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Acaso?

Era una mesa un poco extraña a la hora del almuerzo en el restaurante al aire libre, no por la naturaleza de las cuatro personas sentadas en ellas sino por sus rostros. Uno con rostro avergonzado, otro con rostro complacido, una pensativa y la otra feliz. Sus emociones ponían incluso nervioso al beta que les servía el almuerzo.

-¿Cómo pasaron su primera noche?- soltó Zacarias sin ningún tacto tensando los hombros de la pareja delante de él.

-Zacarias- Erika le murmuró con los ojos abiertos.

-¿Qué chiquita? Si la pasaron como nosotros no deberían tener esos rostros horribles- le sonrió para dejarle un beso sobre la sien.

Apenas si habían terminado cuando amanecía y dormido hasta la hora del almuerzo. Todos los comentarios que le habían hecho eran verdad. Con un lazo de por medio, aún si este era temporal el sexo era mucho más intenso y los orgasmos más prolongados. Cada vez que llegaba a la culminación quería más, mucho más dejando a la omega debajo de él casi sin aliento y con una sonrisa saciada. Que alfa no se iba a sentir bien cuando su pareja llegaba a ese punto. Al menos un amante como él sí.

-Ese no es asunto tuyo- le espetó Falcon recargando la cabeza sobre su palma y llevándose un trozo de carne a la boca. No estaba del mejor humor esa mañana, era extraño- Solo pasaron cosas-

-Hmm- Zacaría en cambio sí tenía un excelente humor esa mañana.

Los dos delante de él no habían tenido sexo u olería las feromonas de Falcon sobre la omega como mismo ahora Erika olía completamente a él, desde dentro hacia fuera y mira que lo hacía estar orgulloso.

-En cambio tú si estás muy contento hoy, más de lo normal- Falcon lo acusó.

-A diferencia de ti, me gusta que mis noches sean más movidas que el día cariño- mostró una hilera de dientes blancos.

Silver suspiró ante la escena.

-Erika, me acompañas al baño, estoy un poco agotada de testosterona masculina y palabras que solo metan el sexo de por medio-

La omega con una sonrisa asintió y se levantó con ella. Ni siquiera le dijeron a los alfas que se irían y ellos se percataron cuando ellas iban por su camino. Una vez delante del espejo y lavándose las manos Silver no pudo evitar preguntar.

-No quiero ser entrometida, pero las cosas entre ustedes mejoraron sustancialmente en unas horas-

Erika se sonrojó tanto que tuvo que cubrir su rostro con las manos.

-No te reirás ¿verdad?- vio a la otra omega negar y se giró corriendo a un lado la coleta desordenado que apenas acomodaba su rebelde cabello.

Silver se acercó con los ojos abiertos de la impresión y tocó la marca de mordida en su nuca. Un gemido salió de Erika ante el roce sobre la sensible piel.

-El maldito te marcó- no pudo evitar decir de la impresión y después quiso tragarse sus palabras. Era mejor no echar sal a la herida. Solo se preguntaba hasta cuando el imbécil de Zacarias jugaría con ella. Una marca temporal ¿tenía idea de lo que significaba? Si algún alfa se interesaba en la chica huiría pues la posesividad y la profundidad de los dientes marcados era grande. Nadie querría problema con alguien así.

-No sé por qué lo hizo- la voz de Erika era suave y se acarició su propia nuca- pero anoche é fue lindo. El sexo también fue diferente-

Silver resopló.

-Esta bien- le acarició la cabeza- Si tú lo dices de esa forma no tengo nada que opinar, yo todavía estoy enfrascada con mi alfa que ayer se masturbó con mi olor cuando me quedé casi dormida en sus brazos-
-¿En serio?- esta vez Erika era la impresionada.

-Pues sí. Fue bastante…placentero encontrarlo en esa situación. Que digo, era realmente caliente- se mordió la uña- por un momento creía que podía hacerlo, desnudarlo completo de dejar que me tomara allí mismo, pero estaba tan agotada que apenas si tenía fuerza para moverme-

-¿Por qué no intentas lo que te dije?- Erika le sugirió- Puedes probar esta noche si tanto quieres hacer un cambio, créeme los alfas son muy sexuales, a la menor insinuación te devorará-

-No puedo creer que esté en el baño de un hotel hablando de sexo contigo, nunca fui muy abierta en cuanto ese tema-

-Pues ya somos dos-

Al volver encontraron que esos dos alfas las esperaban sentados en sus sillas pero su lenguaje corporal indicaba que se levantarían en cualquier momento.

-¿Por qué se tardaron tanto?- Falcon le preguntó a Silver con calma al ellas sentarse.

-No recuerdo que no podamos demorarnos en hacer algo- ella alzó una ceja- Cariño, he sido una mujer independiente por bastante tiempo ¿tienes intenciones de cambiar eso?- ella le sonrió irónica. El alfa se cayó, en cambio Zacarias se carcajeó.

-Tu omega te tiene dominado amigo mío-

-Cállate Zacarias- resopló Falcon, definitivamente no era su mañana.

La pareja se separó después de la cena. Aunque habían ido juntos al viaje necesitaban su espacio, unos para que solidifican su relación y los otros para que arreglaran de una buena vez. Erika estaba en silencio sobre la espalda del alfa, tomaba la piña colada que le había comprado y se había quedado pensativa.

-Zacarías, el olor de Silver era más fuerte esta mañana ¿te diste cuenta?-

El alfa tiró un poco de la omega hacia arriba para acomodarla dejando que ella extendiera de su propia bebida para que é tomara un trago.

-Sí, era bastante fuerte, y se nota que no sabe controlarlo, es bueno que esté marcada porque si no tendría varios alfas dándole vueltas-

-¿Por eso también me marcaste?- ella rodeó el cuello del hombre recostándose completamente a él, caminaban hacia la piscina buscando una zona que no estuviera tan concurrida.

-¿Qué te hace pensar eso?- el parecía divertido.

-Solo lo dije por decir-

-No pienses mucho en eso chiquita y disfruta de las vacaciones que del resto me encargo yo-

Zacarias siempre era así, nuca decía más de lo que le daba la gana por eso era tan impredecible. Bajó a la omega y la dejó sobre una de las tumbonas, junto al bolso con sus cosas, besando una de sus rodillas.

-Vendré en un momento- se separó de ella a comprar otras bebidas y ella aprovechó para sacar las toallas y la gafas cuando alguien se metió en la sombra de ellos.

-Hola cariño, estás sola-

Erika se tensó y alzó la cabeza encontrándose con un rostro totalmente desconocido. Pensó que era Zacarias en un primer momento por las feromonas de alfas pero no. Llevó sus manos al pecho con disimulo pues se había puesto uno de los bikinis que Silver le había hecho comprar y que aunque llevara una bata trasparente encima dejaba a la vista bastante piel.

-Espero a mi alfa- soltó ella bajando la cabeza, la presencia de ese hombre era intimidante, como todos los alfas que siempre se acercaban a ella.

-Vamos, no tienes que mentir, no estás marcada hueles como que te revolcaste con uno de nosotros así que no debe haber problema si lo haces con otro verdad, después de todo los omegas le abren las piernas a cualquier alfa que tengan delante-

-Sino quieres perder tu cara será mejor que te desaparezcas de aquí- el hombre se petrificó ante las densas y agresivas feromonas que le golpearon la espalda- Esa omega solo me abre las piernas a mí, y no te interesa sino está marcada o no, es mía, así que piérdete- le gruñó tan fuerte que el alfa tragó en seco y con sudor en su sien se alejó.

Las personas a su alrededor solo lo evitaron con la mirada y algunos buscaron alejarse. Zacarias chasqueó la lengua acercándose a la tumbona donde estaba Erika y se sentó junto detrás de ella.

-Malditos todos estos imbéciles- maldijo por lo bajo.

Erika se quedó tranquila. Eran contadas las veces que veía al alfa tan molesto como ahora y aunque había retraído sus feromonas para no alertarla había rociado un poco sobre ella para dejarle claro a los que los rodeaban que no se acercaran.

Es mía. La frese resonaba todavía en su cabeza y sonrió.

Él le ofreció otra nueva bebida y se acomodó en la tumbona dejándola a ella entre sus piernas y jalándola para que recostara su espalda sobre su pecho. Había fieras por todos lados así que era mejor tenerla junto a él. Se acomodó las gafas de sol y por fin se pudo relajar.

Falcon llevó a Silver por el borde de la playa. Sus pies descalzos se hundían en la arena fina mientras el agua acariciaba sus plantas. La brisa era suave y aunque había el calor de la tarde era denso sus ropas delgadas les permitían estar frescos.

-No me había relajado así desde hace años- soltó Falcon, sus dedos estaban entrelazados con los de su pareja- Es realmente duro ahora que lo pienso-

-Deberías descansar un poco más, siempre tienes la palabra trabajo danzando en tu mente-

-¿Preocupada cariño?- este le sonrió besándole la mejilla.

-¿Yo? Para nada alfa, solo que si me arrastras cada vez que tengas una locura me tendré que preocupar- ella hizo una fingida mueca.

Falcon se carcajeó y se puso delante de ella cargándola sobre si, las piernas de la omega rodearon su cintura para no caerse a pesar que las manos en sus muslos la mantenían bien sujetas. El alfa la abrazó y dejó besos sobre su cuello.

-Todavía me parece un sueño que estés aquí conmigo.  Nunca busqué encontrar a mi pareja destinada, solo me conformaba con lo que era mejor para mi familia, pero ahora me doy cuenta de lo equivocado que estaba- mordió ligeramente la pie- Es una sensación tan deliciosa que no la cambiaría por nada-

Silver acarició el cabello de su cabeza que danzaba con el aire y lo alzó acunando sus mejillas para besarlo.

-Digamos que es recíproco- le comentó contra sus labios y las palabras lo descolocaron tanto que el alfa se tambaleó y la arena bajo sus pies se hundió.

Un grito vino después al él perder el equilibro y caer de nalgas sobre el agua y mojándolos a los dos. Ambos se miraron y Silver no pudo evitar soltar un bufido y comenzar a carcajearse a todo pulmón.

-No vayas a decir una sola palabra de esto- Falcon refunfuñó para después acompañarla entre risas.

La abrazó con una mano atrayéndola por la cintura mientras recargaba el cuerpo con el otro brazo. La playa estaba casi desierta así que no le importaba lo que ocurriera. Buscó los labios de la mujer y los besó con ansias, mordiéndolos, disfrutándolos, saciándose de ellos, hasta dejarlos a ambos sin aliento.

-Silver, hueles rico- restregó la nariz a lo largo de su cuello bajando por la barbilla- Más intenso que antes, demonios esto no es bueno- gimió cerrando los ojos.

Ella pareció desconcertada. Se había levantado normal esa mañana notando que había un calor incómodo en su estómago pero se lo atribuyó a las medicinas. Algo más no le entraba en la mente.

-Si pudiera tocarte aquí mismo lo hiciera- murmuró él dejando un trillo de besos hasta el nacimiento de su seno, allí el olor era más fuerte.

Silver se estremeció ante el simple roce, sus mejillas se enrojecieron y sacudió sus caderas sobre las de él. EL calor de su vientre era un poco más intenso que antes y se extendía ante las nuevas caricias. Sin evitarlo soltó un gemido tras un fuerte pálpito de su corazón. Falcon se detuvo y alzó la cabeza con duda en sus ojos.

-¿Silver, solo por casualidad, estás entrando en celo?

Ella no le supo responder

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