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Nudo?

El cuarto estaba atestado de feromonas de alfa y envolvían a la omega revolviendo todo su interior. Sentada delante de Falcon solo podía apretar sus piernas conteniendo las palpitaciones que se formaban en su abdomen y amenazaban con ser más intensas entre sus muslos. Sintió la respiración del alfa contra su cuello al él inclinarse y su mano en la cintura desnuda. La única barrera que le quedaba para estar totalmente desprotegida era la ropa interior que sabía no duraría mucho tiempo.

En un intento de ver si podía todavía salvarse se giró sobre la cama e intentó huir pero la mano de Falcon se enrolló en su tobillo y tiró de ella hacia atrás dejándola acostada en la cama.

-Suéltame- se inclinó levemente enfrentándolo cuando vio sus ojos y se estremeció, temblando. Estaban vacíos, ausentes de todo.

Silver tragó en seco sin poder moverse. La cama se hundió cuando el peso de él se unió al de ella girándola. Con sus manos le abrió los muslos y se puso entre ellos inclinándose buscando sus labios. Ella se sentía como una simple muñeca de trapo, tenía miedo, estaba temblando y aun así el roce de él no le molestaba. La lengua del alfa se hizo presente rápidamente dentro de ella demandando su autoridad dentro de la boca de ella. Lamió, succionó, mordió sus labios hasta dejarlos hinchados y a ella pidiendo aire.

Oyó el sonido de la ropa desgarrarse y se dio cuenta que su sujetador estaba ahora debajo de ella totalmente deformado. Sus pezones se alzaban rosados y erectos y fueron atrapados en la boca de Falcon. Uno de los colmillos de él lo mordió hasta que salió una gota de sangre y la lamió satisfecho realizando el mismo proceso con el otro. Silver gritó y movió sus piernas intentando quitárselo de encima, podía decir que era placentero quitando el dolor que le provocaba, pero el peso en su cadera no cedía y se desplazaba lentamente hacia abajo.

-Falcon, por favor- lo llamó nuevamente, sus ojos comenzaban a nublarse a causa de las lágrimas.

Las feromonas de él la estaban mareando y la excitaban, pero sentía que el alfa estaba fuera de control, con solo llamarlo y que él no reaccionara hacía que se tensara. No quería que eso fuera así, no era diferente cuando su expareja lo hacía con ella cuando no quería. Ahogó un sollozo cuando oyó esta vez romperse la braga.

Falcon se enterró en el interior de ella lamiendo los labios húmedos y el clítoris hinchado. Lo mordió recibiendo un espasmo en respuesta. Introdujo tres dedos que entraron con facilidad y los movió con fuerza. El cuerpo de la omega se contrajo subiendo las piernas e intentando cerrar los muslos. El alfa jadeaba y el sudor se volvía perlas en su espalda.
Bajó su pantalón junto con la ropa interior hasta la mitad del muslo y alzándole la cadera a ella puso la cabeza de su miembro en la punta de su entrada. EL cuerpo entero de Silver se tensó y enterró las uñas en sus antebrazos, pero eso no impidió que siguiera haciéndose camino hasta que la omega pudo sentir los músculos de la pelvis contra sus nalgas.

Silver aspiró aire intentando respirar, era grande, mucho más que el de su antiguo novio, demasiado para ella, todos sus músculos vaginales estaban estirados al punto de doler y ser incómodo, además estaba muy profundo y palpitaba. Intentó alejarse para separarse un poco, era una sensación abrumadora tener todo aquello adentro, pero lo que logró sacar estuvo de nuevo en su interior con un movimiento de la cadera del alfa, haciéndole gritar. Mordió su labio inferior en respuesta, agitada. Su columna estaba arqueada y por más que quisiera adaptarse le era imposible.

Tampoco tuvo mucho tiempo para pensar, su mente se volvió difusa cuando Falcon la agarró de la cintura y comenzó a moverse con movimientos contantes y fuertes que le hacían gritar. Los dedos se clavaban en sus caderas, después en sus nalgas. Los labios de él asaltaron nuevamente sus pezones y ella solo podía dejar que el tomara control de todo.

Al cabo de algunos minutos la presión en su interior no era tan fuerte y estaba tan húmeda que la fricción no era perceptible. Ella misma se sorprendió con sus gemidos sintiéndose excitada y con ganas de más. Falcon se había posicionado sobre ella besándola y levantó las piernas apretando la cintura masculina.

Falcon aumentó el movimiento tocando cada zona dentro de su interior. Silver se estremeció, estaba cerca de tener un orgasmo. Frunció los labios y su abdomen se tensó. Gritó cuando este la azotó temblando completamente. Segundos después sintió algo caliente en su interior y oyendo un gruñido del alfa contra su oído. Las respiraciones de ambos eran agitadas y Silver se sentía cansada y complacido pero algo comenzó a crecer en su interior y la hizo gritar de dolor.

Puso las manos en el pecho de Falcon para quitarlo pero el movimiento de las caderas de él solo causó que le doliera más. Solo cuando paró de crecer y sentirse totalmente estirada recordó que era. El nudo, la protuberancia que se hinchaba después de los alfas llegar al orgasmo y que garantizaba la reproducción.

Silver gimió. No quería estar embarazada pero no podía quitárselo de arriba, eso solo la desgarraría. Absorta, viendo el punto de unión entre ellos sintió la lengua de Falcon hurgando en el costado de su cuello y ella se lo cubrió asustada. El alfa gruñó y sacó sus dientes. Ella se estremeció, él quería marcarla y ella se estaba negando. La cadera de él hizo un movimiento brusco hacia su interior y ella gritó sintiendo como el nudo se removía en su interior desgarrando levemente en algún lado.

-No lo hagas- sollozó con los dientes apretados.

Se suponía que la unión entre alfa y omega debía ser algo romántico, no la situación macabra en la que estaba. Tener un alfa en ese estado era algo que la aterraba, nunca se esperó ver a Falcon en ese estado. El nudo comenzó a ceder levemente y sin todavía salir él la agarró del brazo y la giró acostándola en la cama y levantándole la cadera aun pegada a él. Su lengua lamió la línea de la columna hasta su nuca una y otra vez.

Silver llevó sus manos allí para cubrírselas pero estas fueron puestas delante de ellas sujetadas por la de Falcon. El nudo ya había desaparecido bastantes centímetros cuando el volvió a moverse dentro de ella golpeando una y otra vez. A la omega solo le quedó gemir contra la tela debajo de ella. Una y otra vez, el movimiento era constante pero cada vez más fuerte. Otra vez sintió los chorros calientes en su interior y el nudo formarse nuevamente.

Esta vez no pudo evitarlo. El aliento caliente de él llegó a su nuca y enterró sus dientes. La omega gimió lastimeramente mientras todo su cuerpo se tensaba ante la creación del lazo. Falcon levantó la cabeza después de lamer la marca de dientes en la piel blanquecina y sonrió absorto en su placer.

Tal vez fue por la unión, por el lazo entre ellos, pero el cuerpo de Silver se hizo gelatina. Perdió la cuenta de cuantas veces Falcon se vino dentro de ella y de sus propios orgasmos. Le dolía todo, tenía marcas oscuras y mordidas en cualquier lado de su piel. Su interior estaba tan dilatado y lleno de semen que apenas lo sentía. Miraba la hora y ya no sabía cuánto faltaba. El celo de un alfa duraba 24 horas y ella no sabía si era capaz de resistir todo ese tiempo.

Cerraba sus ojos en los intervalos en que estaba el nudo buscando descansar, pero en cuanto cedía su cuerpo volvía a calentarse y Falcon volvía a empezar a penetrarla. Podía decir que había perdido el conocimiento al menos dos veces pero no debió ser por mucho tiempo.
Solo cuando Falcon gruñó una última vez en su oído y se derramó en su interior, ella supo que la tortura había terminado. Ya no podía sentir el nudo, estaba entumecida totalmente, no tenía voz, su garganta y ojos dolían. Falcon cayó a su lado jadeando minutos después. Ella no pudo mantener los ojos abiertos. Los cerró y se sumió en la inconciencia.

Falcon estaba agotado, era como si le hubiera pasado una rastra por encima. EL sonido de su celular era taladrante y gruñó. Cruzó el brazo por encima de los ojos apartando la luz del sol que entraba por la ventana y se incorporó sacudiendo la cabeza para encontrarse desnudo. Tragó duramente y se estremeció. Vacilando miró hacia el lado y la imagen que vio le hizo perder el color del rostro.

¿Qué demonios había hecho?

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