Capítulo diecinueve "Las Garras de Thalia"
Desde que se llevaron a los hombres Hale pasó mínimo una semana y ya no podía más, me daba impotencia no estar haciendo nada por ellos pero los niños requerían de mucho tiempo.
—¿Cuándo volverá papá? —preguntó Lía mientras hacía su tarea con algo de mi ayuda.
—pronto —dije con un nudo en la garganta.
—Él está bien ¿Cierto?
Observé a Eli sin saber que responder, opte por tenerle fé a Derek y respondí —si, lo está —tomé mi celular y fui a los contactos parandome justo en la D, dude pero terminé por pulsar el teléfono junto al número y lo llevé a mi oreja —niños, estaré arriba.
Subí las escaleras mientras oía el pitido del otro lado —vamos Dean, responde —insistí.
—¡Hola!
—Dean, gracias a Dios que respondiste —suspiré —necesito de tu ayuda.
—¿Con qué?
—lo pensé mejor —mejor pasame a Sam.
—no creo que Sam, pueda atenderte ahora —fruncí el ceño.
—¿Él está bien?
—s..sí, digamos que sí —con mi fino sentido de la audición logré captar el sonido de una máquina y mi corazón se paró por un segundo.
—¿Estás en el hospital?
—Alex ¿Qué necesitas? —reanudó el tema inicial.
—los calavera tienen a Derek y Peter, necesito que vayas por ellos —admití —yo iría pero no tengo con quién dejar a los mellizos.
—¿Quieres que salve al perro pulgoso de Hale?
—está bien, solo trae a Derek —accedí.
—Alex, es enserio, somos cazadores no héroes de los sobrenatural.
—por eso Sam es mi favorito —le hubiera sacado la lengua pero no podía verme.
—lo siento, no creo que sea así por mucho.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué le pasó a mi hermano? —lo aturdí con preguntas.
—ya te lo dije, no está disponible.
—Dean Winchester, más te conviene que mi hermano mellizo este bien —gruñí.
—lo está, no hagas un drama conejita.
—¿Por qué ese apodo saliendo de tus labios suena tan espantoso? —reí.
—cállate perra —dijo con algo de diversión.
—¡idiota!
—debo irme Alex, hablamos luego —cortó.
—adiós Dean —le dije al aparato antes de guardarlo en mi bolsillo.
Bajé la escaleras y en ese momento veo entrar a Derek y Peter junto a Breaden.
—¡Dios mío! —corrí hacia ellos y los abracé. —¿Están bien?
—si...sé puede decir —Peter alzó un frasco como hielo y algo dentro.
—¿Es un dedo? —pregunté horrorizada.
—si, el mio...y todo por culpa de tu macho —miró a Derek.
—lo dudo —rodee los ojos.
—¡papi! —Lía y Eli corrieron a los brazos de su padre quien los atrapó al vuelo.
—Hola lobitos —besó la cabeza de ambos. —¿Se portaron bien con mamá? —los tres pares de ojos verdes se posaron en mí.
—sip, fuimos buenos lobitos —respondió Lía.
—así me gusta —los dejó en el piso.
—pequeños ¿Terminaron sus tareas? —negaron —vayan, entonces.
—gracias —miré a la cazadora. —estaba por mandar a mis hermanos pero...no están disponibles.
—está bien...bueno, yo me voy —saludó a ambos Hale y se marchó.
—Derek ¿Es eso lo que yo creo que es? —miré el recipiente de madera con un triskel grabado en su mano.
—son las garras de mi madre, fue todo lo que quedó de ella luego del incendio —asintió. —y sobre eso necesito que me hagas un favor. —procedió a explicarme todo.
—¿Quieres que le cosa el dedo a Peter para que use las garras en tí?
—si, eso mismo —respondió —¿Lo harás? —fingí pensar, me tomó de la cintura juntando nuestros cuerpos —¿Qué debo hacer para que accedas? —rozó mi cuello con su nariz y dejó un beso en mi hombro descubierto.
—solo te pido que por respeto hacia mí, lo hagan en otra parte y no en mi nariz, gracias.—interrumpió Peter divertido.
—¿Quién dijo que te teníamos respeto? —respondió su sobrino.
—Derek, no seas malo —llamé su atención —lo haré pero te costará caro.
—lo pagaré —besó mis labios —y creo que lo haré ya —intentó ponerme a horcajadas suyo.
—no, los niños están en la cocina.
—será después —suspiró.
—bueno, empecemos la cirugía —sonreí como el gato de Cheshire.Fui por el botiquín de primeros auxilios y procedí a cocer el dedo.
—¿Qué no tienes anestesia?
—sip —sonreí siguiendo con mi trabajo.
—¡hija de perra!—gruñó de dolor.
—¿Con esa boquita dices mamá? —me burlé.
—pues sí.
—¡listo! —dije al terminar el último punto.
—creo que quedó chueco —el Hale mayor lo evaluó.
—está bien —rodee los ojos —he hecho esto más veces de las que puedo contar.
—ahora que ya tienes la mano completa, ponte esto —tiró las garras en la mesa.
—oye, no lo sé Derek —Peter se tiró hacia atrás. —¿Por qué no lo haces tú?
—¿Cómo piensas que me lo haré yo mismo? No soy contorsionista. —sonrió sarcásticamente —además, ¿Por qué crees que Alex te coció el dedo?
—¿Y Lexy?
—no, yo no lo sé hacer —me defendí.
Derek tomó las garras y las fue metiendo en el recipiente otra vez.
—siempre ha habido un elemento de peligro en rituales como este —avisó Peter, tratando de persuadir a su sobrino de no hacerlo. —no soy particularmente adepto a ellos, a menos que me...beneficien de algún modo —el castaño soltó una pequeña risa.
—¿Qué quieres?
—quiero conservarlos —miró los restos de su hermana de reojo. —por valor sentimental. —ahora fui yo la que rió con fuerza. —ella era tu madre y también mi hermana —Derek no dijo nada —¿Qué? ¿No se me permite tener un poco de sentimiento?
—¿Siquiera sabes lo que es eso? —intenté no reír —juraría que eres alérgico a todo el espectro del sentimiento.
—esto es un tema Hale, así que...—se volvió hacia Derek.
—ella es una Hale, también.
—gracias lobito —sonreí.
Peter rió y acercó su mano al recipiente dudoso pero Derek ya harto tomó su mano —tardas mucho —clavó las garras en cada dedo, los ojos del Peter brillaron azul eléctrico.
Cuando el mayor se recuperó, mi chico se acomodó en una silla para la siguiente parte.
—esto será terriblemente doloroso —advirtió.
—hazlo y cállate.
—lo haré —aseguró con la mano en donde tenía las garras en alto. —sólo quería que supieras que todos tenemos una forma de vengarnos, se las clavó en la nuca.
—¡Derek! —exclamé tras la sorpresa.
Ambos Hale entraron en trance y como este asunto era algo delicado, preferí no interrumpir.
Decidí ir a ver a los pequeños, ambos estaban aún con sus deberes.
—¿Quieren que les preparé un sándwich?
—mamá ¿Cuánto es dos por nueve? —preguntó Lía.
—dieciocho, cariño —sonreí.
—¡listo! —cerró su cuaderno —ya terminé mi tarea.—anunció.
—¿Entonces?
—si queremos, de mantequilla de maní y jalea, por favor —habló Eli.
—enseguida lobito —tomé todos los elementos y les preparé su sándwich, los corte, los puse en un plato y se los dí.
—esto está muy rico —dijo la pequeña luego de saborearlo.
—mmm...les voy a servir un vaso de leche, también —fui hacia la heladera tomé la caja de cartón, tomé dos vasos y serví la leche para luego dárselo.
—¡gracias! —exclamaron a unísono.
Una vez terminé con ellos regresé a la sala, los Hale seguían en lo suyo.
Luego de unos cuantos minutos más, su conexión se rompió.
—¿La viste? —pregunté.
—¿Qué le preguntaste? —siguió Peter. —¿dijo algo sobre mí? —Derek lo volteó a ver molesto —eso no se ve bien.
—Derek —me puse de cuclillas frente a él —¿Estás bien?
—sí...—murmuró.
De repente se oyó un grito —¿Qué fue eso?
—Banshee —respondieron ambos Hale al unísono.
—Lydia —caí en cuenta.
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