Capítulo 55 - Un pacto.
Os dejo el capítulo de esta semana, ya que se me pasó subirlo el martes. Pensé que no tenía nada escrito, pero me puse a mirarlo, por la petición de una seguidora, y he descubierto que lo tenía casi terminado, así que... por aquí os lo dejo.
Disfruten :D
Estaba decidido a lograrlo, a olvidarme de ella y dejar que se convirtiese en justo lo que era, una simple socia, nada más. Así que cuando abrí la puerta esa mañana, esperaba encontrarme a Carlos, para la reunión en el estudio, no a una Verónica histérica, que se parecía demasiado a la que añoraba cada día.
- Lo tenías todo planeado ¿verdad? – me empujó, entrando por la puerta, cruzándome la cara, mientras yo intentaba detenerla, no tenía ni idea de a qué demonios se estaba refiriendo – eres un hijo de puta.
- Quizás en algún momento tengas planeado decirme qué es lo que he hecho – sacó el teléfono de su bolsillo, molesta, desbloqueándolo, pasándomelo. La miré, sin comprender, aceptándolo, mirando hacia la pantalla, despreocupado, encontrándome con aquella bomba.
"La nueva conquista de Hércules Santoro. Socios y amantes"
- ¿y se supone que esto es mi culpa? – dije, devolviéndole el teléfono, luciendo despreocupado, dándome cuenta de que la pose que había fingido conmigo la tarde anterior no existía, sólo había fingido para mantenerme alejado, mostrar indiferencia ante mi interés – fuiste tú la que quisiste quedar en un sitio público – ella no sabía que decir, no esperaba que la acusase de algo así – y pensaste que darme un beso en la mejilla era una perfecta despedida en un sitio así.
- No lo pensé, ¿Vale? – se quejó, rascándose la cabeza, altamente histérica con todo aquello – no puedo estropear todo esto con un escándalo, Nate, estoy en medio de algo.
- Claro, por eso te presentas aquí, en casa del tipo con el que se te acusa de estar manteniendo relaciones, muy sensato por tu parte... - espeté, molestándola incluso más – vale, estoy siendo un capullo. Lo desmentiré ante la prensa – la calmé. Me miró, asombrada, no esperaba una respuesta así por mi parte – y tú podrías seguir con esa farsa de hace unos meses, de que tienes novio y que está lejos, en Barcelona, por ejemplo. Puedes decir que le conociste allí y ... - me detuve, porque ella lucía tremendamente conmovida con mi actitud.
- Aún te importo – se percató. No dije nada, sólo tragué saliva, porque la situación era caótica, no podía aferrarme a ella en aquel momento, cuando aquel escándalo la convertía en una de mis víctimas. ¿En qué momento pensé que estar con ella era una buena idea? Era obvio que la prensa no perdona los errores de uno. Mata a un gato, y te llamarán mata gatos.
- Escucha... - intentaba volver a la normalidad, obviando nuestros sentimientos, con esa mirada sobre mí, incapaz de poder hacerlo.
- Cuéntame qué pasó con esa prostituta aquella vez, Nate – pidió. Tragué saliva, sin saber qué decir.
- Dijiste que ya era tarde, que no me creerías – corregí. Ella sonrió, apoyando la mano en mi mejilla, dejándola caer, hasta aprisionarme la barba, con sus dedos, como solía hacer. Me dedicó una media sonrisa, mirándome a los ojos.
- ¿Te has acostado con alguna mujer desde que me marché? – quiso saber.
- Verónica, dejemos de hablar de esto – aparté su mano, ella parecía estar descubriéndolo todo con sólo mirarme a los ojos, como si fuese un puto libro abierto.
- ¿Por qué siempre que te frustras conmigo acabas en un puticlub bebiendo, en la compañía de prostitutas? Era frustrante pensar en ello...
- Era el bar de un amigo – me quejé, mientras ella volvía a sonreír.
- Estoy en medio de algo, es importante, Nate – asentí, sin la más mínima intención de interesarme por ello – pero ... quiero que sepas una cosa, creo que es justo que te lo diga...
- No tienes que decir nada, limpiaré todo este desastre y no volveré a molestarte – volvió a sonreír, por un lado, sin dejar de mirarme – ni siquiera te hablaré si nos encontramos por casualidad, o ...
- Aún no me he olvidado de ti – declaró, dejándome sin palabras. La observé, sin comprender – sé que es egoísta por mi parte pedirte esto, pero ...
- Me olvidaré de ti por los dos, si es eso lo que vas a proponer, te prometo que ...
- Espérame – pidió, apoyando sus manos sobre las mías, desarmándome – quiero estar contigo cuando esto termine.
- Aún me quieres – me percaté, mientras ella sólo sonreía – Deja que haga las cosas de otro modo entonces – me miró sin comprender – no voy a dejar que este escándalo manche tu reputación, pero tampoco voy a negar lo que siento por ti.
- ¿Vas a decirle al mundo que me quieres? – preguntó, preocupada - ¿y qué pasará cuando la prensa te encuentre en un bar, junto a una puta?
- Esta vez nada de eso va a pasar – prometí, aferrándome a sus manos, acercándome más a ella – haré cualquier cosa por ti, Roni. Dime que tú también harías cualquier cosa... - tragó saliva.
- No puedo arriesgar esto, Nate – contestó.
- Confía en mí – supliqué.
- Nate, por favor... - sabía que era lo que ella me estaba suplicando, y joder, quería negarme, pero por ella estaba dispuesto a hacer cualquier cosa, no eran meras palabras vacías – Hay cosas que tú no sabes...
- Dos semanas, te doy dos semanas para que dejes cerrado lo que sea que tengas entre manos, luego le contaré a todo el mundo lo que siento por ti, Verónica – sonrió entonces, estaba emocionada, feliz.
- Cuando todo esto termine, Maldonado volverá a Italia – tragué saliva, histérico, sabía que su intención de abandonarme tenía que ver con él – entonces, te lo contaré todo... - asentí, aceptándolo.
- Dos semanas antes de que todo vuelva a ser como antes – le dije – cuando termines ese proyecto... te voy a follar tan duro... - sé que se le hacía la boca agua con tan sólo pensar en ello. Sonrió, al darse cuenta de que era lo que estaba proponiendo.
- Cuando termine con esto vamos a ser una pareja normal – rompí a reír, divertido, asintiendo después – me cogerás de la mano en la calle – sonreí, porque lo ansiaba tanto como ello lo hacía – podrás besarme en cualquier lugar sin temor a la gente que está mirando, y dejarás de tratarme de usted frente a los demás.
- Y ahora debes irte, la prensa se pondrá como loca si te ve saliendo de mi casa, ¿cómo voy a parar todo esto si no te mantienes alejada de mí por dos semanas?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro