•04 | Soulmate.
Lo bueno de ser conocido por todo el instituto, es que ya no necesito presentarme a nadie porque ya todos saben que soy el chico que utiliza a sus amigos y quiere con el profesor lindo. Lo malo, es que cuando veo al profesor de danza revoloteando cerca de mí siento la necesidad de huir como si con ello pudiera evitar que sigan especulando de mi vida personal.
¡Es una mierda!
Que se jodan. En serio estoy sufriendo ahora que no puedo acercarme al salón de práctica para poder verlo enseñar nuevas rutinas, estirar o simplemente hablar. Esa era una de mis cosas favoritas después de salir de clase, y ahora lo más cercano que puedo estar de él es...
—Hola—eso.
Jimin se ha acercado a mí un total de treinta y siete veces en las últimas tres semanas para hablarme de su almuerzo, tareas o Jungkook. Nunca de algo más. He llegado a pensar que es parte de un gran plan conspirativo en contra de mí, pero la verdad es que no creo que tenga mucho tiempo de coordinar una contramedida por mi existencia, si apenas tiene tiempo de hacer lo que dije previamente y el baile. ¿Ven? Es raro que no haya pronunciado ni una solo vez las rutinas que está haciendo.
—¿Limones o naranjas?—cuestiona con seriedad.
Definitivamente es muy raro.
—Naranjas...—respondo bajo, cerrando la puerta de mi casillero.
—Sabía que tenías algo diferente a los demás—asiente concentrado, anotando lo que dije en una libreta—. He hecho la misma pregunta a veinte personas y diecinueve me respondieron que prefieren los limones sin darme ninguna explicación real. Eso me hace deducir que las personas solo escogen los limones por la llamada «Limonada» Ya que es casi un sinónimo de «Refrescante» Que no han vendido desde que tenemos memoria. En cambio, las naranjas no tienen algo como «Naranjada», porque en ninguna películas de chicos de diez años venden jugo de naranja, sino venden es jugo de limón. El punto es que los medios de comunicación nos han metido en la cabeza que la limonada es una bebida magnífica, cuando en realidad el jugo de naranja tiene más minerales. ¡Nos refresca y cuida al mismo tiempo! Maldito gobierno que intenta controlarnos por medio de sus estúpidas películas.
—O... Quizás solo les guste los limones más que las naranjas—giro los ojos dentro de mis cuencas, evitando reír por todas aquellas absurdas preguntas que siempre me hace. Su pequeña naricita se frunce no creyendo que la gente verdaderamente le guste más los limones que las naranjas. ¡Oh, vamos! Se ve demasiado tierno de ese modo—. Tú eres raro. ¿Por qué me preguntas cosas para luego marcharte como si nada? Eso es muy sospechoso, Jimin. Nunca hemos entablado una verdadera conversación más allá del innombrable y tus tareas de historia.
—Me gusta hacer encuestas, es mi segunda pasión después del baile. Por ejemplo...—pasa alguna páginas de su libreta—, el 80% de los estudiantes creen que Jungkook es ardiente, el 79% estarían sexualmente con él siendo los pasivos. El 15% se abstuvieron de responder por miedo a que se vea comprometida su sexualidad, y el otro 6% les parece sobrevalorado. Y... Eso no es todo, escucha estos datos interesantísimos: Un 90% de los estudiantes creen que eres un perdedor por querer que un profe como Jungkook te desvirgue, y el otro 10% Asegura que en realidad todo es una fachada para ocultar que tienes una relación sentimental súper asombrosa conmigo. Esto es apasionante, verdaderamente.
—¿Ah?—¿Qué acaba de decir?—. ¿Por qué cuernos ellos creerían que tengo una relación amorosa contigo?—pregunto rápidamente, deteniéndome en mi lugar con grandes ojos de sorpresa.
Él sonríe aparentemente divertido, acercándose lo suficiente a mí como para que tenga que alzar la mirada al ser notablemente más bajo que yo. Su respiración casi se entrelaza con la mía, es tibia y huele a cereza. Humedezco mis labios sin motivo aparente.
—O-Oye... ¿Qué... Es esta cercanía? N-Nos están mirando... Aléjate—trato de apartarme, pero una de sus manos me mantiene en mi lugar para proceder a obtener mi teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón.
¿Qué hace? ¡Oh! ¡Me acaba de tocar el trasero!
—Eres tan lindo sonrojado, Tae. No sé por qué, pero imaginarte en otras situaciones me emociona—farfulla, desbloqueado el aparato y anotando lo que intuyo en su número de teléfono.
Cuando creo que es suficiente para morirme, un azabache despeinado entra en mi campo de visión con una mueca extraña en el rostro una vez puede detallar la cercanía que la pequeña pulga mantiene conmigo. Rápidamente lo alejo, dando media vuelta para salir de ahí lo más rápido posible. ¿Qué rayos pasa con él?
—¡Te veo en mi casa, Tae! ¡A las siete estaría bien!—me grita con una clara voz fingida de alegría.
—¿Qué haces, Jimin?—es Jungkook quien pregunta, haciendo que mis pasos solo se aceleren para poder ir a cualquier otro lugar que no sea ese.
Ambos son unos idiotas. Unos idiotas que hacen que mi corazón palpite de forma desenfrenada.
Y digo ambos, porque desde ese asunto de la cafetería yo he intentado huir de Jungkook, sí, pero no logro hacerlo de Jimin, y existen ciertos momentos en los cuales descubro que esos pequeños ojos oscuros me miran de manera extraña, casi como si... Le gustara. Diablos. No es como si pudiéramos controlar el radar del enamoramiento, lo sé, pero esto es tan raro.
Por esa y otras razones que no me puedo explicar, es que iré a su casa, lo haré solo con la meta de descubrir de una vez por todas qué es lo que espera de mí con sus preguntas raras, con su cercanía... Con su lindos ojos mirándome.
No, no, nada de lindos ojos.
»❀«
Una vez estoy de pie frente aquella puerta que se supone no debería de cruzar por ser territorio desconocido, pero que de igual forma necesito atravesar para saber de una buena vez qué es lo que planea Park Jimin conmigo, toco tres veces la puerta. Seguidamente verifico que mi camiseta roja no esté arrugada, o que el abrigo no posea alguna pelusa que demuestre que llevaba siglos que no lo necesitaba para salir por ahí. Acomodo mi cabello a un lado y verifico que mi aliento sea lo suficientemente agradable como para no molestar a las demás personas.
Suspiro.
No soy tan tonto, sé que detrás de toda esa repentina atención existen intenciones macabras para mi futuro. ¿Eliminarme? Tal vez. ¿Y si verdaderamente está enamorado de mí? Asco no, eso jamás se lo perdonaría. Los enemigos no se deben enamorar... ¿Verdad? ¡Ah! ¿Por qué estoy tan nervioso? Quiero llorar. Luego de varios segundos en los cuales los nervios me atacan, la puerta es abierta para dejar ver a un estático Jimin del otro lado. Ja, como que de verdad no esperaba verme, es decir... A penas me retrasé dieciséis minutos.
—T-Taehyung... Si viniste—mira nervioso hacia dentro, imposibilitándome que pueda mirar seguido a él. Bien, pasaré por alto lo incómodo que se muestra o aquel rostro de terror que desconozco, pero definitivamente está haciendo el suficiente frío como para que me mantenga aquí sin dejarme pasar. ¡Es un desalmado!—. Lo siento, en realidad pensé que no vendrías. N-No respondiste mis mensajes... Yo...-
—No creí que fuera necesario. ¿Me dejas pasar o me pediste que viniera para dejarme congelando afuera? Sé que no nos agradamos demasiado, pero eso sería muy vil de tu parte—me quejo con un puchero que se coló en mis labios involuntariamente.
Puedo notar la forma en que fugazmente sus ojos brillan de una forma extraña... Casi de la misma manera en que mis ojos demuestran el gusto por Jungkook. Mi corazón se encoge.
—Es verdad, pasa, puedes esperarme en mi habitación que es subiendo las escaleras, la segunda puerta a la izquierda. Y-Yo iré de inmediato—asegura.
Luego de un «gracias» sarcástico de mi parte que intenta calmar mis punzadas de nerviosismo, ingreso para proceder a quitarme los zapatos y poder cumplir con lo dicho de su parte. Pero una figura delgada, con un rostro tan angelical que posee diversos lunares por doquier, verdaderamente lindo de cabello castaño ondulado y sonrisa calidad, aparece frente a nosotros batiendo sus pestañas dulcemente.
—Jiminie~ Jungkookie dice que ya no hay papitas en el bol, que si serías tan amable de servir un poco más ya que las gastó dándomelas en la boca, es todo un tonto—cuenta innecesariamente, girando hacia mí con curiosidad—. Uh, hola... ¿Quién este lindo chico? ¿Tu novio acaso? Hubieses dicho que sería una cita entre parejas y hubiese traído algunos juegos de mesa.
¿Jungkookie? ¿Boca? ¿Cita? Oh, mierda. Mi mirada recae pesadamente en Jimin que justo ahora mantiene un rostro en blanco sin saber a cuál de los dos dirigirse primero. Rio secamente, amarrando mis zapatos de inmediato sin ganas de perder el tiempo escuchando algo más.
—Tae...
—Así que de esto se trataba—farfullo en medio de la acción, sintiéndome verdaderamente herido.
Este es el momento adecuado para saber que ya no quiero tener más a un archienemigo como él. ¿Tonto? Siempre he sido uno demasiado grande como para fundar mis esperanzas en alguien que ni siquiera es capaz de hablar de algo más que un estúpido almuerzo o su ex cuñado. ¡Soy un idiota!
—Felicidades... F-Fue un plan grandioso para buscar herirme—suelto en su cara, una vez estoy preparado para marcharme—. En serio pensé que podríamos ser... A-Amigos... Que idiota he sido, ¿No es así?
—Taehyung espera, no es de ese modo—justo cuando abro la puerta para marcharme con la poca dignidad que me queda, puedo vislumbrar a Jungkook aparecer en escena por detrás del que supongo es su novio. Lo miro por un momento, solo una milésima de segundo, para seguidamente irme con los ojos cristalizados.
Me siento como un estúpido.
El frío de la noche golpea mi rostro enrojecido de vergüenza y rabia mientras comienzo mi camino por la acera hacia la parada de autobuses.
La verdad es que me siento muy mal, Jimin es... O fue en estos meses una linda distracción, siempre estuvo para hacerme rabiar o sonreír cada vez que ganaba en una de nuestras absurdas peleas. Desde hace escasas tres semanas que hablábamos más fluidamente sin necesidad de insultarnos o terminar embarrados del contenido que el otro estuviera comiendo. Él fue... Como un apoyo cuando todos me miraron raro por haber sido humillado de esa forma.
Era mi archienemigo preferido... El único, en realidad. En serio creí que podría ser algo más que el villano de mí historia, más que sencillas charlas... Oh, duele tanto. Que ni siquiera sé por qué es de ese modo.
—¡Tae por favor, deja de ignorarme!
Entonces su mano que noté desde hace mucho que es más pequeña que la mía, toma mi brazo para hacerme girar sobre mi propio eje hacia su dirección. Sus ojos lineales se expanden al notar que por mis mejillas algunas lágrimas traviesas se deslizan... Vaya, ni siquiera me di cuenta cuándo esa muestra de debilidad comenzó,
—¿Por qué lloras? N-No lo hagas... ¡Juro que no sabía que vendría con alguien! P-Por favor créeme.
—¿Qué dices? ¿Por qué debería de creerte? ¡Eres una mala persona! Es que debí saberlo... T-Tú solo te acercarte a mí fingiendo ser alguien agradable para burlarte como todos los demás. ¿Por qué no dices lo que piensas? ¿Ah? ¿Por qué no pronuncias que también crees que soy un idiota por fundar unas tontas esperanzas en esa persona? ¿No merezco ilusionarme, enamorarme? ¿No lo merezco? ¡Al diablo contigo, Park Jimin!—chillo en voz rota, volviendo a retomar mi camino.
Ya no me sigue, a fin de cuenta tenía razón...
—¡Pienso que eres ese niño!—me grita unos metros por detrás con una voz quebradiza. Sin poder comprender aquella declaración, vuelvo a girarme a su dirección para notar por primera vez que aquel rostro lleno de burla no está presente, en su lugar, una muestra clara de terror es la que yace. Veo como traga saliva—. Hace ocho años bailé en un parque para recolectar dinero para las personas con cáncer. A pesar que hice mi mejor esfuerzo, estaba desanimado porque ni siquiera con mi actuación podría ayudar a mi madre con su cáncer terminal. Ella creía que yo no podía entender lo que eso significaba... Pero sí comprendía, estaba muriendo. Por eso, di lo mejor que pude para que se sintiera orgullosa del talento que descubrió en mí. Realmente amaba verme bailar, sus ojitos brillaban cada vez que yo lo hacía en alguna presentación de la escuela o en la misma academia.
»Ese día en Daegu, mientras íbamos de camino al auto para retornar a Busan, no pude apartar mi mirada de un niño... Era tan lindo—ríe un poco con ojos acuosos, acompañándome a mí que seguía en una especie de Shock—; sus mejillas tan rojas, llenas de vida. Sus ojos tan expresivos... Con doble párpado en uno de ellos, su cabello era castaño con ondas, y tenía un lindo lunar en su nariz. Yo no tenía amigos, nunca tuve tiempo de intentar jugar, solamente atendía a mi madre en lo que pudiera con mis escasos diez años y practicaba en la academia del padre de Jungkook. Así que cuando vi a ese niño jugueteando con un perro casi de su mismo tamaño entre el césped del parque, desee mucho poder hacer lo mismo. Quería jugar, quería reír junto con mamá mientras un cachorro lamiera mi rostro sin preocuparme en las bacterias. Pero no podía hacer nada de eso; porque mamá no tenía fuerzas y no había algún cachorro que pudiera cuidar...
»E-Entonces... En serio envidié la vida de ese niño, lo feliz que se veía, lo despreocupado... Quise acercarme y jugar, pero no pude... Nunca lo volví a ver... No hasta que te vi Kim Taehyung, porque aunque no estoy seguro... Eres tan lindo como esa persona y quiero... E-En serio quiero pensar que eres él—apenas puede farfullar, bajando sus ojos llenos de lágrimas hacia el suelo.
Mis propias gotas saladas se deslizan por mis mejillas ante lo que acabo de escuchar. «¿Acaso él..?» Dejo respirar por lo que parece ser una eternidad ante esa enorme posibilidad que ahora se vuelve dolorosamente clara
—Nunca querría lastimarte... No, si me recuerdas tan vivamente a ese niño—concluye.
—¿E-El perro era negro y muy grande?—pregunto casi sin voz a su dirección, él ríe brevemente mientras asiente sin querer alzar la mirada. Su naricita está completamente enrojecida ahora, se ve tan vulnerable, tan chiquito... ¿Por qué quiero abrazarlo?—. ¿Te dio miedo verlo?
—Era el más grande q-que he podido ver hasta ahora... Pero no dio miedo, era gigantemente tierno, se veía inofensivo. Parecía querer cuidar a ese niño...
—Me cuidó hasta su último momento—farfullo apenas, sollozando lo suficiente ante el recuerdo de Neutrón siendo atropellado por intentar salvarme. Jimin se alarma, acercándose más a mí ante mis quejidos que van subiendo de volumen mediante los segundos pasan—. N-Neutrón... Mi lindo Neutrón me salvó de ser arrollado... Era él mejor, era mi mejor amigo... El único real que tuve en todo mi vida... Me cuidaba, me cuidó hasta el final—lloro sin reprimirme, sintiendo mis piernas temblar.
Entonces esa calidez provenir de ese pequeño cuerpo me acoge, su olor suave, su cabello rubio picando en mi mejilla, sus manitas tomándome con fuerza por la cintura, asegurándome sin palabras que puedo llorar todo lo que quiera; porque él me va a sostener y no me va a soltar. Quizás no lo sabía a ciencia cierta, pero era él... Ese niño cachetón de pies maltratados, de pasos trabajados de bailes, de ojos chiquitos y hermoso cabello negro era él. Park Jimin. El chico que me motivó, el niño al cual le desee la felicidad por años.
—Y-Yo también te recuerdo... Yo también te vi, Park Jimin. Y desde ese momento no pude dejar de pensar en ti...—farfullo, tomándolo de vuelta entre mis brazos, pudiendo sentir sus propias lágrimas traspasar mi ropa.
¿Quién podría decir que el destino sería así de caprichoso? Juntar caminos, volver a personas importantes para otras solo con pequeños, muy diminutos actos que quizás son ignorados por la gran mayoría, pero que tal vez para alguien signifiquen mucho en su propio universo personal. La sonrisa de Taehyung fue el motor que encendió los sueños cotidianos en Jimin. El Baile de Jimin, fue lo que motivó las grandes metas en Taehyung.
Bailar, soñar, el querer vivir, el anhelar amarse y amar a otros, eso es lo que ambas personas querían, es lo que ambas almas deseaban. Separadas, pero juntas al mismo tiempo al haber nacido unidas, crecieron, se formaron y nuevamente se encontraron siendo guiadas por ese pequeño hilo que muchas personas identifican en un tono rojo, pero que verdaderamente no tiene un único color definido.
Eso, es lo que las personas llaman «Un amor que trasciende en el tiempo» Uno que nace con solo verse una vez, es una conexión fuera del entendimiento lógico, es... Solo un sentimiento que no necesita tener explicación para ser entendido, solo debes sentirlo.
—Tú eres mi alma gemela, Park Jimin.
—Y tú eres la mía, Kim Taehyung.
-Hany
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro