Cuatro de Enero.

Senku se despertó con un sonoro golpeteo en su puerta, como ya le era costumbre.

Amaba a su mocosa, pero vaya que era una experta en sacarlo de quicio.

—¡Traigo el desayuno, viejo! ¡Déjame entrar!

Él se levantó desganado. Se puso unos pantalones y fue a abrirle, extrañado de que le trajera el desayuno.

—¿Perdiste una apuesta y debes ser amable por un día o algo? —preguntó burlonamente luego de abrirle.

—Muy gracioso. —Dejó la bandeja en la mesilla y acto seguido se lanzó a abrazarlo—. ¡Feliz cumpleaños! —Besó su mejilla.

Él se sorprendió.

—Ah, cierto. —Por un momento olvidó que nació un cuatro de enero—. Gracias, princesa. —Le revolvió el cabello, despeinando sus coletas.

—¿Qué se siente tener cuarenta? —Lo miró maliciosamente—. Anciano~.

—¿Tu forma de celebrar cumpleaños es burlándote del cumpleañero? Me alegra ver que te eduqué tan bien. —Rió sarcásticamente, hurgando en su oído con el meñique.

—Al menos te hice el desayuno, y también te haré el almuerzo. No te quejes. —Bufó, también hurgando en su oído con el meñique—. Y, te tengo un regalo.

—¿Oh? —Alzó las cejas, sonriendo divertido mientras comenzaba a comer de su desayuno—. ¿Y qué sería eso?

—Es solo para que no te deprimas por ser un cuarentón. —Le tendió un sobre blanco con una cara de gato mal dibujada en el frente.

Senku bebió un sorbo de su café antes de abrir el sobre con una sonrisa enternecida, sabiendo que su hija siempre se esforzaba mucho en hacerle regalos desde los cuatro años.

Esta vez le regalo una fotografía con un marco súper plano hecho probablemente de grafeno. Hacer algo tan delgado era muy difícil, aunque en lo primero que se fijó Senku fue en la fotografía, que era de cuando ella apenas tenía tres años. Él la tenía en brazos, recibiendo un beso en la mejilla de ella.

Una sonrisa nostálgica tiró de sus labios.

Extrañaba esa época donde todo parecía perfecto… donde parecía que todo en su familia siempre sería perfecto.

—Gracias —susurró, sin dejar de mirar la foto, luego carraspeó y puso un tono más alegre—. ¿Acaso este es un nuevo invento? Un marco así de plano no sirve de nada a menos que tenga con que sostenerse.

—¡Ja! ¿Quién me crees? Tengo todo previsto. —Sonrió arrogantemente—. Sus componentes le permiten adherirse a todo tipo de superficie. ¡Puedes colgarlo en cualquier parte de la pared y no se caerá! ¡O puedes simplemente ponerlo en tu escritorio y no necesita soporte para mantenerse erguido! ¡Hasta lo puedes inclinar más! Y es flexible, prácticamente irrompible.

—Sí que te has esforzado, ¿eh? —Pegó el cuadro en la pared y se levantó para besar su frente—. Es un invento fascinante… Entonces, ¿a cuánto lo vendemos?

Ella sonrió encantada.

—¡Sabía que dirías eso! —Rió maliciosamente —. La gente está obsesionada con las fotos, ¡que sea lo más caro posible!

Ambos se carcajearon con auras malvadas rodeándolos, ya visualizando los millones y millones que ganarían por este nuevo invento científico una vez la empresa Ishigami lo patentara.

Por la noche, en la pequeña fiesta que le organizaron sus padres adoptivos, Tsukiku no dejó de hablar del nuevo invento, mientras Senku simplemente se mantuvo al margen con una sonrisa orgullosa.

—Tu hija es brillante. —En medio de la fiesta, su colega Hanaki se le acercó con dos copas de vino—. Me sorprende que siga en secundaria, perfectamente podría trabajar en el laboratorio con nosotros. —Le dio una copa.

—Es brillante, y también una niña. —Aceptó la copa con una sonrisa relajada—. Prefiero que vaya a la escuela, ha hecho buenos amigos allí.

—Entiendo perfectamente. —Sonrió dulcemente.

Estuvo conversando con Hanaki un buen rato hasta que Gen y Ryusui se le acercaron.

—Ah~, qué interesante~. —Gen los miró con picardía—. ¿Tenemos una parejita aquí?~

Hanaki se sonrojó hasta las orejas y rápidamente inventó una excusa y se marchó. Senku solo rodó los ojos.

—¿Y a ustedes quién los invitó? —Tomó otra copa de vino.

—¡Qué cruel!~

—Vamos, seguimos siendo tus amigos. —Ryusui rió escandalosamente—. ¡Ni aunque dejes de hablarnos por meses te librarás de nosotros!

—Entonces cambiaré de estrategia.

—¡Cruel!~ —Gen siguió haciendo el dramático, pero luego se calmó y rió divertido—. Pero ya en serio, tu colega es bastante linda ¿no?~

—Ella parece interesada, parece que eres un tipo con suerte. —Ryusui lo codeó juguetonamente.

La mirada de Senku se volvió mucho más seria y amarga y de repente dejó con brusquedad su copa en la mesa tras él y se largó a hablar con su hija.

Ryusui y Gen intercambiaron una mirada.

—¿Hablamos demasiado pronto?

—Parece que aún no supera a Kohaku-chan. —Gen miró tristemente a su amigo científico.

—Pero ya pasaron tres años desde que… —No acabó la frase.

—Bueno, todo es más complicado de lo que parece. —Gen suspiró profundamente—. En realidad nadie sabe bien qué fue lo que pasó.

—En eso tienes razón. —Ryusui suspiró—. Nadie lo sabe…

.

Primero de Abril.

Senku, siguiendo una receta de Lillian, preparó un desayuno elaborado para su hija, que ya estaba esperando sentada en la mesa.

Comieron en silencio, hasta que él finalmente suspiró y se decidió a hablar.

—¿Segura que no quieres hacer nada este año tampoco, princesa? —Estiró una mano para acariciar su mejilla—. Tus abuelos quisieran hacer algo por ti, eres su única nieta, ya sabes. Cumples catorce años, es…

—No quiero —contestó ella con firmeza, interrumpiéndolo—. No quiero celebrar nada y por favor deja el tema. —Frunció el ceño amargamente.

—Hija…

—Que no, papá. —Tomó su mochila de la escuela y se la colgó al hombro—. Gracias por el desayuno, me voy a la escuela. —Besó su mejilla secamente y se marchó.

Senku escuchó el portazo y finalmente dejó de contener su mueca de profunda tristeza.

Ella solía amar sus cumpleaños, recibir regalos y ser mimada, pero después del desastre que fue su cumpleaños número 12 les pidió que simplemente ignorarán la fecha.

La razón era obvia.

Kohaku siempre fue la principal organizadora, quien más la mimaba y cuya presencia jamás podría ser reemplazada.

Y ahora no estaba.

Por más que fuera doloroso, Senku entendió los sentimientos de su hija y les puso un alto a Byakuya y Lillian, igual a los hijos de estos y a su propios amigos que se consideraban tíos de su niña.

Aún así él intentaba hacer algo bonito por ella, y darle un regalo aunque sea disimuladamente, o días más tarde.

Sin embargo, no era suficiente.

Las heridas tan dolorosas tardaban demasiado en sanar.

.

Veintiuno de Julio.

— Felid cumpleañod, mami. —Kohaku rió tiernamente, recibiendo besos en su mejilla de parte de su hermosa Shizuku.

—Gracias, mi ángel. —También la llenó de besos.

—¿Trabajas aún en tu cumpleaños? —Su amiga y compañera de trabajo Amaryllis la miró con resignación desde su escritorio.

—No es como si tuviera presupuesto para una fiesta. —Siguió besando la carita regordeta de su bebita de dos años—. Además yo solo quiero celebrar mi cumpleaños con mi hijita. —La abrazó amorosamente.

—¿Ni siquiera irás a un bar o discoteca a bailar un poco? Qué aburrida eres.

—Ja, no me interesan esas cosas. —Ella era más que feliz solo con su linda bebé.

—¿Qué eres, una anciana?

—Oye, apenas cumplí veintinueve. —La miró mal—. No todos nos divertimos de la misma forma.

—¿Y cómo celebrabas antes de tener a Shizuku-chan?

Kohaku hizo una mueca, recordando el último cumpleaños que celebró antes de descubrir que estaba embarazada.

Estaban solo Senku y ella en casa. Habían hecho un pastel a las apuradas, por lo que se les quemó horriblemente.

—¿Cómo puedes comer eso? —Él la miró disgustado y divertido en la misma medida.

—¡Aunque esté quemado sabe muy bien! Siempre te he dicho que eres un gran cocinero.

—Tú eres la única demente a la que le gusta mi comida. —Rió con burla, pero sus ojos se habían suavizado considerablemente.

Ella lo miró idiotizada, antes de lanzarse a besarlo.

—¿Mami? —Las manos de Shizuku en sus mejillas la sacaron de sus pensamientos.

Sonrió dulcemente, acariciando su manito con ternura antes de voltearse hacia Amaryllis.

—Realmente me da igual mi vida antes de mi Shizuku —contestó a la pregunta de Amaryllis con una mirada distante—. No preguntes.

—Siempre estás haciéndote la misteriosa, ¿quién te entiende? —Amaryllis encogió los hombros y volvió a concentrarse en su maquillaje.

.

Catorce de Noviembre.

Para celebrar el cumplimento de los tres añitos de su hermosa Shizuku, Kohaku hizo una fiesta bastante pequeña.

Aún no había entrado a preescolar así que su pequeña solo tenía a tres amiguitos con los que jugaba en el parque.

Afortunadamente dos de esos tres tenían hermanos así que la fiesta fue bastante animada. Los padres de los niños eran muy agradables también, las mamás hasta la ayudaron a preparar más comida cuando se acabó la poca que había traído porque no sabía de los hermanos mayores.

Cuando la fiesta acabó Kohaku quedó muy contenta al ver lo feliz que estaba su niña por haber jugado tanto todo el día, pero al llegar a casa se dio cuenta de que su pequeña estaba pensativa y su instinto maternal le advirtió que algo pasaba.

—Hijita… ¿pasa algo? —La cargó en brazos y la llevó hasta el pequeño balcón del departamento, mirando hacia el bello mar que rodeaba la isla Tsushima.

—Mmm… tengo pregunta —dijo un poco nerviosa.

—Puedes decirme lo que sea, mi ángel. —Le sonrió tiernamente.

—Mmm… Ok. —La miró atentamente—. Mami, ¿dónde etá mi papi?

Kohaku se congeló de inmediato, sintiendo todo el aire abandonar sus pulmones.

—¿Qué?...

—Mi papi—repitió inocentemente—. ¿Por qué nunca lo veo? ¿Dónde etá?

Kohaku se quedó en blanco.

No había estado esperando esa pregunta… ¡No estaba para nada lista para esa pregunta!

Suspiró temblorosamente, mirando hacia el mar frente a ellas.

—Tu padre… —Tragó saliva—. Tu padre… él… Está muy lejos de aquí —dijo lo primero que pudo pensar para responderle, con su mente hecha un caos—. Él es… es un hombre ocupado.

—¿Por qué? —Ladeó la cabeza, con sus grandes ojos rojos llenos de curiosidad inocente.

—Bueno… Él es un científico. Él siempre está ocupado… —Miró nerviosamente de un lado a otro—. Él tiene otra… él tiene otros asuntos que resolver. Y a veces… cuando los papás están muy ocupados, pierden de vista lo más importante. A veces los papás no pueden estar con sus hijos —intentó explicar todo de modo que su bebé pudiera tener una respuesta entendible.

—¿Por qué? —Empezó a hacer pucheros con ojitos tristes, rompiendo un poquito su corazón.

—No todos… No todos pueden tener a sus dos papás. Algunas personas deben crecer sin su papá… y otras sin su mamá. —Apartó la mirada dolorosamente, sintiendo sus ojos aguarse—. Son cosas que a veces pasan y no podemos evitarlas. Pero tú… tú siempre me tendrás, ¿sí? —Volvió a mirarla, acariciando su mejilla—. Siempre, siempre me tendrás. Yo estaré para ti siempre… Yo…

—Mami… —De pronto ella estiró sus pequeñas manos hasta sus mejillas, limpiando las lágrimas que se le habían escapado casi sin que lo note—. No trite, mami.

Ella sonrió, soltando una pequeña risa en medio de un sollozo.

—Lo siento, bebé. —La abrazó con todo su amor, besando suavemente su frente—. Lo siento…

—Mami, todo etá bien. —Su pequeña se apartó del abrazo con una sonrisa resplandeciente y hermosa—. ¿Helado? —Kohaku rió maravillada, volviendo a besar su frente.

Ella siempre le ofrecía helado cuando Shizuku lloraba por haberse lastimado jugando. Y esa era su dulce e inocente forma de hacerla sentir mejor.

Había muchas cosas que quisiera decirle, explicarle, y ser lo suficientemente fuerte como para no quebrarse en el proceso.

Era realmente afortunada de tener una hijita tan maravillosa y comprensiva.

Verdaderamente no necesitaba nada más.

Continuará...

Holaaaa :D

Me dieron ganas de actualizar esto así que aquí tienen el nuevo cap xD

Les dejé una pista bastante grande de lo que realmente está pasando aquí, quizás algunos ya lo adivinen owo

Por cierto, Shizuku ta chiquita y no pronuncia la S, por eso salen raros sus diálogos :P

Ojalá que este cap les haya gustado! Gracias por su apoyo! Los amo!~ ❤

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaa!