Capítulo XVIII
{Not today}
POV: Min Yoongi
La tela suave del abrigo arrasa como fuego por mi magullada piel, el tacto picando y todo, tal vez por la vergüenza e irritación, siendo más tortuoso de lo que debería.
Siseo adolorido por el movimiento, pero suspiro aliviado por haber finalizado la agonía de ponerme ropa.
El doctor está realizándole las curas a Kookie en mi habitación, tras llamar al primero con urgencia y él llegar, necesité un momento a solas para vestirme con ropa que cubriera la mayor parte de mi cuerpo.
A Jungkook le costó dejarme mientras me retorcía en la cama... Pero estar en su presencia sin saber cómo sentirme no hace más que provocarme asfixia.
Así que logro sacarlo de mi vista con algún que otro gruñido, casi pudiendo detectar el movimiento asustado de sus orejas cual cachorro regañado.
Sostenido de las paredes, mis uñas clavadas en las palmas de mis manos con el objetivo de retener las lágrimas; atravieso las puertas hasta mi habitación.
Mi cama tiene retazos de vendas ensangrentadas sobre una bolsa, Kookie ya está correctamente vendado. Permanece con la boca obedientemente abierta mientras el doctor revisa con un aparato.
- Es un caso preocupante, señor Suga. Necesita reposo total de voz por al menos las siguientes dos semanas, porque de lo contrario...
Deja a Kookie cerrar la boca al terminar de revisarlo y extiende la mano para colocarse sin mucho trabajo (a diferencia de mí) un suéter ancho.
- Perderá la capacidad de hablar.
Inhalo con fuerza cerrando los ojos.
Justo lo que me temía
- Pero no será algo permanente ¿Cierto? Después del reposo continuará igual que antes.
El médico niega suavemente con la cabeza, con esa mirada compasiva en sus ojos. Es el cabecilla del equipo de sanación de la mafia, las arrugas y experiencia denotando sus años siendo partícipe de matanzas.
- Dependerá del avance del paciente, pero por lo que veo... Las posibilidades son extremadamente bajas.
Miro a Kookie de soslayo y él se mantiene impasible con la mirada pegada al suelo.
- Está bien, doctor, gracias.
Él asiente y recoge sus cosas para marcharse.
Pero Jungkook retiene al doctor de la muñeca, este baja la mirada con una mirada inquisitiva, y Kookie hace un movimiento con la cabeza en mi dirección.
Niego con la cabeza un par de veces.
- Estoy bien, no necesito atención médica.
Su mandíbula se endurece, al igual que el agarre sobre el médico.
- Señor Suga, le ruego que me deje revisarlo en ese caso, usted es de suma importancia para J-Hope, es mi deber, señor.
- He dicho que...
- ¿Grito?
Acallado por completo ante la amenaza apenas entendible de Kookie, lo miro con los ojos bien abiertos.
- ¿Vas a seguir con esos chantajes?
Se encoge de hombros y deja ir al doctor, ordenándole con la cabeza que haga lo que le corresponde.
- ¿Dónde le duele, señor?
- Me duele todo el cuerpo... Todo me duele.
Susurro mirando directamente a los ojos de Kookie, penetrando su barrera de seguridad con mi tono resentido.
Kim procede a apoyar su mano en mi costilla, probando con dedos ásperos pero de tacto delicado la sensibilidad de mis nervios.
Con mi asentimiento me levanta el suéter, la arruga recién hecha en su entrecejo denotando la impresión de lo que ve.
- Señor... Esto es...
- Me peleé con alguien, cosas de la banda.
- Tiene que ir al hospital.
Frunzo el entrecejo y lo miro mientras me arreglo la ropa.
- No lo necesito.
- Hay que comprobar si no hay fisuras importantes en el ano, las violaciones anales son muy peligrosas, señor.
- ¿Y usted cómo...?
- Tiene mordidas, chupetes, no puede caminar bien.... Se... Señor...
La furia borbotea por mis conductos de sangre, impulsada por los mismos latidos de mi corazón.
Impotencia; sentirme como un ser miserable no me está ayudando.
Miro por encima de su hombro a Kookie, con la barbilla cercana al pecho por mantener la cabeza baja; observo sus manos en puños agarradas a la sábana, y casi sufro flashback al recordar haber querido hacer lo mismo.
Buscando ayuda de las sábanas, como si la tela pudiera tragarme y desaparecerme de este mundo.
Pero continué bajo él, y precisamente eso es lo que siente bajo el peso de la culpa.
- Yo decido eso, ya se puede ir.
Con un suspiro el médico asiente y se encamina a la puerta a mis espaldas.
- Aunque no lo crea, no le vendría mal ayuda psicológica, señor Suga.
- Si alguien más se entera de esto considérate muerto.
- Por supuesto--. Esta es su despedida antes de desaparecer más allá de mi campo de visión.
El silencio permanece y no da señales de terminar.
- Voy a darle alguna excusa a tu madre, no te muestres sin camisa delante de ella.
Asiente en silencio pero se mantiene sin darme ni un mínimo vistazo de sus ojos.
Duele estar parado... Pero no tengo ni una pizca de valor para sentarme.
Ambos nos mantenemos en el lugar, a algunos metros de distancia; sin saber qué decir, sin ganas de decir algo. El sonido de unos pasos acercándose me alertan de la pronta aparición de alguien.
- Hey chicos ¿Qué hacen?
Su sonrisa es algo dudosa, desde que Kookie se fue hace unos días cayó en depresión, y, aunque está algo mejor ahora con él aquí, me sigue preocupando.
- Nada.
Respondo tieso en mi lugar, con miedo a delatarme si me muevo.
Me mira enrarecida pero asiente.
- Ya veo... ¿Algo de comer?
Niego con la cabeza
- Yo no tengo hambre ¿Tú, Kookie?
Pregunto con normalidad a lo que él responde negando con la cabeza.
- Que raros están ustedes dos... ¿Problemas en la cama?
Pregunta sonriendo pícaramente, y tanto Kookie como yo nos tensamos.
De imprevisto ella se acerca contoneándose en un intento de animar el ambiente. Antes de poder evitarlo, me da un golpe de cadera juguetón que me hace sisear de dolor.
Justo en el punto
Al instante su expresión cambia a una de preocupación.
- ¿Qué sucede, Yoongi? ¿Te duele algo?
- ¿Eh? Ah, no es nada.
Aseguro sonriendo, pero por suerte o por desgracia, los años que nos conocemos no han sido en vano. Tras mi sonrisa vislumbra algo que le hace sospechar, por lo que centra la mirada en Kookie.
- ¿Qué le pasa a Yoongi, hijo?
Jungkook la mira, me mira, regresa la mirada a ella y se encoge de hombros.
- Déjalo, Rina, no es nada.
Ella frunce el entrecejo y se acerca aún más para observar. Me agarra de la muñeca, sus movimientos son demasiado rápidos como para esquivarla, al menos en mi estado.
Recoge la manga dejando a su vista mi pálido brazo repleto de marcas de dedos y moretones.
Sus ojos se abren de par en par, y todo se va al desmadre.
POV: Jeon Jungkook
Lo descubrió, bueno, era de esperarse.
Sus ojos castaños se centran en mí y su expresión no me es sorprendente.
- Por favor... Dime que no fuiste tú.
Trago saliva cerrando las manos en puños.
Obviamente, a sus ojos, soy el primer sospechoso. Por razones de las que Yoongi es ajeno.
Lo sé, mamá, yo también me odio
Asiento con la cabeza y ella retrocede un paso, cubriendo su boca con su mano.
- ¿Qué? ¿Al precio de qué? ¿Qué sucedió?
Me mira esperando una respuesta y, de no ser por mis fallidas cuerdas vocales contestaría, pero me da miedo escupir sangre y empeorar la situación. Por lo que simplemente me quedé callado y eso no lo tomó muy bien.
Con la respiración acelerada agarra los bajos del abrigo de Yoongi, sus intentos por evitarlo resultándoles estrepitosamente inútiles. Al ver el estado de su piel, no le quedaron muchas dudas.
Deja a Yoongi acomodarse la ropa rebosante de vergüenza al sentirse tan expuesto. Se acerca a mí a paso rápido.
Esperé muchas cosas, gritos, preguntas, que se halara el pelo a sí misma... Pero al parecer esta fue la gota que colmó su vaso.
El golpe en mi mejilla hace a mi rostro girar y a la piel escocer, sin valor de mirarla, mantengo la vista en un punto muerto... Y sus palabras no tardan en destrozarme por dentro.
- Te has convertido en un monstruo.
- Rina, no es lo que piensas él no...
Las palabras de Yoongi no llegan a ser escuchadas por ella, siento su mirada atravesarme como lupa concentrando el sol.
- ¿Quieres ser como él? ¿Eres capaz de hacer a Yoongi sufrir de la misma manera en que él te hizo hacerlo? ¡Responde Jungkook!
- Ya basta, él no puede...
Lo interrumpo hablando en voz muy baja, inferior incluso a un susurro.
- No es lo mismo...
En sus ojos encuentro la decepción latente, supongo que sus esperanzas de que pueda ser alguien normal se han ido por la borda.
- ¿Por qué... Porque te ama?
Asiento con lentitud y eso no hace más que empeorarlo todo... Porque tiene razón en algo.
- Muy bien, ojalá y pases por lo que está pasando él de nuevo.
Abro los ojos con amplitud sorprendido por sus palabras.
- Tienes que sufrir... Jungkook... ¿Pero sabes qué pasará?
Ya ni mis latidos ni mi respiración tienen un ritmo estable... Estoy perdiendo el control.
- A Yoongi le llegará un Taehyung que lo salve de ti y entonces terminarás solo... Solo y a diez metros bajo tierra. Incluso se me ocurre una idea estupenda.
Alzo la cabeza un poco, observando a la mujer que me trajo al mundo volviéndose extrañamente gigantesca.
Justo como las pesadillas, se estira hacia el techo y todo se oscurece a su alrededor, sus ojos brillan por encima de todo lo que soy capaz de detectar.... Luego su sonrisa.
- ¿No quieres que te enterremos junto a tu mentor? ¿Junto al hombre que te hizo ser el monstruo que eres?
Badump.............. Badump........... Badump............
¿Eh...? ¿Por qué de pronto mi corazón va tan lento?
¿Qué se rompe? ¿Qué quedaba por romper?
¿Qué hice mal?
¿Por qué... Duele? Si no soy capaz de sentir ¿Por qué las lágrimas se arrastran agonizantes por mis mejillas?
- ¿Ya ves, Jungkook? ¿Lo solo que realmente te encuentras? ¿Lo desgraciado que estarás cuando Yoongi se canse de ti y todos tus problemas?
Siento que todo se apaga
- Debí haber sabido que después de ese día no serías alguien normal...
No lo digas... Maldita sea no lo digas
- He fallado como madre, porque lo correcto era aceptar la solución de tu padre... Lo mejor que iba a hacer era deshacerme de ti, pero tardé demasiado en comprenderlo y ahora, por culpa de esa decisión, hay alguien sufriendo.
Miro por encima de su hombro a Yoongi, quien en algún momento comenzó a llorar, no por él... Nunca es por él.
- Ahora no hay marcha atrás, pero cada vez que le quieras hacer daño recuerda lo asqueroso que se siente estar en su lugar.
Me da la espalda con lentitud, dejándome devastado.
Es increíble como, cuando piensas que nada más dentro tuyo se puede romper... Los cristales vuelven a resonar como apocalípticas campanas.
Mi madre se retira y Yoongi ni siquiera la mira, no puede despegar los ojos de mí.
Miro mis manos
- ¿Cómo se supone que te toque ahora?
Musitó con la voz ronca.
- Hay... Hay una solución Kookie, todo estará bien, ya verás... Y si no puedes cambiar y sigues queriendo lo mismo, no te preocupes, puedo aguantar.
Eso me dió ganas de reír.
¿Cómo puede estar tan ciego? ¿Hasta qué punto es capaz de sacrificarse por mí?
Sin poder hacer más, me encamino a él, apenas son siete pasos. Pero es tan difícil... Hay una fuerza que me atrae a él en potencia; pero luego el peso de mis pecados me retiene los talones al suelo.
- No quiero ser más tu maldición...
Digo con la voz rota, y lo último que puedo susurrar antes de quedarme sin voz, es una frase que le hace lagrimear.
- Hasta no ser capaz de demostrarte que puedo amarte... No pondré un dedo sobre tu cuerpo.
Cierra los ojos suavemente, un ángel caído en mi infierno...
Atraído por quién sabe qué sonrisa falsa; tal vez una gota de sudor que se atravesó en su retrovisor; una frase que le hizo detenerse y pensar.
Lo que fuere, le hizo desviarse y avanzar lentamente en dirección contraria a la que le correspondía.
Porque me es imposible pensar que yo pueda pertenecer a su destino. Ya que yo carezco de uno, mi vida acabó cuando el lodo me tragó.... Y no fui más que un muerto andante.
Entonces está el, tan brillante, con esa sonrisa maliciosa y sus ojos negros que tanto ocultan al mundo. Sus hombros en momentos se curvan sopesando el dolor de sus pecados; y a diferencia de mí, los regresa a su lugar, negándose a ser devorado.
Not today
- Está bien... Pero no te tardes, muero a cada instante que estoy sin ti ¿Prometes no rendirte?
Asiento y las ganas de besarlo al menos para arrancarle esa mirada de angustia me hacen cerrar las manos en puños, clavando mis uñas en mis palmas.
No tengo palabras para una despedida, no puedo tocarte... Pero hay algo que sí puedo hacer...
Uno mis dedos índice y del medio, extiendo el pulgar hasta hacer mi mano quedar como una pistola. Beso los dedos superiores y apunto al techo, y, por encima de él, al cielo.
Hay varias teorías de este gesto entre los fans, pero espero que Yoongi entienda.
No me olvides, recuérdame cada vez que mires al cielo, como la bengala que disparamos juntos, como si viéndolo recordaras un lejano tiempo en el que te paseé por él, para que saludes sus días oscuros, sus noches claras, con una sonrisa
Yoongi suelta unas cuantas lagrimitas más antes de sorber por su naricita roja y decir.
- Mensaje recibido, conejito.
Hora de partir... De sacar la nariz del lodo
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