Mis amigos
¿Ya he dicho que cuando conocí a Shun me di cuenta luego, luego de que íbamos a ser amigos? No sé, así me vibro. Se me hizo que era un niño muy inteligente y sensible, alguien con quién podía hablar y me iba a escuchar, alguien a quien le interesaba jugar a lo mismo que a mí (acuerdense de que lo conocí desde que entre a primero de primaria y en ese entonces me interesaba más jugar que platicar, aunque ahora ya casi no jugamos mucho).
Ya pasaron casi seis años desde que nos conocimos, el primerito día de clases, cuando se acercó muy tímidamente y me dijo:
-"¿Quieres ser mi amigo?"
Y por supuesto le conteste que si. Y que bueno que así fue, porque hemos ido descubriendo que tenemos muchas cosas en común: nos gustan las mismas canciones y los mismos guerreros y dioses, como Thanatos, Utgardar, Balder, Sygmund y Surt; también amamos a los animales (el tiene 2 conejos chiquitos y bonitos, de color blanco, y yo a mi meteoro), y nos gusta comer casi lo mismo: pizza, pasta, hamburguesa con papas, helado de triple chocolate, fresas cubiertas de chocolate... También nos encanta dibujar, hacerles ropa a nuestros monos de peluche (hasta hemos pensado que cuando seamos grandes nos convertiremos en unos super diseñadores de moda) y ver pelis de miedo.
Creo que por eso cuando mi papá Shura se fue de la casa solo tenia ganas de estar con el, de platicar. Y no a fuerzas para contarle lo que habia pasado, porque eso me daba mucha pena. Veía cómo sus papás se llevan muy bien (y se siguen llevando súper) y sentía como que tal vez había algo malo con los míos, con mi familia. Pero los papás de Shun me siguieron tratando igual que siempre. A veces, a la salida el papá le decía a mi pa' Aioria que me querían invitar a comer y a jugar un rato, que si me daba permiso. Yo lo volteaba a ver con unos ojos de si dices que no te mato, y él siempre decía que sí, porque además los conocía muy bien y le caían súper. Sobre todo Afrodita, con quien a veces se queda un rato a platicar cuando va por mí, pero también DeathMask, el otro papá, un Alpha dominante con un humor que ni les cuento, pero hasta eso, simpático, de pelo corto y medio revuelto, que se sabe divertir como si fuera un niño. Así que desde entonces, muchas tardes las paso en su casa. Y como dije: Shun y yo no tenemos que platicar de nada en especial; con estar juntos me siento muy bien, y estoy seguro que él también.
Shun es mi mejor amigo, pero no crean que él único; obvio que tengo más amigos. Por ejemplo, Hyoga. Ya les conté, ¿no?, que nos empezamos a juntar porque éramos los únicos del salón cuyo papá Gamma iba solo a juntas, firma de boletas, fiestas de cumpleaños y festivales. No es que los demás nos dijeran algo, pero sí sentíamos que de repente como que nos miraban diferente, y de manera muy natural empezamos a platicar de muchas, muchas cosas. Al principio, para nada mencionamos el rollo de nuestros papá Alphas no vivían con nosotros; eso resultaba súper obvio pero no teníamos ganas fe hablar del tema, hasta que un buen día Hyoga me dijo de repente con cara de compungido:
-"Yo ya hasta me acostumbré a que mi Papá Camus nunca venga a la escuela. Además siempre esta muy ocupado y vive retelejos."
Yo nada más lo mire y de repente nos soltamos a reír como zonzos, con unas carcajadas que hicieron que tooooooooodo el mundo volteara con cara de '¿y a éstos, que mosca les pico?, pero Hyoga y yo seguíamos doblandonos de la risa. Yo, la neta, nomás me estaba aguantando la pipí porque ya sentía que se me salía.
Una vez que nos calmamos, se me quedo viendo y me dijo:
-"¿De que te reías, wey?"
Y yo le conteste:
-"Pues de lo mismo que tu, wey: lo dijiste con una cara de sufrido que parecía que te estabas aguantando para que no se te saliera un pun".
Volvimos a reírnos un rato como loquitos y desde entonces nos volvimos súper amigos. Claro que no como con Shun, porque hay momentos en qué solo quiero platicar con él cosas de nosotros, como lo guapo que esta Shiryu o si Shaka no le llamó en la tarde y se puso medio triste, pero la verdad es que cuando nos juntamos la pasamos muy bien.
Otra razón por la que Hyoga me cae de pelos es que nunca molesta a los demás, como Cardinale y Valentine. Ese par parece que disfruta haciendo sufrir a medio mundo. Me pregunto si en su casa los trataran tan mal como para que se vengan a desquitar en el Santuario. En fin, ahora sí que cada quien sus mañas.
También tengo otro amigo que se llama Ikki... Sí, ese, él que lloro muchísimo cuando vio a Shaka abrazando a Hestia (obvio todo esto paso mucho antes de que Shaka le pidiera a Shun que fuera su novio). Ikki tiene cara de amargado pero es un chico dulce; como sabrán él y Shun son hermanos y se ve que lo adora porque se la pasa hablando de él: que cuando aprendió a gatear, cuando la vez que dijo por primera vez "papá", que cuando lloraba era tan ruidoso que no dejaba ver la tele en paz.
Ikki es de esos chicos a los que no les da pena demostrar lo que sienten, en frente de quien sea. Así como ríe a carcajadas (¡y vaya que tiene una risa escandalosisima, super contagiosa!), también se puede poner como una fiera cuando lo hacen enojar (¡salvese quien pueda!), o se vuelve un mar de lágrimas cuando alguien los lastimas (como en aquel episodio del Face de Shaka).
El caso es que es alguien honesto, o sea, bien neta, que nunca hará nada para caerle bien a alguien. Y si, ya me conocen bastante bien, me estoy acordando otra vez de Cardinale y Valentine: a veces creo que Valentine no sería tan, pero tan odioso si no fuera porque hace una bola de estupideces para caerle bien a Cardinale, como si siempre estuviera temeroso de que si no hace lo que el otro le dice fuera a perder su amistad... ¡Ufff! ¡Qué feo! Yo, la neta, creo que cuando alguien hace que te comportes como no eres en realidad, no te quiere ni tantito. Ahora sí que como dice mi abue Yato:
-"Con esos amigos, ¿para qué quieres enemigos?"
¿A poco no?
Por ejemplo, yo jamas de los jamases le diría a Shun:
-"Haz esto o lo otro porque si no ya no voy a ser tu amigo"
O
-"No le hables a esa niña porque me cae mal y si lo haces te voy a dejar de hablar"
Y estoy seguro de que Shun tampoco me lo diría a mí. Ni Hyoga. Ni Ikki.
Lo que tiene Ikki es que, aunque sea muy dulce y tierno, es súper directo, y eso a mucha gente como que no le late.
O sea, te dice las cosas como van:
-"¿Para qué te clavas con ese wey si él anda que se le cae la baba por la otra?"
¡Zas! O:
-"Neta, manito: el color amarillo no te va; pareces pollo. En cambio, el suéter azul cielo que traías el lunes te queda padrisimo".
Me cae que al principio cuesta trabajo acostumbrarse a que alguien te hable así, tan directo, sin enredos. Es muy curioso, pero como que mucha gente no se siente feliz con eso.
La verdad es que yo tarde en agarrarle el modo a Ikki; al principio porque de repente soltaba sus netotas aunque apenas nos estuviéramos conociendo.
Pensaba
"¡Chale!, ¿que onda con este niño?".
Como que no me latía. Pero poco a poco lo fui conociendo y me di cuenta de que eso era parte de su personalidad y de que no lo hacia por molestar. Y neta, prefiero mil veces que me digan las cosas directamente, en mi cara, y no que vayan a hablar a mis espaldas:
-" Mira a Seiya: parece algodón de azúcar con esa chamarra. O sea, ¿como se le ocurrio?".
Eso de los chismes, para que vean, sí que no me pasa nadita.
Tampoco me laten esos "amig@s" que te chantajean con que
"si no haces esto, es que no eres tan amig@ como dices".
¡Chale! No me importa que no estén pidiendo hacer nada malo, la neta es que se pasan. Yo si los mando volar.
Ya me paso con Aldebaran, que es un caballero dorado. Cuando lo conocí me pareció muy buena onda, súper simpático y chistosisimo, me hacia reír un montón y me empecé ajuntar con él. Shun me decía que a él como que no le latía y yo hasta llegue a creer que estaba celoso porque pensaba que ya no iba a ser mi mejor amigo (cosa que jamas de los jamases sucedería), pero después me di cuenta de que tenia razón. Cuando Shun me invitaba a comer a su casa, Aldebaran se ponía a llorar (obvio, no enfrente de Shun) y me decía que ya no lo iba a querer, que ya no me iba a juntar con él, que ya no iba a ser su amigo, que seguramente Shun se la iba a pasar toda la tarde hablando mal de él y yo al final le iba a creer. O peor aun: que me iba a pedir que ya no me juntara con él y yo iba a terminar haciéndole caso. Al principio me reía porque creía que Aldebaran estaba bromeando y le contestaba que no, que como podía pensar eso, que Shun era un niño súper tranquis y jamas iba a pedirme que no me juntara con él (o con cualquier otra persona). Él se quedaba haciendo tremendo berrinche y yo me iba a casa de Shun y le platicaba. Nomás nos atacamos de la risa porque se nos hizo súper marciano el asunto. Lo feo vino cuando Aldebaran se empezó a clavar más y más en el rollo de los chantajes, hasta que de plano un día me dijo:
-"Si te sigues juntando con Shun ya no te voy a hablar".
Yo, por supuesto, no le hice caso, y al día siguiente... Chan, chan, chan, chan: ¡que me deja de hablar! Se me hizo tan ridículo que de plano le dije:
-"¿Y tu que te traes?"
Pero en lugar de contratarme se volteo como si yo no existiera y se puso a platicar con Cardinale... (¡Uta!, ¡y luego con quien!). La neta ahi si me senti bastante mal porque me dejo con la palabra en la boca, y para acabarla, delante del más latoso del mundo mundial, peto aun así el rollo se me olvido pronto. Estaba mensillo y no me clavaba tanto con las cosas, como que no las pensaba tanto como ahora, que hasta las escribo como si estuviera hablando solito.
Más que enojarme me dio flojera. Como que dije ¡chale!, ¿para que me meto en estos líos? Mejor me sigo juntando con Shun, Ikki e Hyoga, y no me complico la existencia, y Aldebaran hasta se saco de onda porque pensó que me iba a poner súper triste, y pues no. Al final de año, cuando ya sabía que se iba a ir un tiempo a su tierra natal, Brasil, se despidió como si no hubiera pasado nada, y la neta yo le dije que ojala le fuera bien en su tierra y tan tan, este chisme se acabo.
Pero sigo creyendo que los amigos son importantes.
Más allá de solo tener alguien con quien juntarte en el recreo o en los campamentos, es la onda que existan esas personas con las que nos divertimos, que ayudamos y nos ayudan, con las que hasta podemos llorar y por supuesto hacer cosas chidas junt@s.
Aunque también hay que pelar ojo, y fijarse muy bien cómo es la gente antes de decidir hacerte amig@ de tal o cual.
Como esa historia horrible que salio hace poco en las noticias, de un joven de unos 27 años que vivía en Asgard y se llamaba Andreas, al que mataron sus "amigos". Al principio mi papá no quería que me enterara; decía que era una cosa terrible y muy triste, pero todo el mundo empezó a platicar del tema. Hasta Frodi nos lo platico cuando estaba de visita en el Santuario, lo platico cuando sacaron el tema de la violencia y de lo mal que esta mucha gente en este mundo.
Así que cuando le platique que lo habíamos comentado en clase, mi pá Aioria ya no tuvo más remedio que contarme lo que sabía, porque eso sí, lo bombardeé con un chorro de preguntas. Lo que más me intrigaba era eso de que se decían sus amigos y terminaron haciéndole cosas muy feas a Andreas, hasta que lo mataron, y todo porque estaban jugando que dizque jugando al secuestro. Mi papá me contó que, según lo que leyó en los periódicos y en internet, esos jóvenes eran una especie de banda que ya había asaltado varias veces a los vecinos y había hecho cosas nada chidas, y se decían mejores amigos. Iban a todos lados juntos y se creían invencibles. Algo así como los Avengers pero para hacerle daño a la gente, no para salvarla. Los más grandes eran los lideres y siempre convencían a los demás para que hicieran lo mismo que ellos. Como Cardinale con Valentine pero con asuntos mucho más gachos: imaginense dos jóvenes de 30 (ya ni tan jóvenes), dos chicas de 26 y otro de 22 que usaban cuchillos y navajas para asustar a la gente y quitarle sus cosas.
También supe de un par de chicos de 14 y 16 que mataron a una chica muy amiga de mi papá Aioria, se llamaba Lyfia y un chico que se llamaba Mirapolos. Fue una cosa parecida a lo de Andreas, aunque no ha salido tanta información de este caso.
Mi pá Aioria me explico que cuando las personas andan en grupos suelen seguir a un líder y hacen todo lo que les manda porque creen que así estarán menos solas, que son parte de algo más grande, y eso les hace sentir bien, como si fueran importantes.
Pero lo que yo no me explico es cómo alguien puede decir que es tu amigo y obligarte a hacerles cosas tan malas a los demás, o peor aun, hacerte cosas tan horribles.
¿Qué no se supone que los amigos son para escucharse, comprenderse, compartir momentos especiales, ayudarse, confiar uno en el otro y sobre todo pasárselo súper? Eso le pregunte a mi pá, que solo soltó un suspiro enorme (¡ahhhhhhh!), y me dijo:
-"Ya lo entenderás cuando seas grande".
¡Uta! ¡Con lo que me choca esa fracesita! ¿Para que demonios quiero entenderlo cuando sea grande? ¡Quiero entenderlo ahora! Son de esas frases que los adultos nomás repiten como loros y me ponen los pelos de punta, pero, bueno, que se le va a hacer.
A fin de cuentas, tengo a mis amigos y ellos me hacen feliz. Y yo sé que yo los hago felices también. Y nunca le hacemos mal a nadie. #Esoesloqueimporta, ¿qué no?
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