Los días que habían pasado después de las lindas vacaciones se habían esfumado tan pronto.

Cuando Jimin volvió del viaje de dos semanas con Yoongi no fue directamente a su casa más bien la familia Min lo invitó a pasar dos semanas más en su casa de vacaciones en la isla de Jeju. Jimin amaba mucho esta pequeña isla que poseía  una historia única y que además  estaba clasificada como área de recreación nacional de Corea del Sur, le recordaba los días divertidos que solía visitar la isla con sus padres. Aún mantenía vivos aquellos lindos recuerdos que lo hacían sonreír. No sabía que la familia de Yoongi tuviera una casa en ese lugar.

Había ido a visitar las Cavernas,  cuevas y tubos de lava cuidadosamente conservados. Y sin faltar El cráter Sangumburi el cual fueron a escalar y también pasó tiempo en la playa con Yoongi,  descansando sobre arenas blancas y disfrutando las aguas turquesas, con llamativas rocas de lava negra.

     —Creo que podría comparme también una casa aquí. —Había dicho Jimin una de las bonitas y relajadas tardes cuando veian el sol ponerse en la isla desde el balcón de la habitación de Yoongi.

     —Compraremos bonito, tú y yo compraremos nuestra casa propia aquí para disfrutar juntos y con nuestros hijos.

Las mejillas de Jimin se habían encendido rápidamente como la lava de un volcán. Se había imaginado a ellos dos como familia rodeado de un par de chiquillos revoltosos. Fue una imagen bastante linda.

Yoongi comía muy concentrado
su hallabong, un tipo de mandarina que solo creía en esa isla. Era lo que según Yoongi más le gustaba del lugar. Que podía comer cuantas quisiera porque había en todas partes por donde miraras.

Después de pasar aquellos días divertidos y bastante liberadores toda la familia y Jimin volvieron a Seúl a continuar con sus vidas. Jimin había quedado muy satisfecho con el viaje, tanto que en su pecho se instaló ese deseo de un sueño viajando por el mundo. 

Yoongi se había incorporado de nuevo a sus actividades extracurriculares de la universidad que consistían en su equipo de baloncesto y Jimin solía ir a verlo entrenar y jugar. Como era el último año de Yoongi estaba entrenando a su suplente de capitán. Se llamaba Lee Jihoon, pero todos le llamaban woozi de cariño.

Así que la mayor parte de las vacaciones Jimin no estaba en casa.

Fue hasta después que supo que Park Chanyeol había iniciado los trámites de divorcio con su esposa y que ella  había abandonado la casa Park.

Jimin no se sorprendió,  sabía que eso pasaría después de todo. Por otro lado su padre estaba bastante feliz y más tranquilo y Jimin también pues no tenían que aparentar una vida que no tenían. Ahora eran solo ellos dos y así estaba más que bien y aunque su padre le había dado su apartamento Jimin no se había mudado.

Dos meses después la universidad comenzaba de nuevo para Jimin pero ahora con la tristeza de saber que Yoongi no volvería a la facultad ya que debía culminar su último año haciendo el trabajo de campo. Yoongi había aprobado su tesis y ahora debía aprobar el campo para poder graduarse y recibir su título.  Así que ese nuevo año tanto Yoongi como Namjoon y Hoseok no volvieron como estudiantes pero si debían ir una vez cada dos meses a firmar su hoja de presencia.

Mientras tanto el divorcio de los padres de Jimin cada día era más real. Hasta ya había salido un reportaje hablando sobre el dueño del periódico del país y su fracaso amoroso con su esposa, también hablaban de la madre de Jimin, decía cosas como que ella era la culpable del divorcio,  su adicción al juego y las apuestas y el abandono del hogar. Cosas que no eran mentira. 

Por ello Jimin no veía ningún programa de chismes ni espectáculos. Ya sabía de sobra todo lo que hablában de ella así que era suficiente con eso.

Aunque los días en la universidad eran un poco más aburridos por la noche todo se compensaba y hacía que cada esfuerzo de cada quién valiera la pena, porque Yoongi al salir de su práctica en la policía iba por Jimin a su casa e iban a comer o al cine o tenían citas y aveces Yoongi se quedaba en su casa o Jimin iba a la suya y pasaban juntos la noche a veces comiéndose hasta saciarse uno del otro y a veces solo conversaban y bromeaban, deleitándose con la simple compañía.

Así como ahora mismo, Yoongi amaba como Jimin se recostaba sobre su pecho y lo envolvía con sus brazos y le contaba todo lo que había hecho en la Universidad o las travesras de Taehyung o cualquier cosa. El sonido de la voz de Jimin era tan calmante y arrullador que Yoongi se relajaba totalmente sintiendo la vibración de la voz de Jimin en su pecho. 

Amaba esa parte del día.

Su mirada estaba perdida en Jimin quien le contaba con una sonrisa divertida como finalmente Taehyung había aceptado darle una oportunidades a Hobi después de mucho.

Como aquella sonrisa iluminaba el rostro de facciones hermosas de Jimin, como el cabello castaño se movía al compás del movimiento de la cabeza de Jimin. Yoongi estaba totalmente perdido en él.

     —¿Yoonie? —Preguntó mirándolo fijamente, escudriñando en el rostro de Yoongi por qué de pronto se había quedado ido. ¿Me estas presentando atención?

El nombrado asintió tranquilamente mientras se acomodaba mejor en el respaldo de su cama.

     —Si bonito lo hago. —Respondió casi convincente. Porque a decir verdad los últimos tres minutos su mente solo se había dedicado a admirar la belleza que tenía sobre su pecho.

Pero Jimin se había dado cuenta que Yoongi había perdido el  hilo de la conversación.

     —¿A si? ¿Entonces que opinas tú?

Yoongi parpadeó un par de veces y eso fue suficiente para que Jimin se echase a reír sosteniendo su estómago mientras se retorcía sobre Yoongi.

     —¿Qué es lo gracioso? —Preguntó el rubio fingiendo molestia la cual no le duró mucho porque la risa de Jimin lo terminó por contagiar.

     —No me prestabas atención mentiroso.  —Se quejó Jimin finalmente limpiando unas finisimas lágrimas que le habían salido de tanto reír. —Estabas perdido en algo. —Repuso.

Yoongi no dijo nada no podía refutar porque era verdad,  estaba perdido pero por él,  el  chico hermoso que estaba ahí a su lado. Perdidamente enamorado de él. Y Yoongi se decía a sí mismo "suertudo" porque tenía a un novio muy lindo como Jimin.

     —En ti. —Fue la respuesta simple de Yoongi. 

     —¿Cómo?

Yoongi sonrió ante el estupor de su adorable chico.

     —Te presto atención Jiminie pero tú y tu dulce belleza me hace perderme en ti por largos momentos y no es que me desagrade perderme en ti en realidad.  Me encanta escuchar tu suave voz y ver tus ojos hermosos mientras me cuentas tus cosas y podría vivir feliz con ello el resto de mi vida mi bonito.

¿Había un mejor lugar en el que Jimin deseara estar? No, no había.

Estar al lado de Yoongi recibiendo sus mimos y sus constantes halagos, su cariño su amor, su ternura y atención. Ese era el lugar adecuado para él y de ahí no quería irse jamás.

Yoongi complementaba a la perfección una parte fundamental de su vida. Ambos se complementaban muy bien.

Su leve rubor en su rostro le hizo saber a Yoongi que Jimin estaba encantado de oír sus cursilerias y eso infló su pecho de satisfacción. 

     —Eres un tonto muy lindo Yoongi,  te amo. —Fue su respuesta de todo.

No necesitaba decir nada más en realidad.

     —Yo te amo muchísimo más Jiminie eres mi vida entera.

Después de eso el cuerpo delgado de Jimin fue volteado con rapidez sobre la cama y su rostro fue cubierto de besos por todos lados mientras las risitas de Jimin sonaban por la habitación.

Aquellos besos de a poco se fueron volviendo más prolongados sobre el cuello del castaño, Yoongi comenzó a succionar dejado pequeñas marcas, orgulloso porque estaba pintando un cuadro hermoso.

La ropa de a poco fue sobrando así que Yoongi se encargó de hacerla desaparecer por algún lugar en el piso.

     —Jamás me canso de esto, de ti de tu piel mi bonito de ojos bellos. —Dijo  mientras hacía un camino de besos sobre los labios de Jimin hasta su pecho. Se detuvo sobre sus pezones donde mordió con delicadeza, automáticamente Jimin se echó para atrás al arquearse del placer, la lengua de Yoongi era húmeda, suave  y caliente.

Amaba esa sensación en su piel. 

El pene de Jimin ya se alzaba orgulloso y caliente por la excitación y él se llevó una mano para tocarse y aliviar la sensación pero esa acción fue interrumpida por Yoongi. 

     —No, bebé malo.  —Susurró.

Jimin resopló pero no volvió a tocarse, pero en su defensa las lamidas y mordidas de Yoongi en sus pezones estaban comenzando a ser un  doloroso castigo, lo necesitaba adentro ya  ahora mismo.

     —Yoongi. —Soltó la súplica removiendose.

El rubio asintió y se apresuró a buscar el lubricante el cual uso para repartir en generosas cantidades sobre su pene duro y sobre la entrada de Jimin. No le gustaba hacer esperar mucho a su chico así que de inmediato metió dos dedos dentro de Jimin el cual jadeo al sentir la deliciosa  intromisión.

     —Yoongi Yoongi por favor. —Volvió a suplicar.

     —¿Mi bonito está ansioso? —Canturreo Yoongi moviendo sin parar sus dedos dentro de Jimin. 

El castaño asintió mordiendo el cuello desnudo de Yoongi dejando también marcas de las que al día siguiente su rubio novio se sentiría orgulloso.

     —Me has hecho falta Yoonie, tanto trabajo y estudio Dios por favor tómame.

La orden no iba a hacerla esperar, sacó sus dedos y tomó su propio pene para alinearse y de apoco se fue introduciendo en Jimin, la calidez y estrechez de Jimin era tanta y tan abrumadora que Yoongi siempre se sorprendía de no correrse tan pronto cada vez que lo hacía suyo.

Ambos gimieron ronco cuando Yoongi estuvo totalmente adentro.

     —Eres tan precioso mi Jiminie y tan caliente. —Dijo mientras comenzaba a moverse.

Jimin se deshacía en gemidos debajo de él ya que cada estocada era dada en el punto justo. Era el mismo paraíso.

     —¡Dios si Yoongi m-mas!

     —Claro bebé. —Gimió Yoongi cerca de su oído.

Acomodó su cuerpo irguiendo su espalda y tomó a Jimin de las caderas para acercarlo más y aumento el ritmo a sus movimientos.  El sonido de sus gemidos se mezclaba perfecto con el chapoteo que sus cuerpos producía al chocar entre sí. Era el sonido de la pasión del amor ardiente.

     —Ah s-si ahí justo así  Yoonie...

Yoongi arremetía con fuerza en ese punto donde sabía que su chico haría erupción y después de unos momentos eso fue exactamente lo que pasó.

Jimin se dejó ir con mucha fuerza temblando en la cama mientras su semen marcaba su cuerpo y el de Yoongi y a la vez Yoongi lo llenaba a él con su propia esencia.

El rubio se dejó  caer a su lado y de inmediato fue rodeado por el tembloroso cuerpo de Jimin quien se las arreglo para calmar su respiración y besarlo tan profundo y lleno de emoción.

Dejaron sus frentes unidas sin dejar de mirarse mientras la temperatura de sus cuerpos volvía a la normalidad.

     —Extrañé esto. —Habló Yoongi entrecortado.

     —También Yo Yoonie. 

Era verdad,  ahora se veian casi solo en la noche y la mayoría de veces ambos tenían tareas o trabajo por hacer. Pero aún así disfrutaban de esos momentos ya que todos eran especiales para atesorar en el corazón.

Esos eran los momentos que más adoraba la pareja al pasar juntos los momentos en que el tiempo se detenía y solo podían disfrutarse el uno del otro era el tiempo maravilloso de los dos.