Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━━━07

Ya saben las reglas más de 20 comentarios y actu. Pero sin hacer trampa

La casa está demasiado tranquila. Leeseo terminó pasando la noche entera con los padres de Yeonjun, o como los nombra ahora, Abuelito y Abuelita.

Joy me llamó anoche y me informó de sus planes de mantener a mi hijo con Gyu y Hyein hasta reunirnos hoy para almorzar. Eso me dejo sentado en el sofá, recorriendo por los canales mientras Arthit se prepara para trabajar.

—Tú y el bombón parecían bastante cómodos en el pasto anoche. ¿No pudieron llegar a la casa?—pregunta, agitando sus cejas. Quiero arrancarle la perforación del labio.

—Hablando de anoche. ¿Por qué carajo estabas esposado... otra vez? Es la segunda vez en tres días.

—Olvidé que me habías llevado al trabajo, así que necesitaba un aventón a casa. Changbin y TaeHyun se ofrecieron, pero, ¿qué había de divertido en eso? Llamé a la policía y les dije que había un perpetuador en Construcciones Choi—sonríe—. El Oficial Buenote estaba encabronado.

Sacudo mi cabeza. Pobre Soobin. Mi hermano le va a dar una úlcera o algo.

—¿Cómo te vas a ir a la oficina hoy?

—Mi moto—dice, arrojando un juego de llaves y atrapándolas de nuevo—. No he tenido sexo, así que necesito algo emocionante entre mis piernas.

—Vete a trabajar—contesto.

—Te quiero—canta mientras va camino a la puerta. Estoy a punto de relajarme y tratar de tener un momento para mí mismo, pero alguna persona cruel tiene otras ideas.

—Kimi, he estado esperando platicar contigo toda la semana. Tienes mucho que contarme. ¿Por qué no me dijiste que eres un omega experimental? Lo habría entendido.

Yiun. Maldita. Luo.

—¿Cómo entraste aquí y a qué carajo te refieres con experimental?

—Tu "omega compañero" me dejó entrar—dice, usando esas molestas comillas en el aire.

Es oficial. Arthit tiene que morir.

—Ignóralo. Ese es mi hermano. Está recién salido de la granja para locos.

—Claro—asiente y me guiña el ojo como si estuviera involucrado en algún secreto escandaloso—. Tu hermano—la perra de verdad cree que salgo con otro omega—. Así que, escucha, Mink y yo queremos que vengas a cenar un día de estos. ¿Esta noche está bien para ti?—me guiña el ojo otra vez. ¡Diablos, no! ¿Qué clase de personas están viviendo en este vecindario?

—Lo siento. Tengo una cena con los Choi—entonces sonrío—. Pero veré si Arthit puede llegar más tarde si tú quieres. Él es un poco alocado, pero en sí es buena compañía.

Mi hermanito va a aprender de la manera difícil a no meterse conmigo. Yiun acepta hablar con Mink sobre ello mientras la acompaño a la puerta.

—De todas formas, nos encantaría que nos acompañaras algún día—dice Yiun—.  Cuando quieras—susurra. La perra incluso me acaricia las nalgas.

¡Voy a matar a Arthit!

Pero primero voy darme una ducha. Esa mierda me ha hecho sentir sucio.

Tomo mi tiempo preparándome para el día. Incluso pongo un poco de empeño en arreglar mi cabello y que mi flequillo no luzca despeinado.

Voy a reunirme con Joy en un lujoso café, así que hasta me pongo un bonito pantalón de vestir y una linda camisa. Espero que ella sepa en qué se está metiendo al llevar a Leeseo al café. Eso es simplemente pedir problemas.

Cuando llego, dejo mi camioneta con el valet y entró. Joy ya está aquí y hace que me escolten a su mesa. Lo que veo me deja sorprendido. Tengo que mirar dos veces para asegurarme de que de verdad es mi hija. Está sentada junto a Gyu, lleva un vestido y una vincha en su pelo, mientras que BeomGyu viste una camisa de botones con una corbata de clip.

—Debo decir que el té es espléndido, abuela—dice Gyu con un horrible acento inglés mientras levanta su taza de té con su meñique levantado.

—Espléndido, coincido—añade Leeseo con el mismo acento falso.

Hyein quien viste un adorable vestidito lavanda, suelta risitas mientras Joy está tratando de mantener un rostro sereno mientras conversa con los dos cabezas huecas. Cuando me ve, su sonrisa se hace más amplia.

—Kimi.

Los dos cachorros inmediatamente se ponen de pie de sus asientos como personas decentes.

—¿Qué les hiciste?—preguntó señalando a los dos alfas.

—Les dije que se comportaran como un caballero y una dama, pero ellos lo llevaron al extremo—explica.

—Hola, Kimi—sonríe Hyein.

—Hola, señorita Hyein—contesto—. ¿Te divertiste anoche?

—Sí, señor—contesta—. ¿Y tú? —pregunta inocentemente. Joy frunce el ceño.

—Yo también estoy curiosa de esa respuesta.

Siento mis traicioneras mejillas arder. -

—Uhm...

—¿Están listos para ordenar?

¡Salvado por la mesera! Los chicos continúan con su tonta charada de ingleses mientras piden sus órdenes. La mesera les sigue el juego y los trata como tales, en vez de hablarles como los lunáticos chicos que son.

—Debes contarme tu versión de la historia—dice Joy—. Yeonjun ya me contó la suya.

—¿Oh, lo hizo?—contesto, preguntándome exactamente qué le ha dicho para que me mire de esa forma—. ¿Y mencionó que me tacleó en la lluvia antes de entrar a mi casa?

Sus ojos se dilatan.

—No lo hizo—asiento. Sacude su cabeza—. Ese chico. No te preocupes, me encargaré de él por ti.

—Gracias, Joy—sonrío. Si voy a salir con el asno, será bueno tener a su madre de mi lado—. Mi hija no te dio ningún problema, ¿o sí?

—Por supuesto que no—contesta, guiñándole un ojo a Leeseo, quien sonríe contento.

—Si tú lo dices—contesto. No le creo ni por un segundo, pero pienso que es realmente adorable cómo la cubre. Sé que no es un terror, pero tampoco es una angelita.

El almuerzo transcurre tranquilamente. Joy es, sin duda, la omega más amable de la existencia. Es imposible no amarla. Estamos compartiendo el postre cuando veo que sus ojos se entrecierran. Toma su servilleta de su regazo y la deja en la mesa.

—¿Kimi, podrías disculparme un momento? Lo siento muchísimo. Regreso en un minuto.

—Seguro. Tómate tu tiempo.

No sé qué ha causado que ella de repente cambie su comportamiento, pero cuando miro a los chicos, Gyu parece molesto.

Me giro ligeramente en mi asiento para ver qué diablos está pasando. Joy está hablando con una mujer de cabello castaño que no reconozco. Ninguna de las dos luce feliz.

—¿Quién es esa?—susurra Hyein.

—Nadie—contesta Gyu.

Su tono tan tosco me sorprende, pero entonces todo coincide. La mujer con la que Joy está hablando es Hyoju, la ex-omega de Yeonjun, la madre de Hyein y Gyu, que los dejo porque era infeliz con la manera en que su vida se había transformado.

Hyein era un bebé cuando los dejó, así que ella no puede recordarla. Pero Gyu puede hacerlo.

—Estoy lleno—admito—. ¿Están listos para irse, chicos?

—¿Podemos ir a la tienda de mascotas?—pregunta Leeseo.

—Seguro, pero no me vas a enredar a nada—le advierto. Veo que sus hombros caen un poco, y suelto una risita. Sé que estaba tramando algo—. Vamos. Esperaremos a Joy afuera.

Voy a pagar, pero soy informado que todo está arreglado. Malditos Choi, todos son iguales.

Hyein y Leeseo caminan delante de mí, mientras Gyu se queda de mi lado. Pongo mi brazo alrededor de él y lo jalo más cerca. Cuando Leeseo ve eso, toma la mano de Hyein.

—Creo que hay un pez en esa fuente. ¿Podemos ir a ver?

Ella siempre odia que la gente la vea molesta, así que probablemente piensa que BeomGyu es de la misma forma. Asiento. Es una chica lista.

Me siento en una banca cerca de ahí, así puedo mantener un ojo en ellas. BeomGyu se sienta junto a mí, así que enrollo mis brazos alrededor de él.

—Los extrañé esta mañana—admito.

—¿Kimi?—dice quedito— ¿Tú no nos vas a dejar, ¿verdad?

—Mírame—espero a que levante la mirada. Sus ojos brillan con lágrimas sin derramar—. Te quiero, quiero a Hyein, y ustedes están pegados a mí de ahora en adelante, les guste o no—asiente y beso su mejilla—. Ahora, ¿me puedes hacer un favor? Creo que tu querida amiga Leeseo está tratando de atraparle un pez a Hyein. ¿Podrías decirle que, si tiene éxito, me llevaré el pez a casa y la dejaré a ella aquí?

—De acuerdo—sonríe antes de correr hacia la fuente. Lo veo diciéndole algo a Leeseo, quien se gira, sonriéndome tímidamente.

Joy viene en ese momento. Suspira y se sienta junto a mí.

—Lo siento. Supongo que te diste cuenta de quién era—asiento—. Dijo que estaba aquí por negocios. Supongo que le hice creer que Yeonjun y tu están casados.

Mis ojos se abren de golpe.

—¡Joy!

—¿Qué?—contesta sin vergüenza—. No mentí. Dije que eres mi nuevo hijo—golpea mi pierna suavemente y se pone de pie—. Tengo que estar yéndome ahora. Cuida de mis tres nietos y te veré esta noche—se da la vuelta para ir a su auto.

—¿Listos para irnos sin comprarme una mascota?—pregunta Leeseo, corriendo con Hyein y BeomGyu.

—Métete en la camioneta—despeino su cabello y la encamino a ella.

No voy a comprarle una mascota. He tenido suerte de haber mantenido a Leeseo con vida tanto tiempo. No hay manera de que me haga cargo de una mascota también. Tengo que mantener mi postura, sin importar cuántos labios saquen.


—¡AH!—de pronto soy derribado y estoy siendo lamido por una enorme bestia blanca.

—¡Oh, mira, mamá! ¡Le agradas!—dice Leeseo sonriéndome.

—Quítamelo de encima—contesto. Les cuesta a Leeseo y a BeomGyu quitarme de encima al monstruo. Ahora está lamiendo a una risueña Leeseo—. Ni siquiera lo pienses, señorita

—Pero, mamá—gimotea—. Es el elegido.

—No lo es—argumento.

El dueño de la tienda viene corriendo hacia acá.

—Lo siento tanto. Espero que no estén heridos—se gira hacia el perro—Shredder, perro malo.

Leeseo jadea y me mira con los ojos bien abiertos. ¡Demonios! Maldito villano de las tortugas ninja.

—Nos llevamos este—murmuro.

—¡Yay!

Los niños están brincando arriba y abajo mientras voy a llenar el papeleo. Shredder termina sentado junto a mí en el asiento del copiloto. BeomGyu, de alguna manera, consiguió ponerle el cinturón de seguridad.

Si no estuviera tan enojado conmigo mismo por comprar el maldito perro, lo habría encontrado más entretenido. La parte de atrás de mi camioneta está llena de comida para perro, juguetes chillones, y cosas esenciales para quienes tienen un perro.

Cuando llegamos a la casa, los chicos corren al patio trasero, llevándose a la bestia con ellos. Resoplo y jalo mi teléfono celular.

Construcciones Choi. Le atiende Yoo. ¿Cómo puedo ayudarle?

—Averigua si construyen casas para perro.

No son necesarios los saludos.

—¿Es esa tu manera de llamarme perra?

—Compré un perro, imbécil—contesto—. Podría construir la casa yo mismo, pero la última vez que construí algo, terminé con un clavo en mi muslo.

Espera. Te pondré con tu bombón.

Mierda.

—¡Arthit! No te...

Choi Yeonjun.

—... atrevas.

Mierda.

—¿Kimi?

¿Cómo diablos sabe que soy yo con una palabra?

—Necesito una casa para perro, y no quiero construirla por mi cuenta.

No sabía que tenías un perro.

—No lo tengo—contesto—. Es para cuando te quedes a pasar la noche—suelta una risita.

No tienes que pasar ningún problema por mí. Dormiré en tu cuarto

Sacudo mi cabeza y decido cambiar el tema antes de que mi mente se vaya a lugares que no necesita ir.

—Llevé a los chicos a una tienda de mascotas y regresé a casa con una bestia de perro. No hay manera de que esa cosa se quede en mi casa.

De acuerdo. Iré más tarde y le echaré un vistazo a esta bestia, para que así pueda diseñarle algo lo suficientemente grande.

—Gracias—contesto.

Ya sabes que no hay de qué. Así que... ¿qué estás vistiendo?

Asno.

—Adiós, Choi—sonrío y cuelgo.

Miro por la ventana para ver a los pequeños alfas ayudando a Hyein a subirse en Shredder. Alfas locos.

Los dejo jugar hasta que es hora de ir a casa de TaeHyun. Mientras se limpian, escribo una nota para Arthit modificando mi caligrafía y firmando con el nombre de Yiun al final.

Todo lo que mi hermano sabe, es que irá a recoger un paquete que han dejado en su casa por error.

Cuando llegamos a casa de TaeHyun, Joy nos hace señas para que nos quedemos callados y la sigamos.

Nos guía a través de la casa hacia el patio trasero. Puedo ver por la ventana que los alfas están lanzando un balón de fútbol.

—Cuando le dé la señal a Kyungsoo, Yeonjun va a inclinarse. Él te tacleó, así que es justo que le hagas lo mismo—abre y cierra las persianas tres veces. Veo a Kyungsoo decir algo que hace que los alfas se coloquen en posición. Joy abre la puerta quedito—. Ve por él.

La amo.

Yeonjun es mucho más alto que la Mamá Malvada, así que cuando me arrojo sobre él, no se siente exactamente placentero. De cualquier forma, cuando veo la expresión de asombro en su rostro, hace que valga completamente la pena.

—La revancha es una perra, Choi.

—¡Amigo!—ríe Changbin—. Fuiste tacleado por un omega.

Trato de levantarme, pero sus brazos inmediatamente se enrollan en mi cintura.

—¿A dónde crees que vas?—sonríe.

TaeHyun viene a mi rescate.

—Ahórratelo para más tarde, semental. Tenemos algunos jugadores que entrenar—me ayuda a levantarme—. No te llaman Kimi la Bestia por nada, ¿verdad?

Después de saludar a todos, me siento en un lado para verlos jugar. Yeonjun está vistiendo una camiseta sin mangas que muestra ligeramente los músculos que esconde debajo. Trato de concentrarme en algo más, pero mis malditos ojos están atorados. Está inclinado hacia abajo a lado de Leeseo mostrándole la mejor manera de sostener el balón, cuando se da cuenta de que lo estoy viendo. El bastardo me guiña el ojo.

Tengo que ir adentro. Sostener a Jungwon ayuda a mantener mi mente fuera del desagüe. Él es un adorable pequeñito. No puedo evitar recordar cuando Leeseo era así de pequeña. Estaba tan asustado de que pudiera arruinarlo de alguna manera. He hecho un buen trabajo, si puedo decirlo yo mismo.

Ya que los chicos van a estar todos sudados, YuangHe decide que es una agradable tarde como para comer afuera. Él pone al pequeño Jungwon en su cuna y trae el monitor de bebé afuera con nosotros.

No me importa comer afuera. Un Yeonjun sudado es una cosa hermosa para observar. Los niños comen rápidamente para que puedan regresar a jugar. Por suerte, ellos están absortos cuando dos nuevos invitados se presentan.

—¡Hirunkit Kimileit, te voy a matar!

¿Cómo supo dónde vive TaeHyun?

—Arthit—sonrío—. ¿Cómo llegaste hasta aquí?

Soobin camina detrás de él.

—Lo siento, Kimi, pero no quería perderme el espectáculo.

—Fui a casa de los Luo esta tarde para recoger el paquete. Me invitaron a entrar para cenar, y pensé "¿Qué diablos? Un omega tiene que comer"—¡Oh! Está encabronado—. Así que me senté en la mesa, e imagina mi sorpresa cuando Yiun empezó a masajear mis hombros y ronroneó sobre lo tenso que estoy—está a punto de perderlo—. Me extrañó un poco, así que les dije que solo necesitaba el paquete. Mink se paró, y dijo "oh, aquí tengo tu paquete", ¡Y se bajó los malditos pantalones! ¡¿Cómo pudiste engañarme para ir ahí?

—¡Fue tu culpa por decirle a Yiun que eras mi amante!—le grito de vuelta—. Ella me acarició las nalgas, Arthit. Me sentí tan barato.

Una ronda de risas desde la mesa nos hace difícil que nos quedemos enojados.

—Lo siento. No esperaba que fueras mi padrote con tus pervertidos vecinos—contesta. Soobin interviene.

—Si no fueras un dolorcito en mi culo, te habría advertido cuando te vi ir hacia allá.

Arthit se deja caer en una silla vacía.

—No puedo creer que esté sobrio por esta mierda.

—Tenemos algo de pay—dice Kyungsoo, deslizando un plato delante de él—. Soobin, toma asiento, hijo. Hay suficiente para todos.

—Esto es casi tan bueno como esos libros que hemos estado leyendo—admite Changbin.

—¿Qué libros?—pregunta SooBin. Tomo un trago de mi té.

—La serie de Madame Marie—contesta.

Pobre Soobin. Escupo todo el té dulce por toda su cara y empiezo a toser. Yeonjun me golpea suavemente en la espalda.

—Has leído esos libros, ¿verdad?—sonríe.

—¿Leerlos?—Arthit sonríe diabólicamente. Oh, Dios, por favor no—. Están viendo al omega que los escribió.

Juro que todos se congelan.

—¿Tú eres Madame Marie?—dice Yuriko, viéndome como todos los demás en la mesa.

—Así que eso es lo que haces—ríe YuangHe. Me paro.

—Arthit—su sonrisa se desvanece—. Corre.

Él es rápido, pero yo soy más rápido.

—¡Me doy! ¡Me doy!—lo tengo contra el pasto con su brazo torcido de una forma dolorosa detrás de su espalda—. Vamos, Kimi. Al menos ellos aprecian tu trabajo.

—No iría a dormir esta noche si fuera tú—le gruño cuando finalmente lo libero.

—Había olvidado lo atemorizante que puedes llegar a ser contesta, empuiándose para levantarse sobándose el brazo.

Después de soportar no sé cuántas insinuaciones sexuales de parte de todos, incluyendo los padres de Yeonjun, decido que ya he tenido suficiente.

Dejo pegado a Arthit con SooBin, ya que él lo ha traído aquí en primer lugar. Voy siguiendo a Leeseo hacia la puerta, cuando Yeonjun me intercepta y me toma la mano, enredando nuestros dedos. Lo miro y me doy cuenta de que obviamente está tratando de no reírse.

—Cállate, Choi.

Sonríe.

—No he dicho nada... Madame.

—¡Ugh! Tú, bast... —me corta presionando sus labios con los míos. Pongo mis manos en su pecho para apartarlo.

¿Quién diablos se cree que es? ¿A quién trato de engañar? Demonios, tiene buenos labios. Enrolla un brazo alrededor de mí, jalándome más cerca mientras empuja su lengua dentro de mi boca.

Suelto un gemido que probablemente me avergonzará más tarde, pero en este momento, me importa un carajo.

Cuando rompe el beso, descansa su frente contra la mía.

—Buenas noches, Kimi—me besa rápidamente una vez más antes de darse vuelta y regresar a la casa—. Te veré mañana, cachorra—desordena el cabello de Leeseo mientras camina.

Leeseo está parada ahí con su boca bien abierta.

—¿Voy a tener un papá?

—Ya te conseguí un perro. No presiones—la empujo.

Entra a la camioneta con una enorme sonrisa en el rostro.

—Deja que le cuente a Gyu.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro