YooHyeon abrió sus ojos y miró su cuerpo, dio un paso atrás por la sorpresa de ver su cuerpo cubierto de una armadura que parecía echa de diamantes, luego miró su mano derecha donde se encontraba MinJi en su transformación, pero su forma había cambiado, era diferente y se sentía mucho más ligera.

— ¿¡Quién demonios son ustedes!? Se supone que MinJi debía haber sido mía ¡¡Yo te derrote!! —

— Cierto, pero MinJi no te aceptó, su alma está compartida solo para su portadora. —

Explicó Bora mientras se quitaba una marca de sangre de su labio y Siyeon la ayudaba a colocarse de pie.

— ¿Cómo? —

— Cuándo dos almas se unen íntimamente, se llegan a fusionar en alma — Ríe — Esas dos tienen mucho que enseñarnos y nosotras dos estaremos dispuestas a ver eso. —

YooHyeon miró a MinJi y sonrió.

— MinJi, gracias por tu fuerza.... ¡Ahora bien noventa y cinco! Estoy lista para acabar contigo. —

— Créeme que no eres la única ¡Nunca destruirás esta nave noventa y uno! —