21 ❄︎
JiMin tomó una bocanada de aire disimuladamente y colocó esa expresión que solía tener después de ganar una competencia, unos ojos inexpresivos, los labios apretados sin mostrar un poco de su sonrisa y la voz firme.
Ese instante no sería agradable.
—Si fallas en el programa libre y no llegas al podio —su mano se movió hasta su nuca para sostenerla y la que colgaba a un lado de sus muslos se apretó en un puño de nervios— asumiré la culpa y dejaré de entrenarte.
"Me marcharé." Esas palabras casi se la escapan pero logró retenerlas, mordiendo la punta de su lengua. No era algo que pudiera soltar ligeramente, ni si quiera si era para hacer a YoonGi sobreponerse a su pánico.
Por un largo instante, YoonGi no le respondió, mantuvo los orbes abiertos y las cejas levantadas, quieto y sin tener la intención de decir una sola palabra.
Eso hizo que JiMin apretara la boca con rigidez, sintiendo una pequeña gota de sudor deslizarse de su frente hasta los pómulos.
La tensión era sumamente palpable y esta se cortó de golpe, en el repentino instante en que los ojos de YoonGi dejaron escapar un camino de lágrimas que llegó hasta su mentón.
El ruso abrió los ojos y la boca, no esperaba para nada esa reacción.
—¿Por qué —le cuestionó hablando bajo y las palabras sonando como si estuviese congestionado— dices eso como si quisieras ponerme a prueba?
JiMin dio un respingo asustado. ¡Lo destrocé!
—A-ah, lo siento, YoonGi —Se acercó con sus manos levantada, sin saber si debía abrazarlo o secarle su mojado rostro. YoonGi estaba sacudiendo sus hombros con el movimiento violento, hipeando tristemente—. No hablaba enserio.
Había pasado por alto cuan sensible era YoonGi (Mucho más de lo que aparentaba con su distancia social) y por lo mucho que le quería.
Se sentía como la persona más miserable del universo al verlo tan destrozado, había hecho llorar su pequeño estudiante y el sonido de sus gimoteos melancólicos sólo asentaban el sentimiento de culpa que comenzaba a crecer.
¿Debería abrazarlo? Intentó poner sus manos sobre sus hombros, pero YoonGi no hizo ni un pequeño ademán para que confirmarle que aquello iba a calmarlo. En cambio, lo empujó suavemente inclinando su torso hacia el espacio libre, apartando sutilmente al mayor.
—¡SungDeuk lo dijo! —JiMin entreabrió la boca, estupefacto. Así que YoonGi si le escuchó. Sacudió las manos en el aire sin saber qué hacer con ellas y con el cosquilleo de querer acariciar desesperadamente a su aprendiz— Estoy acostumbrado a asumir la culpa de mis errores. —Le dijo con el tono cada vez más gangoso y mucho más roto. Sus lágrimas brotaban de un lado a otro rebotando por sus mejillas rojizas del llanto y escurriendo con lentitud por el mentón. También apretaba con fuerza sus dientes para que entre sus palabras no se le escapara un sollozo desgarrador más le fue imposible controlarlo de lleno— Pero está vez estoy nervioso porque mis errores podrían dejarte mal— A JiMin se le estrujó algo dentro del pecho sin poder salir de su sorpresa— Me preguntaba si querías dimitir en realidad...
JiMin le sonrió, levantando una de sus cejas.
—Claro que no.
—¡Lo sé! —Le gritó desde el fondo de su asustado corazón y la sonrisa de JiMin se evaporó sin dejar rastro dándole pasó a una mueca de asombro con una mezcla tosca de la preocupación.
Abandonó el intento de tocarlo y llevó sus manos hacia su cabeza hacia al lado que comenzaba a punzar del estrés y la otra a su cadera.
—No se me da bien la gente que llora ante mí. —Confesó con pena—. No sé qué hacer en estas situaciones— Resopló y apartó la mano, decidiendo enfrentar a JiMin con una nueva idea— ¿Debería besarte o algo así?
—¡No! —Exclamó con desesperación sacudiendo su cabeza hacia los lados con sus gotas saldas pringando de sus ojos tristes. (Min YoonGi desaprovechando excelentes oportunidades oportunidades, parte dos). Su entrenador permaneció boquiabierto, nuevamente y en ese pequeño momento, YoonGi levantó su rostro. Su nariz de botón estaba completamente roja igual que ciertas zonas de su rostro, los orbes brillosos por la lluvia de melancolía y sus cejas estaban apretadas casi rozándose. rogándole con la mirada. Luego, continúo su petición empuñando sus mano a cada lado de su cuerpo— ¡Solo ten más fe que yo en qué yo podré ganar!— Negó agitando la cabeza— ¡No digas nada! ¡¡Sólo quédate a mi lado!!
JiMin abrió sus ojos con fuerza y la mirada le tembló.
Y cuando pensaba que había visto hasta el rincón más maravilloso de su alma, YoonGi le tocaba el corazón con una fuerza abrazadora que le robó el aliento.
Cómo la primera vez.
[⛸️...]
NamJoon observó nervioso la pantalla, acariciando la coronilla de su hijo. La señora Min a su lado, se llevó un pulgar para mordisquearlo suavemente, un hábito que compartía con su hijo.
—Me pregunto si YoonGi estará bien, no está habituado a ser el primero —Concluyó con ese sentido que solo las madres poseen. La cámara hizo un acercamiento a su hijo e hizo que tuviera que acomodarse los lentes para poder enfocar su vista mejor—. ¿No tiene los ojos rojos?
Le preguntó preocupada a NamJoon.
—Es verdad.
Apoyó JungWoong con preocupación, arrugando su rostro.
—¿Habrá pasado algo entre JiMin y él? —NamJoon lo planteó y la mirada que compartió con la mujer mayor de reflexión sólo le hizo darse cuenta que su teoría podía ser fácilmente comprobada.
Parecía que la bomba entre los dos estalló antes de lo esperado.
Con su enorme saco café, JiMin se las arregló para resguardar de la botella que YoonGi usó y las fundas de sus cuchillas que le dio a guardar en movimientos torpes y para evitar mirarse.
—"No tienes que decir nada." —Murmuró, apoyándose contra el muro que retenía el hielo.
"Ten más fe que yo en qué puedo ganar."
Él definitivamente jamás podría olvidar el dolor en los ojos de su pequeño estudiante.
Ladeó la cabeza de un lado a otro. Debería preguntarle a SiHyuk qué hacer en estas situaciones.
YoonGi se movió a su costado, sacando sus brazos de la sudadera de deportes obscura y tendiéndola en un costado de la valla, su traje azul pulcro y bien pulido se reveló lentamente hasta hacer su perfecta aparición. En completo silencio se movió hasta la entrada de la pista y JiMin algo tenso, le mostró su peluche de Holly y se señaló su propia nariz, moqueaba un poco y como ninguno de los dos había compartido palabras después de lo sucedido en el estacionamiento, no forzó nada.
Eso, su aprendiz lo comprendió. Patinó hasta su lado y con gritos de fondo, se acercó hasta tomar un pañuelo y secarse su nariz mocosa que aún tenía tintes rojizos al igual que la delgada comisura de sus ojos.
Arrugó el papel y JiMin extendió su mano para guardarlo, pero los dedos de YoonGi no la soltaron sobre su palma, sino a un costado dejando caer el pañuelo enrollado.
JiMin se inclinó sobre el muro a atraparlo tomado por sorpresa, con la cabeza apuntando hacia abajo, puso percibir como el dígito de su pupilo le presionaba en el nacimiento de su cabello.
Hizo un sonidito de la sorpresa y permaneció totalmente quieto, permitiendo que le tocara su punto calvo.
Los altavoces anunciaron la participación de YoonGi y en ese instante con su palma abierta le regaló una palmadita corta, apartándose y moviéndose hacia el centro del hielo.
En el lenguaje de YoonGi, eso decía que un "estaba bien" y JiMin intentó descifrarlo mientras se sostenía la cabeza y le observaba hacer su habitual giró por el campo, bastante confundido.
SiHyuk se cruzó de brazos. Si tu pupilo intenta consolarte, es que aún te falta mucho como entrenador, JiMinie.
—Ahora viene el último participante. El coreano Min YoonGi, el primer clasificado de ayer— YoonGi se movió tomando su posición inicial—. Patinará con YoonGi on Ice.
Tras decir esa última frase, la música de su programa libre inició y YoonGi su baile.
Me sentí mucho mejor tras llorar.
Con el dorso apuntando hacia abajo, juntó sus manos y las elevó hasta su cuello, levantando el mentón. Recordó con algo de vergüenza su llanto explosivo y la fotografía que siempre guardaría, del rostro de JiMin al no saber qué hacer y honestamente, ni él mismo lo habría sabido.
La cara de JiMin cuando empecé a llorar fue impagable. Pensó con cierta diversión y sin poder contenerlas las comisuras de su boca se levantaron con fuerza por primera vez en todo el día.
JiMin en las gradas, arrugó el entrecejo confundido. ¿Por qué sonríe?
YoonGi siguió con su secuencia de pasos, siguiendo con suavidad la armonía de la música y las diminutas pautas entre el toque de cada tecla. Había llorado otras veces después de patinar, pero nunca lo hice antes.
El primer salto.
Trazó con sus patines una media luna sobre el hielo.
Una combinación de toe-loop cuádruple y uno doble. Con el pie que su propia melodía le regaló, dobló las piernas y por un santiamén se apartó del suelo aterrizando con suavidad y precisión, sus espectadores tuvieron la impresión que ese primer salto jamás había sucedido.
—Un cuádruple —No, sí lo hizo. ChanYeol acaba de afirmarlo. El coreano que comenzaba a relucir sobre la pista tomó esa pequeña pauta en el piso y volvió a subir, haciendo su combinación perfecta— y ahora uno doble.
La multitud le gritó con entusiasmo, pero YoonGi estaba más concentrado en la melodía y la forma en que estaba fluyendo dentro de ella, que apenas pudo escucharles.
Fue mejor de lo esperado. Reconoció con algo de asombro.
—Su primer cuádruple fue un éxito. Min tiene planeados tres cuádruples de dos tipos distintos.
SungDeok se sujetó el mentón, hablándole a HoSeok. Ambos observaban la presentación de YoonGi no muy lejos ni muy cerca, percibiendo la nueva energía que desprendía.
—Hoy está extrañamente relajado. — Alabó su ex entrenador.
YoonGi hizo un diminuto puchero, cerrando los ojos y bailando con la suavidad necesaria.
JiMin está muy verde como entrenador. Admitió con algo de reproche. No es que mi debilidad mental sea algo nuevo. Debería estar preparado para esto.
Arrugó su nariz delicadamente. JiMin, idiota.
Giró sobre su eje con delicadeza y en un parpadeo ya estaba elevándose con una velocidad y fuerza potente.
—Un salchow cuádruple. —Ah, lo hice. Hasta el mismo se maravilló con la naturalidad que realizó ese salchow.
El público le alabó a gritos y entre ellos, JiMin se unió alzando los puños y sonriendo tanto hasta cerrar sus ojos.
—¡Es perfecto, YoonGi!
Luego hizo la pirueta en la que se sostenía de una de sus piernas y la otra la elevaba en una derecha escuadra apoyándose con las manos en espalda baja para girar, disfrutando de la forma violenta en que el viento helado le golpeaba al rotar.
—Su tema para la temporada es el amor. Min hizo una gran declaración en la rueda de prensa.
YoonGi no podía saberlo, pero ante su espectáculo JiMin se sentía hipnotizado por la pasión que estaba emanando. Bailando en las cuchillas logró que el alma de JiMin ardiera en llamas y no pudiera quitarle los ojos de encima, ni por un mínimo instante.
Clavó otro salto, cayendo y elevando sus codos con perfección.
—Un loop triple. Hermoso.
A la mitad de la composición musical, YoonGi abrió ambos brazos y cerró los párpados como ave que vuela en círculos sobre el alto cielo. Es ahí, dónde representa que ha encontrado el amor y todo mundo puede sentirlo, hasta JiMin tiene la piel erizada como nunca antes.
Deslizándose con ambos pies y los talones uno frente al otro, su águila exterior anunció el inicio de un salto. Ina Bauer, ese elemento le siguió después inclinándose hacia atrás mientras lo realizaba.
—Viene el axel triple, uno de sus favoritos —brincó pero YoonGi rotó con fuerza y tuvo que sostenerse su mano para no caer con la frente en el hielo—. ¡Vaya!, la mano tocó el hielo.
Dijo ChanYeol con verdadera lástima.
YoonGi se levantó de inmediato, siguiendo con la coreografía aprovechando la velocidad de la pista que comenzaba a retomarse. Creo que no controlé bien la velocidad del salto. Salió bien pese a no repesarlo. Se animó.
Ahora viene un flip triple... De espaldas tomó vuelo y aterrizó con la misma pierna que le ayudó a impulsarse.
Ah. ¿Cómo habría reaccionado JiMin si hubiera pasado de un toe-loop a un flip? Se preguntó con entusiasmo intentando enfocar entre las muros delimitantes a su entrenador y lo encontró, en una milésima de segundo en el que formaba un movimiento circular logró atraparlo entre su pupila un poco.
Tuvo una propuesta arriesgada.
—Viene la secuencia de axel triple, loop simple y salchow triple.
YoonGi hizo el axel con su combinación, logrando que fuera triple y con un paso tosco se estabilizó de nuevo sobre la superficie dura. Un metro más adelante ya estaba, impulsándose para hace el salto final, más al caer rotó una vez más y casi pierde el equilibrio.
—¡Giró de más! —Comentó frustrado ChanYeol. JiMin suspiró y luego sacudió la cabeza, retomando la misma atención
Giré de más, pero no estoy tan cansando. Tomó lo suficiente de aire para llenar sus pulmones y...
—Una combinación de lutz triple u toe-loop triple —YoonGi saltó tan hermosamente dejando a cualquiera sin palabras. JiMin colocó ambas manos en sus mejillas, abriendo la boca. La multitud volvió a sus chillidos de entusiasmo cayendo como una ola ante el repentino cambio en los saltos—No muestra signos de cansancio en la segunda mitad. Bien. Vamos a la secuencia de pasos.
YoonGi siguió cada vez con más fuerza y agitando el pecho en busca de una respiración más potente, la cotidiana dejaba de servirle.
Quiero ser mejor.
¡Puedo ser mejor! Afirmó con su voz interior muchísimo más segura y fuerte.
¡Puedo superar las expectativas de JiMin!
A unos cuarenta segundos del final, acompañado de las palmas del público, girando con la gracia de una bailarina y con los cabellos empapados del sudor. YoonGi, renació.
—Su último salto va a ser un toe-loop cuádruple.
Ahí iba, el nuevo y audaz YoonGi, levantándose ¡un metro! por encima del suelo, rotando por ese instante y cayendo de costado al piso de la pista, con los sonidos de todos los presentes perdiendo la cabeza
—¡Es un flip cuádruple! —JiMin abrió tanto la boca como pudo y los ojos, no cabía dentro de su asombro. ¡Un flip cuádruple! Todo el que lo veía seguro tenía esa expresión de sorpresa excesiva. SungDeuk, HoSeok, ByulYi, incluso JungKook desde Rusia —Se cayó, pero parece que hubo suficientes rotaciones— ¡El público no podía dejar de gritar! ¡Todos entendieron la referencia y apreciaron el sobrenatural esfuerzo!— Ese salgo era típico de Park JiMin, su entrenador. Ni si quiera él hizo ese salto han complicado— YoonGi hizo sin Combination Spin bajo cerrando el programa— al final de un programa, donde más se nota el cansancio. Aquí está un hombre que superará todas nuestras expectativas— ¡Terminó! YoonGi terminó apuntando con su brazo a la zona donde estaba su entrenador mientras que con libre protegía su corazón, era una simbología romántica—. ¡Este es Min YoonGiii!
YoonGi intentó mantener su postura. Los cabellitos de su frente apuntaban en todas las direcciones y todo su rostro estaba pintando de rojo.
¿Está llorando? Se preguntó al ver qué JiMin tenía ambas manos cubriéndolo.
¿Está enojado? Hizo otra pregunta con un poco más de desesperación que la anterior al no ver signos de ninguna expresión.
¿Cómo está?
Saludó al público mordiéndose los labios esperando una respuesta. Miró sobre su hombro y se sorprendió de observar le correr por la valla, pero lo comprendió. YoonGi también se apresuró, patinando con energía de nuevo, casi volando.
—¡JiMin! —Le llamó una vez que lo observó detenerse enfrente del kiss and cry— Lo hice genial, ¿no?
YoonGi esperó que JiMin hiciera algún ademán, con una enorme sonrisa de oreja a oreja mostrando todos sus pequeños dientes rectos.
JiMin tenía tanto tiempo sin ver esa inolvidable sonrisa de gomita, había olvidado lo mucho que le calentaba el corazón. En definitiva, esa fue la sensación final que le llevó a acusar tan impulsivamente.
Con el pequeño impulso que aún tenía, se lanzó hacia YoonGi siendo recibido de inmediato. Mientras ambos caían en cámara lenta al piso buscó sus ojos, listo para romper la línea delgada que separaba su amor en el hielo a uno muchísimo más íntimo.
Probablemente era una de las locuras más grandes que podría cometer pero sólo bastó observar la boca rosa de YoonGi para comprobar que eso pasaría tarde o temprano y ya no podía retenerlo más.
El público y el sonido del estadio de pronto se apagaron y lo único que escuchaban era su respiración violenta acompañada con el "pum, pum" de sus corazones.
Los ojos de YoonGi parecían sorprendidos por el repentino ataque y ente más acordaba la distancia entre sus rostros se abrían mucho más, qué expresión tan pura que agitó violentamente los latidos de JiMin. Dejó caer sus párpados lentamente, como una cortinilla que caía sensualmente para ocultar un océano privado.
JiMin estaba ilusionándose por lo simple de la situación y podía sentir los temblores de vergüenza del cuerpo del menor apretado entre sus brazos.
La distancia se rompió y el muro de la profesionalidad se vino abajo, junto con ese toque único, húmedo y sumamente brusco.
A pesar de que los labios de JiMin rodearon con delicadeza los de YoonGi y se movieron tranquilamente incitándole a seguirle con prisa el paso, su pupilo estaba sorprendido hasta los huesos que le fue imposible cerrar los ojos y corresponderle, por mucho que lo deseara.
La boca de JiMin estaba suavemente mojada, tenía la sensación que se rozaban con la seda, también sabía a menta, sus manos que sostenían su nunca atrayéndolo le pareció que estaban en llamas.
Todo estaba ardiendo.
Sintió después el golpe seco de ambos cayendo sobre el suelo helado de la pista, sus bocas colisionando por el aterrizaje.
Parpadeó con fuerza, repentinamente mareado tirado a la orilla del hielo con el cuerpo de JiMin entre sus piernas presionándolo con amabilidad, sus brazos sosteniendo su torso y una mano protegiendo su cabeza, de dónde le sostuvo para su pequeño saqueo y con un delicado chasquido se apartó. Sonriéndole causalmente, enseñándole de nuevo sus preciosos ojos azules que se brillaban más que nunca.
Oh.
Su entrenador le robó un beso.
En realidad, todo sucedió tan rápido y al mismo tiempo letalmente despacio.
Todavía podía sentirlo, sobre sus belfos hormigueaba el ardor del recuerdo. JiMin tenía una boca preciosa, rellena, suave y ahora podría comprar que era de la textura que aparentaba y que si aliento era tan fresco como lo recordaba de pequeños acercamientos. El aire que tomó para recomponerse del final del programa, pareció que lo se hubiese arrebatado dejándole nuevamente en busca de oxígeno.
Sentía que podría desaparecer de la conmoción justo allí, con sus luceros abiertos pestañeó varias veces y apretó los belfos en la línea llena de tensión.
JiMin se acomodó un poco, apoyándose sobre sus codos para levantarse un poco. Con la mirada más intensa que jamás le notó, percibió sus dedos acariciarle el cabello húmedo por el sudor y con una sonrisa que hablaba tanto, se atrevió a decir algo.
—Sólo se me ocurrió esto para sorprenderte más de lo que tú me sorprendiste a mí —Le dijo y su voz le sonó a YoonGi tan dulce como la miel. Cómo se esforzó en escucharlo volvió a percibir el sonido de los fanáticos enloquecidos y su cara comenzó a arder como rojo vivo.
Todavía no podía obligar a su mandíbula a cerrarse, pero esa palabra hizo que se extendiera en una sonrisa extrañísima.
—¿En serio?
JiMin le dio un par de caricias sobre el cabello y se levantó para recomponerse, sonriéndole.
En la Copa de China, HoSeok ganó su primer oro, YoonGi desbancó a Tae y ganó la plata.
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