Brothers. [drabble]
No es incesto, ¿ok? ok.
—Jungkookie, levántate ya.
Yoongi empujó una vez más el cuerpo de su hermano menor y comenzó a carcajearse cuando el niño cayó al suelo, quéjandose.
—Vas tarde, Min Jungkook, mejor que te apresures.
Bajó mientras terminaba de arreglar su ropa, dirigiéndose a cocinar el desayuno para el menor. Habían pasado ya dos años desde que quedó a cargo del niño y, hasta ese momento, ni un solo día en compañía del menor le parecía aburrido.
Yoongi aún extraña a sus padres, pero ha aprendido que hay que dejarlos ir para que descansen en paz. De todas formas, eso no hace más fácil el estar a cargo de su hermano menor.
Aún recuerda cómo a los dieciocho tuvo que dejar de lado su vida como adolescente que desea experimentar en sexo, alcohol y fiestas para convertirse en padre de su hermano; un niño doce años menor que él.
Fue difícil, claro que sí.
Jungkook no entendía nada de lo que sucedía a su alrededor en los días siguientes al accidente. Era un pequeño niño perdido entre medio de adultos, llorando y llamando a su mamá. Yoongi se encargó de ser fuerte por ambos y luego de explicarle que mamá jamás volvería, le prometió cuidarlo.
Los primeros meses fueron los más duros, claramente. Yoongi era llamado constantemente porque su pequeño hermano no dejaba de llorar y llamarlo. El adolescente se graduó meses después, dejando de vivir a base de la herencia de sus padres y buscó trabajo.
Gracias a que sus padres eran dueños de la casa, jamás se las quitaron. Pudieron vivir cómodos y cuando Yoongi comenzó a trabajar, se encargó de hacer feliz a Jungkook. Tanto con regalos como con amor.
Ambos fueron al psicólogo. Jungkook había desarrollado un apego hacia Yoongi y cada vez que se sentía inseguro y no lo tenía cerca, lloraba. Pero su Yoonie siempre estaba ahí para consolarlo.
Luego de dos años de la tragedia, Yoongi era un productor bien pagado y Jungkook un precioso niño de ocho años, inteligente, amoroso y bien portado. A veces.
Los pequeños pasitos se escucharon y Yoongi sonrió. —Hyung, hoy es día de p...
—Panqueques, lo sé. Siéntate que ya te sirvo —le interrumpe y con una sonrisa le deja enfrente el plato, decorado con crema batida y fresas. Al lado una leche de banano.
—¿hoy vendrás tarde, hyung?
—Sí, así que Jin vendrá a cuidarte. Recuerda ser obediente.
Yoongi sonrió por el asentimiento y le revolvió el cabello.
Definitivamente, Yoongi amaba su vida en ese instante. Extrañaba a sus padres, sí, pero estaba feliz de poder criar a su pequeño hermano, verlo crecer y hacerlo feliz.
Jungkook era la única razón por la que Yoongi no se había deprimido ante la pérdida de sus padres. Fue su salvación. Y lo amaba.
Yoongi siempre cuidaría de su pequeño hermano. Siempre.
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