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25 ❄︎

 Era un poco extraño volver a escuchar los gritos enloquecidos del público a través de las paredes después del par de días de descanso.

Hasta volver a tener a los camarógrafos apuntándole. Lo había olvidado, que era el ojo de atención de Corea y no para una sola persona.

El público creo una ola de ruido y supo que Yuzuru estaba triunfado.

YoonGi se relamió sus labios, concentrándose. Estiró su pierna hacia arriba, inclinado contra la pared para tener mejor apoyo y al instante sintió una mano que le sujetaba desde el muslo interno junto con la cintura.

—Calienta más despacio.

Le dijo JiMin y empujó con más fuerza y lentitud el muslo que sostenía, buscándolo a los ojos.

YoonGi le mantuvo el contacto aun cuando sentía la cara picarle de la vergüenza pero no lo rompió.

En cambio, su entrenador sí. Giró el rostro y al instante soltó su agarre, alejándose un espacio considerable.

Vaya, casi siempre era al revés.

YoonGi estiró el cuello intentando restarle importancia. JiMin solía mantenerse al margen durante los calentamientos a menos que estuviera haciéndose daño, se mantendría rodeándolo como león hambriento.

No tenía nada que ver con que en la mañana el colchón estaba vació de su lado y el desayuno compartido que terminó comiendo solo observando el televisor.

Era solo su imaginación, pues cuando se encontró con JiMin horas más tarde estaba tan alegre y atrevido como siempre. Incluso le dio un apretón nada sutil a su trasero.

Sacudió la cabeza para diluir sus pensamientos y evitar que su cara se tintara de rojo,

La sala del estadio ruso era amplia y aun así estaba llena de los patinadores con sus entrenadores. En una esquina estaba, Nochu haciendo un maravilloso y enorme split*, junto con otros rostros que apenas podía reconocer.

Por ejemplo, los chicos de los elevadores. Uno de ellos con vibra tranquila que se reía ante todo el que le miraba como si pudiera derribarlo.

También estaba... Nina.

Apenas reparó en su presencia porqué solía encerrarse en una burbuja con sus tapones para oído y sin enfocar nada en específico. Más, la mujer estaba ahí usando una falda por debajo de las rodillas de tela de chifón y un saco negro pulido abotonado por debajo de su redondo busto y en medio de él, un gafete con cintillo amarillo colgaba hacia los lados, al parecer era parte del staff y también por eso compartía hotel con los patinadores.

Tenía mirada totalmente fija sobre él y sus manos en las amplias caderas.

Dios mío, esas sí eran caderas.

Pero lo importante, estaba viéndole igual que Nochu.

¿También quería matarlo? ¡Dos contra uno no es justo!

Se achicó sobre su sitio, sintiéndose repentinamente intimidado e incómodo.

Nina era demasiado hermosa. La melena que le colgaba cerca de la cintura le daba un aire femenino y sofisticado y compensaba el tono débil de su piel con rubor y labial color rojizo.

A YoonGi le pareció que ella le deletreaba algo gesticulando con sus belfos de tono fuego, algo así como una amenaza en ruso. O probablemente sólo estaba volviéndose paranoico.

—YoonGi, concéntrate.

El azabache asintió ante la orden de JiMin, girándose sobre sus talones para darle la espalda a la mujer.

Aunque sintiera su mirada quemarle sobre la nuca.

[⛸️...]

Después del turno del patinador checo le siguió YoonGi. Entró a la pista, pasándose la mano por la frente para asegurarse que su peinando estaba perfecto y después palpó el cierre del traje negro comprobando que estaba hasta al tope.

Se mantuvo en la orilla del circuito, recargado contra el muro y JiMin al otro lado le ofreció pañuelos para la nariz. Mientras se la sonaba de las gradas comenzaron un par de gritos que pronto se convirtió en una avalancha. Y no precisamente para él.

—¡JiMin, JiMin, JiMin! —Coreaba todo el público ruso, aplaudiendo con todas sus fuerzas.

YoonGi quedó en segundo en la Copa de China con el poder del amor. ¿Qué tipo de actuación nos dará? —Relató ChanYeol acomodando su espalda en la silla de la cabina de comentaristas junto la mesa de jueces en el estrado.

JiMin aún sosteniéndose de la valla se volvió hacia ellos, sonriendo hasta formar dos medias lunas con sus ojos y agitar su mano en forma de saludo. Rió angelical por la fuerza en que era aclamado.

Nina entre el público, se unió a las palmadas sonriendo. Pensó que allí estaba el chico que conocía, pero su impresión se derrumbó en un instante.

YoonGi se estiró y con su mano derecha tomó la corbata negra de seda y tirando de ella, hizo que JiMin dejara de reír y jadeara sorprendido hasta inclinarse como él quería.

El bullicio se detuvo de golpe ante tal acto.

—Mi actuación ya comenzó —Le susurró YoonGi sobre el oído con un tono de voz profundo apenas separando sus labios húmedos sobre la piel de la oreja—, JiMin.

JiMin desapareció su sonrisa.

—Tienes razón.

—Descuida —YoonGi le sonrió y habló juguetón, doblando el rostro. Ahora su aliento caliente golpeaba con seguridad la mejilla de JiMin—. Le mostraré mi amor a toda Rusia.

Con esa promesa, YoonGi se apartó corriendo a la pista y con el corazón marcando un frenesí. Los japoneses y admiradores que lo observaban le alentaron al hacer su recorrido de saludos entre gritos era presentado por el traductor.

Nina, apretó las uñas decoradas de esmalte rojizo contra la tela lisa de su falda.

Era la primera vez que sentía que uno de sus lindos chicos era arrebatado y eso no era un juego para ella.

The next skater representing South Korea: Min YoonGi.

¡Ah! Pero qué vergüenza... YoonGi se quejó negando la oportunidad al sonrojo que quería colarse por sus pómulos y darle un aspecto tierno por su pequeño acto con JiMin, eso no era parte de su plan de seducción. Pero en territorio enemigo, debo intimidar al público.

Se centró sobre la pista y con su posición de inicio cerró los ojos con certeza. ¡Antes de que me intimiden!

Eros sonó a un volumen alto borrando cualquier otro sonido y duda de YoonGi.

Batió las pestañas, abriendo con certeza los ojos e hizo sus movimientos típicos sacudiéndose dulcemente pero un poco más firme.

Plantó el pie sobre el hielo y dirigió la vista a la muralla, pero no buscó a JiMin, está vez se fijó en los jueces y abultó su boquita rosa enviando un pequeño beso lleno de coquetería.

Ese acto por supuesto que les robó el aliento e incluso a JiMin, que carraspeó para alejar los recuerdos de la noche pasada.

La tonalidad de la música tomó vida y YoonGi sujetó bien esa corriente para danzar por las esquinas de hielo.

Min YoonGi, de Corea, 23 años. Su canción es Ai ni tsuite, Eros —Echó la cabeza hacia atrás y todo mundo retuvo el aliento al ver su garganta blanca en una posición tan expuesta y provocadora. JiMin casi se atraganta al notar una mancha púrpura se asomaban minúsculamente por debajo del cuello del vestuario obscuro —. Ha superado sus marcas en el programa corto desde el primer evento. Debe acabar cuarto o mejor para avanzar al Grand Prix Final.

Si pierdo aquí, puede que no vuelva a patinar este programa con JiMin como mi entrenador.

Puede que nadie en Rusia quiere que gane... Movió las cejas, corrigiéndose. No, en el mundo.

La piel se le erizó bajo la tela del traje. Pensarlo me da escalofríos

Y el resultado depende solo de mí.

JiMin presionó su dedo índice contra sus labios, mirándole fijamente. YoonGi es de los que se motivan cuando "Juegan de visita".

Oh, vaya. Debería llevarlo a países extranjeros y verle bailar de esa forma en la pista, definitivamente valdría la pena.

Sea como sea, está en su mejor forma.

YoonGi hizo su pirueta baja y su ejecución fue impecable, todos celebraron.

Iniciará su primera pirueta un axel triple, con un águila —Formando un camino de medio círculo, YoonGi se colocó sobre los filos y aterrizó con la pierna izquierda perfectamente extendida—. Axel triple. ¡Fue impecable!

YoonGi bailó, reluciendo su piel perlada por el sudor contra las luces rusas y los ojos de los jueces.

El siguiente salto no se hizo esperar.

Un salchow cuádruple.

—¡YoonGi! Amazing! —Le gritó JiMin con las mejillas coloreadas de rosa, aplaudiendo hacia el patinador y esperando que pudiera escucharlo.

Los que le miraban, retuvieron el aliento esperando su siguiente combinación de saltos.

Un toe-loop cuádruple —contó ChanYeol rápidamente esperando el siguiente brinco. YoonGi se lo cumplió y el público se colocó de pie— y un toe loop triple. ¡Clavó el final!

Danzando en sus cuchillas a nada de terminar, YoonGi logró capturar la atención de JungKook. El siguiente participante con su traje blanco esperando bajo la chaqueta.

Lo pulió mucho desde el Aguas termales sobre hielo. Se dijo con sorpresa.

Produciendo escarcha con sus patines de la fuerza, YoonGi hizo el movimiento final. Apartar al hombre y buscar al siguiente, cerrando con su programa junto con el conjunto de la música.

¡Otra presentación impecable tras su programa corto en la Copa China! ¡El público lo ovaciona de pie!

JiMin alzó ambos puños hacia el cielo gritando de euforia.

—¡YoonGi!

El patinador coreano observó a su entrenador con el pecho subiéndole y bajando violentamente. A la pista aterrizaron flores y peluches de kumamon.

Mi patinaje debió enviar su mensaje.

—¡YoonGi! ¡Fue perfect! —Le gritó JiMin sonriendo y observó a su lado la persona que caminaba con dirección a la pista.

JungKook, portando su conjunto de Agape. Las plumas de los hombros bien peinadas y las escamas de plata relucientes. A diferencia de su último encuentro, los cabellos dorados tocaban los hombros de lo largo que estaban y hacía resaltar sus grandes ojos verdes con un halo angelical.

JiMin enmudeció, dejando caer su mandíbula. YoonGi que patinó hacia la orilla de la pista, tuvo la misma reacción.

—Apárte, cerdo. —Le escupió, aunque el pelinegro apenas retuvo el insulto.

—¿E-ese es el verdadero Agape de Nochu? —Balbuceó YoonGi con los ojos y boca fuera de su lugar.

Al instante, YoonGi y JiMin se miraron sonriendo en grande.

—¡Genial!

—¡Qué bien!

Admiraron al quinceañero entra al circuito anticipando una buena presentación.

Su entrenador le rodeó la cintura conduciéndole al kiss and cry y YoonGi sonrió sintiendo que la energía extraña que rodeó a JiMin durante toda la mañana y parte de la noche no estaba más.

Aliviado apoyó su cabeza contra el hombro del mayor y se dejó conducir al par de sillas.

Tomó uno de sus ositos de peluche que le acercó el staff haciendo tiempo para que los camarógrafos pudieran apuntarle. Le acarició las orejas escuchando el pequeño sermón de JiMin y sin poder evitarlo, pensó que cada vez eran más pequeños.

Su marca apareció en todas las pantallas y sintió que se caía del asombro, por suerte su entrenador lo sujetó bien fuerte de los hombros festejando a gritos.

¡109.97! ¡Volvió a superar su mejor marca! ¡Está en primer lugar!

Bajo la mirada de sorpresa de Nochu y la insistente de Nina. JiMin se inclinó hasta colocarse de rodillas sobre el suelo alfombrado y rodeó con sus dedos el talón derecho de YoonGi acercando su pie hasta su rostro.

—A-ah...—Tartamudeó YoonGi, observando al peliplateado.

Sus labios se presionaron contra el borde interno de los filos del patín de YoonGi y este sonrió entre divertido y totalmente avergonzado.

¡Vaya! —Comentó ChanYeol entre risas, luchando contra el sonido de las cámaras de todos los camarógrafos —¡Park besó el patín de Min por la emoción!

JungKook gruñó y Nina bufó avanzando por los pasillos hasta desparecer.

YoonGi notó al rubio y alzó sus brazos llamándole.

—¡Nochu! Удача! (¡Suerte!)

Nochu gruñó disgustado. JiMin igual de feliz se unió a los festejos de su pupilo.

—¡Ánimo, Nochu!

Y ese último le hizo correr de vuelta a la pista con la cabeza humeando.

The next skater representing Russia: JungKook Plisetsky.

¡Demonios! ¡No me encuentro tan mal como para necesitar sus ánimos!

El usurpador ruso, 15 años. Park JiMin coreografío su programa.

YoonGi caminaba de salida ya lejos del kiss and cry, sin embargo se detuvo de golpe sin notar que JiMin se apartaba de su lado, repentinamente hipnotizado por la entrada un poco violenta que hizo JungKook.

La lista angélica de reprodujo y YoonGi sintió que hace muchísimos años que no le escuchaba.

Patinará al son de Ai ni tsuite, Ágape. Este arreglo es la versión opuesta de la canción de Min. —JungKook bailó, pero... Para el azabache, sentía que estaba irritado. Bingo, YoonGi—. Comenzará con un axel triple.

JungKook lo imitó, como práctico arduamente durante su enfrentamiento con YoonGi en sus aguas termales, desde aquella humillación que le marcó el alma y le arrebató a JiMin.

Y para la sorpresa de todo aquel que tenía altas expectativas Nochu cayó violentamente al suelo y apenas pudo protegerse el rostro.

Él llevaba un año sin fallar ese salto.

—Tú puedes, Nochu. —Susurró YoonGi apretando los labios y juntando las cejas.

El primer cuádruple lo realizó sin complicaciones. El siguiente, la combinación tuvieron una buena altura y fluidez.

Remontaba con fuerza.

¡Viene el salto final! ¡Un toe-loop cuádruple! —YoonGi sonrió, aplaudiendo junto con los fans de Nochu— ¡El ruso JungKook Plisetsky tiene un talento maravilloso!

El coro final resonó y JungKook relució su belleza angelical bailando con intensidad.

—¿JiMin? —YoonGi giró el rostro buscando a su entrenador y cuando lo regresó al frente bufó, se había perdió el final del programa de Nochu— ¿JiMin? —Caminó y por accidente golpeó el hombro de un hombre de espalda ancha y chaqueta roja—. Lo siento.

Jin le sonrió en vez de responderle, dejándole el paso libre. Aunque cuando JungKook quiso caminar por el mismo pasillo, se hizo a un lado extendiendo el brazo con una sonrisa enorme.

—Oh, las damas primero.

JungKook retuvo el impulso de patearle. Olvidaba que había alguien peor que esos dos. ¡Jin...!

[⛸️...]

JiMin enjabonó sus manos con el jabón de coco que estaba incrustado en la pared de los baños del estadio. Estaba tallando la palma con la vista sobre su tarea hasta que escuchó la puerta abrirse y pasos estridentes resonar contra el piso pulido. Se detuvo, sonriendo pero sin levantar la cabeza.

—No deberías entrar al baño de hombres, Nina.

—Siempre lo hacía contigo.

Le respondió ella, mirándose a través del espejo frente a JiMin.

JiMin suspiró, prosiguiendo con la misma calma.

—Lo hacías.

Nina apretó los dientes.

Ella era tan bella que sólo bastaba con una sonrisa y podía tener lo que quería cuando quería. Nunca nadie podía decirle que no a nada, nunca. ¿Qué no tendría a JiMin? ¿Quién podía decir algo una ridículo?

—Pero, mírame. Aún lo hago.

—No veo que esté dentro de tus piernas. —Comentó JiMin entre risas, abriendo el grifo para enjuagarse y por fin marcharse.

Nina no se sintió ofendida, al contario se inclinó hacia adelante rozando la espalda de JiMin con su cuerpo.

—Te estás tardando.

—Nina... —Siseó él, resistiendo él impulso de tomar el lado izquierda de su cabeza que martilleaba y apartarla de golpe.

—¿No pasaste mucho tiempo sin divertirte? ¿Lo hacías con YoonGi? —JiMin se tensó, los recuerdos del anochecer junto con los suspiros temblorosos de YoonGi que intentaba bloquear para estar cómodo con su pupilo regresado en destellos. "¡T- te quiero!" YoonGi le dijo y él no fue capaz de responderle a eso. No lo hizo— ¿Vas a enredarte con él?

"Enredarse".

JiMin observó la mano de Nina jugando con el primer botón que sostenía su camiseta. Y desgraciadamente Nina usó la palabra detonante.



Jin era el siguiente y último patinador, venía de Canadá y tenía un acento en el inglés bastante curioso. YoonGi lo reconocía a medias, su nombre era bastante sonado en el medio aunque él nunca se detuvo a mirarle.

Al menos no como a JiMin.

Tarareó la canción del programa del chico que sonaba por los pasillos era conocida por ser una colaboración de una famosa banda de pop cantada por él mismo.

Sus ojos obscuros estaban brillando. Él seguía siendo el primer lugar y lo único que quería era encontrar a JiMin y observar su cara de orgullo.

Quizás si se ocultaban bien podría besarlo un poco y abrazarse. Se mordió el labio, sonriendo en grande. El estómago le cosquilleaba de pensar lo romántico que era JiMin con él y lo lejos que llegaron en las penumbras de su habitación.

"Theme of JJ" Se llamaba la canción. YoonGi no sabía porque conocía la letra y eso era lo menos importante. Sólo repetía que Jin era el rey del mundo, avanzando con prisa y aplaudía al ritmo, inclinándose cuando los reporteros le felicitaban por su puntuación.

Observó los baños y se dirigió a paso apurado. ¡Claro! ¡JiMin iba a estar allí!

Metió la mano a su bolsillo de su pantalón deportivo, buscando su celular que estaba vibrando con insistencia y con la mano libre la apoyó contra la puerta para poder abrirla.

Lo siguiente que supo fue que Yuzuru salió disparado y le golpeó en el transcurso.

—Y-yuzuru...

—YoonGi no entres. —Le advirtió con un tono firme colocando una mano sobre su hombro y YoonGi brincó porque nunca tuvo contacto físico con el japonés.

—¿Eh?

—¡JiMin, por favor! —Se escuchó el grito de ella y unos tacones sonando violentamente contra el suelo.

Yuzuru se hizo a un lado y YoonGi jamás pudo esperar esa imagen.

Algo que jamás olvidaría.

JiMin avanzaba acomodando el nudo de su corbata desecha y detrás de él corría Nina sujetando su saco entre sus brazos y totalmente desalineada. Su entrenador con sus labios gruesos pintados de rojo. No de la cereza madura de siempre, de fuego.

Un fuego que le quemó lo suficiente a YoonGi.

—YoonGi...

JiMin lo atrapó mirándolo y palideció. No esperaba que YoonGi estuviera ahí porque lo que hizo adentro no estaba dentro de sus planeaciones, su idea sólo era apartarse lentamente y sin que su precioso estudiante pudiera notarlo, un cambio mínimo para salvarlo todo.

Sin embargo lo arruinó.

Su aspecto pareció delatarlo de inmediato, pudo distinguir el brillo lloroso en sus pupilas y su boca temblando por curvarse hacia abajo.

—Y-yo, lo... ¡Lo siento! —Le gritó, emprendiendo una carrera en sentido contrario a dónde vino.

—¡YoonGi!

El ruso se lanzó tras él, avanzando rápido y después corriendo.

Nina permaneció en silencio mirando sus zapatos brillantes y sintiéndose repentinamente humillada.

—Se te cayó el saco. —Yuzuru se inclinó para recogerlo del suelo y luego se lo lanzó al rostro.

Ella lo atrapó preguntándose cuándo había caído. ¿Se resbaló por su culpa?

—¡YoonGi, hablemos! —Escuchó la voz de JiMin gritarle y aunque sabía que ambos estaban llamando la atención, no se detuvo.

YoonGi sacó su teléfono del bolsillo, apretando los ojos y luchando contra las gotas saladas que le picaban por el rabillo del ojo. Reduciendo la velocidad para tomar una gran bocanada de aire, sentía que se ahogaba y no podía respirar más que aire.

—¿S-sí? —Tragó grueso, esperando desaparecer el nudo de la garganta. Por el rabillo del ojo observó a JiMin a la distancia avanzando en línea recta directamente a él.

NamJoon comenzó a hablar del otro lado de la línea.

Oh, ¿YoonGi? Lamento molestarte, pero... Holly...—El pecho de YoonGi se contrajo. Oh dios, al pequeño y noble poodle no—Holly robó unos Mochis y se atoró con ellos... E-estamos en el veterinario, no sabemos si vivirá...—El azabache abrió los ojos, frenando abruptamente. JiMin aprovechó esa pausa para empatar su carrera y acercase a él—Perdón, ¿qué quieres que hagamos?

YoonGi se movió para observar a JiMin y aunque no pudo sostener la mirada de sus labios pintados, supo que no se podía cometer el mismo error dos veces. Posó la vista sobre las paredes crema del estadio y el piso alfombrado de carmesí.

Debió despedirse de Chimmy, debió estar.

Pero JiMin aún podía.

—JiMin irá hacia allá— Dijo y colgó. Moviéndose en dirección al ruso —¡JiMin! Regresa a Corea ya mismo —empuñó sus manos dándose fuerza—. Enfrentaré el programa libre yo solo.

JiMin parpadeó sorprendido, negando.

—Por favor, déjame hablar lo que viste ahí...

—¡No! No me estoy r-refiriendo a eso.

La voz le tembló y JiMin tuvo el impulso de abrazarle para consolarlo. Aunque pudieran herirse los dos en el proceso.

—¡Déjame explicar...!

—¡Estoy siendo profesional cómo debimos de serlo desde un inicio! — JiMin se apartó, sintiendo que una ola de malestar le golpeaba violentamente— Holly, él está en el veterinario. ¡Él podría morir!, debes. ¡Tienes que ir!

—¿Qué?

—Tienes que regresar a Corea. —YoonGi insistió, firme. Aunque las manos le temblaban, ya podía modular el volumen de su voz— Puede que no sobreviva.

—No—Le respondió sin pensarlo, arrugando el entrecejo— no iré.

—Pero debes regresar.

—¡Te dije que no puedo...!

JiMin se tomó la cabeza, la punzada que lo atormentaba cuando se presionaba se tornó más agudo.

Cuando abrió sus ojos, encontró a SiHyuk junto JungKook y su ex esposa de pie e ideó algo seguro.

—¡SiHyuk! Menos mal. —Avanzó hacia él con prisa y lo sujetó de los hombros sintiéndose desesperado— Eres el único entrenador para mí.

—¿Qué pasa? —Preguntó con burla— ¿Quieres regresar?

JiMin ni si quiera lo negó, le miró a los ojos suplicante.

—¿Podrías ser el entrenador de YoonGi solo por mañana?

—¿Eh?

Preguntó SiHyuk.

—¿Ah?

Farfulló YoonGi moqueando.

—¿Ja?

JungKook murmuró.

Y al mismo tiempo los tres gritaron:

—¡¿Qué?!



*Split: Es una posición física en la cual las piernas están alineadas una con la otra y están extendidas en direcciones opuestas formando entre ellas un ángulo de 180° o incluso más.

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