007.
Abrí mis ojos lentamente, pudiendo encontrarme con las miradas preocupadas de Shizuka y Mei.
—¿Dónde...?
Incorporé mi cuerpo poco a poco y entonces pude percatarme que me encontraba en el hospital de Konoha, por lo que algunas dudas vinieron a mi mente.
¿Cómo llegué aquí? ¿Qué sucedió con Itachi?
—Han sido unos días difíciles —oí mencionar a Shizuka, quien me miraba con algo de angustia—. Por un momento hemos creído que no volveríamos a verte despierta.
—Hay que agradecer que Lady Tsunade ha venido a Konoha y te ha ayudado a recuperarte —dijo Mei, mientras traía un plato con manzanas en forma de conejo—. Sakura dijo que te diera esto cuando despertaras.
—Ah —suspiró Shizuka y en eso sentí como me daba un pequeño golpe en mi cabeza—. Realmente me espanté, ¿sabes?
—Si piensas hacer algo arriesgado deberías de avisarnos —dijo Mei, sonriendo con orgullo—. Nosotras nunca nos negaremos a una petición tuya.
Las quedé mirando un momento y el ver sus sinceras sonrisas me hizo sentir una angustia. Entonces cuando ellas abandonaron la habitación, dirigí mi mirada hacia la ventana que había en este cuarto que daba directamente al patio del hospital y ahí pude ver a mi profesora Lin conversando con el profesor de Neji.
En este instante comencé a pensar en todos los momentos que pasé en este lugar y en cómo iba poco a poco sintiéndome a gusto. Sin embargo, no podía sentirme de esa forma y debía de eliminar estos pensamientos.
Con estos sentimientos nunca podría enfrentarme a Itachi y vengar la muerte de mi hermano mayor. Ese día en que lo enfrenté no solo me dejó ver lo débil que yo todavía era, sino que también me hizo ver que si no llenaba mi corazón de odio nunca podría alcanzarlo.
—Tengo que borrar estos sentimientos —susurré, mientras presionaba mis puños.
Abandoné el hospital una semana después de que despertara y ahora me encontraba completamente recuperada según nuestra nueva Hokage.
Avancé por las calles de Konoha, mientras pensaba en como volverme más fuerte. Entonces, cuando llegué al campo de entrenamiento N.° 5 me sorprendí al ver a Neji allí.
Neji se encontraba apoyado a un árbol con los ojos cerrados y ocultando algo entre sus manos. Pensé en alejarme en ese instante, pero cuando di un paso hacia atrás él abrió sus ojos para luego comenzar a acercarse hasta donde me encontraba.
—Veo que ya estás bien —comenzó a hablar y ante sus palabras simplemente realicé una mueca, ya que realmente no tenía ganas de hablar con él—. Realmente ese día tu chakra estaba perturbado.
—¿Fuiste tú quien me trajo de regreso?
—Sí —asintió, ocasionando que un cosquilleo se plantara en mi estómago—. Yo me pre...
Repentinamente una voz femenina llamando al Hyuuga llamó mi atención y el ver a Kagura llegar no tardé en realizar otra mueca.
—Estaba buscándote, Neji —dijo sonriente, mientras comenzaba a acercarse—. Necesitaba ver tu hermoso rostro.
—Creo que los dejaré a solas.
—Oh, pero si es ____. Perdón no había sentido tu presencia —mencionó con un claro tono de burla, lo cual ignoré por completo—. Vaya. Al parecer aún no eres capaz de enfrentarme.
—Si te enfrentara en este instante estarías en el hospital.
—¿Qué...?
—No tengo problema con ello —dije seriamente—. Puedo romperte el otro brazo si así lo deseas.
Kagura se espantó y se ocultó detrás de Neji, quien se encontraba completamente serio.
—Espera —dijo Neji cuando vio mis intenciones de irme—. Todavía hay algo de lo cual quiero hablarte.
—¿Qué asuntos tienes con ella? —preguntó Kagura.
—Kagura déjanos a solas.
—¿Qué? ¡Ni hablar!
Realmente me sorprendía la paciencia que tenía Neji con las insistencias de aquella chica.
—Realmente no tenemos ningún asunto del cual hablar, Hyuuga —mencioné seriamente—. Así que yo me retiro.
Antes de que alguno mencionara algo comencé a alejarme, ya que en verdad quería alejarme de todas las personas de esta aldea y así poder concentrarme en mi venganza.
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