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Encuentro

N/A: Lo dije mucho pero lo repito por las dudas, (salten esto si quieren):

Kinji es hijo de Taiju y Yuzuriha, se parece a su mamá versión masculina.

Ruchiru es hijo de Chrome y Ruri. Es idéntico a Chrome pero sus ojos son azules.

Umi es hija de Ukyo, que es viudo. Se parece mucho a él y tiene rulos y el cabello corto hasta los hombros.

Haishi es hijo de Tsukasa y Minami. Es igual al padre pero su cabello es corto.

Misaki y Yok son amigos de la escuela de Tsukiku. Ella es pelirroja de ojos marrones y él es castaño de ojos verdes.

Ahora sí, ¡a leer!

Si había algo que Tsukiku detestaba muchísimo, eso era que la vieran llorar. Odiaba desde el fondo de su corazón mostrar tanta debilidad, así que solo luego de unos minutos se apartó de Kinji, tomó aire y se secó las lágrimas, calmando poco a poco su respiración.

—Vamos al hotel. —Se volteó hacia sus amigos con su antebrazo cubriendo sus ojos—. Necesito algo de tiempo para planear una mejor estrategia.

Nadie la cuestionó y rápidamente salieron de los terrenos del castillo y regresaron al hotel.

Habían arrojado sus maletas, mochilas y pertenencias personales en una sola habitación, pero en realidad rentaron cuatro habitaciones para dos personas cada una.

Tsukiku eligió habitación sin decir nada, encerrándose allí.

—Bueno… —Umi tosió incómodamente—. Creo que debemos darle espacio por un tiempo…

—No es la única que lo necesita. —Ruchiru tenía una mano en su frente, luciendo muy angustiado—. No puedo creer que mi tía ya tenga otra familia…

—N-no deberíamos hablar sin saber lo que realmente pasó —insistió Umi nerviosamente.

—Yo no creo que tía Kohaku sea mala. —Kinji estaba haciendo una mueca de tristeza, apoyado contra la pared del pasillo—. ¡Estoy seguro de que apenas vea a Tsukiku le dará un gran abrazo!

—A veces envidio tu positivismo. —Haishi bufó—. Hmm. No quisiera pensar mal de la madre de Tsukiku, pero tiene todo en su contra hasta el momento.

—Yo no sé qué pensar… —Misaki estaba apoyada contra la puerta de la habitación de Tsukiku, hablando a susurros—. No la conocí tanto como ustedes…

—Yo no la conocí, solo la conozco por televisión y por lo que me ha contado Misaki. —Yok ajustó su cubrebocas—. Pero todo es ridículo y sin sentido.

—¿A qué te refieres, Mijow? —Haishi lo miró confundido.

—Quiero decir, ella lo tenía todo. Familia, empleo estable, mucho dinero y las personas que ha conocido toda su vida. Y ¿ahora tiene un empleo en el castillo de Osaka y otra familia? No pagan mal, según internet, pero aún así es menos de lo que tenía antes. —Encogió los hombros—. En la televisión mencionaban mucho que ella podría estar con Ishigami-sensei solo por dinero, o haberlo abandonado por razones de dinero, pero eso no encaja con su perfil.

—Nada encaja. —Ruchiru golpeó sus mejillas con las palmas de su mano, poniendo rostro muy serio—. Al menos mi padre la ha conocido toda la vida. Literalmente fueron vecinos toda su niñez y adolescencia y luego cuñados. Lo que mi tía más valoraba era a su familia. Ella hizo todo porque mi mamá no muriera… aunque desgraciadamente fue inevitable que acabarán perdiendo la lucha contra la enfermedad. —Miró tristemente al suelo—. Desde entonces siempre ayudó a mi padre a cuidar de mí. No tiene ningún sentido que desapareciera de la nada y ahora verla así… ¡No lo entiendo! —Cerró los ojos, apretando los puños con frustración.

Kinji se acercó a Ruchiru y colocó una mano en su hombro, mostrándole apoyo en silencio.

Nadie habló por un buen rato, hasta que sorpresivamente Tsukiku salió de la habitación con rostro inexpresivo.

—¿Estás bien? —Kinji se alejó de Ruchiru para mirar preocupado a la joven de coletas.

—Sí, sí. No te preocupes, Kinji-nii-chan. —Le hizo una seña para que se hiciera a un lado—. Deberíamos ir a dormir de una vez y regresar mañana al castillo. Necesito planear mi estrategia de acercamiento.

—¿Aún quieres hablar con ella? —Haishi se mostró sorprendido—. ¿Incluso aunque tiene… otra familia?

—Ja, por si no lo notaron… la mocosa es idéntica a mi padre. —Hurgó en su oído con fastidio.

—¡¿Qué?!

—No es seguro que tenga otra familia, pero lo que sí tiene diez billones por ciento seguro es a una hija que mi padre no conoce y que lo va a destrozar apenas se entere. —Frunció el ceño amargamente—. Se la ha ocultado todo este tiempo, ¡también a mis abuelos! Ellos son la mejor familia que una niña podría querer y ella… —Su voz se quebró un poco, pero rápidamente tomó aire y volvió a su tono de siempre—. Claro que no me iré de aquí sin respuestas, a ver si tiene el descaro de mirarme a los ojos. —Escupió al suelo.

Sus amigos la observaron en silencio, sin que ninguno estuviera realmente seguro de qué decir.

Finalmente, Umi carraspeó y decidió centrarse en lo primero que Tsukiku había dicho.

—¡B-bueno, ya que mencionaste que deberíamos dormir, es buen momento para decidir lo de las habitaciones! Somos siete y tenemos cuatro habitaciones con dos camas cada una. Uno de nosotros debe dormir con las maletas más grandes y los demás deben hacer parejas.

Casi automáticamente Tsukiku y Misaki enlazaron sus brazos.

—Nosotras juntas —dijeron al mismo tiempo.

Ruchiru corrió a poner su mano sobre el hombro de Kinji.

—¡Nosotros juntos! —aseguró él mientras el mayor asentía.

Haishi y Yok intercambiaron miradas de horror.

—¡De ninguna manera compartiré habitación con él!

—¿Cuál es su problema? —Tsukiku los miró mal.

—No vine aquí a hacer de niñera del niñito. —Haishi cruzó los brazos con molestia.

—Después de lo que dijo, ¿realmente tengo que contestar? —Yok rodó los ojos.

—Bueno… —Umi sonrió incómodamente—. En verdad no me molestaría compartir habitación con uno de los chicos.

—Bien. —Al ver que Haishi no decía nada, Yok habló—. Pues contigo es mejor que con él así que supongo que no habrá problema.

—¡¿Qué eres, un mocoso pervertido?! —Haishi volteó furiosamente hacia él y lo tomó por el cuello de su camiseta.

—¡Pues entonces quédate tú a compartir habitación con ella! —Eso hizo que Haishi lo soltara de inmediato.

—¡¿Quién dijo que tú eras el jefe?! —Apartó la mirada, luciendo avergonzado.

—Esto es absurdamente ridículo. —Tsukiku rodó los ojos y se metió a su habitación arrastrando a Misaki con ella.

—¡Kinji-nii, diles algo! —pidió Umi suplicante al mayor de ellos.

—Vamos chicos, pelear es malo. —Kinji también intervino en la discusión.

—¡¿Es lo único que sabes decir?!

—Creo que lo mejor será que ustedes intercambien compañeros —opinó Umi con una sonrisa resignada.

—Yo no quiero de compañero a ninguno de esos dos —afirmó Ruchiru de inmediato—. ¿No sabes lo incómodo que es convivir con los tipos a los que les gusta tu primita?

Todos se quedaron en silencio por un buen par de segundos.

—¡A mí no me gusta Tsukiku! —Haishi le envió una mirada asesina a Ruchiru.

—A mí no me gusta Ishigami, qué ridículo. —Yok apartó la mirada.

—Ajá. Lo que digan.

—¡Habló en serio!

—Muy bien, muy bien. —Kinji alzó las manos, llamando la atención de todos—. Hagamos esto: Ruchiru compartirá habitación con Umi y yo con Haishi, mientras que Yok-kun puede tener la habitación solo con las maletas. ¿Eso suena bien?

—Suena bien por mí. —Umi sonrió sin muchos ánimos.

—Umi no es tan divertida como Kinji pero no me molesta. —Ruchiru encogió los hombros.

—Gracias. —Yok no perdió el tiempo y se fue a la habitación para él solo.

Haishi suspiró y se fue con Kinji.

Con ese asunto resuelto, solo les quedaba esperar a qué pasaría mañana.

.

Después de un desayuno muy tenso, volvieron a dirigirse al castillo de Osaka.

—¿Cuál es el plan? —preguntó Umi nerviosamente.

—Ir. Espiar. Recolectar datos. Memorizar los turnos de mi madre. Si es posible seguirla luego a su casa. Quiero averiguar tanto como pueda.

—¿Mucho de eso no es ilegal? —Kinji se estremeció, temeroso.

—No sin policías cerca. —Tsukiku sonrió diabólicamente.

Umi se llevó una mano a la frente mientras los demás solo pudieron suspirar resignados.

Llegaron muy temprano y, como era fin de semana, se encontraron con una gran fila en el palacio.

Tsukiku estaba molesta por la espera, pero entonces vio a su madre llegar desde la dirección contraria y rápidamente se escondió detrás de Haishi, aunque de todos modos había mucha gente alrededor.

—¿Tu mamá? —preguntó Misaki con nerviosismo.

—Sí… Y estaba con las mismas personas de ayer… Incluida su otra hija…

Umi cubrió uno de sus oídos e intentó moverse un poco en dirección a su madre para escuchar mejor.

—Hay mucha gente hablando… pero reconozco su voz. Está con el mismo chico de ayer, creo que él debe tener mi edad o la de Haishi, más o menos. Hmm… No oigo muy claramente, pero está diciendo algo sobre un turno extra. Hmm, creo que el chico va a cuidar a la pequeña otra vez.

—Ok… eso podría sernos útil. —Tsukiku se apartó de Haishi, llevándose un dedo a la barbilla.

Se asomó a mirar otra vez hacia la entrada del lugar, viendo que su madre ya no estaba. Probablemente ya había entrado.

Estuvieron esperando un buen rato antes de poder entrar, y cuando lo hicieron Tsukiku les pidió separarse y buscar a su madre.

—Envíen un mensaje cuando la encuentren. Intentemos cubrir tanto terreno como podamos y mantengan un perfil bajo.

Como Kinji y Ruchiru eran terribles manteniendo un perfil bajo, ellos fueron junto con Umi, mientras que todos los demás fueron solos.

Tsukiku dudaba que les tomara mucho tiempo encontrar a su madre, aunque una parte de ella la verdad que prefería no tener que verla, pero ya estaba planeando qué decirle cuando la viera y qué hacer en cuanto regresara a casa con su padre.

La verdad… si fuera por ella se habría largado de allí. Era increíblemente doloroso pensar que a su madre se le hizo fácil abandonarla porque ya tenía a otra hija, tan doloroso que no quería tener nada que ver con ella ni con… la niña. Aunque era consciente de que la niña no tenía culpa de nada, aún así prefería no tener que lidiar con ella.

Pero sabía que su padre querría a la niña, porque él era el mejor papá del mundo y apenas supiera la verdad querría estar allí para su otra mocosa.

Y también sabía que le dolería muchísimo saber que su madre no solo los abandonó, sino que le quitó una hija, sin siquiera darle la oportunidad de conocerla.

Y por eso estaba planeando algo.

Normalmente los jueces siempre daban los niños a la madre, pero si tenían la prueba de que ya abandonó a una hija… y además su padre tenía una condición económica obviamente superior… ¿podría quitarle la custodia a su madre?

A Tsukiku le daba un poco igual la mocosa, pero si era por su padre aceptaría lo que sea. El pobre ya había sufrido demasiado.

Se estremeció al pensar que, si las cosas iban como sus propios planes las estaban guiando, entonces acabarían las dos hijas a cargo de Senku y quizás con Hanaki como madrastra.

Ella misma parecía estar guiando las cosas por este lado porque pensaba que tal vez así su padre podría sentirse mejor… pero en realidad no le gustaba… no le gustaba para nada pensar que las cosas acabaran así.

Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras caminaba a través de los jardines del castillo.

¿Por qué su madre tuvo que hacerles esto? ¿Por qué no podían volver a ser una familia tal como antes? ¡¿Por qué tuvo que arruinarlo todo de esa forma tan imperdonable?!

Se detuvo en su sitio, abrazándose a sí misma con fuerza mientras intentaba contener las lágrimas, con la cabeza gacha para que nadie la viera.

Pero, inevitablemente, una pequeña lágrima se escapó de sus ojos, deslizándose hasta la punta de su nariz y cayendo directo al césped.

Gruñó de frustración y se secó los ojos, alzando la mirada y tomando aire.

Estaba siendo ridícula… No era momento de llorar, era momento de actuar por el bien de lo que era mejor para su padre.

Justo cuando iba a seguir su camino, escuchó pasos acercarse.

Volteó, jadeando al encontrar a la persona que menos quería ver en ese momento.

—¿ Etád bien, nee-chan? —Era… su hermana. La pequeña la miraba con inocentes ojos del mismo color carmín que siempre veía en su padre, y parecía preocupada, por alguna razón—. Nee-chan ¿por qué llorabad? ¿ Etád trite?

Tsukiku se estremeció. ¿La había visto llorar?

Siempre odio que la vieran llorar.

Frunció el ceño amargamente, observando a la mocosita frente a ella.

Innegablemente hija de su padre, aunque sus rasgos eran idénticos a los de su madre, con esos ojos grandes, las pestañas espesas, cejas delgadas y hasta compartía nariz con su madre y Tsukiku también. Tenían el mismo color de cabello, pero el de ella era ondulado y estaba casi completamente suelto excepto por una pequeña coletita a un costado de su cabeza.

Y… ella probablemente era la razón por la cual a su madre no le importó abandonarla.

Aunque sabía que la niña no tenía la culpa, no pudo evitar ponerse de mal humor al tener que lidiar con ella.

—Vuelve con tu niñero, pulga. —Le dio la espalda sin contemplaciones.

—Pero ¿nee-chan no etá trite? —Se oía preocupada.

Aunque era común que los pequeños llamaran "nee-chan" a chicas mayores, aún así escucharla llamarla así hizo a Tsukiku molestarse más.

—Te dije que vuelvas con tu niñero, mocosa entrometida. —Volteó a verla por encima del hombro con indiferencia.

La pequeña se estremeció, con sus grandes ojos muy abiertos y tristes.

—Lo chiento, nee-chan…

Eso solo terminó de hacerla estallar.

—¡Deja de llamarme así, con un demonio! —gritó enfadada, volteando a verla de lleno con rostro lleno de fastidio.

Se arrepintió al instante de sus acciones, y más cuando vio a la niñita estremecerse con miedo y apartarse un paso de ella. Y se sintió incluso peor al ver sus ojos comenzar a llenarse de lágrimas mientras sus labios temblaban.

Ella sollozó y las lágrimas empezaron a caer incesantes por sus mejillas regordetas.

—¡Pe-perdón! —se disculpó entre sollozos, llevando sus puñitos a frotar sus ojos, pero sin poder dejar de llorar.

Ok, Tsukiku nunca antes se había sentido tan mierda como persona… y eso que ella podía ser muy cruel.

Suspiró profundamente y se acercó a la niña, arrodillándose a su lado.

—Yo… yo soy la que debe disculparse… —habló con voz suave, aunque no estaba segura de qué hacer ahora mismo—. Lo siento mucho… No quería gritarte… y puedes llamarme nee-chan si quieres…

La pequeña siguió sollozando un poco más mientras luchaba por limpiar sus lágrimas, pero finalmente se calmó un poco y la miró un poco insegura.

—¿D-de verdad? —Siguió sollozando.

—Sí, sí, lo que quieras. —Bufó. Lidiar con niñitos no era lo suyo—. Solo deja de llorar, ¿sí?

—Ok… —Volvió a frotar sus ojos—. Nee-chan… —Sonrió levemente.

Tsukiku ladeó la cabeza. Debía admitir que la niña era bastante adorable… Su padre la amaría.

Sonrió con suavidad, estirando una mano para acariciar su cabello, pero cambió de opinión rápidamente y la apartó.

—Deberías volver con tu niñero… No es bueno hablar con extraños. —Se puso en pie.

—Pero… —Hizo pucheros—. ¿Nee-chan chigue trite? —Parecía aún preocupada por ella.

—No, no estoy triste. —Hizo una mueca—. Escucha, realmente no debes acercarte a extraños por más que estén llorando. ¿Mamá no te dijo eso? —Porque a ella sus padres le dijeron diez billones de veces y más que bajo ninguna circunstancia se acercara a desconocidos.

— Chí, pero a veced no obedeco a mi mami. —Rió nerviosamente—. Nee-chan che veía muy trite y… nee-chan che pareche a mi mami. —Ladeó la cabeza, con una sonrisa de curiosidad inocente—. ¿La conoched? Mi mami ed muy bonita, ¡igual que nee-chan! —Sonrió inmensamente.

Ok… ella era muy, muy adorable.

Rió divertida sin poder evitarlo.

—En serio… en serio tienes que volver con tu niñero. —Miró a su alrededor, sin sorprenderse al ver que el chico que vio antes se estaba acercando con el otro pequeño o pequeña.

—Ow, pero ¿nee-chan no quiere jugar? ¡ Cherá divertido! —propuso con un puchero adorable.

—Buen intento, pulga, conozco ese truco manipulador. —Rió. Ella solía hacer eso con sus padres todo el tiempo—. Ve con tu niñero… pero tal vez podamos jugar luego.

—¡Muy bien! —Aplaudió con entusiasmo y luego corrió hacia su niñero, con una gran sonrisa en su carita.

Tsukiku se retiró antes de que el chico pudiera interrogarla, y solo entonces se le ocurrió abrir su celular, viendo que ya habían encontrado a su madre y todos la estaban esperando.

Nunca pensó que acabaría hablando con su hermanita en lugar de su madre, pero aún le quedaba su conversación pendiente con ella.

Aunque no sabía cuándo y aunque sería muy doloroso, obtendría las respuestas que había venido a buscar, diez billones por ciento seguro.

Continuará...

Holaaaaaaaaaaaaaaaa :D

Aquí les dejo el nuevo cap uwu

Ojalá que les haya gustado y muchas gracias por todo su apoyo!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaa!

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