Me despertó el sonido de la alarma del teléfono y gruñi enrollada en las sábanas.

—cleo ya es hora levántate. — me habló Harold.

Que se joda, me senté en la cama y un dolor en mi entre piernas y vientre me atacó y me paralice en seco.

Que era lo que había pasado, no recordaba mucho en realidad, solo pequeños flash pasaban por mi mente, yo, un hombre y sexo abrí mis ojos como platos, que había echo, mire a Harold caminar de un lado a otro y me pregunte si se había dando cuenta, no creo porque estaba tranquilo.

—levantate nos vamos en veinte minutos y dónde estabas anoche?, que llegue y no te encontré aquí?. — me levanté y pensé que podía decir.

—fui a buscarte y no te encontré, luego regrese y ya estabas dormido, te moví pero solo te quejaste así que me fui a dormir. — este asistió y yo me fui al baño, me asee y cuando quite mi camisa ví una marca roja en uno de mis senos joder, ahora como hacía para que no me viera, salí en busca del maquillaje y mi ropa.

— no te maquilles tanto, estamos sobre el tiempo.

—solo dame diez minutos y estoy lista.

—te espero abajo y voy a pagar.

—ok ya bajo.

Salió de la habitación y me desnude maquillando mi seno lo mejor que pude con base y polvo, me coloque el brasier y una franela así no lo vería, ojalá no me pida sexo hoy porque allí si estaba pérdida, tendría que emborracharlo en la fiesta después de la boda y así se quedaría dormido, termine de vestirme y baje, evitando no encontrar a mi vecino de al lado.

Dos horas después estábamos en la casa de su familia donde se celebraría el matrimonio en unas tres horas, primero almorzaremos y ya después en la parte de atrás se realizaría la ceremonia, la novia ya estaba en su habitación arreglándose y el novio en otra habitación, los demás íbamos a comer.

Ya habíamos dejado todo en una habitación y la ropa lista para cambiarnos después de comer, en total eran treinta personas, toda la familia, era algo íntimo, almorzamos y cuando iba a buscar unas cosas con Harold para llevar a la parte de atrás donde estaban algunas personas terminando unos detalles el timbre sonó y Harold fue a abrir y la sorpresa que me lleve fue grande.

No podía creer que tenía al chico del hotel frente a mí, mi corazón comenzó a retumbar más fuerte de lo normal y mis manos a sudar sin control, este chico me miraba intrigado y con cierta complicidad en sus ojos.

—primo, amor el es James mi primo. —harold me miro. — olle amor, qué pasa?, Te sientes bien estás pálida.

—si estoy bien, debe ser por el calor, un placer James soy Cleo. — le tendí la mano al chico y este me la devolvió dando un apretón demás en mi mano y llevándola a darle un beso, joder esos labios, cómo podía olvidar esos labios calientes y gruesos sobre, basta Cleo si, tienes a tu novio junto a ti.

— el placer es todo mío —. Su voz sonó tan sexy.

—bueno mejor entremos y todos deben estar arreglándose, amor le puedes decir cuál es su habitación yo iré a llevar las cosas. — Joder no me dejes sola con el.

— si, me puedes guiar. — salió de metiche james, lo mire y me puso cara de no romper ni un plato.

— si está bien, sígueme por aquí. — camine en dirección a las habitaciones y podía sentir su cercanía, me costaba respirar y caminar sin sentir temblor en mis piernas, joder como pude llegar a esto, nunca había engañado a mi novio y cuando lo hago me entero que es familia suya, joder estaba perdida. — llegamos, me retiro.— Quise salir pero este me tranco el paso con su cuerpo, me miró de pies a cabeza y yo me sentí tragar grueso.

—ya no eres tan valiente Cleo?, Dónde quedó aquella fiera que me atacó y luego huyó anoche. —no sigas pedía mi interior.

—no se de qué hablas, mejor me voy.— mejor niega todo, eso me decía mi amiga.

—no me recuerdas?, Segura. —se acercó más a mi y yo di un paso hacia atrás.

—no te acerques, creo que me confundes, así que permiso.— lo empuje y pase por su lado casi corriendo, llegué al comedor y ya todos estaban allí, así que respire y entre con mi mejor sonrisa nada había pasado.