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Desaparecida?

Lo encontró. Después de casi una hora buscando aquel bolsillo oculto en la maleta de Nolan ya lo tenía con ella. El sobre con los papeles que supuestamente podrían destruir a Zacarias. Ahora se ponía en marcha la segunda parte del plan y la más complicada. Se levantó sacudiendo el vestido blanco de flores rojas que Nolan le había obligado a usar ese día y ni siquiera se inmutó en guardar la ropa, no haría falta.

Convencida de lo que haría dio media vuelta y salió del cuarto. No tenía dudas. Zacarias siempre había sido muy bueno con ella. Desde la primera vez que se habían encontrado. Ahora era hora que ella hiciera algo por él.

Nolan estaba hablando con un empresario repasando el borde de su copa de vino. La amplia sonrisa de victoria se reflejaba en sus labios. No solo tenía a su lado a su pareja destinada sino que eliminaría de su camino a ese alfa que no solo le había puesto un dedo encima. Destruiría por una vez por todas al tipo que se había llevado el reconocimiento por sus avances en las investigaciones sobre el modo de regular el celo de los omegas. Ese era un campo en la que su empresa había invertido en otro centro. Pero el muy maldito había sido más rápido encontrando el resultado y presentado antes que ellos sus resultados por lo que toda la fama y dinero fueron para él.

Su padre lo había reprendido bien fuerte por desechar el dinero de la familia tan fácilmente. Desde ese día había decidido que lo eliminaría de su camino. Aunque nunca se imaginó que buscándolo a él encontraría a su omega. La que muy puta se acostaba con su enemigo. Solo de pensarlo casi le hace romper la copa.

Erika, una vez en su casa, aprendería que de él no se debía escapar.

Un grito agudo le hizo volver a la realidad.

-¿Qué demonios está pasando?- el hombre frente a él le preguntó a uno de los camareros.

-Mi señor, al parecer alguien cayó por la borda-

El rostro del hombro se contorsionó mientras Nolan no le prestó atención. No era como que le importara. Llevó la copa a sus labios.

-Dicen que fue una señorita, llevaba un vestido blanco de flores-

Nolan escupió el vino en su boca y se quedó mirando el mesero.

-¿Qué dijiste?-

El hombre volvió a repetir lo que había dicho para ver al alfa levantarse y salir corriendo hacia donde se aglomeraban varias personas. El rostro de pánico de algunos no le instó nada bueno. Llegó a la baranda y miró hacia abajo. El sol se había guardado hacía mucho por lo que solo había oscuridad alrededor. Solo algunas luces dispersas en el agua de los buzos que ya estaban en la labor de rescate.

Apretó con fuerza el barandal y sus feromonas comenzaron a salir alejando a los que estaban alrededor. La muy desgraciada se había atrevido, se había lanzado.

-ERIKA- gritó pero su voz solo fue un eco.

Cuando amaneció el mismo capitán se acercó a él. Nolan se había mantenido toda la noche, sentado en una de las tumbonas dejando que los encargados del rescate hicieran su trabajo. Maldecía una y mil veces a la omega. Que ella fuera su pareja destinada y que volviera a irse de su lado eso significaba que volvería a tener la misma ansiedad e inestabilidad nerviosa que antes.

No podía permitirse eso. Otro espectáculo como ese y su padre lo mataría. Ya bastante había avergonzado a su familia. El alfa dentro de él se volvía como loco, esperaba que una vez que pudiera desahogarse con su pareja todo volvería a ser normal y él sería el alfa que siempre fue, digno y altanero.

Pero la muy perra siempre le rompía todos los planes.

TODO.

Dos horas más tarde el mismo capitán del crucero se acercó a él. Su rostro estaba sombrío.

-Señor- Nolan se levantó al ser nombrado- Temo decirle que tenemos malas noticias para usted. No hemos podido encontrarla-

Los ojos de Nolan se abrieron y lo agarraron por el cuello de la elegante chaqueta.

-¿Cómo que no la encontraron? Ese es su trabajo-

El capitán negó con la cabeza.

-Alguien la vio parándose en la barandilla y saltar por sus propios medios. Ella deseaba suicidarse- su voz era extrañamente tranquila y eso exorbitó al alfa

-¿POR QUÉ ELLA QUERRÍA MATARSE? SOY SU MALDITA PAREJA DESTINADA-

El capitán respiró  y haciendo un poco de fuerza en las manos que lo sostenían se liberó.

-Nosotros seguiremos buscando, no nos rendiremos, nuestra compañía le pagará una indemnización por los daños ocurridos, pero si ella deseaba desaparecer, no es algo que nosotros podamos impedir- se giró dándole la espalda- Al menos que el mar sea tu tumba no es una muerte tan trágica, no lo cree- y se alejó.

Así, simplemente le habían dicho que ya, Erika se había suicidado. Como si eso fuera lo más normal del mundo. Quiso gritar de frustración. Eso no podía estar pasando. Caminó rápido hacia la habitación solo para encontrarse su maleta abierta y toda su ropa regada por doquier.

-Acaso…-

Se lanzó de rodillas y rebuscó en la maleta.

-No está- buscó otra vez- NO ESTÁ. ERIKA MIERDA, QUÉ DEMONIOS HICISTE- su gruñido estremeció las paredes.

No solo ella se había escapado de sus manos. Las pruebas para destruir a Zacarias se habían ido con ella. Y así todos los planes que tenía entre manos se desmoronaron. Gritar de frustración no alivió todo lo que sentía su cuerpo.

1 mes después.

El celular de Falcon sonaba una y otra vez. El alfa extendió la mano mirando la pantalla con los otros entrecerrados. Eran apenas las 4 de la mañana y hacia poco se había ido a dormir.

-Dime Leo- respondió con voz grave y baja para no despertar a la omega desnuda a su lado y que dormía exhausta. Esa noche él se había esmerado.

-Señor tengo algo importante que decirle-

-Espero que sea BIEN importante para despertarme a esta hora-

Unos segundos de silencio.

-Es sobre la señorita Erika. El amigo de Zacarias Sander averiguó donde está-

Falcon desenroscó el brazo de la omega que cruzaba su pecho y se sentó en la cama.

-Era de imaginar que lo sabría. La mafia se mueva más que el mismo gobierno. Y bien, donde esta-

Esta vez no fueron segundos los que se demoró en responder, fueron minutos. Falcon pensó que la llamada se había caído.

-Leo-

-Muerta-

-Disculpa- Falcon habló en voz alta para percatarse que lo había hecho. Silver se removió a su lado pero no se despertó- Repite eso-

-Señor Falcon, la información que llego, fue que después desembarcar el crucero donde ella viajaba con su alfa, alguien se había suicidado lanzándose por la borde en plena madrugada. Pese a los esfuerzos no fue encontrada, ni siquiera su cuerpo-

La respiración de Falcon se atascó en su garganta. No era que tuviera mucho contacto con la omega, pero de alguna forma u otra se relacionaba. Era la amiga de su compañera y la persona de la que estaba enamorado su mejor amigo. Esa no sería una noticia fácil de dar.

-Gracias Leo por todo- su voz era extraña- Descansa-

-Una última cosa-

-Dime- el alfa se echó el cabello hacia atrás. Su cabeza comenzaba a doler.

-Sander manda a decir que es lo que hace con Nolan. Ya lo tiene en la mira-

-Llama a Zacarias. Estoy seguro que no solo será Nolan su rabia. Está en otro país pero estoy seguro de que perderá el control completamente. No le digas donde está Sander o es capaz de volar hasta ahí y echar por la borda todo el esfuerzo de su vida-

-Estaría justificado si lo hiciera-

-Pero no puedo permitir que se hunda más de lo que va a estar después de que le des la noticia. No puedo cuidar de su corazón, pero al menos si de su cuerpo y reputación-

Colgó el celular y su cabeza pesó tanto que la dejo caer hacia adelante. Miró de reojo el cuerpo de Silver a su lado. Se rompía el cerebro para buscar las palabras necesarias para decirle que su amiga estaba…

Pero sería difícil, muy difícil.

Y así amaneció. Sin poder volver a pegar los ojos. Tomaba un café muy fuerte en la cocina. Sus pantalones colgaban en su cadera y sus músculos mostraban todo lo tenso que estaba. Su rostro mostraba ojeras y el ceño fruncido. Sabía que su omega estaría deprimida el resto del día por lo que canceló todo lo que tenía pendiente y se quedaría a su lado, ella lo necesitaría.

Un beso en el medio de la columna lo hizo sufrir un escalofrío. Los brazos de Silver se enrollaron alrededor de su estrecha cintura.

-Buenos días- ella restregó la cabeza contra la espalda de él. Su voz sonaba soñolienta- te despertaste más temprano de lo normal y tus feromonas hueles un poco amargas ¿qué ocurre?

Con los medicamentos la condición física de ella estaba mejorando día con día. Falcon se alegraría en otro momento, más no ahora.

-Preciosa, tengo algo importante que decirte- se giró y tomando sus manos las besó- Necesito que me escuches calmada, no es algo fácil de asimilar-

Le contó.

Y la reacción de ella fue la esperada.

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