──── 005.
La oscuridad abundaba a mi alrededor y todo se debía a que poseía una venda en mis ojos, la cual evitaba que utilizara mi Sharingan ante un posible intento de huida.
—Ha pasado un tiempo desde la última vez que te vi —dijo una voz masculina, la cual identifiqué inmediatamente como Morino Ibiki—. ¿Cómo es que una joven promesa como tú terminó así?
—Las cosas no son siempre como uno quiere —dije con total tranquilidad—. ¿Ha venido a torturar mi mente?
—No tenemos que llegar a eso si cooperas con nosotros.
—Ya he dicho todo lo que sabía a vuestros Jounin —dije—. Si no me creen, pueden indagar en mi mente y buscar aquella respuesta inexistente.
He oído el sonido que hace una puerta al abrirse, así que asimilé que el señor Ibiki había ingresado a mi celda y utilizaría su poder para ver en mi mente. He sentido como él tocaba con suavidad mi cabeza, por lo que esperé a que ese dolor mental del cual una vez me habló Orochimaru, llegara a mí; sin embargo, eso no sucedió.
El señor Ibiki me había quitado la venda de los ojos para que así pudiera mirar a mi alrededor. Parpadeé un par de veces para que mi vista se acostumbrara a la luz, entonces, he podido ver a la quinta Hokage.
—Tienes suerte de tener amigos que todavía te apoyen y que yo volviera a despertar.
—¿A qué se refiere? —pregunté.
—Me refiero a que te dejaremos libre.
—¿Está hablando en serio? —pregunté confusa—. ¿No es esta una decisión estúpida?
—Cuida tus palabras.
—Lo que quiero decir, es que no me parece una decisión adecuada —dije—. Podría volver a escaparme.
—Lo sabemos. Por eso hemos tomado unas medidas —dijo al momento en que miraba a Ibiki—. Te hemos colocado un sello. El cual nos alertará si sales de la aldea sin permiso —suspiró—. Si eso sucede... Te ejecutaremos.
—Eso solo si llegáramos a capturarte —dijo Ibiki—. No sería ningún problema para ti el huir para toda la vida, pero... ¿Qué harías si esa huida afecta a otra persona?
—¿Qué quiere decir?
—Si llegas a huir, no serás la única ejecutada —dijo—. Si no que ese chico Hyuuga también lo será.
Mi rostro demostró completa confusión ante esas palabras. ¿Cómo que Neji sería ejecutado?
—Él apeló por ti y se ofreció voluntario a esto —dijo Tsunade—. Así que, ahora eres responsable de la vida de ese joven. Es tu decisión el huir o no.
—Lo entiendo.
Ibiki me quitó las esposas para que así pudiera abandonar aquella celda. Comencé a seguir a Lady Tsunade hasta la salida, entonces, la luz solar me llegó al rostro y he tenido que cerrar brevemente mis ojos, pues había pasado unos días en la oscuridad.
—Desde ahora es tu responsabilidad —oí mencionar a la quinta—. Espero que no te arrepientas de esta decisión.
Poco a poco mis ojos comenzaron a adaptarse a la luz solar, entonces, he podido notar que Lady Tsunade comenzaba a marcharse y me dejaba con aquella persona que estaría cuidando de mí. Neji se mantuvo mirándome fijamente, sin ningún tipo de expresión mientras me iba acercando a él, entonces, una vez me detuve, sostuve con fuerza el cuello de su ropa y lo atraje hacia mí.
—¿En qué demonios estabas pensando?
—En salvarte la vida.
Me quedé en silencio ante esa sinceridad y ante ello he podido percatarme de que nuestros rostros se encontraban demasiado cerca. Él continuó mirándome sin ningún tipo de expresión y eso me inquietaba un poco, pues me hacía creer que esta situación no lo volvía nervioso como a mí.
—Neji...
—¡Neji! —exclamó una voz femenina detrás de él—. ¿Por qué estás aquí?
—Tenía un asunto que atender.
—¿Por qué me hablas tan sombrío? —preguntó la mujer, la cual no se había percatado de mi presencia—. No deberías hablarle de esa forma a tu novia.
—¿Novia? —pregunté, y aquello captó la atención de la mujer.
—¿Quién es ella? —preguntó con desdén al momento en que se acercaba y me alejaba de Neji—. No te acerques demasiado.
Al mirarla más detalladamente he podido percatarme de que se trataba de Kagura. La mujer más insoportable que llegué a conocer.
—Vaya. No creí que te iban las cabezas huecas, Neji.
—¿Quién demonios te crees para tratarme así? —preguntó enfadada mientras se me acercaba. Entonces, cuando quedó lo suficientemente cerca y me vio detalladamente: —. ¡Eres tú! ¡Esa tonta Uchiha que huyó!
—Cierra la boca —dije con seriedad—. No querrás que ese bonito rostro quede lastimado, ¿verdad?
—¿Tú hacerme daño? —preguntó con gracia.
—Ya basta las dos —dijo Neji, quien intentó ponerse en medio de nosotras—. Esto no es bueno para nadie.
—Tienes razón mi querido Neji. No quisiera que la pobre Uchiha terminara como su hermano.
—¿Qué quieres decir? —pregunté frunciendo el entrecejo.
—Que tal vez haga que te manden lejos de aquí —dijo—. Quien sabe, tal vez llegues a encontrarte con tu estúpido hermano muerto y...
Kagura no ha podido terminar de hablar, pues le había propinado una cachetada.
—Tienes suerte de que estoy una posición crítica o de lo contrario ya te hubiera hecho desaparecer.
Kagura tragó en seco y se escondió detrás de Neji cuando notó que había activado mi Sharingan. Me sentía demasiado enfadada, por lo que comencé a alejarme de allí y así no tener que seguir escuchando las estupideces de esa mujer.
Comencé a caminar sin rumbo fijo, pues todavía no tenía un lugar al dónde volver. Después de todo, el lugar al cual una vez llamé hogar había desaparecido.
—Ah... —suspiré y detuve mis pasos cuando llegué a aquel lago donde una vez mi hermano me enseñó a controlar mi chakra para que así pudiera caminar sobre el agua.
Me quedé mirando aquel lago por solo unos segundos, luego me acerqué a la orilla y envié chakra a mis pies para así caminar sobre el agua. Solo caminé unos pasos porque en ese momento he sentido unas gotas caer sobre mi cabeza y al mirar hacia el cielo, he podido notar como las nubes comenzaban a acumularse y provocaban una lluvia.
Las gotas de lluvia empezaron a empaparme, pero eso no evitó que continuara allí parada en el lago. Me quedé mirando el cielo mientras sentía las gotas recorrer mi rostro, las cuales no sabía si se trataban de la lluvia o de las lágrimas que querían salir.
—Ah... —volví a suspirar y esta vez dejé de enviar chakra a mis pies, por lo que todo mi cuerpo cayó al agua. Estaba comenzando a hundirme, pero en ese momento alguien sostuvo mi brazo y comenzó a llevarme de regreso a la superficie.
—¿En qué demonios estabas pensando? —preguntó Neji, quien sostenía todo mi cuerpo para que así no volviera a hundirme.
—¿Sabes? Creí que al venir aquí todavía habría algo que me uniera a esta aldea, pero me equivoqué.
—¿Qué quieres decir?
—¿Por qué no me dejas? —pregunté sin ningún tipo de expresión—. De esta forma no tendrás que preocuparte si tu vida peligra.
—No voy a dejarte.
—¿Por qué? ¿Por qué arriesgar tu vida por alguien como yo?
Neji se mantuvo en silencio y eso hacía que mi pecho doliera demasiado, por lo que iba a alejarme de él. Sin embargo, el Hyuuga me lo impidió al abrazarme fuertemente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro