El llega tarde otra vez, apestando a alcohol y perfume barato de mujer. Él me apuñaló varias veces, y se las perdone todas, no puedo tenerle completamente para mí y eso me inquieta. En los 4 meses que vamos de relación ya es la quinta vez que llega así.

Recuerdo la primera vez que paso, fue luego de que hayamos peleado por que según el no lo dejaba respirar. Salio hecho una furia y no volvió hasta entrando la madrugada, borracho y con varias marcas en el cuello, no tarde mucho en deducir que había sucedido. Ese día le lance una botella de perfume que el me había regalado. Terminamos en el hospital por que algunos cristales habían cortado parte de la piel de sus brazos. No hablamos como por una semana.

—¿Otra vez?— le dije mientras encendía un porro— ¿Quién fue esta vez?— esto ya no me dolia, me dejo de doler desde la tercera vez. Ya me había acostumbrado.

—Puedes dejarme...— se encogió de hombros restandole importancia.

—Tu también puedes dejarme.

Siempre me dice eso, pero aun así el no tiene las agallas suficientes para dejarme, y yo... Tampoco planeo dejarlo por que el debe estar conmigo, aunque tenga que compartirlo con alguien más.

—Entonces hay que dejarlo todo ahora mismo.— Estaba comenzando a enfadarse.

—No.— dije diregiendo el humo que salía de mi boca en su cara— Este será un hermoso juego de tira y empuja,— sonreí, no se la dejaria tan fácil— y no parara por que tú, eres mío y me amas.— no voy a dejarlo, no puedo, lo amo.