Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

chapter one

Isabella's POV.

Observé nuevamente el cielo y suspiré sabiendo que vendría una gran tormenta. Tendría que encontrar rápidamente un lugar con un techo para poder pasar la noche. Luego del incendio, hace dos semanas, me encontraba en la calle junto a Skyler. Habíamos pasado esa noche en revisión  y luego nos dejaron salir, sin preocuparse por donde iríamos a parar. Sólo me dieron un poco de ropa abrigada, la cual agradecí mucho, pero yo realmente necesitaba que me pasaran la dirección de un refugio o algo.

-Tengo hambre mami. -Se quejó Skyler y suspiré. Ella no comía desde ayer, luego de que logré conseguir un poco de comida en un restaurante, antes de que la tiraran a la basura.

Yo en cambio no como hace cinco días y me siento realmente mal, pero tengo que seguir siendo fuerte por mi hija.

Hoy era veinte de diciembre y faltaban, por mala suerte, cuatro días para Noche Buena. Las calles estaban congeladas y llenas de nieve, la gente caminaba feliz con sus cenas y regalos para esa noche tan especial para algunos, mientras que yo iba muriendo poco a poco al ver a Skyler con muchísimo hambre y frío.

Me dolía ver cómo ella miraba a los niños emocionados o a los padres comprando regalos. Ella era una niña inocente y no veía de una mala forma esto que nos está pasando, pero yo me culpaba día tras día por no poder conseguir un techo para que ella se quedara.

Sollocé sin poder evitarlo y apoyé la cabeza de Skyler sobre mi pecho mientras esperábamos a que el color del semáforo cambiara para poder cruzar. Creo que buscaría un lugar para sentarme un rato, ya que sentía que en cualquier momento caería por la falta de energía que estaba teniendo. Una vez que el color del semáforo cambió comencé a caminar y me sentí intimidada cuando la gente que venía del otro lado me comenzó a mirar raro o con asco. Sé que tenía unas pintas horribles, mi pelo estaba muy sucio al igual que mi ropa y mi cara, y tenía unas horribles ojeras negras la última vez que me miré en una vidriera.

Yo sólo bajé la cabeza y seguí mi camino buscando algún lugar donde quedarme a descansar. Hace un tiempo había visto que porque aquí había un refugio donde dejaban que se hospedara la gente que lo necesitaba. Nunca en mi vida imaginé que necesitaría concurrir a uno de esos. Y ya hace varias noches que estoy yendo a ese lugar, pero todas esas veces que fui me dijeron lo mismo; "Lo sentimos señorita, por hoy ya está todo ocupado. Vuelva mañana y quizá tenga suerte". ¿Suerte? Eso no existe en mi vida ahora mismo.

Cuando me paré frente a las grandes puertas del refugio, suspiré pesadamente y miré a Sky, quien poco a poco caía dormida. Besé su frente y volví a taparla con la campera. Abrí la gran puerta del viejo edificio y entré rogándole a Dios que haya una habitación para que mi hija esta noche por lo menos no pase frío.

Me estremecí cuando sentí el calor chocar con mi rostro y me sentí como un gatito cuando está por dormir. Esta era una sensación hermosa que hace muchos días no vivía.

-Buenas noches. -Saludé con la voz áspera. Tampoco ingería líquido hace unos días.

-Buenas noches. -Sonrió una anciana que nunca había visto detrás del escritorio. -¿Viene por una habitación? -Preguntó y asentí mientras me acercaba a ella.

-Si. Dígame que le queda una por favor. Necesito evitar que mi hija siga pasando frío, aunque sea ésta noche. Por favor, se viene una gran tormenta de nieve. -Rogué y sentí mis ojos arder.

-Lo siento linda. -Negó con la cabeza. -Lamento decirle que hace un rato han ocupado la última habitación. La próxima vuelve más temprano. -Aconsejó y asentí.

-¿Tiene algo para comer al menos? No comemos hace días. -Dije y suspiré. Lo que más odiaba en ésta vida era pedirle cosas a la gente.

La señora suspiró y miró hacia mi pecho, donde Skyler intentaba dormir.

-Espera aquí. -Dijo y se levantó de su asiento.

Yo sólo me limité a observar mejor el lugar mientras esperaba. Era muy viejo y estaba descuidado, pero al menos tenía un techo, camas para los que venían a quedarse y estaba calentito. No me daban ganas de salir nuevamente y chocar con la baja temperatura de Canadá.

Un carraspeo me sacó de mis pensamientos, así que me volteé y sonreí sin mostrar mis dientes a la señora al ver que me tendía un paquete de galletitas.

-Muchísimas gracias. -Dije.

-No hay de qué. Recuerda venir temprano mañana. -Sonrió y asentí.

-Dios la bendiga. -Dije y salí de aquél lugar.

Me estremecí al sentir el viento helado chocar con mi rostro y abracé más a Skyler para que no le llegara más frío. Sentía mi cuerpo helado, casi no lo podía mover y mis dientes tiritaban sin poder controlarlos. Comencé a caminar sin rumbo alguno, sólo buscando un lugar donde poder pasar la noche, pero creo que no funcionaría y tendría que pasar otra noche en la calle.

Llegué a la esquina de una gran avenida y miré para los lados preguntándome a qué parte iría. Me decidí por ir hacia la derecha, pero comencé a arrepentirme cuando noté que había muchos restaurantes por aquí y, extrañamente, mucha gente a pesar del frío. Caminé rápidamente entre esas personas, sintiendo las miradas nuevamente.

No me di cuenta por donde caminaba hasta que choqué con alguien, quien se quejó exageradamente. Levanté la cabeza y la miré avergonzada.

-¿A caso eres idiota o qué? ¿No ves por donde caminas? -Preguntó con asco. -Mancharás mi costosa ropa con tu suciedad. -Dijo riendo y los que la acompañaban soltaron una carcajada.

Yo sólo me limité a bajar la cabeza nuevamente y seguir con mi camino, pero sus huesudas manos me detuvieron haciéndome gruñir.

-¿Qué quieres? -Pregunté y ella llevó su mano a su nariz tapándola.

-Primero que te laves los dientes. Por favor, tienes un olor horrible. -Se quejó. -Y segundo quiero que me pidas disculpas.

-Muérete. -Dije y sostuve fuerte a mi hija, quien comenzaba a moverse entre mis brazos.

-¿Perdón? -Preguntó abriendo su boca indignada. -¿Puedes repetir eso rata de alcantarilla?

-Dije que te mueras. -Repetí. Sabía que no tenía que meterme es éste peligroso territorio, pero no podía quedarme callada, aún sabiendo que terminaría más humillada que antes.

De repente, me tomó por el brazo para comenzar a sacudirme violentamente y estiré mi brazo para soltarme, pero al hacerlo el paquete de galletitas que había conseguido se cayeron al piso. Me agaché con cuidado para recogerlas pero antes de que pudiera hacerlo, su pie se colocó sobre ellas y las pisó para luego patearlas hacia el medio la calle repleta de autos.

-¡Oye! -Me quejé y me levanté para mirarla con enojo.

-Ups, hoy te quedaste sin cena. Lo siento por ti niña pobre. Ahora deja de molestar porque yo sí quiero cenar y vete antes de que vomite con tu horrible olor. -Dijo y se dio vuelta golpeándome con su largo cabello.

Me volteé sintiendo la mirada de todos sobre mí y comencé a caminar rápido queriendo escapar de aquí. Por haber sido una idiota y pensar que podía con esa mujer, quedé completamente humillada y sin la comida que sería de mi hija. Me metí en una calle, la cual estaba un poco oscura y no había gente, cosa que agradecí mucho. Me senté en el suelo y apoyé mi espalda en la pared. Me estaba congelando el trasero, pero ya no podía seguir caminando.

Destapé la cabeza de Sky y levanté su cabeza para poder besarla. Acaricié despacio su mejilla y sollocé.

-Lo siento tanto mi amor. -Dije entre lágrimas. -Nosotras ahora tendríamos que estar cenando al calentito para llenar nuestros estómagos. Tú tendrías que estar arropada en tu cama en un rato y y no pasando frío aquí. Haré hasta lo imposible por ti, pero por favor no me odies por esto cuando crezcas. -Pedí y la volví a pegar a mi pecho.

Las luces de un auto estacionándose a unos metros me hicieron achinarlos ojos por el brillo. Segundos después, bajaron un hombre, una mujer y una niña. Me sentía intimidada porque sabía que me verían raro, como todos lo hacían. Una risa feliz se oyó y mi corazón se encogió al no poder estar como ellos ahora mismo.

-¿Por qué ella está en el suelo papi? -Oí que preguntó la niña y la miré. Pero ellos no me veían porque ya habían pasado por mi lado.

-No sé pequeña. -Respondió el hombre y lo observé a él. En su mano llevaba varios anillos de oro y tenía una billetera, la cual se notaba con bastante dinero adentro. Se notaba de lejos que era una familia adinerada.

Quizá siendo cautelosa robando podría salvar a Sky por un tiempo. Negué con mi cabeza rápidamente y volví a dejar que mis lágrimas cayeran por mi mejilla. Quizá no estaba tan mal la idea, terminaría perjudicándome, pero por mi hija soy capaz de ésto y más. Si era por el bienestar de Skyler, no había limite que valiera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro