—Ya llegue.— Dijo Hoseok desde la entrada.

—¿Ya no estas enojado?— Desde el día que intente asfixiarlo en el cual ya habian pasado dos semanas, no vino al departamento por tres diaz, los cuales solo hablamos por teléfono.

No quería estar peleándome mas con el, simplemente no lo podía soportar. El quería que entre a un hospital psiquiatrico, yo no quería. Los pocos floreros y de los cuadros que quedaban terminaron esparcidos la ultima vez que peleamos.

—No ya no, nunca te decepcionaré. Te seguiré mirando calidamente, creeme,— me miro tierno— se que e estado distante últimamente, no e querido preocuparte, lo siento.

—Eso me alegra mucho...— veía la marca que tenia aun en su brazo por culpa mía.

—Pero necesitas ayuda, no estas bien.— dijo preocupado.

—Si voy... ¿seguiras amandome?— pregunté. Solo quiero estar con el.

—Si, confía en mi...— Prometió.

—Esta bien iré.— Y me beso.

Pero esta vez no se sintió igual.

Ya no era real. Aun así decidí ignorarlo.