Era tarde, muy tarde y el no llegaba. ¿Debería preocuparne? ¿Enojarme?. Mi pie repiqueteaba contra el suelo del departamento el cual compartíamos.

Si no me equívoco permanecí ahí alrededor de 15 minutos más, hasta que se escucharon las llaves en el cerrojo. El entro como si nada.

—¿A dónde fuiste? Te extrañe mucho. —paso de frente —¿Pasó algo? ¿Por qué no me miras? —le preguntaba—Mírame. Hoy a sido un día extraño, siento que no tiene sentido respirar...— Estaba mal, Hoseok no me decía nada, el de seguro ya no me ama. Me miró— Confía en mí y di que me amas— Me sentía un total fracaso como novia, mi relación no estaba funcionando como quería al parecer.

Luego de decidir que nos mudaríamos juntos con tan solo dos meses de relación empezó con ese extraño comportamiento que hacía que mi pecho doliera, no soportaba que sea indiferente con migo, no cuando a las demás personas le mostraba esa hermosa sonrisa que lo caracterizaba.

Yo solo quería que fuese feliz, con migo a su lado. No habría razón para respirar si fuese lo contrario.

—Te haré feliz, te prometo que en el futuro no volvera a repetirse.— se notaba preocupado— Se supone que ya e madurado, tu siempre seras mi objetivo.— Se acerco a mí, rodeo mi cuerpo en un abrazo y luego beso mis labios.

Quería estar con el en esta situación siempre.

—Confía en mí y di que me amas...— Repetí.

Necesitaba escucharlo, necesitaba saber que no estaba haciendo las cosas mal, que todo era perfecto, que mi Hoseok estuviera totalmente seguro sobre sus sentimientos hacia mí.

—Te amo.— dijo, sus palabras lograron tranquilizarme, el aun me ama, esto no se esta yendo a la mierda como creia. Todo es perfecto.

Tomó mi mentón delicadamente entre sus manos e hizo que nuestras miradas chocaran, se acerco lentamente, sentía su respiración mentolada. Nos fundimos en un beso lento pero necesitado a la vez.

Se sintió real.