La alarma comenzó a sonar, Derek se puso en pie y la apagó, para ese momento Cora y ya había bajado con Lía, que no tardó en correr hacia mi.

—¿Qué significa? —preguntó mi cuñada

El castaño volteó hacia la ventana, seguí su mirada y me encontré con el logo de la manada de alfas en ella.

—esto no es nada bueno —murmuré.

—significa que ya vienen, esta noche —respondió Derek a la pregunta de su hermana. —Lexy, tú y Lía deberían irse.

—¿estás loco? —alzó ambas cejas —tú sabes a que me refiero.

—por favor, haz esto por mi ¿Sí?
—se acercó a nosotras.

—¿podrías dejar de ser tan testarudo por una vez en tu vida?

—tú estás siendo testaruda en este momento —me miró divertido.

—soy una cazadora, creo que seré muy útil.

—Lía, ve con tía Cora —dijo Derek mirando a la pequeña —tengo que hablar con mamá.

—si papi —sonrió para luego correr hacia la castaña.

En cuanto subieron las escaleras, el alfa se sentó junto a mi —cariño, entiendo que quieras ayudar pero Lía te necesita, no puede perder a ambos padres.

—¿Qué estas tratando de decir? ¿Piensas arriesgar tu vida otra vez? —estaba histérica.

Suspiró —tengo que frenarlos, no pararan hasta que maté a un miembro de mi manada y está claro que no quiero ni voy a hacerlo.

—bien, la llevaré a cenar y estaremos por allí hasta que me avises que es seguro regresar ¿Te parece?

—si —dejó un pequeño beso en mis labios.Tomé su rostro en mis manos y dejé muchos besos en sus mejillas. —¿Qué haces? —rió.

—solo te estaba dando una pequeña muestra de amor.

—te amo —escondió su cabeza en mi cuello dejando un suave beso.

—también yo —acaricié su cabello.

Mas tarde nos dispusimos a preparar el desayuno y luego compartimos la mesa como una familia, aunque faltaban algunos integrantes.

—ma —Lía me miró —quiero ir a la escuela.

—¿Tú que dices, lobito?

—por supuesto que puede ir —sonrió —mañana podemos ir a inscribirte ¿Te parece? —ella asintió efusivamente.

En eso se oye la puerta deslizándose, ambos nos levantamos dirigíendonos  hacia la sala donde estaban Isaac y Boyd.

—vuelvan a la escuela —ordenó Derek

—de hecho no podemos —admitió el rubio.

—¿Qué hicieron ahora? —pregunté con diversión.

—nada es solo que Boyd y yo estamos increíble y terriblemente enfermos.

—¿De qué? ¿Daño cerebral?

—bueno yo tenía migraña y Boyd tiene...—lo volteo a ver —diarrea explosiva —no pude evitar soltar una pequeña risa.

—muy creativos —opine.

—gracias —dijo el rubio.

—vinimos a protegerte —confesó el otro chico hablando por primera vez desde que llegó.

—¿Vinieron a protegerme? —se acercó a ellos —¡Wow! Tengo problemas —se notó el sarcasmo en su voz.

—bueno, de hecho Boyd tiene un plan —señaló Isaac.

—si, recuerdo cuando Gerard nos encerró a Erika y a mi —se sentó y abrió su bolso deportivo —nos amarro con cables eléctricos y pasó corriente a través de nosotros, me preguntaba si podíamos hacer eso —sacó unos cables notablemente gruesos pero a grande escala.

—podría funcionar —opine.

Inmediatamente nos encargamos de llenar de agua el piso del loft con una manguera, Boyd se encargaba de eso.

—bueno, yo creo tendré que irme ¿No es así? —miré a mi pareja.

—es lo mejor —asintió de acuerdo.

—solo prometanme que no dejaran que les pateen el trasero —los tres asintieron.

—Isaac no dejes que maten a este Grinch —señalé a Derek —¿Sí?

—no prometo nada —hizo una mueca.

Por último pasé mis brazos por los hombros de Derek y uní nuestros labios en un beso lleno de muchos sentimientos como si fuera el último —te amo.

—también te amo y a Lía. —acarició mi mejilla —cuídala ¿Sí? —asentí.

—Lía cariño ¡Es hora de irnos! —la pequeña se acercó a nosotros.

—adiós papi —Derek la envolvió en un fuerte abrazo y besó su frente —te amo —dejó un beso en su mejilla.

—también yo lobita —sonrió.

—adiós Rubio —movió su manito en dirección a Isaac —adiós Grandullón —esta vez se refirió a Boyd.

—¡adiós enana! —exclamaron a unísono.

—Cariño —antes de salir Derek me detuvo —¡Ten! —me lanzó las llaves del Camaro.

—gracias, mi amor.

Entramos al auto, me aseguré de que la pequeña tuviera bien puesto el cinturón y lo prendí, antes de subir me había llegado un mensaje de Stiles, eran imágenes de las cámaras de seguridad del hospital del día que nacieron mis bebés.
Iría a hablar con Argent, pero para eso necesitaba ayuda, por lo que maneja hacia el departamento de Peter, quién ya me esperaba en la acera.

—¿Por qué estoy aquí? —volteo hacia atrás —hola enana.

—hola tío Pet —sonrió.

—iremos por mi hijo —arranqué el Camaro.

—¿Y Derek?

—teniendo una "plática" con Deucalion —respondí sarcásticamente.

—¿Y por...?

—¡Deja de hacer tantas preguntas! —exclamé exasperada.

—está canción me gusta —habló Lía —¿Pueden subirle el volumen?

Peter estiró una mano y movió la rueda del estéreo para que la música se escuchara por todo el auto, estaba sonando One Direction "Live While We're young"

Mientras conducía me pareció ver de reojo a un rubio notablemente a alto y delgado parado cerca del bosque, por suerte estaba frente a un semáforo porque de lo contrario hubiera ocasionado un accidente por la sorpresa.

—verde ¡Verde! —Peter me movió un poco llamando la atención.

—¿Qué? —lo voltee a ver aturdida.

—está en verde —señaló hacia adelante.
Aceleré de inmediato —¿Estás bien?

—sí es que me pareció ver a alguien, es todo.

Unos minutos mas tarde llegamos al edificio donde vivía Chris Argent.

—quedate aquí, Mary Poppins —dije apagado el Camaro.

—¿Por qué tengo que ser la niñera?

—porque en el fondo era un buen hombre —le guiñe un ojo y bajé.

Entré y subí hacia el piso en donde estaba el departamento del cazador, al llegar a la puerta, toqué.

—Argent —dije ni bien me abrió.

—Winchester —respondió —¿Qué haces aquí?

—vengo por algo que tus hombres me quitaron hace siete años.

—escucha, no tengo nada que ver con el niño. —comentó —pero sé en donde está, puedo llevarte.

—¿Cómo sé que puedo confiar en ti?

—no puedes, pero te prometo que no te haré nada, ni a ti ni a tu familia. —prometió.

—bien, llevame con mi hijo.

Salimos, Argent se quedó quieto cuando vio al Camaro estacionado frente al edificio.

—¿Viniste con Derek?

—no, con Peter —respondí —te seguimos ¿Sí? —el cazador asintió mientras caminaba hacia su camioneta.

Estuve conduciendo un buen rato, habíamos llegado al campo, a un casa que parecía estar abandonada.
Bajé del auto y espere a que Argent me diera una señal para acercarme, dado que estaba hablando con dos de sus hombres.
Cuando me hizo la señal, me acerqué lo mas rápido que pude, estaba muy nerviosa por fin podría ver a mi hijo luego de tanto tiempo.

—¿Estás lista? —preguntó Argent.

—estoy nerviosa, no te voy a negar.

—yo no fui el que se robó a tu bebé, fueron los hombres de Gerard, él y Kate lo idearon todo. —admitió.

—cuando los tenga enfrente no dudaré en matarlos —gruñí —lo siento, sé que son tu familia pero...

—no descuida, lo entiendo.

Finalmente Chris abrió la puerta de la casa, la cual por dentro lucía muy bien a comparación con el exterior.

—¿Quienes son ustedes? —voltee al oír una voz infantil, me quedé realmente asombrada cuando vi una mini versión de Derek frente a mi.

—es igual a él —dijo Chris sorprendido.

—nosotros somos...—el niño alzó ambas cejas esperando una respuesta, ese simple gesto me recordó mucho mas a su padre —soy tu madre biológica.

—no, mi madre murió cuando yo nací —negó.

—Tyler no morí, esos hombres te mintieron —me acerqué con cuidado.

Mi celular sonó interrumpiendo la conversación.

—¿En donde demonios estás?

—¿Scott?

—tienes que venir ¡ahora! —exclamó, se lo notaba muy alterado.

—¿Derek está bien? —silencio —¡Contestame maldita sea!

—si, él está bien. —respondió finalmente —pero tienes que venir lo mas rápido que puedas.

—voy para allá. —corté y alcé la mirada a mi hijo —cariño, puedes confiar en mi, soy tu mamá.

Dio unos pasos y finalmente corrió a abrazarme, lo aferré a mi ya no quería soltarlo, nunca más.
Salimos de la casa y nos montamos a nuestros respectivos autos.

—Tyler cariño, ella es tu hermana melliza, Lía —los presenté

—Thalia mi amor, él es Tyler.

Ambos se sonrieron.

—y yo soy el tío Peter —habló el mayor.

Conduje lo más rápido que pude hacia el loft, antes tuve que dejar a Peter en su departamento.
Subimos y tuve que tapar los ojos de mis hijos, al ver a Boyd tirado a un lado de Derek.

—amor ¿Qué pasó? —los chicos me ayudaron con los niños por lo que corrí hacia Derek y lo abracé con fuerza, podía ver y sentir lo destrozado que estaba. —mi amor, hablame.

—ellos me obligaron a matarlo —tenía lágrimas en sus ojos.

—lo siento tanto —una lágrima resbaló por mi mejilla, le tenía mucho aprecio a Boyd.

—¿Ese ese es Tyler? —ambos lo miramos

—sí —sonreí apenas —es una mini copia de ti.

—¿En dónde estaba? ¿Cómo lo hallaste?

—en una casa en el campo y lo halle con ayuda de Chris Argent —expliqué.

—al menos algo bueno salió está noche.

—Derek, estamos completos —dije feliz.

—no del todo —miró a su beta fallecido.