17.
La atmósfera estaba tensa.
Canute, cruzado de brazos y con un puchero en la cara, miraba por la ventana queriendo evitar cualquier contacto con Ragnar. Estaba molesto con él.
Ragnar por su parte estaba triste, se sentía mal al ver como Canute lo trataba, con esa hostilidad.
Lo único que el mayor quería era lo mejor para Canute. Tomar el lugar que su padre nunca tuvo en su corazón.
No es que Ragnar no sepa que Canute deba crecer, hasta admite que se había estado comportando de manera muy Sobreprotectora; pero aún así, temía lo que ha Canute le pudiese suceder, mucho más en una situación tan delicada como esta.
Ragnar mejor no tocaba ningún tema, ya que sabía que Canute lo ignoraria o contestaría de manera malcriada.
Y eso, a Ragnar, le dolería.
Ellos que estaban en la calle, Ragnar conduciendo, se detuvieron por un semaforo en rojo.
Ragnar suspiro, miró un pequeño muñeco que a Canute solía gustarle, era de la leyenda del rey Arturo, una de las historias favoritas de Canute.
Eso le trajo recuerdos a Ragnar, cuando Canute decía que quería ser rey. Pero luego el rubio quiso una vida más calmada y menos complicada.
Pero el día que dijo eso, Ragnar le pregunto:
“—¿Porque quieres ser rey?—”.
“—¡Mi amigo Thorfinn dijo que son geniales, y los guerreros también, por eso, quiero ser un rey!—”.
“—¿Solo porque tu amigo Thorfinn lo dijo?—”.
“—¡Si!, él es genial.—”.
Ragnar sonrió.
El hombre mayor sabía que Thorfinn no era una mala influencia, pero aún así le preocupa su relación con Canute.
Es normal, después de todo, Ragnar quiere mucho a Canute, como el hijo que nunca tuvo.
Se escucho un ruido delante de ellos, ambos miraron, una persona, con barba, una sonrisa confiada, de cabellera rubia y mayor de edad, estaba enfrente de ellos, había golpeado el auto dos veces para captar la atención de ellos.
Es Askeladd.
Ragnar y Askeladd hicieron contacto visual. El pelinegro al ver los ojos de Askeladd, solo pensó en una víbora feroz.
Askeladd le saludo con la mano.
La sonrisa de confianza que tenía en su rostro le molestaba y le traía una mala vibracion a Ragnar.
—Algo anda mal.—dijo para sus adentros.
—¿R-Ragnar?
La voz Asustada de Canute alertó a Ragnar, quien le miró. Al ver su cara pálida y sus ojos entimecidos, él le sonrió.
—No te preocupes, todo estará bien.
Pero, la cara de Canute palidecio más, detrás de la ventana de Ragnar, un hombre con una pistola le apuntaba.
Era Bjorn, él tocó el vidrio con la punta del arma. Ragnar miró y también palidecio. Bjorn hizo una seña de que salieran del auto.
—Canute, solo toma mi mano, y salgamos.
Canute, asustado, obedeció a Ragnar, y dejó esta situación en manos del padre, Dios.
Ambos salieron, Askeladd se acercó a ellos, al ver cómo Canute sostenía su mano, el rubio las apartó.
—No, no, ambos no van.—mencionó.
—¿Que quieres?, bandalo.—preguntó Ragnar.
—Bueno, sólo vine por Canute, ¿no es obvió?
—¡No puedes, él-!
Ragnar se cayó ya que Askeladd le apuntó con una pistola.
—¿Que no puedo, qué?—replicó.
Raganr se trago sus palabras.
—Bjorn, toma al chico.—el más alto asintió.—Ustedes, encarguense de este.—le dijo a dos tipos de su banda.
—¡Tú, no toques a Canute!, ¡no se atrevan!—se metió en medio.—¡No le pongan una de sus sucias garras encima a Canute!
Bjorn, chasqueo sus labios.
—Viejo molesto.—lo golpeo, lo hizo tan fuerte que Ragnar cayó al suelo. Bjorn le escupió.—No te vuelvas a meter en mi camino, calvo.
—¡Ragnar!—exclamó Canute.
Iba ir a su lado, pero Bjorn no le permitió. Lo tomó con su brazo y lo cargo en su hombro.
—Nope, eso no pasará.—dijo.
Ragnar, en el suelo, escupió sangre y algunas muelas, una sombra lo opaco por completo, era la de Askeladd, quien le miraba fríamente, y aún tenía esa sonrisa en su cara, el rubio se burlaba en su cara y eso puso rojo de la histeria a Ragnar.
Ragnar al ver que Canute estaba luchando por safarse de Bjorn, y para no entrar en la camioneta, este le grito:
—¡Canute, todo estará bien!, ¡calmate!
—¡Ragnar!—vociferaba, mientras seguía luchando.
El nombrado recibió una patada en la cara por parte de Atli.
—Vaya, este viejo si que grita.—comentó.—“¡Canute, Canute!”, ya me tiene cansado, está montando una telenovela él solo.—dijo, rascando su nuca.
—Si, este pequeño bastardo.—apoyo su hermano Torgrim.
—Ah, hermano, ¡probemos la “doble patada de la hermandad” en él!, nunca hemos tenido oportunidad de probarla.—dijo emocionado Atli.
—¿Doble-qué?
—¡Si tú mismo la inventaste, imbecil!
—¡Ah, si, cierto!—se acordó.—¡Se me había olvidado!
—Se nota.—dijo.—Bueno, aquí vamos.
La “doble patada de la hermandad” consiste en que Atli patea el corazón, y Torgrim los geniales de la persona.
Y así fue, al hacerlo, Ragnar dejó salir un grito, espantoso. Se empezó a doblegar en el suelo, mientras la sangre salía escurridiza de su boca.
Canute al oír aquello, empezó a luchar más, y más.
—Maldición.—se quejo Bjorn.—¡Si sigues así, me veré obligado a usar la fuerza!
—¡Callate y sueltame, monstruos!—exclamó enfurecido Canute.
Bjorn rodó los ojos, tomando aquello como un permiso para usar su fuerza bruta contra él.
—Como digas.
Bjorn empujó a Canute y este se estampó contra el otro lado de la camioneta.
—Ahí puedes hacer todas las rabietas que quieras.—dijo.
Mientras todo esto sucedía, Olm, quien es amigo de Sigurd y era quien se había quedado en el hospital, se dirigía a la escuela para ver a Sigurd, ya que se habían quedado de encontrar ahí y luego ir a su casa.
El chico gordo, veía la escena y algunas personas observando esta. Y de inmediato pudo reconocer a Canute quien estaba dentro de la camioneta.
—¿Ese no es Canute?—apretó sus dientes.—¡Debo de llamar a la policía y decírselo a Thorfinn!—pensó y se puso manos a la obra.
Olm corrió hacia la escuela mientras llamaba a la policía.
Atli y Torgrim, analizaban los efectos de su “ataque especial”, para ver si era tan efectivo.
—Hmm, su cara se pone pálida, supongo que está bien.—comentó Atli.
—Casi pierde el conocimiento, así que está bien, creó.—dijo Torgrim, asiendo con su mano como si tuviera una lupa y examinará a Ragnar.
Askeladd al ver esto, suspiro. Es cierto que las personas alrededor miraban la escena y no hacían nada por miedo, pero era obvio que algunos de ellos llamó a la policía o está grabando esto.
—¡Ey, ustedes dos, dejen a ese viejo en paz y vengan!—le ordenó a los dos hermanos, quienes obedecieron de inmediato.—¡Y les dije a ustedes que se encargaran de él!
Los dos tipos asintintieron.
Ragnar abrió sus ojos, un poco, apenas tenía fuerzas.
Pero al entre abrirlos, lo que vio fue a Canute, de niño.
Tal vez solo era un recuerdo, para sus últimos momentos.
La inocente sonrisa de Canute, los ojos altines y azules, como si fuera una bella vista al océano, la expresión de alegría como un cálido clima en un gran día de verano; Ragnar jamás olvidara a Canute, jamás.
Jamás.
—Canute... Lo lamentó.
El disparo de la bala se escucho por la calle entera.
Canute escucho esto, y sintió un jalon en su pecho, que le hizo sobresaltarse, su piel se puso de gallina.
Canute logró ver el cadáver de Ragnar, de su cabeza salía la carmesí sangre que hacía un charco de sangre.
Y el mundo de Canute se rompió con una sola imagen...
—¡Vámonos!—exclamó Askeladd cerrando la puerta.
Y así, se fueron de ahí.
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