Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Hablar

Senku se encontraba en su sala de estar con Hanaki sentada en el sillón junto al sofá donde él estaba y Ukyo y Tsukasa sentados en el sofá frente a él, con rostros muy sorprendidos después de que Senku les contara el verdadero paradero de sus hijos.

-Veo que ustedes no lo saben. -Bufó-. Entonces tampoco lo deben de saber Chrome ni Taiju y Yuzuriha, así que los dejaré fuera de esto por el momento. No es como que tenga ganas de dar más explicaciones. -Se relajó en su asiento, aunque en su rostro se notaba que seguía tenso.

-No puedo creerlo... Umi acababa de llamarme para decirme que se quedaría más tiempo con Tsukiku-chan, pero no me dijo nada de esto... -Ukyo miró al suelo con tristeza.

-Me aseguraré de castigar a Haishi por su comportamiento. Hmm. Ya tiene diecisiete años, debería saber actuar mejor que esto. -Tsukasa frunció el ceño ligeramente.

-¿Qué piensas hacer ahora, Senku? -Ukyo lo miró con pena.

-Voy a ir a Osaka pasado mañana. Ah, y les pido que por el momento no les digan nada a sus mocosos. Mantengan en secreto que los descubrimos.

-¿Por qué?

-Porque no subestimó a mi hija y su capacidad de voltear la situación a su favor. -Hurgó en su oído con fastidio-. Si su madre estuvo diciéndole mentiras y se dejó cegar por sus sentimientos, la creo capaz de hasta huir con ella antes de que yo pueda ir allí. Y cuando vaya haré que Kohaku pague por lo que ha hecho y no vuelva a meterse en nuestras vidas. -Apretó la mandíbula.

-Entiendo. -Tsukasa no hizo más preguntas.

-Creo que exageras. -Ukyo suspiró con resignación-. Tu hija no te haría algo así. Además, no está sola. Si Kohaku-chan estuviera manipulándola, ¿no crees que al menos mi Umi y los demás se darían cuenta? Son chicos listos.

-No tengo idea de lo que esa mujer es capaz, Ukyo. Claramente no era quien yo pensaba. -Se puso en pie para buscar una botella de vino.

Aún pensaba mantener la promesa que le hizo a su hija de solo una botella, pero necesitaba beber o probablemente se saldría de sus casillas.

-Pero si Tsukiku-chan la perdono, ¿quizás tenga alguna especie de motivo?

-¿Motivo? -Soltó una risa seca, antes de abrir la botella y beber un gran trago-. ¿Te parece que gritarme en mi cara que alejarse fue lo mejor que hizo puede tener un motivo justificable?

Ukyo bajo la mirada.

-No... Supongo que no.

-Aún así deberías controlarte. -Tsukasa decidió intervenir-. La siguiente es mucho más delicada para tu hija.

-Lo sé... -Volvió a sentarse, frotando sus sienes-. Bien, tal vez no la castigue, pero aún tenemos una conversación pendiente. Debí saber que ya estaba enterada de todo, aunque no sé en qué momento pudo haberse enterado...

-Estuve pensando en eso -habló Hanaki por primera vez-. Y creo que tal vez se enteró cuando me contó la situación a mí, Ishigami-sensei. Fue en las horas en las que ella suele volver de la escuela y estábamos cerca de la puerta principal, pudo haber escuchado.

-Diez billones de puntos para ti, Hanaki. -Sonrió sin ánimos.

Realmente no estaba molesto con Tsukiku, más bien preocupado. Temía que su madre pudiera volver a lastimarla.

Era una chica muy orgullosa, odiaba llorar y peor aún que la vieran, y aún así se pasó muchas noches llorando en brazos de su padre, noches en las que él no tenía idea de qué hacer para consolarla, noches en las que deseo que Kohaku estuviera allí.

Esperaba que eso no tuviera que repetirse... o que fuera incluso peor que en ese entonces. Solo quería que su niña no sufriera.

.

Después del gran banquete, Kohaku y Amaryllis no tuvieron que limpiar nada porque aparentemente al amigo de su hija le daban ataques de pánico ver suciedad así que una vez todos se retiraron de la mesa empezó a juntar todo él mismo a gran velocidad, comenzando a lavar también muy rápidamente.

-¿Está bien dejarle todo el trabajo? -Kohaku se sentía un poco mal por el adolescente.

-Seh, a él le gustan ese tipo de cosas. -Tsukiku le restó importancia al asunto, sacudiendo una mano-. Estaba pensando que podíamos ir al aeropuerto hoy, ya que tienes el día libre. Yo misma puedo pagar los boletos para Tokio de todos. -Le enseñó su tarjeta de crédito-. Papá me dio mucho dinero aquí.

-No estoy segura de si me gusta que tu padre te haya dado una tarjeta siendo tú tan joven. -Cruzó los brazos, con ojos entrecerrados.

-¡Oh, vamos, mamá! ¡Se supone que tú eres la más divertida! -Sonrió nerviosamente, volviendo a guardar su tarjeta.

-Ja, ese tipo de comentarios no te salvarán de que no te deje hacer todo lo que quieras. -A pesar de sus palabras, no tardó en envolverla en un abrazo- Aunque tendré piedad, no tengo experiencia cuidando adolescentes. -Rió divertida-. Vamos al aeropuerto, pero yo pagaré, no estoy mal económicamente.

-Pero somos muchos. Déjame pagar al menos por mis amigos.

-Muy bien, muy bien.

Decidieron dejar a Shizuku con Amaryllis y los demás y fueron al aeropuerto, donde compraron boletos para viajar a Tokio la próxima semana.

-¿Esto no te traerá problemas en tu trabajo, verdad? -Tsukiku miró preocupada a su madre mientras volvían a la casa.

-No, solo diré que quiero adelantar mis vacaciones y debería estar bien. Y... ¿qué hay de tu padre? ¿Le has dicho algo?

-No. Creo que sería mejor hablar los tres juntos en persona. -Frunció el ceño-. Eso me recuerda, quería preguntarte si tienes tu historial médico en la isla Tsushima. Serviría para que nos crea más rápido sin tantos problemas.

-Oh, no, de hecho no. ¿Pero por qué dices eso? -La miró preocupada-. ¿Piensas que no me creerá?

-Bueno, honestamente tienes un tipo de amnesia muy rara, mamá. Y hasta pareciera como si a propósito solo recordarás lo peor de papá. Solo digo que esto fue convenientemente malo para la relación de ustedes dos.

-Supongo que tienes razón. -Lloró cascaditas-. ¿Podría llamar al hospital y pedir que envíen una copia? Aunque creo que podría convencerlo... Quiero decir, ¿por qué inventaría algo así de horrible?

Tsukiku pareció querer decir algo, pero luego se lo pensó mejor y sonrió nerviosamente.

-Tienes razón. Seguramente nos escuchará.

-¿Entonces vas a seguir mintiéndole hasta que vayamos a Tokio? No me parece correcto.

-Me matará si sabe que le mentí para verte sin decirle. -Hizo una mueca-. O peor aún, ¡me quitará mi tarjeta de crédito!

-Hijita...

-¡Si me quita mi tarjeta tendré que aguantar al tío Ryusui para tener dinero! Y él es demasiado pesado, no me deja estar con tía Francois a gusto.

-Ryusui y Francois... -Cerró los ojos por un momento, sintiendo un pequeño dolor de cabeza.

Vio un pequeño recuerdo de ellos, Ryusui y Francois, entrando orgullosamente a un salón con un enorme pastel llevado por varios cocineros detrás. Un pastel de bodas.

-¿Estás bien? ¿Acaso los recuerdas? -Su hija tomó su mano.

-No... Bueno, solo un poco. -Sonrió levemente-. Creo que recordé un poco de mi boda con tu padre.

-Oh. -Ladeó la cabeza-. Tienen un video de eso, pero nunca lo vi, nunca me interesó. -Hurgó en su oído con el meñique.

-¿Nos casamos después de que tú nacieras? ¿Y nunca nos divorciamos?

-Se casaron mientras estabas embarazada, creo. -Siguió rascando su oreja-. Pero no, no se divorciaron nunca. ¡Así que aún es tu esposo! Y pueden trabajar en arreglar su situación. Estoy segura de que papá querrá eso cuando se le pase el enojo, se la pasó todos estos cuatro años pensando en ti. Y eso que le llovían proposiciones de zo... eh, de mujeres.

-¿De verdad? -Kohaku abrió mucho los ojos, sintiendo su rostro sonrojarse levemente-. ¿Nunca volvió a tener a... alguien en su vida?

Era consciente de que no podría culparlo por seguir adelante, pero ella jamás dejó de amarlo aún creyendo que le rompió el corazón de forma ruin y la idea de que él tuviera a alguien más la hacía pensar que nada sería como debería... Sin embargo, si la había esperado...

Aunque no recordara sus años de matrimonio, aún quería estar con él.

-Para nada. Ni un milímetro. Si no estaba molestándome con excesiva atención paternal estaba trabajando o buscándote. Tienes que darle una oportunidad, ¡además, así podríamos vivir juntos! A Shizuku le encantará, papá me dejaba hacer lo que quisiera cuando era pequeña. Y además...

Kohaku rió mientras escuchaba a su hija hablar con tanto entusiasmo.

Aunque se sentía un poco abrumada por la idea, la verdad es que le llenaba de alegría el corazón saber que podría ser... de hecho, que ella ERA la esposa de Senku. ¡Estaban realmente casados!

Solo podía recordar el pastel de bodas, pero era suficiente.

Quizás pronto recordaría mucho más... Tal vez junto a él.

.

Al día siguiente su madre tenía trabajo extra por haber tomado un día libre antes, así que Tsukiku se ofreció a cuidar de Shizuku, preparándole el desayuno y llevándola al jardín de niños.

Bueno, en realidad el desayuno lo prepararon Umi y Yok, pero porque ella se los pidió.

Al llevarla al jardín la acompañaron Haishi y Umi, ya que su majestad Yok tenía de sirvientes al resto limpiando la casa.

Al llegar al jardín, rápidamente se encontraron con los hermanos Xhio y Zhio.

Chichi! -Shizuku corrió alegremente hacia su amiguito.

-¡Zuzu! -Él le tomó la mano y juntos entraron al jardín con su maestra.

Tsukiku agitó la mano hacia su hermanita antes de querer irse, pero entonces sintió una mano en su hombro.

-Que bueno verte aquí de nuevo, preciosa. -Era Xhio, sonriendo como un idiota.

-¿Otra vez tú? -Alzó una ceja con desinterés-. ¿Qué quieres?

-Vamos, eres hermana de Shizuku-chan, ¿no? Deberíamos aprovechar e intentar conocernos mejor ya que nuestros hermanitos son mejores amigos. Te invito algo de beber -insistió.

-No.

-Vamos, podemos ir a...

-¡Oye! -Haishi, con el ceño duramente fruncido, lo señaló acusadoramente-. Ella ya te dijo que no. ¿Tienes déficit de atención o qué? -habló rechinando los dientes.

Xhio no le hizo ningún caso, de repente sus ojos se fijaron en Umi y empezó a mirarla boquiabierto.

-Oh, wow... -Se alejó de Tsukiku y se acercó a la chica de cabello blanco y ojos verdes-. ¿Y tú de qué coro celestial te escapaste, ángel?

-Eso es creativo, lo admito. -Umi rió encantadoramente.

-Gracias, belleza. ¿Tal vez a ti te gustaría tomar algo conmigo? -Sonrió, volviendo a mirarla de arriba a abajo.

Umi hizo una mueca de disgusto y retrocedió un paso.

-¿Qué no te cansas de acosar chicas? -Haishi, con una vena hinchada en su sien, lo tomó del cuello de su camiseta.

-Relájate, niño bonito. Coquetear no es un crimen. -Intentó zafarse de su agarre, sin éxito.

-Ya, gigantón. -Tsukiku tomó la muñeca de Haishi y lo hizo retroceder-. Pero en serio, Xhio, estás incomodando a mi amiga. Sigue así y el niño bonito será el último de tus problemas. -Lo miró de forma amenazante.

-Lo siento, lo siento. -Sonrió, alzando las manos a modo de derrota-. Nos vemos luego, entonces, preciosa. -Finalmente se marchó.

Tsukiku rodó los ojos y quiso volver a irse, pero entonces vio que Haishi no se movía.

-¿Y tú qué?

-¿Me dijiste niño bonito? -Parecía ofendido y halagado en la misma medida.

-Bueno, no es ninguna mentira. -Encogió los hombros-. Eres bastante guapo. -Hurgó en su oído con indiferencia.

-¡¿Eh?! -No podía creer que ella estuviera diciendo eso.

-Ajá, tú, su majestad y Kinji-nii son chicos lindos. -Encogió los hombros-. Es un mero hecho.

-Ah. -Pareció resignado.

-Ruchiru también es lindo -opinó Umi, caminando junto a Tsukiku mientras Haishi las seguía a paso aletargado, desanimado.

-Supongo, pero es mi primo así que... ew. -Umi solo se rió ante su contestación.

Cuando llegaron a la casa, Tsukiku aprovechó que su madre no estaba para hackear la red del sistema de salud de Japón y meterse a la base de datos de todos los hospitales de Tsushima para buscar la información de su historial médico. Solo habían tres hospitales en la isla así que no debería ser muy difícil.

Sorprendente no encontró nada respecto a su amnesia, solo del historial de su embarazo, el parto y luego el historial de Shizuku.

Aún le faltaba revisar un hospital cuando recibió una llamada de su padre.

-Hola, viejo. ¿Qué sucede? Estoy ocupada, ya sabes -contestó a la llamada sin dejar de revisar el último hospital. Hubo un breve momento de silencio que la hizo sentir inquieta y dejar de concentrarse en su computadora portátil-. ¿Papá?

-No sucede nada. Solo quería hablar -dijo finalmente-. ¿Todo bien por allá?

-¡Ja, claro! De hecho, ¡es de mis mejores viajes! Pero ya decidí que volveré a casa la próxima semana, el sábado.

-Ya veo -respondió escuetamente.

Tsukiku se preocupó un poco.

Su padre nunca era tan cortante con ella... A menos que estuviera molesto o muy ocupado.

-¿Todo bien, papá? ¿Hay algo que quieras decirme?

-No. Solo la conversación que estuve tratando de tener contigo por días antes de que te fueras. ¿Y tú, Tsukiku? ¿Hay algo que quieras decirme?

Ella entrecerró los ojos.

-No. ¿Por qué? ¿Algo que hayas notado?

-No. ¿Por qué tantas preguntas?

-Soy curiosa, es de familia. -Sonrió ladinamente.

Por fin, su padre rió suavemente.

-Hablamos mañana, mini-leona. Adiós.

-Adiós... -Colgó, aún con ojos entrecerrados.

¿Podría ser que él sospechará algo?

No, no había forma. La única manera en la que podría sospechar era si aún tuviera un rastreador, pero estaba bastante segura de que los encontró a todos.

Era una especie de juego barra competencia entre ellos. Cada vez que viajaba sola su padre le ponía un par de rastreadores y ella los buscaba y los desactivaba. Algunos podrían decir que era raro pero honestamente la divertía y la hacía mejorar en su habilidad científica.

¿Habría quedado algún rastreador?

Volvió al hotel junto a Kinji y Misaki y buscó en su maleta su "detector de rastreadores" que había creado ella misma, que simplemente buscaba cualquier cosa que pudiera emitir cualquier tipo de señal que emitiera el artilugio por más disfrazada que estuviera.

Examinó todos sus artículos personales que no fueran ropa, porque su padre ya le había asegurado que no quería invadir tanto su privacidad. Examinó sus zapatos y los lazos que ataban sus coletas. Su bolso personal que llevaba a todos lados y todos los objetos en este.

Ya había revisado todo antes de venir, y al revisar otra vez vio que aún no había nada.

Se hizo la hora de ir a recoger a su hermanita y decidió continuar la búsqueda mañana, solo para estar completamente segura.

Pasó la noche en casa de su madre otra vez, ayudándola a ayudar a Shizuku en su tarea.

-A... B... ¿Y luego qué? -La pequeña tenía ojos en espiral mientras luchaba por aprender.

-A. B. C. D...

-A. B... ¿ Che? Y... ¿luego qué?

Tsukiku río.

-Sí que eres lenta, pulga. Yo a tu edad ya sabía leer.

-Tsukiku. -Su madre la miró severamente-. Todos tienen su propio ritmo, no quieras presionarla.

-Lo siento, lo siento. -Volvió a reír.

Al día siguiente su madre volvió a trabajar, pero ya no estaría tan ocupada así que pudo llevar a Shizuku al jardín ella misma.

Tsukiku volvió al hotel a seguir buscando un posible rastreador después de almorzar con sus amigos, de nuevo sin éxito.

¿Tal vez estaba siendo paranoica? Siempre lograba encontrar todos... o al menos eso creía. ¿Qué tan bien podría esconder uno su padre? Bien que tenían nanotecnología, pero un rastreador era inútil si no mandaba una señal para ser encontrado. Aunque la señal estuviera disfrazada, Tsukiku tenía años de experiencia encontrándolas todas.

¿Dónde podría estar?

Se llevó dos dedos a la barbilla, pensativa, con la mano en la que tenía el detector de rastreadores... y entonces este emitió un pitido.

Abrió mucho los ojos, sorprendida.

¡¿Había encontrado algo?!

Alejó el detector para ver las lecturas, pero entonces estas desaparecieron.

¿Qué diablos? ¿Fue un error?

¡JA! Claro que no. Su creación era diez billones por ciento eficiente, o al menos le había hecho las pruebas correspondientes para asegurarse de que estuviera funcionando correctamente.

Alzo una ceja y, lentamente, acercó el detector a su barbilla.

El pitido volvió.

¿Qué diablos?

¿Cómo podría tener un rastreador en la barbilla? ¡Su padre no estaba tan loco!

Pensó por un buen tiempo hasta que encontró la respuesta.

Bufó, revisando su pasta dental. Y claro, esta estaba llena de nanobots no dañinos que funcionaban como rastreadores.

-¿En serio, viejo? ¿En la pasta dental? -Apretó un puño, antes de alzarlo hacia el techo, con una gran sonrisa emocionada-. ¡Ja, esa es una idea genial! ¡¿Por qué algo así no se me ocurrió?! ¡Maldita sea, anciano, te superaré algún día! -Pataleó.

Dejó de lado su emoción por una brillante idea científica al darse cuenta que, de hecho, era terrible haber encontrado el rastreador. Porque eso significaba que su padre sabía que estaba en Osaka.

Y no era ningún estúpido como para que pudiera inventarle una excusa de que habían decidido tomar sus vacaciones en otra ciudad, él sabría que estaba allí por su madre.

Él ya sabía que estaba con su mamá.

Oh, mierda...

Palideció y volvió corriendo a casa de su madre.

Había pasado varias horas buscando, así que su madre ya había regresado del trabajo, recogiendo a Shizuku del jardín también.

-¡Nee-chan! -Apenas verla, Shizuku corrió a abrazarse a su pierna.

-Hola, pulga. -Sonrió nerviosamente-. Eh, mamá... Tenemos que hablar.

-¿Sobre qué, bebé? -Ella estaba muy alegre ayudando a Amaryllis a ponerse unos jeans ajustados que apenas le iban.

-¡AUCH! -gritó Amaryllis cuando el pantalón finalmente subió-. Bendita sea tu fuerza, amiga. Ya me voy a mi cita. ¡Adiós! -Tomó su bolso y salió corriendo de la casa.

-Es... -Miró de reojo a Shizuku que seguía abrazada a su pierna con un bracito, jugando con el borde de su gabardina con su mano libre-. Es un asunto serio.

-Oh. -Frunció el ceño, antes de mirar dulcemente a la pequeña-. Amor, ¿por qué no vas a jugar arriba? Mamá y nee-chan tienen que hablar cosas aburridas de adultos.

-¡Bueno! -Tomó dos de sus autos de juguetes y corrió a su habitación en el segundo piso.

-¡Cuidado con las escaleras!

-¡Ya ché!

-¿Y mis amigos? -preguntó Tsukiku una vez solas.

-Están en el jardín trasero. Dijeron que iban a intentar hacer funcionar el asador eléctrico.

-Ok... -Tomó aire-. Debo hablarte de papá.

-¿Qué sucede?...

-Verás... Creo que es muy posible que en cualquier momento él... -Justo mientras hablaba, escucharon claramente el sonido de un auto estacionarse afuera-. Mierda...

-Jovencita, esa boca. -Su madre la miró reprobatoriamente mientras se acercaba a la puerta-. ¿Será el novio de Amaryllis? Aunque creí que iría al bar a dos calles de aquí...

Abrió la puerta y de inmediato se encontró con un hombre y una mujer con trajes de oficina y miradas carentes de emociones.

Eran los abogados de su padre, el matrimonio Hiratsuka.

-Señora Ishigami. -El hombre le tendió una carpeta con varias hojas dentro-. Es un placer volver a verla.

Su madre tomó la carpeta pero claramente no los reconoció, aunque ellos también solían ser sus abogados y llevarse muy bien con ella.

-Quisiera decir lo mismo, querido. -La mujer dejó de lado su indiferencia para mirar mal a su madre un momento-. Señora Ishigami, es con basto deleite que le informó que el señor Ishigami Senku solicita el divorcio y su total renuncia a la responsabilidad parental, la guarda y custodia de la menor de edad, la señorita Ishigami Tsukiku.

-¿Qué?... -Su madre palideció por completo.

-Esto es ridículo, voy a llamar a mi padre. -Tsukiku sacó su celular.

-No te molestes. -En ese momento los abogados se hicieron a un lado y su padre ingresó a la casa, con Hanaki, Ryusui, Gen, Ukyo y Tsukasa detrás de él, quedando muy cerca de su madre que de inmediato retrocedió varios pasos hasta chocar contra el sofá-. Ya es tarde para que intentes darme excusas, mocosa. -Sonrió amargamente.

-Senku... -Su madre lo miró con los ojos muy abiertos, luego miró a Tsukiku.

-Kohaku. -Su mirada se volvió gélida al verla-. No me esperabas, ¿o sí? ¿No habré arruinado tus planes? -Sonrió secamente.

-Sí, de hecho. -Arrojó la carpeta a la mesilla frente al sofá y lo miró con los brazos cruzados bajo su pecho-. Necesitamos hablar, Senku.

-Por supuesto que hablaremos, luego de que firmes los papeles. -Se acercó a la mesilla, abrió la carpeta y sacó el bolígrafo que había allí, tendiéndoselo.

Kohaku miró de reojo a Tsukiku, que se había quedado sin palabras, sin saber qué hacer.

-Primero quiero hablar, Senku. -Suspiró profundamente-. Te debo una disculpa...

-Me debes dieciséis años de mi vida -gruñó, irritado-. Firma el maldito divorcio, Kohaku.

-¡No! -Lo miró molesta-. Escúchame, Senku. Realmente necesitamos hablar, solo déjame...

-Lo único que necesitamos aquí es el divorcio y yo llevarme a mi hija. -Él parecía cada vez más y más molesto.

-Lo que tú necesitas es escucharme. ¡Y aún soy la madre de Tsukiku! ¡Y aunque quiera divorciarme de ti eso no cambiará nunca!

-No me importa ni un milímetro lo que quieras, ¡solo firma así puedo casarme con una mujer que realmente vale la pena! -De repente tomó la mano de Hanaki, que se quedó con la boca abierta.

-¡Papá! -Tsukiku finalmente reaccionó, gritando incrédula por la descarada mentira que acababa de soltar su padre.

Su madre se quedó helada en su sitio, viéndose como si acabaran de abofetearla.

Miró a Hanaki, luego a Senku, y luego a sus manos juntas.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y, lentamente, ella tomó el bolígrafo que su padre seguía extendiendo hacia ella.

-Firma. -Su padre la miró con total indiferencia, entrelazando sus dedos con Hanaki como para terminar de echar sal a la herida.

Hanaki se mantuvo en silencio, pero parecía incapaz de mirar a alguien a los ojos.

-Mamá, espera. -Corrió a intentar detenerla, pero sus brazos debiluchos no pudieron mover ni un milímetro a su madre que se había sentado para firmar el contrato.

Gruñendo frustrada, tomó el contrato y lo rompió en pedazos.

-¡Tsukiku! -Sus dos padres la miraron mal.

-¡¿Ahora si se ponen de acuerdo, eh?! -Se cruzó de brazos-. ¡¿Podrían dejar de actuar como idiotas y hablar?! ¡En especial tú, papá!

-No te permito que me hables así.

-Aquí hay otra copia. -Los abogados le pasaron otra carpeta a su madre, que la tomó sin dudarlo.

-¡Mamá, si firmas eso también te obligará a no poder verme! -Eso la hizo soltar la pluma.

-Maldita sea, Kohaku, déjate de rodeos y firma. ¡Tú ya renunciaste a mi hija hace cuatro años!

-Es mi hija también... -murmuró su madre, en voz baja pero con una mirada feroz.

-Es mi hija y aunque no firmes el maldito papel de todas maneras tomaré acciones legales y no te dejaré volver a acercarte a ella.

-¡No puedes separarme de nuestra hija, Senku! -Se puso en pie.

-¡Es mi hija y ya no dejaré que te le acerques otra vez! ¡Olvídate de ella, tal como hace cuatro años!

-¡PAPÁ, por favor! -Tsukiku ya estaba comenzando a desesperarse.

-¡Pues si tú no me dejas ver a "tu" hija, yo no te dejaré ver a MI HIJA!

Senku se confundió ante esas palabras, pero entonces una vocecita hizo a todos congelarse en sus sitios.

-¡¿Papá?! -Unos pasitos se escucharon bajar velozmente por las escaleras-. ¡¿De verdad edtá aquí?! -Shizuku llegó corriendo a la sala, con una enorme sonrisa. Miró a todas las personas boquiabiertas en la sala hasta que sus ojitos carmín se fijaron en el hombre que había visto en la fotografía del celular de su hermana. Jadeó felizmente-. ¡PAPI! -Corrió a abrazarlo, sin importarle que él la mirara como si fuera un fantasma.

Senku, casi inconscientemente, cayó de rodillas y le extendió los brazos, a lo que ella rió alegremente y se abrazó a su cuello.

Su padre llevó una mano a su cabeza y otra a su espalda, viéndose increíblemente confundido y pasmado, sin siquiera pestañear y con la boca entreabierta. Era obvio que aún no lo procesaba, pero aún así abrazó a la pequeña.

Finalmente, soltó un suspiro tembloroso, pestañeó un par de veces y miró a Kohaku, que los miraba con una sonrisa llorosa.

-Su nombre es Shizuku -dijo suavemente, con un par de lágrimas cayendo-. Es... nuestra otra bebé.

Senku no dijo nada, simplemente cerró los ojos y abrazó más fuerte a su hija menor.

De repente ella se apartó y, sin dejar de sonreír, tomó su cara entre sus pequeñas manitas, mirándolo con pura emoción y alegría mientras Senku la miraba conmocionado y aún sin poder creerlo.

-¡Hola, papi! ¡Quería conocherte! ¡¿Quiered jugar?!

Él rió incrédulo, con los ojos cristalizados.

-Por supuesto. -Acarició su cabello y luego sus mejillas regordetas, antes de volver a abrazarla-. También... también quiero conocerte... Shizuku...

-¡¿En cherio?! -Ella sonó emocionada y feliz.

Él sonrió suavemente, volviendo a cerrar los ojos y bajando la cabeza, disimulando las dos solitarias lágrimas que bajaron por su rostro.

-Diez billones por ciento en serio.

Continuará...

Holaaaaaaaaaaaaaa :D

Finalmente Senku sabe acerca de Shizuku! TwT Aunque aún le queda mucho por saber al husbando QwQ

Ojalá que el cap les haya gustado! Las cosas comenzarán a develarse más a partir de aquí owo

Muchas gracias por todo su apoyo! No olviden que se les ama!~ :3

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaa!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro