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•03 | My.



Después de haber sido partícipe en primera fila de aquella muestra de amor que claramente no me correspondía ver por parte del hombre bonito y el fetichista de los pies, han pasado un par de cosas interesantes en mi vida. No, no he tenido relaciones sexuales todavía, pero planeo hacerlo de aquí a fin de curso... Aunque básicamente no tenga con quien perder mi pureza, en realidad, sí tengo una gran opción en mente para que sea la persona dichosa de hacerlo, más este individuo no creo que sepa que existo más allá de haber sido el chico ciego que me chocó con su estúpido y perfecto cuerpo hace tres meses atrás.

¡Tres meses! Joder. Les explicaré.

Antes de irme aquel día de «La escena de amor» Pude escuchar un «Te encantará el salón de baile» Que el rubio tonto de los pies pronunció, claramente eso despertó mi lado curioso y no pude evitar hablar con mi eterna profesora favorita de biología sobre lo que lejanamente sospechaba. Y efectivamente, ella me lo confirmó.

Según rumores que había oído en el salón de descanso de los profesores ese chico de nombre Jungkook sería el nuevo profesor de danza. ¿No era increíblemente asqueroso? Lo era; no porque no me hubiese gustado algo como eso, el hombre era hermoso y ya hacía falta que la institución colocara un profesor para dicha actividad extracurricular, pero lo desagradable de todo eso, es lo cercano, muy cercano, que es al odioso ese de los pies. Por eso y las constantes horas que se quedaban después de clases fue que los rumores de que eran novios comenzaron a circular entre murmullos.

Pero ese detalle no tiene relevancia en mi explicación justo ahora, el punto es que así fue que terminé queriendo, junto con otras 300 personas más, apuntarme a clases de danza. Cosa que jodidamente no conseguí porque solo eran cincuenta cupos los disponibles debido a la capacidad del salón, y yo fui el número doscientos treinta y uno.

Rayos, odié al mundo por muchos días después de eso. Pero está bien, soy un buen perdedor... Bueno, quizás no tanto. ¡A lo que quiero llegar es que han pasado tres meses de eso! Noventa y dos días en los que he observado a lo lejos a Jeon Jungkook, justo como hago ahora, y en todo ese tiempo me pude percatar que muy posiblemente el enamoramiento que tengo por él sea suficiente para permitirle desflorar mi preciada flor. Cosa que es ridículo porque así no funcionan las cosas en el mundo; no es como si pudiera llegar a su lado y decir: "¡Ey! Por favor desvírgame, estoy enamorado de ti, así que está bien" Absurdo de todos los absurdos, ese soy yo, Kim Taehyung, es un placer.

Soy un tonto lo sé, un tonto que nunca ha estado enamorado de absolutamente nadie, no me había interesado en conocer a otras personas con intenciones románticas porque me parecía aburrido saber que tienen una vida muy parecida a la mí. No obstante, Jungkook no es así. Él siempre está en constante movimiento de aquí para allá, sonriendo, componiendo música -es compositor musical en conjunto con otro chico pálido que a veces viene a modificar la computadora dispuesta para las clases- no es que lo esté espiando siempre o algo así... Solo soy un gran observador.

Aparte de componer música, he escuchado de algunas personas que Jungkook ha heredado una academia de baile que queda en Busan, y que era el profesor de «Jimin» Cosa que explica la familiaridad que ambos poseen el uno con el otro. Nunca fueron novios. Si, muchos quedamos como payasos haciéndonos escenas mentales de ellos dos juntos. Aunque claramente hay algo ahí, no sé qué sea pero me molesta. Ellos no se ven bien juntos. No, no, no... ¿A quién engaño? Los he visto bailar y son perfectos. Eso me da muchos celos. Yo quiero estar allí enseñando que también puedo ser grandioso... Porque lo soy, ¿Verdad?

Mi confianza siempre se va reduciendo cuando veo a los otros brillando con las cosas que yo también quisiera lograr, soy como un masoquista que no puede dejar ir el anhelo de poder verme como un cisne en medio de un hermoso lago, y no solo como un pato manchado que mira desde la orilla.

Creo que estar enamorado es doloroso, no me gusta sentir dolor. Soy una persona sensible más allá de querer aparentar indiferencia en la gran mayoría de las cosas.

—Acosador de las puertas, así te llamaré—esa molesta voz consigue que salte en mi lugar, haciendo que mi leche de plátano casi caiga de mis manos al suelo. Me giro abochornado, y ahí está en ropas sueltas el molesto chico de nombre Jimin que se ve disfruta mucho molestarme. Jodido enano—. ¿A quién acosas esta vez? Umm déjame adivinar... Jungkook—se burla un poco, torciéndose de la risa. Mis nervios se encrespan. Siempre hace lo mismo, a veces me pregunto si es que soy demasiado obvio con mis emociones o él es muy bueno leyendo a la gente—. Oh, vamos... Me sentiré celoso. El pequeño ahora tiene a alguien nuevo a quien acosar~

Mis mejillas demuestran mi vergüenza por haber sido descubierto aquel día que lo miré por primera vez. ¡¿Es que nunca va a olvidar eso?!

—N-No estaba mirándolo... Solo pasaba por aquí y... ¡No debo darte explicaciones!—aseguro, cruzando mis brazos.

¿Quién se cree? Que hayamos estado por cinco meses mirándonos mal y peleando cada vez que podemos, no quiere decir que le deba dar explicaciones de mis actos. No es como si fuéramos amigos... O archienemigos en tal caso. Oh, soy tan inmaduro al intentar darle un nombre a esto que claramente no tiene ninguna importancia para él.

—Claro, claro.

—Igual ya me iba, solo pasaba por aquí—decido decir, una vez aquella sonrisa satisfecha no se quita de sus labios.

—Te gusta, ¿Verdad?—aquellas palabras me dejan estático por lo siempre directo que es en sus estúpidas preguntas. ¿Qué hago? ¿Lo niego o simplemente me voy huyendo? No, eso le daría la razón... No es que no tenga la razón, es solo que no quiero decírselo. ¡AH, QUE MOLESTO ES!—. Uh~ pareces un tomate justo ahora. ¡Qué lindo! Bien, ya que eres como mi archienemigo te daré un dato importante sobre Jungkook. Él es bisexual y le gustan los hombres con expresiones tiernas. OH, tú no tienes mucho de eso, eres como una pequeña fiera que siempre quiere tomar la yugular de los demás para dejarlos desangrándose por los próximos treinta segundos—se burla gozoso.

—¡Eres..!—iba a gritar. No obstante, prefiero calmarme y seguirle el juego para poder irme con la parte más grande de mi dignidad. Humedezco mis labios con la punta de mi lengua—. ¿Sabes? Es cierto, me gusta arrancarle la yugular a las personas, pero justo ahora solo quiero arrancártela a ti enano hijo de lucifer.

Y sin pensarlo demasiado, tomo lo que queda de mi leche de plátano y lo exprimo en su cara para seguido salir corriendo de ahí como quien ha visto a un alma en pena.

Jimin chilla muy fuerte y me segura cortar mis pelotas cuando me vuelva a ver, medio segundo después, Jungkook sale del salón para saber qué ha sucedido, pero yo ya estoy lo suficientemente lejos como para escuchar las palabras que están intercambiando.

Llámenme niño travieso, pero disfruté mucho echarle mi leche de plátano encima. Recordar su cara siendo bañada mientras gritaba mi nombre completo es muy divertido... Oh, sabía mi nombre completo, eso es cool, quiere decir que ha hecho la tarea de investigar a su enemigo número... ¿Seré el uno? Por mi parte Jimin es el número uno, ya que no soy de muchos amigos o enemigos, en este caso puntual.

Justo cuando recuerdo ese detalle me pongo un poco melancólico.

En realidad, las cosas no van muy bien con mis amistades desde que no voy a las fiestas que organizan por preferir quedarme en casa para practicar un baile que solo mis cuatro paredes pueden apreciar. Ellos no son nada parecidos a mí, no escuchan música por horas o pueden durar encerrados por días en sus casas. Hace cinco meses, antes de conseguir mi primer enemigo, me juntaba mucho con ellos para poder ir por ahí y beber un poco. En aquel momento quería huir de los problemas de casa, y ellos eran la salida más viable que tenía. Justo en una de esas fiestas es que casi pierdo mi virginidad con un chico que acababa de conocer. Ellos me alentaron hacerlo... Eso me hizo dar cuenta que quizás no era muy bueno seguir pasando tiempo con ellos, pero el miedo de quedarme completamente solo me detuvo de mandarlos lejos de mí.

No es que sea un romántico empedernido, ni que espere estar completamente enamorado del chico que obtendrá mi primera vez, solo quisiera que fuera un momento calmado, que se haga con paciencia y que la persona me guste mucho. Alguien así como Jungkook, pero vamos... No tengo tanta suerte como para que un hombre como él se fije en un inmaduro que echa leche de plátano en la cara de su enemigo. Aunque creo que fui verdaderamente increíble.

¡Pero no importa lo que mis amigos piensen ahora! He aprendido que no necesito de nadie para sentirme bien, desde que las cosas con mis padres mejoraron ya no siento esa necesidad de huir hacia algún lado para alejarme de ellos. Incluso, hace dos semanas vimos una película juntos y fue bastante bueno tener la compañía de ambos. Fue como cuando era un niño, siendo consentido por las dos personas que me han enseñado ser quien soy. Fue extraño, pero al mismo tiempo bastante agradable.

Solo espero que existan más días felices que tristes en mi vida. En este tipo de momentos me pregunto qué estará haciendo aquel niño de hace ocho años. ¿Estará bien? Espero que sí, anhelo que sea feliz y siga motivando a las personas hacer lo que realmente les guste. Así como lo hizo conmigo.



»❀«



—¿Te vemos esta noche? La fiesta de NamJoon estará brutal, dicen que va alquilar una fuente de cerveza y bailarinas de samba—informa Minjae al colocarse de pie, siguiendo a Yugyeom y JunMyeon que previamente ya lo había hecho al terminar su comida.

Rápidamente miro al castaño con una disculpa en mis ojos siendo obvio que mi respuesta será negativa como todas las anteriores, Minjae niega con un poco de decepción de mi autentico cambio, pero no dice nada de lo que pasa por su mente. Sin embargo, JunMyeon sí que lo hace.

—Ni siquiera sé para qué lo invitas, Jae. Sabes que Tae se ha vuelto un mojigato de primera. Es basura—gruñe.

Deja caer su bandeja con restos de comida a la mesa de un sonido seco, consiguiendo que algunas sobras salten hacia mi uniforme. Las personas alrededor dejen de hacer lo que hacían para observarnos interesados de lo que creen será una pelea. Mis grandes ojos suben hacia JunMyeon sin comprender por qué ha hecho algo como eso.

—¿Qué? ¿Esperabas que no me cansara de tus rechazos? Solo eres una pequeña zorra que se está haciendo el interesante después de casi probar una polla de un universitario en una de estas fiestas. ¿Ya dejaste de lloriquear por tus padres, nenita? Uh~ creo que el bebé va a llorar.

—Ya déjalo—interrumpe Minjae jalando de la chaqueta para alejarlo, más consiguiendo que alzara la voz unas cuantas octavas al querer humillarme frente todos por solo rechazar una salida.

Una. Salida.

¿Por qué hacía algo como eso? N-No entiendo. Mis puños se presionan sobre la mesa.

—Solo estoy diciendo la verdad, Idiota. Nos utilizó cuando las cosas estaban mal y ahora que todo va bien solo nos rechaza como si tuviéramos peste, ¿No lo ves?—se queja hacia Minjae, intentando soltarse de su agarre—. Da igual, que te jodan Taehyung. Oh... No, eso no podrá ser ya que el Profesor Jeon no puede cogerse a sus estudiantes. por cierto, lo que practicas por horas en tu habitación es una mierda. ¿A dónde quieres llegar con ese intento de baile? Das pena, pequeña mierda—dicho aquello con el peor asco expresado, sale de la cafetería con hombros tensos.

Minjae susurra un «Lo siento» para seguidamente ir tras JunMyeon que siempre ha mantenido muy alto esas ínfulas de ser el líder de algo que ni siquiera puede llamarse un grupo de amigos; porque de amigos no poseen nada, se lo acaba de demostrar. ¿Cómo fue capaz de exponer esas cosas tan privadas? No se supone que debía ser así.

Finalmente puedo reaccionar del shock inicial de aquellas palabras, al escuchar los murmullos claros de todas esas personas que están a mí alrededor. Mis ojos un poco cristalizados notan que un hombre demasiado conocido pasa entre zigzagueos los cuerpos que quedaron estáticos en sus caminos debido al Show dado por el que creía era mi amigo, dirigiéndose hacia la mesa que ocupo, consiguiendo que solo pueda tomar mi mochila y salga de ahí entre pasos verdaderamente apresurados lleno de miedo.

¿Qué tanto pudo escuchar Jungkook de todo eso?

Solo espero que no lo suficiente como para avergonzarme de tan solo mirarlo a lo lejos... Dios mío, ¿Por qué sucedió esto? Q-Quizás si hubiese aceptado... Si no hubiese sido tan estúpido en aferrarme a cosas que nunca van a suceder.

Apenas vislumbro el primer salón en aquel pasillo por el cual camino torpemente, me aventuro a abrir la puerta para ingresar buscando escapar de todas aquellas verdades que ya sabía, pero no terminaba de aceptar. ¿Los utilizaba? De alguna manera sí. ¿Mi baile es un asco? Si, la verdad es que es desastroso, pero es lo mejor que puedo hacer estando solo en un espacio tan pequeño como mi habitación. No es mi culpa, no es mi culpa querer algo en lo cual no soy tan bueno... Yo creí que si practicaba... Soy un idiota.

—¡Maldición!—chillo agudo, una vez mi respiración se vuelve demasiado inestable como para poder controlar las ganas de llorar.

La primera lágrima cae cuando no puedo alejar de mi cabeza aquella burla en más de un rostro, me siento ridículo, como el tonto más grande del planeta por haber confiado ciegamente en personas que no parecían ser del todo sinceras desde un principio.

—S-Soy un iluso—quiero seguir quejándome de lo estúpido que soy, pero el carraspeo de una garganta llama mi atención al final del aula. Salto del susto—. ¿Q-Qué haces ahí?—pregunto sorprendido de que siempre esta persona ande asustándome a cada momento que aparece.

Jimin, solo se alza de hombros llevando lo que parece ser un emparedado a la boca con demasiada tranquilidad. Tengo que decir que justo ahora que estoy alterado no puedo soportar la serenidad que hay en su rostro, o aquellos lineales ojos que no me quitan la mirada de encima mientras mastica o succiona de su jugo de pera gracias a la pajilla de colores. Este chico es verdaderamente exasperante. Con cuidado de no parecer un poco más idiota de lo que sé soy, limpio las gotas de mis mejillas y cruzo mis brazos en modo de protección de todos los demás.

No soy capaz de salir ni de quedarme ahí con él, ¿Qué se supone que debo hacer?

Mi estómago gruñe. Diablos... Lo que faltaba, debido a toda aquella escena ni siquiera pude comer correctamente de mi bandeja de almuerzo, y lo más increíble de todo es que para comprar algo medianamente aceptable el único lugar al cual puedo acudir es a la cafetería, en caso contrario, tendría que aguantarme el hambre hasta llegar a casa y esa no es una opción después de saber lo delicado que soy respecto a las comidas. ¡Mierda y más mierda!

—Tengo uno extra—escucho la voz de Jimin neutral, seguido de una bolsa sonar contra el pupitre a su lado.

Mi atención rápidamente queda fija en aquel sándwich que permanece cerrado en su bolsita como una clara invitación para que lo devore sin contemplación, y la verdad, ya me siento lo suficientemente mal emocionalmente como para que también me duela la cabeza del hambre. Soy un chico que si no come, mayormente me sucede con el desayuno, podría hasta desmayarme. Nunca salto las comidas, si estoy triste como el doble y hasta triple, por eso casi siempre llevo una vianda de almuerzo que mágicamente hoy no traje.

—¿Lo tomarás o no? Creí que tenías hambre, hasta aquí se escuchó tu estómago rugir.

—Gracias.

Con la vergüenza siendo obvia en mis mejillas, llego hasta el pupitre donde espera la deliciosa comida y me siento para poder comer con cuidado del que será mi almuerzo. Jimin no dice absolutamente nada en los primeros diez minutos, pero luego que acaba su propia comida, gira para clavar sus feos ojos en los míos sin reparar en lo incómodo que podría ser esa acción por largos minutos. Es que ni siquiera parpadea.

—¿Q-Qué?—pregunto.

—Creo que le gustas a Jungkook.

y es así que experimenté lo que siente casi morir por un pedazo de pan. ¡PAN! ¿Qué tan desdichada tiene que ser la vida de alguien para morir a causa de lo que tantos aman? Y debo recalcar que el pan es integral... Desde ahora el pan integral está en mi lista negra que acabo de crear. Al notar que me había atorado verdaderamente, se coloca de pie para darme palmadas, verdaderamente duras, en la espalda. Es que si no me sacaba el pan de la garganta de seguro me conseguía quitar un pulmón como mínimo.

—No te vayas a morir, mira que ni siquiera he terminado de decirte lo que pienso...

—¿G-Gustarle? ¿Yo? ¿A él? ¡Imposible! E-Es el profesor de danza... Y yo... ¡No juegues conmigo, fetichista de los pies!—me quejo.

Al mirar como su rostro se va enrojeciendo por la risa contenida que segundos después deja salir tan molestamente. Podría decir que es horrible como se ríe, pero la verdad es que es bastante lindo como cierra sus ojitos ante las carcajadas ruidosas que llenan el salón. Aparte de sentirme avergonzado, estoy un poco encantado por la espontaneidad que esta persona demuestra de repente. Echa su cabello rubio hacia atrás.

—Eres un idiota—me quejo, dándole un mordisco más grande al emparedado con una mueca de tristeza.

—Oh, vamos, no seas tan sensible, es solo que yo llevo conociendo a Jungkook por años... Muchos años, y sé cuándo algo le llama la atención.

—Ni siquiera sabe quién soy—reniego.

—«¡Oh! ¡Nunca había visto un rostro tan angelical! ¿Notaste aquel lunar en su nariz? Es verdaderamente lindo. Sin mencionar lo agraciado de su cabello castaño que cae sobre su frente, o aquel doble párpado que posee en uno de sus ojos. Uh~ su forma de sonreír es únicamente asombrosa... Hace latir mi corazón deseoso de su cariño que debe ser tan cálido como su presencia» Fue lo que dijo—dramatiza.

Bien, bien, esa descripción si es muy parecida a la mía... Pero no termina de convencerme aquella sobre actuada muestra de entusiasmo de mi archienemigo. ¡Exacto! De seguro solo está jugando sus cartas.

—¿En serio dijo todo eso?—pregunto desconfiado, mirando con los ojos chiquitos.

Él sube a la mesa del pupitre con demasiada seguridad.

—Obvio no, pero si mencionó algo de un cabello ondeado de tono castaño y lunar en la nariz. Si no eres tú, ¿Quién podría ser? Conozco a Jungkook como la palma de mi mano, sé que no tiene a nadie desde que su anterior novia lo dejó plantado.

—¿En el altar?—cuestiono con grandes ojos ahora, deseoso de que me diga muchas más cosas sobre el hombre que de seguro ya debe saber que deseo me haga su novio.

Esto es bastante patético, por estar pensando en las palabras de mi enemigo había olvidado que fui humillado en medio del todo el colegio. Me lleva el diablo... Si ya era un marginado, ahora seré un marginado súper pro.

—¿Qué? No, ¿Cómo se te ocurre?—responde de inmediato con una mueca—. Iba a presentarles a sus padres finalmente, y ella simplemente no llegó. Resultando que una semana después de que todos habían creído que había sido secuestrada, apareció con un gran bronceado bajando de una camioneta Toyota alrededor de las diez treinta de la noche. Había olvidado que tenía que haber ido con los padres de Jungkook... Incluso... Olvidó a Jungkook. Era una tarada—se queja él con mala cara.

La expresión de su rostro da un poco de miedo justo ahora, pero es bastante obvio que aprecia al profesor de danza con un cariño bastante personal.

—Vaya, nunca pensé que lo podrían haber dejado plantado, él es tan increíble en todo lo que hace y eso. Esa persona definitivamente tuvo que ser una gran tonta para dejarlo ir de esa manera—comento con total sinceridad, terminando de comer el emparedado.

—Dímelo a mí que soy su hermano menor—confiesa repentinamente, casi haciéndome atragantar por segunda vez.

¡Ahora todo sí que tiene sentido! La familiaridad, lo bien que se llevan a pesar de tener seis años de diferencia. ¡Jimin es su ex cuñado! Oh, vaya giro de acontecimientos. ¿Eso quiere decir que solo lo aprecia y que verdaderamente no hay algo más? ¿Es eso?

—No hay algo más, sé que debes de estarte preguntando sobre nosotros y esa cantidad de estupideces que todo el mundo murmura por ahí. Solo lo quiero como un amigo.

—N-No debes aclarar nada—farfullo apenado, casi que limpiando mi mente de todas aquellos rumores.

—Bueno, si le gustas y tú quieres que él te arrebate la pequeña flor de la inocencia, supongo que debo aclarártelo—aquella maldad en su mirada vuelve con nosotros al decir eso.

Por un segundo lo miro confundido por aquellas palabras, pero luego de recordar que el traicionero de JunMyeon dijo eso frente todo el mundo como si fuera el clima, caí en cuenta de lo bochornoso que esa verdad podría ser. Todavía queda la opción de pedirle a mamá que me cambie de instituto. Espera... ¿Cómo lo supo si estaba encerrado en este salón cuando todo sucedió?

—Si te interesa saber, enviaron el vídeo por WhatsApp en el grupo de danza, de literatura, gimnasia y transporte. Uh... También en el de profesores—quería gritar y arrancarme los pelos, pero antes de eso, traté de comprender cómo es que sabe que el vídeo también fue enviado al grupo de profesores—. Jungkook me dijo ese último, por cierto. A veces es bueno tener amigos en todos lados.

Diablos.



-Hany

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