecer de tu amnesia, es no recordar a esos dos.

En algún lugar de Tokio, Ryusui y Gen estornudaron al mismo tiempo, a lo que intercambiaron miradas confundidas, antes de encoger los hombros y seguir planeando la caída de sus enemigos.

Después de desayunar, Kohaku dejó a Shizuku con Amaryllis y Tsukiku llamó a sus amigos para ir al mercado a comprar todo para el banquete que querían hacer hoy.

—Yo no sé cocinar, ¡pero puedo cargar todo! —Kinji traía varias canastas con él para hacer las compras.

—Supongo que también me dedicaré a cargar cosas. —Haishi no estaba tan entusiasmado como Kinji, pero sonreía relajado mientras paseaban a través de las calles, viendo las tiendas.

—Yo sé cocinar un poco, ahora yo le cocinó a mi padre, ¡y soy cada vez mejor! —presumió Ruchiru con la barbilla en alto.

—Eso es porque tienes novia. —Tsukiku lo miró con picardía.

—¡Ya te dije que Ayami no es mi novia, gorila bruta!

En un segundo, Tsukiku sonrió dulcemente, y al segundo siguiente Ruchiru acabó desplomado en el suelo sujetando su estómago.

—¡No soy un gorila, bastardo! —Tsukiku bajó la pierna y siguió caminando con la barbilla en alto.

—Esto acaba de hacer que recuerde más a Chrome —murmuró Kohaku con una mueca de fastidio mientras sujetaba su frente.

Tsukiku se preocupó al ver a su madre con dolor y la llevó a sentarse en una banca un tiempo.

—¿Quieres algo de beber? ¿Segura que te sientes bien?

—Tranquila, bebé. Estoy bien. Solo fue un pequeño dolor. —Le sonrió tiernamente.

—Vamos, al menos déjame comprarte un refresco.

—Bien, bien.

—¡Muy bien! Oigan. —Miró a sus amigos que también habían aprovechado a sentarse—. Alguien vaya a comprarle un refresco a mi madre —mandó, tendiendo un fajo de billetes.

Al ver que Kinji y Haishi tenían las manos llenas, y Ruchiru seguía sujetando su estómago por el dolor, Yok tomó el dinero.

—Bien, yo voy.

—Disculpe la molestia, alteza.

—Cállate. —Rodó los ojos—. ¿Refresco de naranja extra dulce?

Kohaku lo miró con curiosidad.

—Es mi favorito. ¿Cómo lo sabes?

—Es favorito de Ishigami también. —Señaló a Tsukiku con la cabeza—. Ya regreso.

Kohaku miró fijamente a su hija mayor.

—¿Es tu novio? —preguntó un tanto recelosa.

Tsukiku rió divertida, negando con la cabeza.

—No. Una simple plebeya no es digna de su real majestad. —Siguió carcajeándose mientras todos la miraban con gotitas bajando por sus sienes, excepto por Haishi que parecía molesto.

Yok se tardó bastante en regresar, y justo cuando Tsukiku estaba a punto de ir por él lo vieron a lo lejos.

—¿Dónde diablos estabas? ¿Te fuiste a contar tus coronas mientras tus sirvientes reales compraban la bebida? —Tsukiku se cruzó de brazos con fastidio.

—No tenían este sabor en las tiendas cercanas, tuve que dar un par de vueltas. —Le tendió la bebida a Kohaku.

—Oh, gracias, aunque pudiste traer otro sabor y no me habría importado.

—Quería traerle este. —Revolvió aún más su cabello ya revoltoso—. No se preocupe.

—Vaya, eres un niño muy dulce después de todo ¿eh? —Le sonrió de forma radiante.

—N-no diga eso… —Se sonrojó hasta las orejas y se fue a unos buenos cinco metros de ellos, con la cabeza gacha y aún pareciendo adorno navideño.

Luego de que se tomara el refresco Tsukiku finalmente la dejó seguir con la caminata y todos siguieron comprando.

—¡¿Podemos comprar esta bebida?! —Kinji señaló emocionado una botella con un líquido azul burbujeante—. ¡Se ve deliciosa!

—Es producto para limpieza, cabeza hueca. —Tsukiku le dio un coscorrón y lo empujó lejos de allí—. Ja, me sorprende que hayas sobrevivido a tu infancia.

—¡Yo quiero probar todos estos nuevos ingredientes! ¡Mi padre siempre dice que probar cosas nuevas es lo mejor! —Ruchiru estaba comprando vegetales y condimentos raros a dos manos.

Misaki y Yok estaban más preocupados por ver un concierto de rock en los televisores de una tienda de electrodomésticos que por comprar ingredientes.

Umi era la única que realmente estaba comprando ingredientes para preparar comidas que sabía hacer, ya que Kohaku estaba muy ocupada abrazando a Tsukiku todo el tiempo. Haishi estaba detrás de Umi, cargando todo lo que ella compraba, pero su mirada estaba fija en Tsukiku.

Al notar a donde estaba dirigida la mirada de Haishi, Umi sonrió suavemente y compró una bebida energética sabor naranja extra dulce en una tienda cercana.

—¿Por qué no le llevas esto a Tsukiku? —Se acercó a Haishi otra vez, con una sonrisa—. Seguro apreciará el gesto.

—Pero debo llevar tus compras…

—No te preocupes por mí. —Le quitó las bolsas que llevaba en una mano y se las cargó al hombro—. Ya llevas demasiado, me encargaré desde aquí. —Le tendió la bebida otra vez—. Ve con ella.

Haishi la miró fijamente por un momento, antes de sonreír y llevar su mano a acariciarle la cabeza, desacomodando su sombrero.

—Gracias.

—No hagas eso. —Rió, con el rostro enrojecido, apartando su mano y dándole el refresco—. Ve, ve. —Volvió a acomodar su sombrero con una suave sonrisa.

Haishi asintió y se adelantó hacia donde Tsukiku estaba riendo porque su madre no quería soltarla ni para entrar a una tienda.

Apenas él volteó, la sonrisa de Umi se deshizo y ella suspiró antes de volver a concentrarse en sus compras.

—Eh, tía, ¿no crees que la estás asfixiando un poco? —Haishi llegó justo a tiempo para ver a Tsukiku luchando por su vida con la cara enterrada en el pecho de su madre.

—Lo siento. —Finalmente la liberó.

—Te debo una, gigantón. —Tsukiku jadeó por aire.

—Me debes dos. —Le tendió la bebida energética.

—Ja, llámame cuando quieras que hackee algo por ti. —Tomó la bebida—. Gracias.

—¿No estarán todos muy cansados ya? —Kohaku volvió a abrazar a su hija mayor, esta vez solo por el brazo—. Creo que ya compramos lo necesario… Solo necesito más paquetes de fideos y arroz. —Jaló a Tsukiku a otra tienda.

Luego de unos veinte minutos, finalmente decidieron volver a la casa de Kohaku, donde Shizuku se le colgó de la pierna a su madre apenas verla mientras ella aún no dejaba ir el brazo de Tsukiku, acabando las tres casi sin poder moverse y riendo.

Umi sonrió enternecida y dejó las bolsas en el suelo para poder grabar el momento, pensando que tal vez cuando su tío Senku se reconciliara con su esposa iba a querer ver esto.

Al pensar en eso, de repente recordó que se suponía que deberían regresar mañana y empezó a preocuparse.

—Disculpa, tía, necesito hablar con Tsukiku un momento. —Jaló a la chica menor por el brazo y la llevó afuera al jardín delantero, haciendo una seña a los demás de que la siguieran—. Tsukiku, ¿no debíamos regresar mañana? ¿Le has dicho a tu madre?

—Sobre eso… —Hurgó en su oído con desinterés—. No quiero irme aún.

—¡¿Qué?! —gritaron todos al mismo tiempo.

—Yo no puedo quedarme. —Misaki miró nerviosamente a los lados—. Mis tíos me matarán.

—Mi mamá hará un escándalo. —Haishi se frotó las sienes de solo pensarlo.

—Yo no quisiera mentirle más a mi papá… —Umi se llevó las manos al pecho, sintiéndose culpable.

—¡Yo me quedaré a tu lado todo lo que quieras! —Kinji no dudo ni por un segundo.

—Yo si quiero quedarme más con mi tía. Aunque sí que tendría que inventarle una excusa a mi papá. —Ruchiru pareció pensativo.

—A mí me da igual. —Yok se apoyó contra la pared de la casa.

—Ya pensé sobre eso, tranquilos. —Se cruzó de brazos, rodando los ojos—. Les diremos que ganamos la competencia y nos ofrecieron otra semana de vacaciones. Misaki, tus tíos son los únicos que realmente darán problemas, así que puedes regresarte si quieres o bien les dices que te van a dar más dinero si te quedas, luego yo te doy dinero para que les des a ellos y no fastidien. Los demás siempre tienen la opción de regresarse. Y Umi… eh… supongo que puedes decirle la verdad a tu padre, no creo que el tío Ukyo quiera delatarme. —Encogió los hombros.

—No, está bien... Ya veré qué decirle...

—Pudiste decirnos antes tu plan ¿no crees? —Ruchiru la miró mal.

—En realidad se me acaba de ocurrir…

—¡¿Qué?!

—¡Eso es demasiado impulsivo hasta para ti, gorila!

Luego de que Ruchiru acabará en el suelo otra vez, Tsukiku quiso volver con su madre, pero entonces le llegó una llamada de su padre y decidió ir a contestarle al jardín trasero.

Le explicó que habían ganado y se quedaría otra semana, y su padre de inmediato comenzó a hacer preguntas.

—¿Con todos tus amigos allí? ¿No necesitan nuestra autorización para eso también? ¿Y qué te hace creer que yo te doy permiso para quedarte más tiempo? Aún tenemos una conversación pendiente.

—Lo sé… Pero tal vez vuelva antes, solo dame unos días, ¿sí? También tengo algo que decirte cuando regrese…

—Bueno, siempre podemos hablar por celular si es muy importante. Yo sí que tengo algo importante que decirte.

—No, prefiero que sea en persona. Solo serán unos días.

—Podría ir allá contigo, estoy ligero de trabajo.

—Que no, papá. —Bufó, hastiada—. Estoy bien, estoy con mis amigos, y te dije que volveré pronto. Te llamaré mañana, adiós. —Le colgó antes de que pudiera hacer más preguntas.

Volvió a la cocina donde su madre ya estaba preparándose para cocinar junto a Ruchiru y Umi, aunque se vieron interrumpidos cuando Yok se puso en modo obsesivo de la limpieza y empezó a limpiar cada pequeño grano de polvo, ordenándoles a los demás limpiar también, excepto a Kohaku ya que de repente se ponía muy tímido con ella.

Tsukiku se acercó riendo a la escena.

—¿Algo en lo que pueda ayudar, majestad? —Sonrió burlona.

—¡No me llames así! —gruñó, antes de darle una escoba—. Hay polvo detrás del refrigerador, encárgate.

—A la orden, su real majestad Yok.

—¡Que me llames Mijow!

—¿Puedo ayudar? —Shizuku estaba en brazos de su madre mirando a todos trabajar con entusiasmo.

—Creo que les dejaremos encargarse de esto y luego tú y yo prepararemos algo delicioso para nee-chan, ¿suena bien?

—¡Chí, hurra! —Aplaudió entusiasmada—. ¿Y cuándo vendrá mi papi? —preguntó con ojos brillantes.

—Eh… —Kohaku se estremeció, pero rápidamente sonrió con dulzura—. Nosotras iremos a verlo pronto, ¿sí? ¡Le daremos una sorpresa! —A pesar de su sonrisa, Kohaku estaba muriendo de nervios por dentro.

—¡Hurra, chorprecha!

No tenía idea de cómo reaccionaría Senku cuando descubriera toda la verdad.

.

Después de hablar con su hija, Senku no quedó del todo convencido por sus excusas.

Para ser honesto, su hija era muy buena saliéndose con la suya, y él era muy malo evitando sus travesuras o inclusive castigándola al descubrirla. Pero después de años criando solo a esa niña ya sabía identificar más o menos bien cuando le estaba mintiendo.

Ahora tenía la sospecha de que ella ocultaba algo. Y eso sumado a la sospecha de que había estado evitando conversar con él antes de irse solo lo hizo estar casi seguro de que su princesa estaba tramando algo.

Estaba en su oficina en la casa, preparando planos de un nuevo proyecto, pero luego de pensar un tiempo decidió conducir hasta su laboratorio.

Se encontró con todos trabajando allí pero los evitó, yendo directo a su sección privada y exclusiva en el laboratorio.

Maiko quiso entrar detrás de él, pero Hanaki la delató a tiempo.

—¿Qué haces aquí? Sabes que Ishigami-sensei no deja que nadie entre aquí. —Su acusación llamó la atención de Senku, que volvió sobre sus pasos.

—¿Quién te crees que eres, la nueva señora Ishigami? Primero tiñe tu cabello de rubio, quítate esos lentes ridículos, ponte unos implantes en los pechos y tal vez él te…

—Maiko. —Frotando sus sienes por el dolor de cabeza que era tratar con esa mujer, Senku se acercó a ellas con fastidio—. Vuelve a trabajar, ya sabes que estoy a un pelo de despedirte.

Bufando, Maiko volvió a su puesto de trabajo.

—Ven, Hanaki, cierra la puerta detrás de ti —le pidió mientras regresaba a su súper computadora favorita.

—¿E-en serio? ¡Quiero decir, claro! —Lo obedeció y luego se puso a su lado frente a la gran pantalla—. Siempre he querido saber qué hace esta computadora…

—Tal vez en otro momento, ahora estoy ocupado rastreando a mi hija.

—¡¿Puede rastrearla?!

—Sí no ha descubierto el rastreador, sí.

—¿Dónde lo puso?

—Tiene fichados sus celulares y aparatos electrónicos al derecho y al revés. Ya descubrió los que puse en su maleta y en sus accesorios, aunque tiene uno de emergencia que ella misma puede activar en caso de que algo pase, siempre y cuando así lo quiera. —Tecleó en el teclado holográfico con velocidad—. Se supone que ahora mismo está en Kioto, así que si rastreó la señal… —La pantalla mostró un mapa de Japón que pronto fue acercándose más y más hasta acabar en un pequeño punto rojo en la ciudad de Kioto.

—Oh. —Hanaki ladeó la cabeza—. Sí está allí.

—Es lo que quiere que crea, esa pequeña leoncita astuta. —Rió entre dientes—. Veo que descubrió el rastreador señuelo número 3, como esperaba. Ahora veamos si descubrió el que realmente me esforcé muchísimo en esconder…

El mapa de la computadora, después de que Senku tecleara varias cosas, se desvió solo unos cuantos kilómetros hasta acabar con el pequeño punto rojo brillando en…

—¿Osaka? —Hanaki se quedó sin aliento por la sorpresa.

Senku, por otro lado, palideció por completo.

No había estado esperando esto… ¿Cómo es que ella siquiera se enteró que su madre estaba allí?

En realidad, quizás no debería sorprenderse. Esa niña era demasiado astuta, y esta vez si que se le fue completamente de las manos…

¿Su hija estaba con Kohaku ahora mismo? Y lo había llamado para pedirle quedarse más tiempo… ¿Qué estaría planeando?

¿Acaso perdono a su madre? ¿O tal vez esa arpía había llenado su cabecita con mentiras y ahora estaba confabulando para convencer a su pequeña de dejarlo e irse con ella aún después de todo lo que hizo?

Aunque no tuviera nada para respaldar esa creencia, aún así la sola idea lo hizo arder de ira.

Rápidamente sacó su celular, llamando a uno de sus abogados.

—¿Ishigami-sensei?

—Quiero que agilices los papeles del divorcio, tenlos listos mañana.

—Eso es imposible, señor… Pero bien, podemos conseguirle el contrato para pasado mañana.

—Bien. —Escupió molesto, antes de colgar y llamar a Ryusui.

—Hola, Sen…

—Quiero un avión privado para ir a Osaka pasado mañana —dijo aún con los dientes apretados—. Consigue un piloto o llévame tú, me da igual.

—Te llevaré yo —dijo Ryusui inmediatamente—. ¿Descubriste algo más de Kohaku-chan?

—Algo así, y ahora sí me las va a pagar. —Tensó su mandíbula antes de colgar.

—¿Ishigami-sensei?...

—Vete, Hanaki, necesito hacer más llamadas. —Ya estaba llamando a Ukyo y Tsukasa para ver si sabían algo del viaje que hicieron sus hijos.

Todos esos mocosos estaban en grandes problemas. Su mocosa estaba en grandes problemas. Pero la que más problemas tendría sería Kohaku, porque iba a encontrar la forma de demandarla por lo que sea a ver si se le ocurría volver a querer aprovecharse de los sentimientos de su hija después de ser tan ruin y abandonarla como si nada.

Pasado mañana sería el día en que cortaría todos sus lazos con Kohaku, de una vez por todas. Se le acabó el tiempo.

Continuará...

Holaaaaaaaaaaaa :D

Aqui les dejo el nuevo cap de este fic! Ojala q les haya gustado uwu

Creo q este es el cap menos deprimente hasta el momento xD Pero no se salva de Drama-chan 😈

Muchas gracias por todo su apoyo y no olviden que se les ama!~ ❤

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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