Capítulo XXXVI
— No hay descanso, no hemos descansado desde hace cinco años. No lo entiendo. —
— Venga HanDong, tranquila. —
Le decía Dami acariciando su rostro para luego posar su cabeza en su pecho.
— El transformarse seguidamente es insoportable. —
— Ni que lo digas Dami. —
Contesto MinJi.
— ¡Seulgi! ¡Déjame! —
— Vamos Namu~ quiero mimitos ¿Cómo a MinJi si le das? ¿Pero a tu vieja amiga ya no? —
Las tres exportadoras rieron al ver la escena. YooHyeon al fin se quitó a Seulgi y se colocó tras MinJi para ocultarse de su amiga.
— Eres como una niña amor. —
— Así me amas. —
MinJi rió por su puchero, se levantó de puntillas y beso a YooHyeon quién la abrazaba por su espalda.
— ¡Bien! Par de cuatro amantes, dejen de restregarse mi desafortunada soltería en la cara y vámonos, se aproxima una orda de guerreros. —
— ¿¡Qué!? —
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