Desconfianza
Kohaku estaba trabajando como mesera en una cafetería, maldiciendo su terquedad por no querer llamar a sus amigos para pedirles ayuda. ¡Pero es que todos también eran amigos de Senku! Y no quería tener nada que ver con ese bastardo nunca más.
Ni diez minutos después de que pensó eso, dicho bastardo entró a la cafetería, dejándola con la boca abierta.
Ella le dijo a una compañera que la cubriera y arrastró a Senku fuera de allí, hasta un callejón donde lo abofeteó sin pensarlo dos veces.
—Ok… —Él siseó, pero no pareció molesto—. Me merecía eso.
—¡¿Qué demonios haces aquí?! —Lo miró con pura rabia—. ¡No quiero volver a verte! ¡Lárgate y ya no vuelvas!
—No puedo hacer eso… —Negó con la cabeza—. Kohaku, lamento haber sido tan mentiroso…
—¿Mentiroso? —Frunció el ceño—. Senku, por mucho que te deteste, nunca te he considerado un mentiroso. Siempre has sido sincero conmigo.
—Contigo sí, pero no conmigo mismo. —Tomó aire—. Me he estado mintiendo todo este tiempo, diciéndome que el amor no va conmigo, pero era un idiota que se contradecía a sí mismo, porque tampoco podía pensar en estar sin ti. No quería estar sin ti nunca, pero seguía diciéndome que no estábamos en una relación seria. —Se rió de si mismo—. Para jactarme de ser una persona tan lógica, no pude ni comprenderme a mí mismo.
Ella bajó la cabeza, intentando comprender todo lo que estaba diciendo tan de golpe después de estas semanas separados.
—Senku… si me estás mintiendo sobre esto… déjame decirte que es lo más bajo y ruin que podrías hacer. —Le dio la espalda—. Sé que tienes problemas mostrando tus emociones, yo también, a veces, y he intentado ayudarte en estos años que hemos estado juntos y jamás me lo permitiste. Ahora creo que ya es tarde…
—No. No lo es. —Se acercó a ella y la giró para besarla. Ella lo apartó de un empujón—. No es tarde. —Volvió a acercarse, abrazándola—. Me conoces mejor que nadie, Kohaku. —La hizo mirarlo a los ojos—. Te amo, sabes que es verdad. —Ella negó con la cabeza, con lágrimas en los ojos—. Te amo… lo sabes. —Volvió a besarla y ella le correspondió sin poder controlarse, pero aún llorando—. Te amo… —Volvió a besarla y ella sintió lo mismo que cuando hacían el amor con ternura, lo mismo que siempre la hizo mantener la ilusión de que él la amaba tanto como ella a él—. Te amo… Te amo…
Te amo…
Kohaku despertó con lágrimas escapando de sus ojos, cansada y con su mente llena de nuevos recuerdos.
Ya lo recordaba con mucha más claridad. Recordaba que después de su confesión él le pidió vivir juntos, le dijo que retrasaría sus compromisos en el extranjero, pero Kohaku no quiso que perdiera trabajo y le dijo que simplemente lo acompañaría, al menos hasta que consiguiera un nuevo trabajo. Él aún así retrasó un viaje y pasaron unas semanas maravillosas hasta que sorpresivamente le pidió matrimonio. Y una semana después ella se enteró que estaba embarazada y le dio su propia sorpresa.
—¿Por qué… diablos… me traes… aquí?... —se quejó Senku siguiéndola a la cima de uno de los edificios de su empresa, donde tenía un potente telescopio.
—Una pequeña caminata no hace daño. —Rió, ayudándolo a sentarse—. Sabes, recuerdo que una vez me trajiste aquí y me mostraste el lugar donde planeas construir la base lunar. Dijiste que tomaría muchas décadas, quizás toda tu vida.
—Claramente. —Sonrió luego de recuperar el aliento—. Es un proyecto muy ambicioso, la primera base lunar que se intentó construir fracasó, y ahora solo existen máquinas poblando la luna. Aún así tendré suerte de estar vivo para cuando esté terminada.
—Me impresionó mucho lo que me dijiste en ese entonces. Pero también me dio esperanzas que dijeras que es un gran beneficio para las futuras generaciones. Que incluso si no llegaras a terminar tus planes, alguien tomaría ese sueño y lo convertiría en realidad. —Sonrió suavemente—. Ayer cuando fui al hospital… no pude evitar pensar en eso. Pensé… que este bebé será muy afortunado. —Se llevó las manos al vientre y Senku volteó a verla con sorpresa—. Verá y vivirá cosas hermosas… Quiero dejarle lo mejor… junto contigo. —Sonrió con ojos llorosos.
Él se puso en pie y posó su mano sobre las suyas, sonriendo con incredulidad y una pizca de fascinación.
—Por supuesto… le dejaremos lo mejor. —Le acarició la mejilla con su mano libre—. Voy a mostrarle los confines más allá de nuestro sistema solar… Voy a mostrarles eso a los dos, por todo el tiempo que vivamos, vamos a dar lo mejor de nosotros por este pequeño mocoso… —Se inclinó a besarla, riendo suavemente.
Kohaku sollozó, llevándose las manos al rostro con desesperación.
¡¿Por qué tuvo que pasarles esto?!
Esa estúpida amnesia destrozó su vida… Y ya no había nada que pudiera hacer para recuperar lo que antes fue.
Su familia estaría siempre rota.
.
Después de dejar a Kohaku durmiendo, Senku bajó, encontrando a Tsukiku interrogando a Hanaki que estaba negando desesperadamente con la cabeza y las manos.
—¡Viejo! —Al verlo, su hija mayor se acercó a él con los puños apretados—. ¡Eres un… agh! —Se calló y volvió a hablar luego de tomar un gran respiro—. ¡No puedo creer que inventaras algo así con Hanaki! ¡Te acabas de meter en un grandísimo problema por una tontería! ¡Será mejor que ahora no me salgas con que no le crees a mamá!
—Hablemos en privado. —Le hizo una seña para que lo siguiera.
Pudo ver a sus abogados en frente del segundo coche que rentaron, así que se subió al primero después de abrirle la puerta a su hija.
—¿Y bien? ¿Si le creíste, no?
—Simplemente escuchándolo parece muy conveniente, pero tu madre nunca podría hacer un engaño de este tipo y menos a mí. —Se apoyó contra la puerta del auto—. Digamos que le creo, pero tengo dos problemas con su versión de las cosas, dos cosas que me hacen aún sentir desconfianza. —Alzó dos dedos—. Primero: ¿por qué viajar sin avisarle a nadie? No me digas que no es una duda válida.
—Bien… supongo que entiendo tu punto. —Hizo una mueca.
—Segundo: si tuvo un accidente en el mar, digamos que su barco se hundió o algo así… ¿cómo es que su embarazo resistió eso? No podía tener más de dos meses de embarazo, conozco su ciclo menstrual, además… ¿sabes cuándo nació tu… tu hermana?
—Me lo dijo, catorce de noviembre. —Asintió.
—Ah, cumplirá cuatro años dentro de poco. —Su mirada se ablandó considerablemente, antes de que carraspeara y volviera a ponerse serio—. Bueno, entonces tenía dos meses de embarazo, probablemente unas siete u ocho semanas. Es una época delicada. Es… impresionante que el bebé sobreviviera a algo así.
—Bueno, Shizuku tiene mucha energía. —Sonrió con diversión.
—Sí… —Su mirada volvió a llenarse de calidez—. No estoy diciendo que no esté agradecido de que sobrevivieran, pero es algo muy raro. Sobrevivió a algo así, el embarazo se mantuvo sin problemas después de algo así, la niña nació sana y hermosa. Y tiene amnesia de fuga disociativa, lacunar y quizás también podamos llamarla biográfica y selectiva. No nos dijo que iba a viajar. No se reportó ningún barco perdido en esa época. Solo recordó lo peor de mí y nada de ti. Y no me dijo nada que me hiciera sospechar que podría tener amnesia la primera vez que nos reencontramos. Hay más probabilidades de que nos caiga un meteorito en este preciso momento antes de que a un ser humano le pase este tipo de cosas. ¿Si entiendes mi punto?
Tsukiku bajó la cabeza, mordiéndose el labio con gesto pensativo.
—Entiendo… Pero creería todo eso antes de creer que mamá nos dejó de ese modo. Ella nos amaba, papá. Lo sabes. —Lo miró con los brazos cruzados—. La conoces, no nos mentiría. A diferencia de lo que tú has hecho, mintiendo de esa forma diciendo que quieres casarte con Hanaki. ¡Ahora a ver como le haces para que te crea! ¡Ella aún es tu esposa!
—Lo sé, lo sé, fue estúpido. —Se llevó una mano a la frente—. No intentaré justificarme contigo, pero si te aseguró que me siento mal por eso. No debí meter a Hanaki en este enredo…
—¡¿Eso es lo que te preocupa?! ¡¿Acaso si te gusta ella?!
—No. —Rodó los ojos—. Mira… no sé qué pensar ahora mismo de la situación con tu madre. Entiendo que tú quieres que papá y mamá vuelvan a estar juntos y seamos una familia feliz y todo… pero… es muy poco probable que ese sea el caso, princesa. Incluso si no hubiera metido a Hanaki.
—¿Por qué dices eso? —Sus ojos se llenaron de preocupación—. ¿No quieres volver con mamá?...
—No lo sé… —Colocó una mano en su rostro—. Voy a ignorar las inconsistencias en su historia y voy a decir que le creo. Muy bien entonces, creo su historia y sé que no es su culpa abandonarnos. Pero luego entra en juego la carta de que tu madre me ocultó a Shizuku… y la entiendo, pero no quita que me duele. —Sonrió amargamente—. Esto se pudo haber solucionado muy fácilmente con que ella dijera: "oye, es un bastardo que me dejó pero tiene derecho a saber que tiene una hija" y ya. Nada de esto habría pasado. Tu madre estaba sola y sin nada en una isla que desconocía y en vez de aunque sea querer exigirme pagar manutención prefirió soportar el peso de criar a la niña sola con tal de no decírmelo por su orgullo. Y no estoy diciendo que otros factores no influyan, la lastime y le habría dolido verme, pero seamos sinceros, conozco a tu madre y ella no me lo dijo porque su orgullo pudo más que el sentido común. Yo también puedo ser un orgulloso de mierda, lo admito, pero no justifica sus acciones.
Tsukiku hizo una mueca.
—¿Qué pasó entre ustedes?...
—El recuerdo que tu madre tiene de mí es como yo la dejé luego de hacerle creer que no la amaba. Fui un bastardo y lo admito, pero según tu madre Shizuku se supone que era mi "única hija" y aún así me la ocultó, según ella, estaba ocultándome que soy padre. Corrió de mí al verme en el castillo de Osaka. Tuvo la oportunidad de que esto se aclarara y lo arruino, aunque yo tampoco actúe bien, pero ¿qué quieres que piense cuando corrió de mí de ese modo? Entiendo que lo primero que le dije fue lo peor que pude decirle, pero es imposible que tu madre no se diera cuenta de que le estaba reclamando. ¿Por qué mierda le reclamaría? No entiendo cómo es que no se dio cuenta que algo no encajaba allí. —Negó con la cabeza—. Pero de acuerdo, digamos que estaba cegada por sus emociones, y todo encajaba para que ella pensara lo peor de mí… no obstante, todo también encajaba para que yo pensara lo peor de ella. No es su culpa, no es mi culpa, pero yo no le oculté una hija… y teniendo en cuenta lo raro de sus circunstancias, yo no tuve ninguna opción más que creer que mi esposa me dejó, que te abandonó y que ni siquiera sentía una pizca de remordimiento por ello… Yo no tuve opción… pero ella sí.
Tsukiku, al ver las lágrimas acumuladas en los bordes de sus ojos, ablandó su mirada y se movió para abrazarlo.
Bien sabía ella lo mucho que él sufrió durante estos cuatro años. Ambos se derrumbaron, ambos no dejaron de buscarla. Los dos compartieron el sentimiento de incertidumbre, temor y desesperanza. Los dos soñaron con que de algún modo ella pudiera estar viva, sin querer creer que los hubiera abandonado.
En sus esperanzas de que Kohaku pudiera seguir viva, Senku había contemplado la posibilidad de que ella pudiera haber sufrido amnesia y no saber volver a casa. Pero al haberla encontrado en el castillo de Osaka, fue ella la primera en verlo, y vio en sus ojos que lo reconocía y que no deseaba tener que lidiar con él. ¿Cómo se supone que debía adivinar que tenía amnesia de fuga disociativa, el puto tipo de amnesia más raro que existía, aparte de ser lacunar, biográfica y selectiva? Aunque eran muy similares, y podían englobarse en una sola. ¿Cómo se supone que algo así debía pasársele por la cabeza después de no tener ningún solo indicio de que Kohaku sufría un trastorno de ese tipo?
Y a pesar de todo, aún se sentía mal por cómo manejó las cosas.
¿Tal vez si hubiera mencionado a Tsukiku primero ella se habría dado cuenta de que algo andaba mal más rápido? ¿Tal vez si hubiera buscado más podría haberla encontrado primero? ¿Quizás así no habría tenido que perderse cuatro años de vida de su segunda hija?
Esto ya no era mala suerte, esto era las fuerzas del azar escupiéndole en la cara y quitándole todo lo que amaba de la peor manera.
Abrazó más fuerte a su Tsukiku, sintiéndose tan agotado emocionalmente que si ella dejaba de abrazarlo ahora lo más probable era que empezara a llorar como un niño.
Se supone que debía ser fuerte por ella, siempre había intentado ser fuerte por ella, pero en este momento, cuando todo su mundo se puso de cabeza, las emociones eran demasiado para manejarlas… y solo necesitaba que alguien le diera un abrazo.
Estuvo un largo rato así hasta que finalmente se sintió más calmado y se apartó de su hija, viéndola secarse sus mejillas por las que habían corrido lágrimas no hace mucho.
—Lo siento… —le dijo en voz baja—. Sé que esto es difícil para ti también, yo… solo quiero que todo se arregle. —Frotó sus ojos—. Tenía un plan y se arruinó… bueno, tú lo arruinaste, pero te entiendo… También pensaba mal de mamá hasta que descubrí la verdad. —Suspiró—. Y supongo que no va a ser fácil… pero insisto en que deberían arreglar las cosas. —Apoyó la cabeza en su hombro—. Aún la amas, no intentes negarlo. Y ella te ama también. Ninguno tiene la culpa así que ¿no podrían simplemente pedir perdón y reconciliarse de una vez? No veo el punto en tanta pelea y desconfianza…
—Me gustaría que las cosas fueran tan sencillas… Supongo que después de todas las patadas en el culo que te da la vida adulta uno deja de confiar ciegamente, incluso en las personas que más le importan. —Posó una mano en el hombro de su niña—. Quiero confiar, pero no dejo de preguntarme si debo confiar. Te creo, y le creo, pero mi mente insiste en buscar pruebas. Y ahora que le he mentido de ese modo, imaginó que tu madre tendrá problemas en creerme si llegáramos a querer retomar el matrimonio. Lo único que tengo claro es que no quiero separarme de tu hermana. Pase lo que pase entre tu madre y yo, no pienso separarme de Shizuku. Le debo muchos regalos de cumpleaños y navidad. —Rió suavemente.
Tsukiku también rió, relajándose un poco más.
—No creo que sea necesario. Probablemente el abuelo se volverá loco cuando la conozca. Le comprara una tienda entera, podrá nadar en sus juguetes. —Hizo una mueca—. La abuela y mis tíos también la amaran…
—¿Ah? ¿Qué es ese tono de celosita? —Rió maliciosamente—. Siempre te quejas de que te miman demasiado, es tu oportunidad para librarte de ellos, ¿o no? —Le pellizcó la nariz.
—¡No hagas eso, papá! —Lo apartó de un manotazo, aunque riendo.
Se quedaron en silencio largo rato, antes de que él suspirara y mirara a la casa frente a ellos.
Pensó en algo por un momento, antes de mirar a Tsukiku otra vez.
—Deberías volver a dentro ahora, princesa. Debo resolver ciertos asuntos… Volveré rápido, de todos modos. Quiero estar cuando Shizuku se despierte. Mándame un mensaje si despierta y aún no regresó.
—Muy bien… —Abrió la puerta, pero no bajó de inmediato—. Papá… —Volteó a verlo—. No voy a rendirme en que vuelvas con mamá, así que ve pensando en cómo solucionar esto, porque no permitiré que las cosas se queden así. —Sin nada más que decir, salió del auto, cerrando la puerta tras ella y corriendo a la casa de su madre.
Senku rió divertido.
Si que era toda una mini-leona… Si Shizuku salía con ese carácter estaría más que diez billones por ciento jodido.
Al pensar en su pequeña hijita menor, pudo sentir como se relajaba más y decidió darse prisa y resolver sus asuntos lo antes posible para volver con ella, pues de verdad quería estar allí cuando despertara.
Quería estar allí para ella siempre de ahora en adelante.
.
Tsukiku entró a casa de su madre otra vez, encontrando a todos muy tensos en la sala, conversando a susurros.
—¿Siguen aquí? —Miró mal a varios de los recién llegados.
—Tan cruel como siempre con tus adorados tíos, mi Tsukihime-chan~ —canturreó su tío Gen, tan dramático como siempre—. ¿Acaso no nos extrañaste?~
—No.
—¡Qué cruel!~
—Tsukiku, quiero hablar contigo. —El gesto indiferente de Tsukiku cambió al ver a su tío Tsukasa. De inmediato se puso nerviosa e hizo una reverencia—. Sé que tus padres tienden a no castigarte incluso aunque rebases por mucho los límites que te han impuesto, y yo no suelo entrometerme, pero hiciste que mi hijo me mintiera a mí y a su madre, aparte de que faltara por más de una semana a la escuela. —Tsukiku empezó a sudar frío—. A partir del próximo mes comenzarás un entrenamiento intensivo en mi dojo como castigo por tus acciones. Y no faltes o voy a involucrar a tus padres. ¿Entendido, jovencita?
—Sí, tío. —Lloriqueo, con cascaditas en sus ojos.
Maldita sea, él y su tío Chrome eran los únicos que no la dejaban salirse con la suya.
Haishi le envió una mirada de disculpa detrás de su padre, a lo que Tsukiku le hizo un gesto con la mano para que no se preocupara.
Si bien su tío Tsukasa era muy difícil de manipular, después de dos o tres semanas seguramente que cedería a dejarla ir si usaba la ayuda de su tía Minami y tal vez de Mirai.
Mientras ya planeaba la forma de librarse del castigo, caminó a la habitación de su madre para ver si seguía dormida.
La encontró despierta, mirando un álbum de fotografías.
—Hijita… —Le extendió los brazos, a lo que Tsukiku rápidamente se sentó junto a ella y la abrazó.
—¿Estás bien?...
—Sí… Recordé algunas cosas. Me siento bastante cansada…
—¿Te duele la cabeza?
—No, tu padre me dio un analgésico. Estoy bien a pesar de que recordé bastantes cosas.
—¿Qué recordaste?
—Muchos detalles de mi relación con tu padre, principalmente, y de cuando estaba embarazada. Sigo sin recordar mucho de ti. —La miró con tristeza, acariciando su rostro con suavidad.
—Está bien, no quiero que te presiones, mamá. —La soltó, poniéndose en pie—. ¿Quieres seguir descansando? ¿O necesitas que te traiga algo?
—No, estoy bien. Iré a darme un baño y luego bajaré… necesito preparar la cena, de todos modos.
—Muy bien, muy bien. —Tsukiku agitó una mano hacia ella y salió de la habitación.
Este día fue muy pesado emocionalmente. Y lo peor es que ni siquiera había terminado.
Aún así, su madre ya había tenido suficiente, así que Tsukiku bajo para hacerse cargo de las visitas.
—¿Nos estás echando, dulce Tsukihime-chan?~
—Sí.
—¡Qué cruel!~
—Podemos volver a Tokio en cuanto lo deseen, ¡nunca me cansaré de volar a través de todo Japón y el mundo! —Ryusui chasqueó los dedos.
—Excelente, entonces váyanse ahora —insistió Tsukiku.
—¡Cruel!~
—Emm… Tu padre me escribió. —La voz de Hanaki se elevó tímidamente, llamando su atención—. Dice que rentó dos suites en el edificio más cercano a esta casa. Todos pueden alojarse allí por el momento hasta que él regrese a hablar del asunto en cuestión.
—También aún tenemos habitaciones en nuestro hotel —agregó Umi.
—Yo me quedaré en el hotel —dijo Yok.
—Creo que yo también… —Misaki miró a Tsukiku con curiosidad—. ¿Tú te quedas con tu mamá, no?
—Sí, esa es la idea. —Mientras que su padre no se opusiera.
—Me quedaré en el hotel con los niños, necesitan un mayor de edad ¿no? —Kinji posó las manos en los hombros de Misaki y Yok.
—No somos niños. Y por favor no me toques. —Yok se apartó de Kinji con rapidez.
—Yo también me quedaré en el hotel, entonces —dijo Ruchiru.
—Nosotros vamos a la suite. Quiero hablar con Senku. —Haishi simplemente asintió resignado a las palabras de su padre.
—¿Vendrás conmigo a la suite, cariño? —preguntó Ukyo a Umi.
—Claro, papá.
Ryusui y Gen también acordaron ir a la suite, pero luego intercambiaron una mirada y Tsukiku los miró mal.
—¿Qué están planeando ahora?
—Nada, nada… Solo que es una pena que no hayamos podido conocer más de nuestra pequeña sobrinita~. Shizuku-chan es tan adorable~.
—¡Deberíamos quedarnos hasta que despierte! ¡Querrá conocer a sus tíos favoritos!
—Ni en diez billones de años. ¡Ustedes par de locos van a asustarla!
—¡¿Por qué piensas tan mal de nosotros, princesita?!~
—¡¿Qué hemos hecho para ganar el desprecio de nuestra bella princesita?!
—Nada, son unos tíos geniales. —Sonrió dulcemente—. Pero son demasiado pesados y una mala influencia para niños pequeños. —Gen y Ryusui se fueron de espaldas.
—¡En serio, eres demasiado cruel! —Ambos lloriquearon.
Tsukiku rascó su oído con el meñique mientras veía a sus tíos con indiferencia, sin notar que su madre bajaba las escaleras hasta que se dio cuenta de que todos estaban mirándola.
—Tía. —Ruchiru fue el primero en acercarse a ella—. ¿Está todo bien?
—Sí… ¿Van a quedarse todos ustedes a cenar? —Parecía cansada, así que Tsukiku rápidamente tomó las muñecas de sus tíos Gen y Ryusui y los echó afuera antes de que aceptaran la oferta.
—¡Nop! ¡Ya se iban! —Les cerró la puerta en la cara.
—Sí, es hora de irnos. —Ukyo sonrió con tristeza al ver a Kohaku—. Mi nombre es Saionji Ukyo, soy padre de Umi.
—Es un gusto —contestó su madre, aún viéndose confundida.
—Shishio Tsukasa, padre de Haishi. —El más alto también se presentó.
—Un gusto.
Mientras Tsukasa y Ukyo se dirigían a la salida junto al resto de adolescentes a excepción de Tsukiku, Hanaki se acercó a Kohaku con la cabeza gacha.
—Yo… mi nombre es Hanaki. Soy compañera de laboratorio de Ishigami-sensei… —se presentó con voz empequeñecida ante la mirada carente de emociones de su madre—. Kohaku-san, quiero decirle que yo nunca…
—Senku. —Hanaki fue interrumpida cuando el susodicho ingresó a la casa, seguido por sus abogados, a lo que su madre lo llamó con voz fuerte—. Al fin llegas, ¿tú y tu prometida cenarán aquí?
Senku suspiró profundamente, llevándose una mano al rostro.
—Kohaku, tengo que…
—Es un sí o un no, es una pregunta muy sencilla, Senku.
—Leona…
—¡No me llames así! —Le gruñó, antes de voltearse a ver a Hanaki con rostro muy serio—. ¿Cenarán aquí?
—Y-yo no creo que…
—¡Kohaku-chan, querida! —Amaryllis eligió ese momento para regresar de su cita—. ¿Puedes decirme por qué hay tantos autos frente a nuestra casa? Porque… Oh. —De repente notó a todos los desconocidos en su sala, y luego a Senku—. ¡Oh, tu marido está aquí! ¡Aw, viéndolo en persona se nota que es papá de mi Shizuku-chan! ¡Es un placer! —Se acercó a él sonriente.
—¿Y tú eres...?... —Senku alzó ambas cejas.
—Soy Amaryllis, la tía favorita de Shizuku-chan, por supuesto. —Infló el pecho con orgullo—. ¡Tsukiku-chan nos habló de ti, Shizuku-chan ha estado deseando conocerte! ¿Ya la has conocido, verdad?
—Sí. —Su mirada se ablandó.
—¡Excelente! ¡Prepararé una gran cena para celebrar que la familia feliz está reunida! Aunque imagino que aún tienen mucho que hablar. —Se acercó a Kohaku con una sonrisa pícara—. ¿O ya se reconciliaron? Yo lo haría con un esposo así de guapo, aunque es demasiado flaco para mí gusto pero no está nada mal, querida. —La miró con orgullo casi maternal aunque era varios años menor que ella.
—Agradecería que prepares la cena, Amaryllis. —Kohaku asintió, con una sonrisa tensa—. Senku se quedara a cenar con su prometida y sus abogados, que ya tienen el contrato de divorcio preparado. Sin duda debemos celebrarlo. —Miró con acidez al techo, cruzando los brazos.
Amaryllis jadeó escandalosamente, y su mirada ahora perdió toda amabilidad al mirar a Senku.
—¡Desgraciado infiel! —Lo señaló con rabia—. ¡Retiro lo dicho! ¡Largo de mi casa!
—Eh… —Senku simplemente alzó una ceja, mientras Tsukiku estrellaba la palma de su mano en su frente.
—¿Usted es la dueña de la casa? —preguntó el abogado.
—¡Así es, está a mi nombre! —Se llevó las manos a las caderas—. ¡Así que quiero que todos se vayan! ¡Shu, shu!
—Está bien, Amaryllis. —Kohaku sonrió con cansancio—. No me molesta, en serio…
—¡Pues a mí me molesta! ¡Te puso dos enormes cuernos en la cabeza! ¡Incluso aunque tuvieran cinco hijos esas cosas no se perdonan!
—Ja, no dije que voy a perdonarlo. —Cruzó los brazos sobre su pecho—. Pero tenemos dos hijas que quieren pasar tiempo con los dos, así que debemos convivir.
—¡Eres demasiado buena para este mundo! —Amaryllis la abrazó con cascaditas saliendo de sus ojos.
Tsukiku le dedicó una mirada asesina a su padre, que suspiró y le pidió a sus abogados y a Hanaki que se fueran a las suites que rentó.
—Papá, no quiero enojarme contigo, pero ¿podrías decir la verdad? —Cruzó los brazos con molestia.
—Es lo que intento. Kohaku, ¿podrías escucharme? —Su madre y Amaryllis lo miraron mal de inmediato—. Yo… cuando te dije que estaba comprometido, estaba mintiendo. Fue un impulso para que aceptaras el divorcio… Fue infantil, lo admito, pero era mentira. —Suspiró pesadamente—. Eso no es un factor que importe ahora mismo. Pero lo lamento.
Su madre frunció el ceño profundamente, y Amaryllis hizo una mueca.
—No me genera confianza, estos hombres que se inventan parejas para escapar del compromiso no son de fiar —le susurró "discretamente" a su madre—. ¿Segura que no quieres que lo eche de aquí?
—Está bien, Amaryllis, de todos modos ya tomé mi decisión. —Encogió los hombros—. Quiero el divorcio y custodia compartida. Puedes llamar a tus abogados otra vez y decirles eso. —Miró seriamente a Senku.
Padre e hija compartieron una mirada, ambos pálidos.
—Eh, mamá… ¿No crees que debes pensar más en esto? —Se acercó a ella con una sonrisa nerviosa.
—Hija, hay cosas de adultos en los que no debes involucrarte.
—No soy una niña. —Cruzó los brazos—. Pero escucha, papá de verdad que no…
—¡¿Papi?! —De repente la voz asustada de Shizuku llegó desde el piso de arriba.
Su padre no lo pensó dos veces y corrió escaleras arriba, seguido por su madre.
Tsukiku los siguió después de mirar mal a Amaryllis.
—¿Qué? —Ella pareció genuinamente confundida por su mala mirada.
Cuando Tsukiku llegó a la habitación de su hermanita, la vio muy contenta abrazada a su padre, con lagrimitas en los ojos.
—¡Penché que te fuite, papi! —Se apartó de él, sonriendo de oreja a oreja—. ¡Que bueno que no! ¡Quiero jugar contigo y mami! ¡Y nee-chan también! —Aplaudió emocionada al ver a toda su familia en su cuarto con ella.
—Te dije que no iba a irme, ¿o no, leoncita? —Su padre rió tiernamente, sentándola en su regazo.
—¡Chí!
—No le digas así. —Una vena se hinchó en la frente de su madre mientras se sentaba junto a ellos—. Amor, dile que no te diga así. —Miró a Shizuku.
—¿Por qué? —Ladeó su cabecita con curiosidad y una sonrisa alegre.
—Porque no somos leonas. —Apretó un puño con rabia.
—¿Qué dices? ¡Si esta es toda una leoncita la que tienes aquí! —Le pellizcó la nariz, haciéndola reír a carcajadas.
—¡No choy leonita, papi! —Siguió riéndose.
—¡Pero claro que eres " leonita"! ¿O acaso no has notado que tu madre es una leona! —Su padre rió encantado mientras le revolvía el cabello.
—¡Bastardo, que no somos leonas!
—¡No chomos!
Tsukiku rió suavemente desde la puerta, llamando la atención de su madre que de inmediato la metió a la discusión, jalándola a sentarse con ellos en la cama.
Al final su madre se fue indignada, aunque riéndose por lo bajo porque Shizuku ahora no dejaba de intentar rugir como león, y Tsukiku la siguió también riéndose, dejando a su padre intentando explicarle el concepto de "mineral" a la pequeña que parecía no entenderlo en lo absoluto, con sus ojos en espiral y la boca abierta.
Encontraron a Amaryllis haciendo la cena, aunque con mala cara.
—Ese esposo tuyo tiene suerte de ser un buen padre para tus hijitas, pero no garantizo no echarlo de la casa luego de la cena. —Sonrió con un guiño.
Su madre le agradeció por hacer la cena y dijo que la ayudaría luego, pero ahora necesitaba descansar un poco.
—Fue un día muy pesado… —Ambas se sentaron en e sofá de la sala.
—Sí… —Tsukiku la miró de reojo—. Mamá… ¿no piensas pedirle el divorcio, verdad? Te dije que papá mintió con lo de tener una prometida y ya te lo ha dicho él mismo.
—Aunque hubiera mentido en eso… Pude notar que esa mujer lo ama, hija… —Sonrió con los ojos cerrados—. Y eso me hizo pensar… que probablemente tu padre no estuvo esperándome, ¿sabes? —Su sonrisa tembló en los bordes—. Y él pensaba que yo estaba muerta o que lo deje, y sé que tenía derecho a rehacer su vida, pero… —Abrió los ojos, con su mirada cristalizada—. Las cosas ya no podrán volver a ser como eran. Nuestro matrimonio ya está roto. Y es injusto… pero las cosas son así. Yo no siento que pueda hacer como si nada hubiera pasado. Lo siento… no puedo. —Le acarició el rostro con tristeza.
—Pero… —Negó con la cabeza—. Mamá, papá siempre te estuvo buscando, él siempre…
—Hija, sé que quieres que papá y mamá estén juntos, y sé que para ti es difícil entender cómo me siento. No es cuestión de desconfianza porque sé que no puedo culparlo, pero así me siento. Normalmente no te diría esto, pero quiero que entiendas que ya tomé mi decisión. Tu hermana y tú seguirán siendo todo para nosotros, no tienen que preocuparse de nada, incluso aunque no estemos juntos siempre estaremos para ustedes. —La abrazó amorosamente.
Tsukiku por una vez no le devolvió el abrazo, se quedó pasmada en su sitio hasta que finalmente reaccionó, frunció el ceño y se alejó de su madre, que la miró confundida y herida.
—Voy a volver al hotel. —Se puso en pie y le dio la espalda.
—Hija…
—Vendré a cenar y luego me iré con papá. —Cruzó los brazos y se fue a paso rápido de la casa.
Al principio solo caminaba rápidamente, luego descruzo los brazos y comenzó a trotar, hasta que acabó corriendo lejos de allí, apretando los puños con fuerza.
Paso de largo el hotel, sin querer lidiar con nadie por el momento.
Sus dos padres parecían decididos a que todo se acabó… pero ella aún no se rendía. ¡Se negaba a rendirse!
¡Toda esta situación era ridícula y les haría ver lo obvio de lo absurdos que estaban siendo!
Algo se le ocurriría para arreglar todo. Porque dejar las cosas así no era una opción.
¡Iba a arreglar esto, no importa qué, diez billones por ciento seguro!
Continuará...
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa :D
Este es el cap más largo de este fic, q no es mucho, solo 5 mil palabras, pero para este fic de caps cortos es bastante xD
Ojalá que les haya gustado! Aunque creo que cada vez me pongo más dramática :P
Muchas gracias por todo su apoyo y no olviden que se les ama!~ ❤
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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