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Capítulo II

{Supongo que fueron tus ojos negros}

4 de marzo del 2018

POV: Jungkook

Las risas en mi habitación, todas rebotando con fuerza contra las paredes.

Ese es el más ruidoso y preciado sonido para mí.

- ¡Joder, Jin! ¿No se te ocurrió peor chiste?

Su risa limpiavidrios combinado con el enrojecido rostro es en definitiva un muy gracioso marco.

- Pero aún así se rieron así que no me vengas con esas.

Jimin agarra con ambas manos su barriga y rueda pataleando en el suelo.

- Ha~ Ha~ No puedo respirar...

- Eso, eso, atragántate con tu saliva y muere de paso-. Le dice Seokjin entre jadeos a la vez que lo apunta con burla.

Las risas son interrumpidas por un golpeteo en la puerta. Me levanto del suelo aún riendo y sin intenciones de detenerme, dirigiéndome a la entrada de mi habitación.

Dejo a mis espaldas los escandalosos comentarios de mis mejores amigos y abro la puerta.

- Joven Jungkook, su padre ha llegado al aeropuerto.

Todo rastro de diversión es borrado de mi expresión con la noticia.

Mi tan "querido niñero" espera mi reacción con su rostro generalmente ilegible.

- ¿Sigue esperando que lo reciba con globos, o qué?

Le pregunto con molestia a lo que él responde

- Usted sabe que sí, joven Jeon.

Gruño por lo bajo y agarro el celular que Baek me tiende.

- Dime.

- No me hagas esperar y deja tu berrinche, mocoso.

- Cuidado con tu tono no amanezcas en el aeropuerto.

Resopla tras mi contesta y casi escucho su conteo mental hasta cien.

- Jungkook, sabes cómo es este negocio. O vienes o te espera un escándalo, tú decides.

Cuelgo hastiado porque tiene la razón y despacho a Baek fuera de mi vista.

Me adentro devuelta a la habitación luego de cerrar la puerta, pasando ante mis amigos que me miran expectantes. Y, sin explicaciones me meto en el armario.

Esquivo toda la masa de ropa que me dicen tanto papá como el mánager que use, dirigiéndome directamente a mis tan queridos vaquero rasgados, camisa blanca y botas Timberlake.

Que se jodan

Si mis fans no llevasen ocho malditas horas esperando mi aparición en el aeropuerto, no recibo a Jeon ni por asomo.

- ¿Es cierto ese rumor, Jungkookie?

Arrugo el entrecejo mirándome al espejo, converso con Jimin en lo que peino mi desordenada cabellera.

- ¿Podrías ser un poco más específico?

- Ya sabes... Eso de que Hyuna huyó de ti.

Trago con fuerza a la par que un escalofrío recorre mi espina dorsal.

- No la he vuelto a ver, ni a ella ni a su familia. La última vez que la vi fue en la cena de anoche... Incluso nos besamos, no se por qué desapareció.

- Eh... Que miedo ¿Le habrá sucedido algo?

Suspiro y coloco algo de crema de cacao a mis resecos labios.

- No debe ser eso, estoy acostumbrado a que desaparezcan una vez doy el primer paso... Debo besar realmente mal.

Termino con una incómoda carcajada para disfrazar el dolor en mi pecho.

- Kookie...

- Déjalo Jiminie, no insistas más.

Paso por su lado y me despido de Seokjin agitando la mano.

- Quédense hoy, es bastante tarde, márchense mañana temprano.

Sin esperar respuesta bajo las escaleras hacia la sala de estar donde me esperan para salir.

.
.
.
.

Los flashes de las cámaras molestan incluso a través del cristal oscuro de los lentes de sol. Los gritos de los fans resuenan en el aeropuerto y sus cuerpos medio forcejean con el equipo de seguridad para pasar por encima de las cintas que nos separan.

Les sonrío a pesar de mi mal humor por estar a punto de ver a mi padre.
Ellos no se merecen que les trate con brusquedad. Principalmente porque llevan horas aquí.

El imponente señor Jeon hace acto de aparición con su maletín de mano y el sobretodo azul oscuro.

Se acerca para que lo reciba con un abrazo, acción que hago con una rapidez y tensión disimuladas.

Caminamos hombro con hombro siendo el centro de cientos de fotos por segundo.

Agh... Que asco de aire, detesto el olor de los aeropuertos

No es que sea quisquilloso, pero cuando estoy molesto me incomodo con todo... Con absolutamente todo.

Menos con los fans por muy insoportables que puedan ser a veces.

El camino de mi tortura no tiene otro detalle que resaltar... O al menos no tendría que ser así.

Pero claro, a mi padre le encanta el drama y cual mejor momento para sacarlo a cohesión.

Entramos a la parte trasera del auto junto a un hombre de seguridad y el conductor.

Quiero vomitar...

- No tienes por qué estar así, Jungkook.

- ¿Así como?

Le pregunto mirando por la ventanilla hacia un punto muerto.

- Como si te resultase un gran sacrificio estar junto a mi presencia.

Río con sarcasmo

- Vaya, pues mi expresión dice mucho de mí.

Suspira y me dispongo a ignorarle el resto del trayecto a casa.

Pero sus palabras captan toda mi atención.

- Tengo noticias de tu madre.

Brinco en el asiento y giro todo mi cuerpo para enfrentarle.

- ¿Qué dices?

Enarca una ceja con escepticismo al ver que esa es la única manera de hacer que algo me importe.

Que se joda

- La hemos encontrado, intentó robar una farmacia y la capturamos.

Me trago un sollozo al escuchar aquello.

- P... Pero ¿Dónde está? ¿Por qué no la has traído contigo? ¿La llevará alguien más a casa?

Sonríe sin gracia.

- Ahora sí tienes deseos de hablar ¿Eh?

Tenso la mandíbula.

- Deja de decir gilipolleces y céntrate en contestar mis preguntas.

Suspira una vez más y los segundos que se tarda en responder me hacen prácticamente arrancarme los cabellos del cráneo.

- No vendrá a casa, la he hospedado en un hospital.

Y ahí... Se detiene mi mundo.

- ¿Qu... Qué?

- Jungkook, estoy seguro que entiendes que tu madre no está bien...

- No me jodas con esa mierda...

- Ese vocabulario...

- ¡Cállate maldita sea! Sabes que mi madre no está enferma, no es una maldita loca.

- ¡Tu madre no está bien de la cabeza, Jeon! Las pastillas que intentó robar eran para drogarse y quién sabe si pillaba una sobredosis.

Cierro mis manos en puños recordando sus lágrimas.

- Si está haciendo lo que hace es por tu culpa, al menos hazte responsable. Ella no se mejorará en un hospital, necesita regresar a casa.

Le espeto intentando con todas mis fuerzas que por al menos una vez me escuche.

- Qué sabrás tú lo que es bueno para ella.

Abro la boca de par en par.

- Pues más que tú he de saber. Quien la puso en ese estado has sido tú.

No me contesta con algo más que su fría mirada.

No puedo soportar esto

- Para el auto.

Todos se mantienen en un sepulcral silencio.

- No te atraverás...

Susurra ese hombre que me niego a llamar padre al verme con la mano en la manija.

- Rétame.

Las miradas de los más fuertes y competitivos Jeon que han existido se enfrentan la una a la otra y, ganando 50-49 el auto se detiene tras su orden.

Bajo del carro sin dirigirle palabra y el auto se marcha.

Jeon tampoco es que sea muy fácil, ha de estar realmente molesto para dejarme a mí, su mina de oro, solo y desprotegido a la medianoche.

Pinche ogro

Comienzo a caminar siguiendo a la oscuridad con mis pasos.

Quiero que me suceda algo realmente malo... No lo sé, que me golpeen hasta dejarme inconsciente, que me apuñalen y me lancen a la calle al borde de la muerte.

Quiero sufrir un dolor físico que supere el incendio que está sufriendo mi alma, la siento retorcerse clamando por clemencia.

Arrugo la nariz intentando contener mis lágrimas.

Solo de pensar cómo debe sentirse mamá...

El sollozo desgarra mi garganta por mi dura lucha en impedir que este salga.

¿Por qué nadie me asalta? ¿No que estoy en un barrio de mala muerte?
Porque los zapatos colgados en el cableado eléctrico me dicen que por aquí venden droga...

¿Por qué la gente que más desea la muerte es la última que la recibe?

Media hora de recorrer el maldito barrio me acuerdo de algo.

Corro hacia el interior de un callejón vacío con nada más que basura y algún que otro escombro.

Agarro la cadenita de plata colgada de mi cuello y abro el dijecito encontrando ahí una cápsula, regalo de mi madre en no precisamente su mejor estado de demencia.

- Tómatela cuando quieras olvidar, cuando no tengas el valor de suicidarte, bébela y muere en vida, mi pequeño brote.

Joder... Quiero enloquecer... Estoy loco, ni yo mismo me entiendo.

Fijo mi mirada en ella como si fuese a encontrar ahí todas mis respuestas.

- ¿Por qué no la tomas de una vez?

La profundamente gruesa voz me hace pegar un brinco. Me giro encontrándome con un chico de aspecto... Oscuro.

Frunzo el ceño con molestia.

- ¿Qué te importa a ti eso?

No tiene nada de especial, vaqueros negros y abrigo de capucha de igual color. Centímetros más bajo y mucho más delgado que yo además de paliducho. La oscuridad apenas me deja identificar el color de su cabello como verde menta.

Perfecto, pido alguien que me deje medio muerto y me envían a este ser con aspecto de no poder ni consigo mismo

Pongo los ojos en blanco burlándome de mi propia suerte.

- Te repetiré la pregunta ¿Te la tomarás o no?

Arrugo el entrecejo.

- ¿Por qué, la quieres tú?

Sin dejarme captar su rostro apunta la cápsula.

- ¿Cómo la conseguiste?

Tenso la mandíbula comenzando a molestarme.

- No tengo por qué decirte.

Da un paso hacia adelante y todo cambia.

La magnitud de su presencia da la extraña sensación de que la fuerza de gravedad te empuja sin remedio al suelo.

¿Qué...?

El destello negro de sus ojos me hace abrir los míos con asombro y miedo... Pero también con admiración.

- No repetiré esa pregunta.

Trago con fuerza descubriendo la pequeña y preciosa naricita sobresaliente de la sombra de la capucha.

¿Lo habré encontrado?

Doy un paso en retroceso pensando seriamente qué hacer, no parece que pueda jugar con él... Espera, eso es justo lo que necesito.

- ¿Por qué sonríes?

Cubro mi boca con mi mano comprobando que, efectivamente, una sonrisa se me había escapado.

- Y... Yo...

- Responde la pregunta.

¿Sigue interesado en eso?

- La compré.

- ¿Y qué es?

- Droga.

Respondo sin pensarlo mucho.

¿Para qué pensarlo cuando no me importa la respuesta?

- Claro, pero cuál.

- Eh...

- Da igual.

Avanza acercándose y tiende la mano.

- Dámela y no vuelvas a buscarla.

Río con incredulidad.

- ¿Y quién eres para ordenarme?

Finalmente su rostro se levanta lo suficiente para permitirme observarlo, no a plenitud, pero sí con bastante totalidad.

Tan pequeño y delgado que cabría entre mis manos con facilidad, la piel blanca más pura y hermosa que he visto en mi vida. La naricita, efectivamente diminuta y respingada, alzada con orgullo y unos finos a la par de mullidos labios.

Mierda... Es hermoso

Sacudo la cabeza con fuerza.

Venga Jungkook, que es hombre, ubícate

- ¿Que quién soy, dices?

Se acerca un paso más y entre ambos no quedan más que pocos centímetros.

Otra vez sus ojos... Me dan una sensación tan... Extraña. Como si me perforasen, rasgos felinos y potentes:

Ojos negros.

-Tu dueño.

🖤🖤🖤🖤🖤❤️❤️❤️❤️🖤🖤🖤🖤🖤

¡Hola, Army que visita mi cabeza!
Te doy oficialmente la bienvenida a mi mundo y prometo que trataré con todas mis fuerzas mantenerte en él.

Así que... Te haré preguntitas para asegurarme que no eres un robot...
Seh, culpemos a mi imaginación y afán a lo sobrenatural.
Entonces...

"¿Qué es lo que más te gusta de tu Bias?"

"¿Quién es?"

"¿Prefieres Yoonkook o Kookgi?"

Más adelante te preguntaré tus teorías pus eres Army y tienes la obligación de sacarle teorías a todo...

Quien quiera que lo niegue.

Si te gustó el cap y no te saltaste esta parte PUES DAME UNA ESTRELLITA!

Pasa mucho tiempo con tu familia y...
Continúa al lado del Yaoi no importa qué diga el resto 👅💓

Saranghe

❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

Menuda vergüenza ver mi N/A tres meses después -///-

¡Hemos llegado a mucho, y juntos llegaremos a más!

SARANGHE x2

Edición: 30/4/2020

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