Eran las 9:00 am esta ahí, en la cafetería en la que siempre nos vemos normalmente, desde aquel día en la Universidad.

Deslumbrando como siempre, mas que cualquier estrella, brilla mas que cualquier tesoro. Como el sol de la mañana,es deslumbrante. Siempre brillando intensamente. Como un ángel.

Me dirijo hacia la mesa la cual esta ocupando. Tomo asiento frente a el. Esta raro, como nervioso. Me preocupa, ¿Estará bien? ¿Hice algo mal? Esto es abrumador.

—¿Estas bien?— me atrevo a preguntar— Normalmente estas con una sonrisa, pero ahora parece que me quisieras decir que acabas de matar a alguien.— intento bromear, pero sigue con la misma expresión.

—No, no es nada de eso.— suspira— ¿Quieres ser mi novia?— soltó golpe, quede en blanco, no era que no quería, solo que no pensé que le gustara o algo, creí que solo era atracción física. Nunca pense ser suficiente para el.

La mesera llega a tomar nuestra orden justo en ese momento.

—¿Qué van a ordenar?

—Un café latte y un mocha, por favor.— se apuro en pedir Hoseok, me pareció tierno que supiera que pedir por mi.

—¿Y... Qué dices Chaeyong? ¿Quieres ser mi novia?— repitió cuando la mesera se fue, jugaba con sus dedos por lo nervioso que estaba.

—Creo que es mas que obvia mi respuesta...— le digo tranquila, aunque por dentro estaba que saltaba de alegría— Estoy enamorada de ti desde el primer momento en que te vi.

Todo era perfecto, el era perfecto.

Todo es maravilloso, no podía pedir algo mejor. Estoy enamorada de el, desde que lo vi por los pasillos de la Universidad, tan  deslumbrente, solo como el sabe brillar.

Empezó todo como una simple charla de compañeros de clase, pero yo no quería ser solo su compañera de clase y el que el tuviera novia en ese momento no me afecto, el tenia que ser para mí.

Hasta que el me invito a salir, tan espontáneo. Acepte.

Me contó que había terminado con su novia, ahora ex, por que le empezó a atraer una persona, suelo darme cuenta de las indirectas, así que ni bien se dio cuenta de que capte lo que me insinuó, propuso seguir viéndonos. De eso paso a algo mas, así que de los encuentros en la cafetería, aveces también eran en su casa y no específicamente a hablar, aun así no podía tenerlo solo para mi.

Y llegamos a este punto, en el que soy inmensamente feliz, por que lo tengo para mí. Solo para mí.