Salimos del instituto rápidamente, como si huviera un incendio o algo parecido.

Había tocado la sierna hace medio segundo, pero ya había gente en la puerta de salida del instituto. Esto es mágico.

Yo iba normal, no iba a ser como los demás, yo tengo tiempo ¡y de sobra!

Bueno, no últimamente. Pensandolo bien, nunca me he parado a estar descansando en casa tranquila.

No parecia ni que viviera en una casa.

Encima, hoy tendría que ir con Leigh a su casa, me tendría que decir una cosa. Más le vale que sea importante.

No tenía realmente ganas, pero es lo que había, era mi amiga y tenía que escucharla.

Llegué a mi casa sin interrupciones en medio del camino.

Abrió la puerta para dejarme entrar y, al fin, almorzar.

Mi barriga no paraba de sonar y eso había que pararlo de alguna forma, ¿y qué mejor forma que esta?

Me senté en la silla y engullí rá pidamente.

-Jade, ¿vienes a comprar ropa conmigo? Necesito un vestido para esta noche- interrumpió mi madre.

-Eh... ¿esta noche?- pregunté confusa.

Mi madre se cruzó de brazos.

-¿No sábes que pasa hoy?

-La verdad es que no... ¿Qué es lo q...? ¡Ah claro!¡Hoy es primavera!

Si, primavera. Siempre que empezaba la primavera hacíamos una fiesta.

A mí, a mi madre y al resto de mi familia nos encanta la primavera así que es como... una tradición.

Así que hacíamos una fiesta, mi madre invita a sus amigas y yo a las mías, pero como yo no tenía, llamaba a mis primas y primos.

Sí, era muy triste eso.

-Ah, y... ni creo poder ir a comprar el vestido porque... he quedado con una amiga- dije triste.

-Bueno, no pasa nada cariño, puedo comprarlo sola- dijo sin problema.

Terminé de comer y me fui a mi habitación con mi móvil en mano, como habitualmente hacía.

Me tumbé en la cama boca abajo pero con la cabeza levantada y los codos apollados en la cama para, claramente, no caerme.

Miré algunos mensajes que no había respondido aún.

Algunos eran de familiares, tonterías como "¿cómo vas por ahí?" O "¿qué tal con los amores" y de Leigh, Jesy y Perrie en un mismo grupo.

También había un mensaje, que por pequeño que fuera me hizo sonreir. Era de Luke.

Sí, solamente era un simple y soso hola. Pero es el mejor hola que me han holeado en la vida.

Y solo respondí a ese mensaje, no tenía ganas de otras cosas, aunque Luke no estuviera conectado al móvil, pero bueno.

No había respondido, no lo había visto pero tarde o temprano lo hara, ¿no?

Mi móvil vibró, era un mensaje.

Miré de quién se trataba el mensaje y yo tenía una gran confianza de que era Luke, pero en eso me equivoqué, tan solo era Leigh.

Buuf, Leigh ¡¿y ahora que quieres?!

~No te olvides poopy, aquí a las seis ;)

Buah, era cierto, tendría que ir a casa de Leigh. Miré la hora y tan solo faltaba hora y media. No olvidé que me tenía que duchar también.

Empecé con mi tarea, escogí mi ropa y la puse sobre el videl, me quité la ropa y me metí en la ducha a ducharme, obviamente.

Al terminar me salí, me sequé y me puse la ropa escogida por mí, la cual consistía en:

Unos vaqueros pegados al cuerpo, un chaleco negro haciendo que se vea el ombligo y una chaqueta de cuadros roja abierta con un nudo.

Amaba ese conjunto, lo raro era que no me lo solía poner de vez en cuando, no tengo ni idea.

Me cepillé el pelo y me hice el típico peinado de Ariana Grande, ese de media cola recogida. Y me cepillé los dientes, me puse los zapatos y salí.

Me puse mis gafas y cogí mi chaquetón, amo ese chaquetón más que... ¿que a mi móvil? Puede.

Me senté a escuchar música e hice mis deveres, hoy habían mandado bastante, así que había que prepararse.

No eran precisamente para mañana pero ni tenía otra cosa mejor para hacer.

Me distraía cada dos por tres con los pájaros, las nuves, el sol... y no son nada interesantes pero... no lo sé.

¡Jade, centrate ya! Repetía eso cada dos por tres y lo malo era que ahora me centraba en la frase y no en los deveres.

Por favor, ¿enserio?

Cuando por fin pude concentrarme algo me distrajo, que bien.

Un pájaro había entrado en en la habitación y estaba destrozandolo todo, tirando los libros destrozando mi mochila de Minnie Mouse. ¡No puede ser!

Yo cogí una escoba e intentaba pegarle con ella, o que solamente huyera por la ventana, ¿qué me costaba poner rejas a la ventana?

Y no tardó en hacer una cosa que me cabreó de verdad.

No, no, no era comerse mis galletas ni nada, ¡había tirado la lámpara!

Entonces fue cuando me puse mal.

Cogí al pájaro raramente, no sé como lo hice pero eso fue lo que hice.

-No, pájaro ¡no hagas eso más!- le grité. Si, parecía y era idiota al gritarle a un pájaro.

Lo saqué a la ventana y la cerré.

Suspiré fuertemente y miré la hora de mi reloj, faltaban cinco minutos para las seis, si no me iba ahora, no sé cuando podía hacerlo.

Así que así hice, salí de mi casa y me dirigí a casa de Lee.

Estaba agobiada, muy agobiada.