Capítulo XXX (Final)
{¿Crees que esto acaba aquí? Si apenas empieza lo divertido, Kookie~}
POV: Jungkook
Trago con fuerza viendo la tumba frente a mí llena de flores blancas y rojas... Mientras que las que traigo yo son negras.
Tan negras como el vacío que dejó.
Agarro con más fuerza el ramo entre mis dedos con la mandíbula endurecida y el enojo creciente.
¿Quién se atrevió?
Busco en el bolsillo trasero de mi pantalón el encendedor que se encargó de hacerlo desvanecerse.
Es hermoso... Incluso tiene un par de alas grabadas...
El muy idiota lo hizo con toda la intención del mundo
Con un suspiro que ayudó a liberar un poco la presión en mi pecho. Prendo el mechero y lo acerco con lentitud al pétalo de una de las flores.
- ¿Qué se supone que estás haciendo?
No me altero por la voz que repentinamente anuncia una presencia que ignoraba.
Recientemente nada me afecta... Después de todo esto ¿Qué más queda?
- ¿Por qué permitiste que dejaran flores aquí? ¿Quiénes fueron?
Porque son un montón... Y precisamente es ese montón el que está siendo hermosamente reducido por las llamas.
- Fueron sus conocidos de la mafia... Vinieron al funeral.
A diferencia de mí
Sonrío con la comisura de la boca encrispada.
- No debiste haberle hecho un funeral, es antinatural cuando no hay cadáver que enterrar.
- Quisimos hacerlo lo más... Normal posible.
- ¿Quisimos o quisiste?
Le pregunto con la garganta apretada, las lágrimas acumulándose en mis ojos.
- Tal vez si no hubieses dejado su cuerpo quemarse...
Suspiro otra vez y pregunto.
- ¿Dónde están las cenizas?
- No dejé que se redujera a eso, unos minutos después que Suga te sacara de ahí, Nam y yo llegamos. Pudimos sacar el cuerpo, quemado, pero como cuerpo al fin.
Asiento y en silencio admiro el fuego reducirse a nada, dejando las flores, antes bellas y frescas, retorcidas.
Cuando el espectáculo acaba, pongo una rodilla en el suelo, y mi mano se posa en la dura piedra.
- Tan frío... Tan solitario... Tan oscuro. Siempre odiaste todo eso...
Las lágrimas comienzan a acumularse, pero desaparecen en mis ojos antes de caer.
- Murió con una sonrisa... Jinie... Con una maldita sonrisa en el rostro.
Siento los brazos que tanto extrañé rodear mis hombros, ese calor de madre que solo un inmensamente cariñoso amigo te puede dar.
- No se desvaneció... Ni en su último instante. — Me susurró Seokjin aguantando el llanto.
Tal vez debería sentirme seguro bajo su brazo, sentirme al menos mínimamente feliz por recuperar a Jin... Pero me siento vacío, inconforme, incómodo.
¿Qué mierda me pasa?
Me lo quito de encima con un movimiento para nada brusco y simplemente dejé las rosas negras encima del resto.
- ¿Dónde está Suga?
Suspiro.
Que buena pregunta
- ¿Quién sabe? ¿Dónde está Monster?
Él me devuelve el suspiro.
- No tengo la menor idea.
Y como si hubiesen sido invocados aparecen por la entrada del cementerio, ambos de negro, Suga a la altura del hombro de Namjoon, pero imponente, con su cabeza en alto y ojos penetrantes.
Una sonrisa hace a sus labios formar el camino al infierno. Y mi pecho se sacude... Porque sé que planea algo.
- ¿Terminaste?
Asiento en silencio viendo de soslayo a Namjoon rodear la cintura de Jin, este último mirándome con nerviosismo.
- Vámonos ya, no tengo nada más que hacer aquí.
Le digo mirando a ningún lugar en particular y tomando la delantera para regresar por donde vine.
Aunque el lugar al que regrese no es considerado por mí como un hogar.
(...)
- ¿Qué haremos ahora, Suga?
Le pregunto nuevamente mirando a la nada, lo he hecho mucho estos días...
- Jungkook...
Me llama y yo volteo la cabeza, extrañamente viéndolo situarse en el alero de la ventana.
Su abrigo negro largo cae y su sonrisa es completamente abierta, con una picardía brillando por encima de la oscuridad de sus ojos.
Y solo eso enciende en mi corazón lo que pensé muerto.
- No dejes caer la cabeza, mi amor ¿Crees que esto se terminará aquí?
Frunzo el entrecejo procesando sus palabras, hasta dar con el punto.
Mi problema es... El miedo a la monotonía... Por supuesto.
Alzo la cabeza de un tirón con la respiración acelerada.
- ¿Dices que... Que esto no se quedará así por siempre?
Su sonrisa se vuelve más disimulada, con la curvatura definida.
Y salta, dándome un susto de muerte por la altura pero... Los gatos siempre caen de pie
Se acerca, sigiloso, sus pasos firmes e inaudibles.... Peligrosos.
- Tenemos que escapar, hice una travesura el tiempo que no estuvimos juntos... ¿Sabes?
- ¿Que no estuvimos juntos? ¿Cuánto fue eso, dos horas?
Su sonrisa se mantiene en su rostro... Un niño con un muy malévolo plan.
- Acabo de traicionar a Hobi, le hice llegar a Taehyung los códigos de la caja fuerte escondida de los Hope, su patrimonio.
Ahogo una exclamación con las manos
- P... Pero tú... ¿Enloqueciste?
- Y eso no es lo mejor...
Su mano se posa en mi cintura con toda la normalidad del mundo, con comodidad y sin preocupación.
- El único además de Hoseok que conoce su ubicación soy yo. Así que V me perseguirá para conseguirla y Hobi para callarme y vengarse, sabes cómo ¿Cierto?
Mier... Da...
- Eso quiere decir que... Somos el objetivo de los Ghost... ¡¿Y los Hope!?
- Exacto.
Le doy un golpe en el hombro.
- ¿Y por qué carajos sonríes tanto, tonto?
Niega con la cabeza.
- Eso no es todo, tengo otra sorpresa.
Retrocedo unos pasos cuando él deja ir mi cintura para buscar algo en uno de los cajones.
- Apuesto a que Seokjin estará buscando esto.
Una vasija de porcelana...
- E... Eso es...
- Las verdaderas cenizas de Park Jimin, ya le envié el mensaje para que... Ya sabes, comprobara.
Agarro con firmeza la pieza entre mis manos, apretándola contra mi pecho y con las lágrimas finalmente mojando mis mejillas.
- Estar metros bajo tierra... Que poco estilo, eso no es para Park.
Sonrío con el éxtasis corriendo por mis venas.
- Le buscaré un lugar más resistente para que lo lleves contigo en nuestro viaje... Si estás dispuesto claro...
Baja la voz hasta conseguir apenas un susurro.
- ¿T... Tú... Me estás dando la posibilidad de irme?
Miro con los ojos abiertos de par en par al amor de mi vida, al demonio en mis sueños.
Veo la tensión en sus hombros, el temblor de sus manos, el sudor frío en su frente...
- Ya tengo el barranco perfecto por el que tirarme cuando suceda eso.
Esbozo una sonrisa rebosante de ternura, admirando la mejor pieza de arte.
Me acerco a él y con la vasija de por medio logro besar sus labios, con poca profundidad, pero suficiente fuerza.
- Te amo. Y estoy preparado para huir contigo, a donde quiera que vayas.
Sonríe y ese gesto ilumina cada uno de los oscuros lagos en mi alma, dejándolo todo explotando a su paso.
- En ese caso prepárate, porque ahora estamos en guerra con todos. Somos tú y yo contra el mundo, mi amor.
Río en potencia, hasta que me duele el estómago.
- Tu sí sabes encontrarle diversión a la vida.
Encoge los hombros con ese aire de prepotencia que siempre lo rodea, mas endurezco la expresión tornando el aire de seriedad.
- Pero eso sí, esto no es un "Te protegeré" es un "Si muere uno, morimos los dos" ¿Está claro?
Asiente con seriedad, y abrazo con más fuerza las cenizas.
- Nos espera una gran aventura... Jiminie.
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