Capítulo XI
Luego de seis largos días en ese lugar, aparecieron los últimos para completar los veinte elegidos. La pequeña chica quien ahora se encontraba abrazada al brazo de MinJi se volvió alguien importante para ella.
— Vengan, apresurense. —
Llevaron a las veinte personas hasta una arena en forma de óvalo, todos estaban encadenados.
— ¿Qué pasa MinJi? —
Dijo asustada la chica.
— No sé, pero mantente detrás de mi. —
Y al otro lado de ellos empezaron a salir unos guerreros y otros más, pero estos eran hombres y de cuerpos bien formados. Aún con eso, los ojos de MinJi se dirigieron a la de cabello tinto, extrañamente algo la atraía a ella.
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