22 ❄︎
Esa mañana, un ruiseñor se posó en el barandal de una ventana del hotel de China e infló su pecho para iniciar un potente canto madrugador.
YoonGi despertó muy despacio, batió las pestañas y abrió de a poco los ojos. Enfocó un poco borroso al atreves del cristal ave y sonrió, volviendo a recostarse sobre la almohada. Extrañamente le pareció que era el canto más hermoso que había escuchado (Para nada rompe tímpanos y vidrios) y podría volver a dormir con él.
Eso sonaba bien, así que volvió a envolverse sobre las mantas e intentar conciliar el sueño. Sus planes se vieron frustrados al escuchar su tono de llamada en el teléfono bajo la almohada. Tanteó y cuando lo encontró colgó, apenas se interesó por leer el contacto ya le llamaría más tarde. Aunque quién fuera parecía que le urgía charlar con él.
Suspiró con una sonrisa tenue.
Una que permaneció incluso cuando tuvo que dejar su adorada cama o en el momento en que tomo una ducha y el agua estaba insoportablemente fría.
-¡Está helada! -Se quejó entre risitas escandalosos, enjabonándose lo más rápido que podía. Salió del baño tiritando. Pero, adivinen, sí, YoonGi seguía sonriendo como todo un maniático feliz.
Se cepillo los cabellos húmedos bailando la canción del programa libre de YeonJun que de repente estaba en su cabeza. Sacudió las caderas mientras buscaba una de sus camisetas negras con estampado de una vieja banda de rock. Y vestido, abandonó el cuarto.
Simuló tocar una guitarra, observando el inicio de las escaleras y bajando por ellas en pequeños brincos. Cuando tocó la planta baja, su sonrisa por fin se ocultó un poco. Buscó visualmente la zona del comedor del hotel y encontró en una de las mesas con manteles blancos a HoSeok con su teléfono.
Rápidamente se apresuró y tomó una de las sillas negras
-¿Estás desayunado solo?
HoSeok brincó del susto.
-¡YoonGi, me sorprendiste!
-Ah, lo siento. -Se disculpó, tomando asiento y atrapando la tela del mantel, era larga, ligera y suave, le gustaba como se sentía. En la mesa había un florero, un plato hondo semivacío, una taza de té y la vara que el tailandés usaba para sus fotos- ¿Son tus maletas?
Preguntó al observar en el suelo pulido dos mochilas verdes con figuritas coloridas colgando de cada uno de los muchos cierres. A YoonGi le recordó un poco a la mochila que usaba HyeJin de niña, pero en colores rosas.
-Sí, mi avión sale a las ocho... -HoSeok detuvo su atención de las redes sociales para responderle e iba a regresar a ellas cuando accidentalmente miró la hora y observó a YoonGi analizando el menú con la nariz ligeramente arrugada pero con un brillo excesivo en sus ojos tras sus lentes y mostrando sus dientes como pocos veces notó- ¿Su vuelo se adelantó?
-¿Qué? -YoonGi arrugó el entrecejo aun conservando su sonrisita y HoSeok casi cae al suelo del susto, que mueca tan rara y horrible viniendo de su amigo.
Definitivamente tendría pesadillas con eso.
-¿Acaso hay mal clima? -Preguntó el azabache extrañado, intentando echarle un vistazo al ventanal enorme a su costado cubierto por una cortina muy cuidada.
-Uh. No, hay demasiado sol...
-Ah -murmuró YoonGi, admirando el los intensos rayos del sol filtrarse por las persianas lisas de color crema con bordados chinos tradicionales-. Qué maravilloso -HoSeok se detuvo, se impulsó hacia adelante aplastando lo poco su desayuno y con chillido de terror no pudo evitar estrellar su palma contra la mejilla de su amigo, un poco menos suave de lo que esperaba. Le hizo girar el rostro violentamente. YoonGi parpadeó atónito sosteniendo la piel rojiza por el repentino golpe-. ¿Por qué rayos hiciste eso?
Se quejó dándole una mirada fea a HoSeok que no duró mucho tiempo porque sus labios se crisparon hacia arriba y mostraron un poco los dientes.
-¡¿Qué está mal en ti?! -Le gritó, apuntándole con su palo de selfies- Acabo de golpearte y sigues sonriendo... Incluso te levantaste temprano y estás iniciando una conversación.
YoonGi quiso decir algo para callarle. Sin embargo, Hobi parecía tener muchísima razón.
Oh dios mío, él estaba actuando tan ridículo y fuera de sí.
Resopló con la esperanza de apartar el bochorno en su rostro, incluso sus anteojos se veían empañados.
-E-estoy de bueno humor, supongo.
Intentó que su comentario sonara casual. Y más bien terminó siendo algo muy curioso para el tailandés.
-¿De qué se trata? -Preguntó sonriéndole y YoonGi por poco podía escucharle murmurar que era totalmente confiable.
-N-no es nada...
No es que no confiara en HoSeok, era después de todo su mejor amigo durante Detroit y el mejor en las competencias. Aunque la idea de decirle a HoSeok que... Él. Bueno, él, digamos que naturalmente se dio un besito con JiMin, le producían ganas de ocultarse bajo el mantel y nunca salir.
Aguarden un segundo... Si así se sentía pensar en hablarlo con Hobi, pensar en tener esa charla con JiMin debía ser un millón de veces peor.
-¿YoonGi?
Sonrió forzadamente preguntándose en qué momento SungDeuk apareció y le sostenía el hombro como si quisiese hacerle regresar a la realidad. Se quedó en blanco como de costumbre.
HoSeok hizo un sonidito encogiendose en su sitio, no sabía que YoonGi podía hacer expresiones tan deformes.
-¿Eh?
-¿Has visto a JiMin? -SungDeuk estaba acostumbrado a repetirle las cosas cientos de veces, así era cuando era su pupilo.
La boca de YoonGi involuntariamente se tensó y su mano tomó la parte trasera de su cuello.
-Para nada.
-Entonces, dile que tengan un buen viaje.
SungDeuk le dio un apretón final y se alejó para sostener una de las mochilas de HoSeok, dejándole una para cargar. Un pucherito amenazó con aparecer en la boca del patinador mayor.
-¿Se van ahora mismo?
-¡Estuve diciéndote! -Le reclamó HoSeok, jadeante de asombro se permitió reír un poco. YoonGi era un desastre, sin dudas-, discúlpame que no me quede a desayunar contigo. -Repitió, dudando si le escuchó minutos antes.
-Oh, no te preocupes para nada, HoSeokie- La tonadita tranquila de YoonGi le hizo sentir que le extrañaría un montón, así que se lanzó a abrazarlo. Después de un buen rato se apartó considerando que para su arisco amigo eso era suficiente y para su sorpresa, el azabache no parecía incomodo-. Ten un buen viaje.
-¡No lo digas así! Esto no es una despedida -hizo el signo de amor y paz y le sonrió un grande-, te veré en el Grand Prix Final.
Tienes razón, Hobi. No permitiré que esto sea una despedida.
-Bye, bye. -YoonGi le agitó la mano y le mantuvo la mirada al verlos alejarse en un andar muy cotidiano. Inesperadamente HoSeok se giró y gritó muy feliz.
-Por cierto, ¡tú y JiMin son tendencia!
Eso definitivamente picó la curiosidad de YoonGi. En un parpadeo tomó su teléfono celular y con rapidez se adentró a cualquier red social. Las notificaciones enloquecieron y por un momento el viejo aparato se congeló tratando de cargar la página.
El patinador buscó uno de los hashtags en los que todas sus fanáticas le llamaban con locura y el aire se quedó atorado dentro de su pecho con un sonido de alerta. Un montón, realmente muchísimas, imágenes de la pista del Grand Prix en China dónde JiMin le "abrazaba" y él tenía los ojos tan abiertos que aquello hacía la fotografía bastante sospechosa.
Todo su cuerpo se puso tan rojo que podía jurar que hasta la punta de sus dedos tenían rubor. Se cubrió la boca con la mano, temblando y siguió deslizando -muy- curioso. Había tantos ángulos que se vio así mismo de tantas formas y casi todas tenían la misma pregunta.
¿Beso a abrazo?
No supo si agradecer o no, la forma en que el brazo de JiMin cubierto con su abrigo café bloqueaba el roce de sus labios y en un ángulo trasero su cabeza lo ocultaba.
Él no respondería a eso, ¡jamás! ¡No podría decirle a millones de personas que se besó con su entrenador!
-Buenos días, YoonGi.
JiMin apareció de la nada, poniendo su mano en sus cabellos y antes de que se inclinara a ver lo que miraba su pupilo. YoonGi dio un respingo y estrelló su teléfono boca abajo contra la mesa violentamente, exclamando con la tesitura aguda:
-¡Es un simple abrazo! -JiMin arqueó una ceja con curiosidad y YoonGi se rió muy nervioso- B-buenos días.
-Wow, hola. ¿Cómo te encuentras? -La palma traviesa de JiMin se deslizó hasta tomar una mejilla del azabache y acariciarla suavemente con el pulgar. Se sintió feliz al percibir la piel arder debajo de su tacto, pero no notar que YoonGi quisiera apartarlo.
Tanteó el terreno cautelosamente y recibió una luz verde, sería un grandioso día.
-Apenas desayunaré... -Dijo un poco distraído y respiró hondo aliviado al sentir que la mano de JiMin abandonaba su moflete.
-Qué conveniente. -canturreó alegre, ocupando asiento en la silla a su frente. Tomó una de las cartas y al darle un breve vistazo, levantó la cabeza y le sonrió a su aprendiz.
YoonGi lo hizo por inercia y trató de no notarse tan tenso. Era muy evidente que JiMin estaba actuando de manera casual como si eso no hubiese ocurrido nunca. Un suspiro decepcionado casi se le escapa por los labios, más logró atraparlo enterrando sus dientes superiores sobre ellos.
Si lo pensaba con cuidado, lo mejor era aparentar esa tranquilidad. No deseaba tampoco que su relación cambiase mucho.
-SungDeuk estuvo buscándote.
Actuaría muy causal.
-Oh -murmuró JiMin y los ojos de YoonGi cayeron sobre su boquita redonda y bien coloreada-. Seguro no me encontró porque estuve en la mañana con... -Tragó duro, sintiendo resecos sus propios labios. Pasó la lengua sobre ellos con la vista bien puesta en la manera en que JiMin gesticulaba algo que no estaba escuchando. ¡Demonios! Eso no era actuar casual-... Y SiHyuk se puso tan rojo cuando le dije que era muy feliz actualmente. Pero -El ruso levantó la vista y YoonGi rápido la apartó- ¿Qué quería hablarme?
-Supongo que algo de entrenadores -concluyó, encogiéndose de hombros-. Se marcharon temprano tenían un vuelo.
-Ah, ya veo -JiMin se encontraba tan interesado en el tema. Ya no tenía la misma impresión del ex entrenador de YoonGi desde su charla fuera de las habitaciones del hotel, no tardó mucho en mostrar su actitud de soberbia con su actual estudiante. No le interesaba si pensaba que HoSeok era superior que YoonGi, pues al fin y al cabo, nunca tuvo el éxito que estaba teniendo con él-. No hemos planeado que haremos hasta el siguiente evento.
-Ah, tienes razón... Deberíamos...-Pensó guardando su celular en el bolsillo de su pantalón- ¿Volar a Rusia?
Aunque ellos solían armar los planes con anticipación, a YoonGi no le gustaba adelantarse por temor a fallar.
-¿Y estarás cómodo durmiendo en un hotel por cuatro días? -Preguntó JiMin y YoonGi arrugó su pequeña nariz. Rápidamente deshizo su mueca e intentó alejar su disgusto.
-No podríamos regresar a Taebong, la ISU no pagará esos vuelos.
El peligris golpeó con su dedo índice la esquina del menú mientras lo meditaba y la idea no tardó mucho en llegar. Sonriendo un poco, se sintió después de un largo tiempo, un poco torpe y apenado.
-¿Por qué no tomamos un vuelo a San Petersburgo?
-¿A San Petersburgo? -Le cuestionó YoonGi con una verdadera expresión de confusión
-¿Qué haríamos en...? Oh. -Hasta que por fin lo comprendió y su desconcierto se transformó en un revoltijo nervioso en el estómago- P-podríamos...
Y eso para JiMin fue el sí que necesitó. Estiró su mano sobre la mesa, para buscar la suya como un pequeño sello del trato y con cariño le acarició sus nudillos. Hizo un par de señas a un camarero y los dos desayunaron, discretamente tomados de la mano.
[⛸️...]
Camino al aeropuerto, YoonGi sintió su celular vibrar con insistencia en el bolsillo. Lo tomó en un la primera oportunidad que tuvo y miró su historial de llamadas.
"¿NamJoon?" Apretó la frente bastante confundido y de inmediato le texteó por KakaoTalk para preguntarle si todo estaba en orden.
"Por favor, responde mis llamadas." Fue lo único que recibió y eso lo hizo sentirse aún más extrañado. Intentó sacarle más información pero lo único que recibía era más intentos de llamadas.
¿Le habría sucedido algo a JungWoong? Con el corazón en la garganta, le preguntó por mensaje y se mordisqueó un poco la uña el dedo pulgar de angustia, esperando.
"No, no. Él está bastante bien, pero me preocupas tú." Le escribió NamJoon sin ningún tipo de emoji y YoonGi no se lo cuestionó más, comenzando a presionar el ícono de llamada, aprovechando que todavía estaban en la terminal y JiMin desapareció con su parte de las maletas para comprar dulcecitos para el vuelo.
-¿NamJoon? -Preguntó YoonGi confundido al notar que le había cogido la llamada pero no había ningún tipo de ruido al otro lado de la línea.
-¡YoonGi! -NamJoon se escuchaba bastante aliviado. YoonGi alejó la mano de su boca, notando recién que las tres últimas uñas no estaban mordidas y eso le hizo sonreír un poco- ¡No contestabas mis llamadas!
El tono de queja sonaba preocupado.
-¿No? Ah, lo siento... -Se sinceró sonriendo apenado y pasando sus dedos por el lóbulo de su oreja- No sabía que eras tú el has estado llamado desde la mañana, pero...
-Hyung -Le cortó firmemente-, Hyung, ¿cómo sucedió?
YoonGi parpadeó confundido, mirando hacia los lados.
-¿Eh? ¿De qué hablas?
-¡Te besaste con JiMin!
-A-ah -musitó anonado, siento el calor trepar con fuerza por todo el rostro, las orejas y parte del cuello estaban rojas de la vergüenza. Probó a decir algo más, aunque rápidamente se quedó sin habla. Le incomodó un poco la tosquedad de NamJoon al preguntarlo y estaba por reprocharle por eso. Pero no, se sentirse incómodo con respecto al tema no era porque su Donsaeng le preguntara, era un malestar que él mismo tenía y que deseaba evitar porqué lo que menos quería un pesada y agotadora crisis existencial en su mejor temporada, cuestión de prioridad. Reprimió un suspiro y le echó un vistazo a la pantalla, NamJoon no le colgó y al menos pudo agradecerle el tiempo que le regaló para cuestionarse- ¿Cómo lo...? Es decir, muchos piensan que fue un simple abrazo.
YoonGi no lo admitiría en voz alta, pero una vocecita le dijo que JiMin ha hecho para protegerlos a ambos o simplemente por qué... No ha querido que el mundo se entere abiertamente, lo que le hizo sentir algo decaído.
-Por favor, Hyung, tendría que ser muy tonto. -YoonGi movió la boca inseguro- En el podio parecías estar en estado de shock.
-Eso era precisamente... -Dijo con la voz quedita. Los recuerdos después del beso con JiMin le parecían borrosos y no recordaba en qué orden iban- HoSeok, ChanYeol gritando sobre su puntuación con orgullo por los altavoces, abrazo con una mujer... ¿ByulYi?, JiMin, JiMin y sus preciosos labios gruesos y rojizos.
Ocultó el rostro entre sus manos mientras se quejaba avergonzado, para lo único que parecía tener espacio su mente, era su entrenador y en el regalo de JiMin.
Regalo sonaba muchísimo mejor para su paz mental, tan sólo juntar la palabra "beso" y "JiMin".
Si seguía así estaba seguro que tendría un colapso.
-¿Hyung? -Le llamó NamJoon y YoonGi recordó que su mejor amigo de la infancia todavía seguía en la línea. Pellizcó la piel de sus brazos e inhaló- ¿Sucedió algo después?
El azabache se pasó la lengua por los labios resecos.
-No... Ni si quiera hablamos mucho después de eso, pero, estamos bien.
-¿No te tocó? -Le preguntó NamJoon, logrando que YoonGi lo pensara un instante, bastante ido para pillar el verdadero sentido. No es que sea tonto, solamente un poco.
-Ah, creo que, uhm, me abrazó después y me tomó de la...
-No, Hyung -Volví a cortarle tratando de ocultar su diversión. ¿YoonGi de verdad era un adulto?-. Me refiero a, ustedes... ¿Tuvieron sexo o algo así?
-¿Sex...?- Se preguntó observando sus zapatos y entrecerrando los ojos. Como un balde de agua fría y cubitos de hielo lo entendió. YoonGi abrió los ojos que por poco se salían de sus orbes y el celular se le resbaló de las manos. Intentando atraparlo en el aire, haciendo malabares con él. Al tiempo que su cara dejaba de arder por la vergüenza a arder como fuego vivo.
-¿Hyung?
NamJoon no sabía si por el ruido que estaba escuchando de quejidos apenados y golpeteos YoonGi estaba teniendo interferencia o algo por el estilo.
-¡N-no! -Le gritó a la bocina una vez que pudo atrapar su teléfono- ¡N-no tuve s-sexo con JiMin! Dios, NamJoon... -Se tomó el puente de la nariz, chocando su mano contra los lentes y cerrando un segundo los ojos para alejar aquella imagen mental- ¿Por qué tú...?
NamJoon hizo una breve pausa y YoonGi por fin pudo disipar un poco el sonrojo furioso.
-JiMin es un aventurero, él mismo lo dijo. -Eso era bastante acertado, el patinador lo sabía.
De pronto, su boca se sintió algo reseca y aunque pasó la lengua por la boca dos veces, no consiguió nada. Ante el silencio, el padre de JungWoong decidió seguir hablando-. Por eso me preocupaba que él... ¿Lloraste en el evento? ¿Lo hiciste, cierto?
-No fue su culpa -resumió observando la gente ir y venir con sus maletas-, diferencias como entrenador y...
-¿Cuándo todavía eran sólo eso? -A YoonGi le hubiese gustado tener un argumento que derrumbara la pregunta retórica de su mejor amigo de la infancia pero desgraciadamente, sintió que aquello lo más honesto y real- Hyung, sé que no eres un niño, aunque conserves esa...
-No. - Escupió ofendido. NamJoon se mordió la lengua dándose cuenta tarde que soltó esa palabra sin querer.
-No está mal, te lo dije. Pero, incluso JiMin lo dijo; es un jugador y tú no sabes jugar, Hyung -tomó aire-. Esto estaría muy bien si ambos compartieran sentimientos y todo pero... Podrían acabar como alguna vez lo hicimos HyeJin yo -La relación de HyeJin y NamJoon, mucho tiempo no tuvo estabilidad. En resumen porqué está no es su historia, ambos eran jóvenes y con sentimientos que tenían enterrados desde que eran tan sólo unos niños. NamJoon tuvo mucho tiempo mucho jugueteó son ataduras y para no arriesgar del todo su amistad con HyeJin, pensaron que las cosas podrían funcionar de esa forma. Ella terminó tan herida que eso jamás se borraría de la cabeza de NamJoon. Por suerte, años más tarde, ambos maduraron y JungWoong nació, una paz que se disolvería con la muerte de la madre. A NamJoon le daba tanto miedo ver a su amigo tan herido de esa forma y no creía que JiMin pudiera cerrar el daño después o si quiera, le interesara- Porque él te rechazó, no puedes olvidarlo...
Rogó, sintiéndose un poco sucio por recordarle eso a YoonGi en ese momento.
La respiración de YoonGi se volvió errática, sonriendo un levemente herido.
-Lo olvidé. Realmente, lo olvidé. -Intentó borrar la mueca extraña que tenía en el rostro, pero sólo sintió lágrimas picarle sobre las pestañas e intentó apartarlas rápidamente para no llorar- Si él me rechazó, entonces... ¿Por qué?
-Hyung, yo...
YoonGi visualizó el cuerpo de JiMin aún muy lejos, pero supo que esa conversación ya era lo suficientemente lacerante y no tenía por qué continuarla. Tenía lo necesario para quebrarse la cabeza y tal vez el corazón.
-NamJoon, te llamo luego. Saluda a mi madre y dale un beso a JungWoong de mi parte.
NamJoon formó un puño y cubrió su boca, después soltó un "Ok" y antes de colgar dijo con un peso extraño en las palabras:
-Llámame, necesites lo que necesites.
-Lo sé. -JiMin agitó las bolsitas d dulces caminando con una sonrisa chica- Adiós.
-Ah, ¿quién era? -Preguntó extendiéndole un paquete de chocolate con café que compró específicamente para él.
YoonGi negó, empujando la bolsa de papel con su mano y apartando rápido la vista.
-Nadie, vámonos.
JiMin infló las mejillas, confundido.
[⛸️...]
Ni durante el primero o segundo vuelo, ni cuando JiMin le dio un recorrido básico camino a su apartamento y mucho menos cuando llegaron, YoonGi charló con él.
Se dedicó a responder en monosílabos y palabras que cortaban en flujo de la conversación mientras observaba hacia otro lado.
Le estaba evitando, evidentemente. JiMin no tuvo que hacer mucho esfuerzo para notarlo y sólo podía adjudicarlo a su llamada en el aeropuerto. Ya había descubierto lo muy propenso que se volvía YoonGi a cambiar de un estado a otro después de algo que le moviera el pensamiento.
¿Estaría muy mal revisar su historial de llamadas? Si le pregunto, lo negará más. Pensó mientras buscaba la llave que Darya dejó oculta para él.
Dio con ella y abrió la puerta. Se inclinó y como de costumbre, tocó la pared izquierda dando con el interruptor de luz. Al instante la casa se iluminó y JiMin se hizo un espacio para que YoonGi pudiese entrar, apenas lo hizo cerró la puerta trás él. Acomodó las maletas en el pequeño pórtico y se quitó su abrigo colgándola en su perchero de roble.
El apartamento de JiMin tenía un aroma de limón, el azabache creía que tendría un aroma más floral y podría decir que su entrenador al olisquear el aire también deseaba otro olor.
Contario a lo que esperaba, parecía modesto. Casi todo era blanco y tenía un montón de detalles por todos lados. Sus ojos se pasearon por las esquinas de la sala en el televisor plano y grande, el juego de sofás azules en forma de L, libreros en las esquinas, macetas y cuadros de óleo colgando en las paredes. Al fondo lo que parecía ser la cocina y se veía bastante minimalista.
Observó las escaleras de caracol con un barandal dorado que conducía a una segunda plana.
Al dar un paso, algo chillo bajo su suela. Levantó el pie y sonrió al ver un hueso de hule que sin duda le pertenecía a Holly.
-Es muy bonita. -Habló después de un largo rato de no hacerlo, acomodando la montura de sus gafas.
-Darya lo mantiene así. -Comentó JiMin, aliviado que YoonGi por fin rompiera su ley del silencio- ¿Quieres que encienda la calefacción? -YoonGi agitó la cabeza en negación. JiMin habló muy pronto- ¿Quieres cenar ya? Escuché tu estómago rugir en el segundo avión -Negó otra vez-. ¿Dormir? ¿No estás agotado?
-No.
-¿Quieres algo? -Preguntó con más inquisición, sabía que algo le molestaba pero no podía dar exactamente que era.
-Sí.
Los ojos de JiMin se iluminaron de entusiasmo, moviéndose para abrazarle por detrás.
-¿Qué quieres, uh? -Murmuró sobre su cabeza, cariñosamente.
-Quiero que me beses de nuevo.
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