Capítulo XX
{¿Por qué te empeñas en salvarme? ¿Por qué me amas?}
14 de marzo del 2018 (Presente)
POV: Min Yoongi.
Desde hace un rato perdí la cuenta de los segundos, en mi cabeza no hay una repetición que no sea el típico Tic Toc imaginario.
Escuchar a Hobi declarar lo que sabía, el espacio de tiempo antes vacío en la vida de mi Kookie, ahora relleno por algo de lo que no tenía ni idea.
Traición
Traicionado por su padre, su supuesto mentor y el propio Taehyung...
Con la mente de un niño pequeño no se juega así.
Según las coordenadas que me fueron dadas por el hombre que dejé a cargo para conducir a Jungkook, este ahora se encuentra en la antigua mansión de los Kim.
Aunque no es más que una especulación.
Mi análisis global de la situación es interrumpido por la repentina aparición de una enfermera en mi habitación de hospital; vislumbro por el rabillo del ojo sus movimientos mientras prepara todas sus herramientas para revisarme.
Y esta era justamente la oportunidad que esperaba
Se inclinó hacia adelante, el uniforme de tonalidad pálida acariciaba su piel como crema de rosas.
Hermosa, realmente, podría estar en cualquier otro sitio debido a su porte.
Pero dejé de conformarme con oro, cuando conocí de un diamante esperando ser atrapado.
Antes de que sus ojos pudieran seguirme, lancé un brazo rodeándola por la izquierda, su gritito ahogado por la almohada a un lado de mi cabeza.
- ¿Hay cámaras aquí?
Su cuerpo estaba incómodamente tendido sobre el mío, una de sus piernas se apoya sin remedio mientras el otro pie permanece en el suelo.
Los temblores hicieron claro la amenaza que supongo para su persona.
Que bueno que lo comprenda.
No hace más que un asentimiento, perezoso por el sedante deslizo mi mano a su cabello recogido en una coleta para así acomodar su rostro de una forma en que no se ahogue.
- ¿Sistema de audio?
En esta ocasión negó con la cabeza, el pulso se volvió más estable una vez la adrenalina de sentirse atrapada disminuyó.
- Muy bien... Escucha lo que harás.
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Mis pestañas superiores y las inferiores se acariciaban entre sí, casi siendo empujadas unas por las otras. Ya recuperé la movilidad de mis dedos, mis piernas; comprobé llevándome una mano a la parte baja de mi espalda que el dolor, a pesar de haber disminuido considerablemente, estaba presente. No como la ilusión de los molestos sedantes.
Inmóvil en la cama, llevé la cuenta de los segundos.
Novecientos segundos; quince minutos... Solo un poco más...
Y Clank, la manija de la puerta se abrió y por ella entró el par de enfermeros regulares acompañados por el doctor Kim alias, el carcelero.
Detecté con ojos entrecerrados la bandeja que preparaba la enfermera, una jeringa, liga, alcohol, algodón...
Pero claro, yo tengo un extra bajo la almohada.
¿Quién necesita al ratoncito Pérez?
El enfermero se sitúa del otro lado, preparado para incorporarme.
Todo está calmado, permanecen en silencio y el tiempo nuevamente me resulta infinitamente tortuoso.
Pero llega el momento exacto, logro hacer que mi mano derecha se abra paso por un flanco de la enfermera, tomando con dedos firmes la jeringa todavía vacía pero fuera del paquete.
El ruido de choque entre metales sobre la bandeja alerta a Kim, quien levanta alarmado la mirada de sus apuntes. Pero ya es demasiado tarde.
Mi cuerpo llevado por la adrenalina surcó en un arco, totalmente llevado por la elasticidad. La jeringa se enterró con firmeza en un punto del cuello del enfermero. Provocando un grito adolorido de este y uno asustado de la enfermera.
Extraigo de un tirón la aguja, asqueado por sentir la calidez de su sangre correr por la piel de mi mano.... Y, con la lentitud de una sonrisa adornar mis labios, paso mi mirada al doctor.
- Buenos días, doctor ¿No querrá usted una dosis de su propia medicina?
Retrocedió hasta que la puerta le impidió hacer más.
Este sitio... Me daría bien protagonizar el escape de un manicomio.
- Usted... Usted no puede hacer esto, señor Suga. Debe regirse a las órdenes de su superior. Y el Amo J-Hope...
- Yo sigo mis propias órdenes, escoria. Si tú no sigues las tuyas, entonces no tienes nivel para hablarme.
La enfermera que siguió mis indicaciones, por su propio bien, consiguió un bisturí, que no me servirá para mucho pero...
Sin perder de vista a los tres presentes deslizo mi mano debajo de la almohada hasta agarrar con cuidado de no dañarme la plaquita de metal.
- Puedo matarlos a todos, doctor. Me basta con esta pequeña cosita ¿Entiende?
- Si el Amo Jung se entera...
- Ese es mi problema. Ahora dígame ¿Me dejará salir por las buenas, o tengo que enterrarle una jeringa en el culo?
Siempre gano, Hobi ¿Cuándo aprenderás?
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- ¡Maldito hijo de puta! ¡¿No puedes obedecer una puta orden?!
- Cruzaste la línea, Hoseok. Espera a que ponga mis manos sobre ti.
Tras comprobar que poseo el tiempo necesario para evitar que los vehículos que circulan por el resto de las calles me choquen, acelero aún con el semáforo en rojo.
- ¿Y ahora qué piensas hacer, eh?
- Obviamente lo voy a buscar.
- Taehyung confirmó que se encuentra en su casa vacacional, la mansión secreta de los Kim.
- Ya... ¿Desde cuándo le llamas por su nombre?
Arrugo el entrecejo mientras maniobro el timón para atravesar un cuchillo sin problemas, camino corto que me lleva desde la zona segura de los Hope, a terreno Ghost.
- ¿Desde cuándo es raro llamar a las personas por su nombre?
- No me quieras sofocar, Hobi, sabes a qué me refiero.
- No, no lo sé.
Suspiro absteniéndome a cerrar los ojos para no estamparme contra la acera.
- ¿No has escuchado que del odio al amor hay un paso?
El otro lado de la línea se queda tan silencioso que, de no sentir la respiración tranquila golpeteando el material concluyese que se cortó la llamada. Pero Hoseok corrobora su presencia con voz imperturbable.
- Claro que el camino de regreso no es tan fácil como eso ¿Cierto, Yoongi?
Del odio al amor... Del amor al odio.
- No lo es... Odiar a la persona que más has amado... No es tan fácil.
Susurro y el silencio se extiende, pero en esta ocasión es uno cómodo y tranquilo. La tregua de ambos.
- Dame noticias de Rina.
- Continúa en el centro de rehabilitación; se mantiene sin hablar, pero desde que le mencionan tu nombre come... Eso es un gran avance, supongo.
Suspiro y afirmo el agarre del volante entre mis dedos.
- Muy bien, nos veremos pronto, Hobi. Cuidado con V, cuando sepas de Monster me notificas.
- Por supuesto, hermano... Suerte.
- No necesito eso.
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11 de marzo del 2018
Pov: Jungkook.
Todo empezó y terminó en esta habitación, mi yo inocente murió cuando el semen de un pedófilo corrió por mi cara.
Murió cuando la rabia superó la vergüenza, cuando el miedo se antepuso a las ganas de vivir, cuando el odio sustituyó las esperanzas de poder ser feliz.
El recuerdo de un pasado antes de mi muerte se vio enterrado por el dolor, por el terror a soñar de nuevo. Y ahí es cuando la burbuja de todo niño se convierte en prisión.
El ardor a mis espaldas me recuerda el corto pero mortal instante en que el peso del mundo se volvió alas, pero las muy malditas solo me sirvieron para herir a mi ángel.
Min Yoongi, alias Suga, se puede considerar de todo menos un ángel, apuesto todo lo que tengo que él está mucho más cercano al infierno que yo. Pero para mí lo es, es mi ángel, mi salvación.
Solo que antes de sostener el cáliz con la cura, necesito tener las manos limpias.
La estancia es exactamente igual a como hace tantos años atrás, parte de mi infancia la viví aquí, correteando como loco tras un pequeño Taehyung.
Una pena que todo tuviera que acabar así.
Mi sangre continuaba incluso manchando las sábanas, antes blancas, ahora amarillentas, y las gotas rojas son pálidas por el cursar de los años.
"Hijo de puta"
- ¡NO, DÉJEME, NO ME TOQUE!
Me pegaste para que cerrase mi boca
- Por favor... No voy a... No lo haré otra vez, no sé qué hice pero... Pare...
El bate con el que jugábamos Tae y yo, firmemente entre mis manos mientras golpeaba una y otra vez contra la pared de la habitación, en la que comenzó con aprisionarme entre sus brazos.
No debes gritar, Jungkook, perderás tu voz, escucha a tu consciencia
- ¡MALDITO HIJO DE PUTA, OJALÁ Y TE CALCINES EN EL QUINTO INFIERNO!
Me veo obligado a detener mis gritos por el intenso dolor en mi garganta. Sostengo mi cuello entre mis dedos y caigo de rodillas al suelo.
Maldición, no puedo ni gritar en paz... Justo como aquella vez
Los lagrimones se deslizan a chorro, mojan mi piel y el piso, formando un charquito.
"¿Cómo se supone que viva bien con ello? ¿Que lo supere? ¿Que me mantenga sonriendo sabiendo que mi alma está rota? ¿Cómo toco a Yoongi con un cuerpo tan mancillado?"
"¿Qué se supone que haga?"
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14 de marzo del 2018 (Presente)
Me adentro nuevamente a la habitación después de vomitar y sonrío mirando a la cama. Me acerco a ella con normalidad, e incluso rozo la sangre de la sábana, la representación de mi sufrimiento.
"Ya puedo regresar... Ya estoy curado, Yoonie"
Acaricio la sábana, planto en ella mi otra mano, y a tiempo lento arrugo la tela entre mis dedos en forma de puños.
La sonrisa se recoge despacio, como si volviéramos la grabación al inicio. Veo una lágrima aterrizar justo encima del puño y con ella sale un grito (o el intento fallido de uno)
- ¡COMO SI FUERA POSIBLE ESO!
"Como si fuera posible cicatrizar por voluntad propia las heridas bajo tu piel, como si las estacas en tu pecho se quitasen con la misma facilidad con que arrancas del suelo una fina flor... Como si cambiar tu pantano por jardín fuese tan sencillo"
Cinco días sin verlo, sin parar de intentar, he probado golpeando y destruyendo todo en mi camino, llorar y llorar por horas, pero esto no tiene fin. El vómito regresa cada vez que visualizo en mi cabeza su viscoso líquido corriendo por mi boca.
Me vi obligado a comprar alimento y agua, además me animé a probar con alcohol. Pero es inútil, bebes hasta la inconsciencia y tu mente se queda en blanco varias horas, pero cuando despiertas tu mierda sigue ahí para atormentarte.
"No me quiero rendir... Pero ya no sé qué más hacer"
(...)
No siento mis articulaciones, están flotando en la tina, pero por muy ligeras se me hace inmensamente pesado moverlas
El agua fría ha dormido mi cuerpo, después de todos los temblores, una vez que el titiriteo se calma, solo queda permanecer inmóvil mirando un punto muerto, con la mente técnicamente en la nada.
Es tal mi enajenación, que no detecto la presencia de alguien del otro lado de la bañera.
- ¿Ya te rendiste?
Mi velocidad para reaccionar es en definitiva extremadamente lenta, simplemente inclino un poco la cabeza, vislumbrándolo parado a mi lado tal cual ángel caído, con su ropa negra y cabello verde menta, su belleza intacta ignorando los pozos negros bajo sus ojos.
La imposibilidad de hablar me lleva a arrugar el entrecejo con una clara pregunta: ¿Qué haces aquí?
Tener el cuello tan torcido me es lo suficientemente incómodo como para regresar a mi posición inicial, mirando el punto en la pared.
- Vengo a buscarte.
Niego con la cabeza de forma casi imperceptible e incluso arrastro la espalda un poco, hundiendo más el cuerpo en el agua congelada.
- Entonces no te has rendido.
Plantea esperando que, o lo refute, o lo afirme.
Y hago lo segundo.
"No sé cómo ni cuándo pueda regresar, pero lo haré..."
- Muy bien, es todo lo que tenía que saber.
Anteriormente no sentía nada porque realmente no había mucho que sentir. Pero, en el instante en que sus manos hicieron contacto con mi congelada piel, el surco de fuego y calor me llegaron hasta el corazón.
"Por Dios, Yoongi"
De ser por mí, me acurruco contra su cuerpo, pero ¿Y mi problema?
Niego con la cabeza haciendo acopio de mis escasas fuerzas y por suerte la vehemencia es suficiente.
"¿Y mis manchas?"
- Eres mío.
Susurra por la cercanía de nuestros rostros y sin hacer el mínimo esfuerzo me levanta en brazos.
- Estás demasiado delgado, vas a enfermar, Kookie.
"Ya estoy enfermo, y es contagioso, así que suéltame de una vez"
El agua chorrea mojándolo todo, pienso al principio que me sacará de esta casa... Mas no es así.
"No subas las escaleras"
De mi boca sale un maullido lastimero, el temblor del frío y el pánico haciéndome hoja sobre sus brazos.
- Shhh, terminemos ya con esto, Kookie.
Me agarro con los dedos todavía insensibles por el frío, de su camisa, cerrando los ojos con fuerza al instante en que abre la puerta.
Avanza unos pasos y me deja sobre mis pies, gira mi cuerpo hasta hacerme quedar con la espalda pegada a su torso.
- Abre los ojos.
Mordiendo con fuerza mi labio niego con la cabeza.
- Confía en mí, Jungkook, abre los ojos.
Con un suspirito tembloroso obedezco, sintiendo una de sus manos sostenerme de la cintura.
Veo lo mismo de siempre, la cama, las sábanas, la pared... Todo.
En un movimiento, algo plateado sale disparado del lado derecho de mi radar de visión, y fijándome a plenitud me percato de que se trata de uno de los encendedores plateados de Yoongi, el cual fue lanzado por él hasta aterrizar en la cama... Encendido.
- Observa, cariño.
Los recuerdos se ven momentáneamente limitados por la atención que le pongo a la llama que se pone en proceso de crecimiento una vez hace contacto con la sábana.
Comienza a crecer, a tomar tamaño, a volverse cada vez más cálido hasta el punto de apagarlo todo excepto a sí mismo, de manera que lo único que puedo ver en la habitación, no es la pared, no es la cama, sino la llamarada captando mi atención.
Con el corazón bombeando una vez que mi interior se "descongela" por el cálido ambiente, giro la cabeza y poso la mirada en el rostro de Yoongi.
Su piel pálida tiene un ligero tono dorado, y qué decir de sus ojos negros, iluminados por las llamas.
- Míralo cariño ¿No es hermoso?
"Tú eres hermoso"
¿Por qué va tan lento?
Quiero decir... ¿Cuánto ha pasado? ¿Dos minutos? Porque imagino que en ese tiempo ya todo el interior de la habitación esté ardiendo, pero lo único prendido son las sábanas y ni tanto.
Señalo con un gesto de mi cabeza a las llamas y me encojo de hombros en señal de pregunta.
- Esparcí un líquido antes de venirte a buscar que nos dará tiempo.
"¿Tiempo para qué?"
Pero asiento y regreso la mirada al espectáculo, inhalo con profundidad disfrutando de mi primer momento de paz en mucho tiempo.
Me tenso al sentir una mano colarse por el interior de mis ahora húmedos y anchos vaqueros, los ágiles dedos desabotonan el pantalón y parte de la extremidad se adentra en mi boxer.
Abro la boca sin emitir ningún sonido sintiendo la cálida piel acariciando la suavidad de la mía, haciendo lo dormido en mí despertar.
- Yoon... Yoon...
- Shhh...
"¿Cómo que Shhh, Suga?"
Siento su barbilla apoyarse en mi hombro tomando más comodidad y espacio para deslizar la mano por mi ya medio crecida longitud.
- Mira el fuego, cariño ¿Nos ves ahí?
Me enfoco en las sábanas manchadas con gotas de mi sangre y un horrendo pasado. Pero ellas se reducen, y, por dentro de la brillante llamarada, nos veo a ambos.
- ¿Nos ves haciendo el amor?
Su espalda blanquecina, y clavadas en ellas, mis uñas.
- ¿No cambian tus gritos? ¿No son de placer ahora?
Las caricias sexuales agarran un ritmo más rápido haciéndome gemir por lo bajo.
- Bultourune, Kookie.
Lo último acarició la piel de mi oreja y su tono penetró directamente a mi corazón, para luego salir disparado a mi miembro.
Agarro la tela de sus pantalones entre los dedos buscando apoyo y soporte.
"Ojalá y pudiera gemir tu nombre, Yoongi... Solo el tuyo, nadie más"
- ¿Qué te hizo el bastardo?
Cierro los ojos ante su pregunta, de vuelta los temblores de cobarde.
- Dímelo, Kookie.
Respiro temblorosamente, poniendo a trabajar la cabeza, pero extrañamente es mucho más fácil contener el vómito ahora. Suelto su pantalón y señalo su miembro, para luego señalarme la boca. Veo de reojo una pared tras sus ojos caer, su expresión tensa y yo no puedo aguantar el llanto.
"Tan vergonzoso... Tan sucio..."
Me suelta con lentitud, haciéndome sentir un frío repentino. Pero no tarda en aparecer en mi campo de visión.
Se arrodilla frente a mí y baja mi pantalón lamiendo sus labios.
- Mira al fuego.
- P... Pero...
- Hazlo.
Ordena sin mirarme y se concentra en deshacerse de mis bóxers.
Renuente enfoco la mirada en las llamas, pero me veo obligado a enterrar los dedos entre sus hebras por el torriente de sensaciones que impactan contra mí al sentir su cavidad bucal rodear sin previo aviso mi miembro.
Siento cada movimiento y roce, su lengua me recorre una y otra vez, sus labios besan y me chupan sus mejillas...
- Maldición...
Miro hacia abajo y me veo catapultado al infierno.
Abulta sus perfectos cachetes y me da toda su atención, pone en mí hasta la última gota de esfuerzo en su labor de salvarme... Y es tan hermoso.
Olvidando por completo dónde estamos y por qué nos encontramos aquí, agarro sus brazos levantándolo, sorprendido, un hilillo de saliva se desliza por su lengua la cual se encuentra aún fuera; la atrapo en mi boca, empujando su cuerpo contra mi torso, desesperado por su toque, por su cura.
Mordisqueo sus labios, jugueteo con su lengua, lo saboreo una y otra vez.
"No me sacio"
- Quiero que me hagas el amor.
Susurro contra su boca, con sus brazos entre mis dedos, nuestros ojos se conectan, los suyos me estudian, los míos suplican.
Entierra los dedos en la piel de mi cintura y me hace retroceder, haciéndome quedar contra la pared.
Trago con fuerza al caer en la cuenta de la pared contra la que se encuentra mi espalda, pero él no es consciente de mi estado, por lo que continúa desnudándose en cuestiones de segundos, y ya desnudo estrella los labios contra los míos.
Todo mi miedo se fue a la mierda una vez mis ojos se pusieron en blanco por su toque. Su rodilla separó mis piernas y cargó con sus palmas mis nalgas.
- Apóyate en mi cintura.
Cumplo su orden rodeándolo con las piernas, sintiendo el miembro rozar mis nalgas, rodeo su cuello con los brazos y escucho la hermosa melodía que crean el silencio, su respiración y el chisporroteo del fuego.
- Te amo.
Susurro con el corazón en sus manos, mientras que con lentitud se abre paso a mi interior.
No hay espacio para el dolor, sus palabras cargadas de cariño y cuidado me llenan el pecho.
En unos minutos más, la mitad de la gran habitación está incendiada, mi espalda pega contra la pared por las deliciosas embestidas y mis uñas, como visualicé antes en el fuego, se clavan en su espalda sacándole gruñidos de placer.
"Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo..."
Me repito entre lágrimas, no de dolor o tristeza, me gustaría decir a qué se deben, pero no tengo ni idea.
Yoongi me besa con suavidad y veo también lágrimas en sus ojos.
- Te amo.
Me susurra en un abrazo, antes de clavar los dientes en mi hombro y dar las últimas estocadas que nos dispararon al cielo.
Los jadeos casi eran tragados por el fuego cercano. Reposó unos segundos, sus ojos estudiaron mi cuerpo buscando algún daño.
"Yoongi... ¿Por qué me amas? ¿Por qué sigues aquí después de lo que te hice? ¿Por qué te empeñas en salvarme?"
- Ya nos tenemos que ir, Kookie.
Asiento y sonriendo me envuelvo en su cuerpo, quedando en la misma posición, solo que con su pene fuera de mi cuerpo.
Yo no hago ademán de quererme poner la ropa y él no protesta, simplemente la recoje del suelo y regresa para llevarme en brazos.
-Ya nos vestiremos después.
Sonrío, mas dejo de hacerlo una vez él le da la espalda a la habitación en llamas y yo veo lo que queda de ella.
- Adiós.
Él ignora mi despedida y mantiene el paso, llevándonos fuera. La mansión en medio del campo carece de personas alrededor, observo como Yoongi marca un número telefónico del celular que saca del bolsillo de su pantalón.
- ¿Oigo, sí? ¿Bomberos?
Llegarán cuando de la casa no quede mucho, cuando nada se pueda salvar.
Mi luz ha quemado todo.
- Gracias ángel.
Vislumbro su sonrisa ladeada y lo puedo ver en sus ojos negros.
"No sé nada de él, pero su pasión por el fuego, su facilidad de matar y destruir, además de la colección de encendedores manchados de sangre me dicen claramente que mi ángel es nada más y nada menos, que el propio Lucifer"
Y estoy enamorado del mejor pero más oscuro ángel de todos, y voy a pecar, y voy a incendiar el Edén... Y todo, por mi ángel.
🖤🖤🖤🖤🖤❤️❤️❤️❤️🖤🖤🖤🖤🖤
No soy religiosa, por el contrario, soy Atea, pero todo este tema me encanta para escribir.
Bueno, aquí finalizamos el primer arco de You Belong To Me.
Nos abrimos paso a una nueva etapa mis queridos lectores, gracias por acompañarme hasta aquí, y espero que no suelten mi mano.
Y QUE LA SUERTE SIEMPRE ESTÉ DE VUESTRO LADO (^^)
Editado: 1/6/020
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