43.
—Tae... ¿por qué ese muñeco me mira tan fijo? —preguntó aterrado Jin, cuando el menor llegó al departamento, brincando de alegría con un peluche en brazos. O al menos eso creyeron todos.
Jimin y Jungkook no tardaron en correr para jugar con el peluche, pero el mayor de los tres fue el primero en dar un gritito nada masculino cuando ese bicho lamió su mano.
—¡Está vivo! —salió gritando directo a tirarse sobre el regazo de su hyung.
—¡Es un perrito! —chilló Jungkook cuando Tae le permitió tomarlo en brazos y el pequeño animal no dejó de lamerle el rostro, demostrándole que estaba encantado de conocerlo —. Y es tan lindo~ ¿puedo tener uno yo también?
—Tae, ¿de dónde sacaste al perro? —preguntó Namjoon con cautela.
—Lo adopté —sonrió el menor con los labios sellados —Manager-min me dejó.
Jimin, arrastrado esta vez por Yoongi, se acercó de nuevo cuando los menores se dejaron caer en el suelo para jugar con el cachorro. Tae no solo había traído al perro, sino también una gran bolsa son juguetes, comida, platitos, un pequeño almohadón y una correa para sacarlo a pasear.
Sin duda, había pensado en todo.
—¿Cómo se llama? —preguntó Hoseok, mirándolo de lejos junto con los otros dos que no se habían movido del sillón. Namjoon ahora hablaba por teléfono con el manager solo para confirmar que efectivamente, Tae tenía permiso para tener un perro allí y no terminara por meterlos en problemas luego.
—¡Yeontan! —respondió feliz.
—Parece que ahora tenemos un miembro más en el grupo —suspiró Namjoon, luego de finalizar la llamada —. Y Tae, dijo el manager que esta es la última vez que lo manipulas ¿eh?
El menor asintió enérgicamente. Al menos hasta que Yeontan necesitara un hermanito.
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