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Cap 88: El regreso y la normalidad

Volviendo en el bosque con José María y los demás, estos había vuelto a donde estaban la familia indígena. Esta familia le ofreció ropa como las que usan ellos para vestirse: un hipil blanco para hombre. Una vez vestidos, estos ya decidieron irse a la Ciudad de México... En eso, sin importar mucho, Oceotl había decidido guiarlos, ya que conocía muy bien el bosque de camino a casa, a parte de que estuvo dispuesto en protegerlos. Siendo así, con el niño en brazos, los guío hasta llegar a la salida y caminaron como una fila de hormigas.

Finalmente, tras un rato de andar, llegaron a su destino, por lo que Oceotl suelta al niño y se despide de ellos.

Oceotl: Fue un placer conocerlos, espero verlos otra vez algún día (^^).

José: Gracias.

Sam: Bye, gato.

Una vez llegando a la ciudad, estos fueron rumbo al hospital a través de un taxi. Por una parte, Cristóbal estaba se encontraba en cama viendo su celular, a lo que su padre se quedó en un profundo alivio...

Cristóbal: Llegaron...

Chris: Milagro sobreviviste...

José: Jejeje

Sam: ... -c va-

Juan: Jejeje dijeron que hoy se lo pueden llevar, solo que tiene que estar en reposo una semana.

José: Jejeje bien...

Justo al día siguiente, le dieron de alta a Cristóbal en el Hospital, mientras que Chris y José María se estaban alistando para irse de vuelta a Chile. El Juan había llegado al hotel de ellos, quien estaba dispuesto a llevarlos al hospital para recoger al Cristóbal. Una vez listos, estos fueron fueron bajando hasta llegar a la entrada del hotel junto con el empaque y con la ayuda de Juan quien vestía una camiseta amarilla y un pantalón de mezclilla.

Subieron las cosas a la camioneta del perrito Juan, suben las maletas y luego se fueron subiendo, encima de que el sol pegaba fuerte...

Siendo así, el perrito Juan prende la camioneta y se fueron directo al hospital, en donde a Cristóbal se le han puesto en silla de ruedas y siendo llevado por Simi castaño.

Cristóbal: Me gustó estar aquí.

Simi 2: Qué bueno...

Finalmente, Chris y los demás llegaron al hospital, justo cuando el doctor Simi salió con el Cristóbal. Es entonces que pusieron al operado dentro de la parte de atrás (no en los asientos de detrás), en dónde le acomodaron una colcha para que estuviera ahí como un príncipe, lo meten y le cierran la puerta. Después de eso, Juan prendió camino al aeropuerto y llega ahí luego de 7 minutos.

Juan: Fue un placer volverlos a ver y ayudarles. Espero volvernos a ver algún otro día.

Chris: Sí, muchas gracias.

José: Gracias por todo.

Sam: Bye...

Cristóbal: Gracias, señor.

Se fueron despidiendo del perrito Juan, quien se había ido después de aquella despedida, y entonces pasaron a realizar su vuelo para Chile. Pagaron el viaje y esperaron el avión por un rato. Al llegar el avión, se pararon de los asientos del aeropuerto y se van hacia su destino, fueron los primeros en subir. Al subir, se sentaron en los asientos del medio: José María y el chico a la izquierda, y Cristóbal y el feo se sentaron a la derecha....

Se fueron despidiendo del perrito Juan, quien se había ido después de aquella despedida, y entonces pasaron a realizar su vuelo para Chile. Pagaron el viaje y esperaron el avión por un rato. Al llegar el avión, se pararon de los asientos del aeropuerto y se van hacia su destino, fueron los primeros en subir. Al subir, se sentaron en los asientos del medio: José María y el chico a la izquierda, y Cristóbal y el feo se sentaron a la derecha....

Finalmente, estos fueron llegando a Chile, siendo ahí mediodía y fueron yéndose rumbo a su casa: la cabaña en el bosque. Cuando llegaron a casa, pusieron a Cristóbal en la cama y lo dejaron dormir un rato, y lo mismo hicieron José María y su papá, mientras que el chico estaba sentado en el sofá pensando sobre lo que se acaba de ganar de premio divino de parte de una de las deidades más importantes del México prehispánico.

Pasó el tiempo, y José María se había levantado de la cama, por dónde estaba Cristóbal, primero, quien luego se presentó en la cocina buscando qué comer y vio, en el refrigerador, un pastel de chocolate, a lo que lo toma y se sirve un trozo. Al ver que lo había sacado, el chico se hizo presente a su lado...

José: -Lo mira- Emmm... ¿Quieres?

Sam: Simón, porfa...

José: Jeje bueno -sirve un trozo de pastel en la mesa y se lo da-. No hagas desorden.

El chico se va a sentar a la mesa y se comienza a comer el pastel, luego el Lobito "lindo" se sentó en el comedor a comerse el pastel. Posteriormente, el papá del mapuche de Cristóbal se había despertado, sentándose en el sofá a un lado del chico. Después de haberse comido el pastel, José María va hacia donde estaba Cristóbal el cual estaba despierto en la cama.

José: Buenos días. ¿Cómo dormiste hoy?

Cristóbal: Bien. Tengo hambre.

José: Luego tendrás el desayuno; te la haré yo jiji.

Cristóbal: Oh, bien.

José: La haré de una vez jiji -mueve la colita feliz-.

José María le coloca un beso en la boca al mapuche, es decir, Cristóbal, y se va a la cocina y se pone a hacerle el desayuno a su amor. En unos minutos más, este termina de hacerlo, y entonces se va al cuarto de Cristóbal: le hizo huevo con chorizo y pan con huevo :v.

José: Ya; lo hice para ti.

Cristóbal: Gracias.

José: -le da en la boquita- Di "A"...

Cristóbal: AAAAA -abriendo la boca-.

José: -le mete la cuchara en la boca-

Después de que terminara de desayunar, José María pone el plato en el lava trastes. Pasó un rato y aún siguieron en casa, después de comer se lavaron los dientes; se dispusieron a hacer lo que quisieran...

Cristóbal: Oye y... ¿No gustas salir a un lado? Quisiera salir contigo.

José: Ahorita no se puede. Recuerda que estás en enfermo y el doctor dijo que te quedaras en cama hasta que hayas aliviado. Cuando te recuperes podemos salir a un lado ¿vale?

Cristóbal: Vale. Ah, me acordé de la boda.

José: Ya falta poco, no te apures.

Cristóbal: Cuando nos casemos aquí, vayamonos a vivir a Suiza.

José: Uy, si no sabemos los idiomas de allí...

Cristóbal: Mmm... Bueno.

José: Mmm... Bueno, hay que irnos mejor a México.

Cristóbal: Bueno ¿y a qué parte de México?

José: A una ciudad que se llama Mazatlán. De lo que he visto, es una ciudad muy bonita y tiene playa y todo.

Sam: Nah, qué flojera Mazatlán.

José: ¿No te gustaría ir, niño?

Sam: No lo sé...

José: O mejor vámonos para Oaxaca otra vez.

Sam: Tan feos que están ahí. Mejor vámonos para la península de Yucatán.

José: ¿Dónde está eso?

Sam: En lo que es la punta de la "cola" de México, o el sureste del país.

José: Bueno...

Sam: Nomás no te vaya asustar la X'tabay jajaja.

José: ¿La quién?

Sam: La mujer que dice el golpeador de tu ex que se llama "Sayona" o algo así.

José: a. Pues espero que no me salga...

Pasó mucho tiempo y el día de la boda a un mes adelante, pues llegó septiembre; y Cristóbal ya se había recuperado. Al recuperarse, volvieron a las misma vida de siempre: trabajo, escuela, y mucho que uno hace en la vida cotidiana. Siguieron viviendo en Iquique, bajo aquella casa que les hacía sentir bien pobres. Llega el viernes, y llegó también la hora de ir a la escuela.

En ese día, Chris había acabado de alistar a su hijo para que fuera a la escuela, mientras que José María se fue directo para la Coppel. José María se fue primero...

Chris: Bueno, hijo, me voy a trabajar.

Cristóbal: Ok.

Chris: Te encargo que le des de comer al niño después de que lleguen de la escuela. Nos vemos en la noche.

Sam: (Asco, mejor no...)

Cristóbal: Bye.

Chris: -c va-

Después de un minuto, estuvieron listos para ir a la escuela, caminaron los dos juntos para ir a esa escuela esa chilena que se dice es pacífica. Cristóbal iba por detrás, mientras que el chico le arrebaza primero estando por delante, cuando en eso llegaron tarde y los demás ya entraron: por lo que Cristóbal comenzó a correr.

Llega el mediodía en Chile y los dos ya habían salido estando algo felices, o bueno: Cristóbal era el que estaba feliz, y el chico iba bien serio.

Cristóbal: Bueno, te pondrás a hacer la tarea mientras yo hago la comida.

Sam: Bueno... -pone las cosas en la mesa-

Cristóbal iba a hacer algo de comer, fue a checar si tenía aceite y vio que no había...

Cristóbal: Ay, no, a papá ya se le acabó el aceite. Bueno, tendré que ir a la tienda. -abre la puerta- Ahorita vengo, no le abras a nadie.

Sam: Ok, mapuche.

Cristóbal: Haces la tarea... Ah, y sin faltas de ortografía -c va cerrando la puerta-.

Sam: Ok, indio. Ay, estos furros -pone las cosas y se va la cocina-.

Cristóbal fue a la tienda de nombre "Coca-Cola", en donde estaba un oso de nombre "San Blas Pascal", y ahí se puso a pedir lo que necesitaba.

Cristóbal: Buenas, San Blas.

San: Buenas... ¿Qué vas a querer?

Cristóbal: Una botella de aceite.

San: -le da una botella de aceite- ¿Algo más?

Cristóbal: Amm… sí, un kilo de arroz, por favor.

El oso se agacha para buscar presuntamente un kilo de arroz, mientras que Cristóbal miraba unos carritos que por ahí estaban y decidió tomar uno para ver nomás. En ese mismo momento, el hombre lo mira y lo toma del brazo derecho, tachandolo de ladrón.

San: ¡Ya te ví, perro del diablo...! ¡Ladrón...!

Cristóbal: No, yo no me estoy robando. Se lo juro -decía un poco asustado-.

Jairo: Holis... -lo abraza de un lado-

Cristóbal: ¿Q-quién eres?

Jairo: Mi nombre es Jairo Inu, y mi amigo se llama Alex Ballesteros. Como verás, estamos aburridos y queremos divertirnos un rato. Es un gusto ser tu amigo.

Cristóbal: Bueno...

Alex: Jejeje

Jairo lo lleva para su casa, en donde ahí era una casa como las que tienen la gente en "Mujer, casos de la vida real" (cuando son pobres y casi ni tienen para comer). Estando ahí, ambos le dieron comodidad en la casa, platicaron muy bien y todo, cuando llega el atardecer.

Pasó el tiempo y la noche había llegado el papá de Cristóbal y José María habían llegado algo cansados, encontrando solamente al niño quien estaba viendo su celular.

Chris: ¿Y Cristóbal?

Sam: Pues dijo que fue a la tienda a comprar aceite.

José: Aún no ha llegado, qué raro. ¿Teníais mucho tiempo que salieron, no?

Sam: Sí.

José: Pero mira nada más, ni quisiera hicisteis la tarea.

Sam: Pues... Pikachu :v.

José: ¿Y no has comido...?

Sam: No.

José: ¿Qué horas son?

Chris: Las 9:26.

En ese instante, finalmente, Cristóbal había llegado a casa y con el mismo suéter de siempre, junto con un ligero moretón en la mejilla izquierda.

Chris: Hijo ¿pero qué te pasó?

Cristóbal: Emm... Nada.

Chris: Contéstame ¿qué te pasó?

Cristóbal: Nada; es que me peleé con unos amigos y me hecharon a la bronca.

Chris: -lo jala de los brazos y se los aprieta del coraje- Ven acá. ¿Cuántas veces te hemos dicho que no te metas en problemas?

Cristóbal: Muchas.

Chris: "Muchas...", MUCHAS. ¿No ves los problemas que tengo y te andas comprando problemas ajenos?

Cristóbal: ....

Chris: Dejas al pibe solo y sin comer ¿en qué estabas pensando? Pero ahora te me vas a dormir y sin cenar, órale.

Cristóbal: Sí, papá.

Chris: "Sí, papá..."

Cristóbal se va a dormir y sin cenar, mientras que su papá se puso a acomodar todo, pata después hacer de cenar para los tres (él, José y el niño). Una vez terminado de cenar, Cristóbal ya se había dormido y todos se fueron a dormir. José María se acostó donde siempre, junto con el chico.

Al día siguiente, había empezado otro día de clases y de trabajo, todo mundo se estaba alistando...

Chris: Cristóbal... Cristóbal, apúrate porque van a llegar tarde a la escuela.

Cristóbal: Ya voy...

José: Me voy yendo... Nos vemos en la noche -se va de la casa-.

El José María Cuesta Domínguez estaba caminando por la calle, con dirección a la Coppel, mientras que tanto Cristóbal como el chico estaban en la escuela. Pasa el tiempo y llegó el mediodía, en donde al Sr. Jose Ma. se le previlegio el momento en el podía salir temprano, siendo las 12:00 del mediodía. Al escuchar eso, el señorito se puso feliz, así que salió de ahí y se puso a caminar por la calle. Mientras caminaba, se encontró con una tienda de regalos y pensó en darle un regalo por primera vez: ya que nunca le había regalado ni madres. Precisamente, esa tienda estaba dentro de un centro comercial...

Entró a la tienda y se dispuso a elegir qué le iba a regalar. Le buscó y le encontró un llavero de rana, cosa que le decidió regalar, además de que estaba barato y no acostumbraba a gastar mucho...

Lo compra y para cuándo llegó, ellos ya habían salido de la escuela: Cristóbal estaba en su cama viendo Discord, mientras que el chico estaba sentado en la sala jugando a la Granny otra vez.

José: He llegado...

Sam: Hola, pro-muerte.

José: ¿Te han dejado tarea?

Sam: No.

José: Bueno... ¿Y Cristóbal?

Sam: El feo está en el cuarto.

José: Vale.

Sam: En fin, tengo hambre.

José: Iré pidiendo pizza.

Sam: Ok :)

José María fue para el cuarto donde dormían encontrando a este en su celular. José se le fue acercando y Cristóbal lo mira.

José: Eh, mira lo que te traje -le enseña el llavero-.

Cristóbal: Ehh… ¿es para mí? 👉👈

José: Sí, te he comprado esto. Pues pensé en darte mi primer regalo...

Cristóbal: Oh, gracias.

José: ¿Cómo te fue en la escuela?

Cristóbal: Bien...

José: ¿Te han dejado tarea?

Cristóbal: Sí, y es mucha.

José: Oh, pues yo te ayudo con eso.

Cristóbal: Ok.

José: ¿No quieres comer pizza?

Cristóbal: ¡Sí!

José: Vale jejeje.

Cristóbal: Oye y... ¿Qué te parece si follamos hoy? 😳👉👈

José: Jeje después de que se nos baje el comer....

Cristóbal: Vale.

José: La iré pidiendo.

Cristóbal: Ok.

José María fue pidiendo la pizza, dejando solo a su novio para irse a pedir la pizza mientras que el chico estaba en el internet haciendo debate por internet, con tal de tener algo que hacer ahí.


Un minuto después, José María terminó de pedir la pizza y luego se fue a su cuarto a jugar Fornite un rato, mientras que esperaba la pizza. Pasó el tiempo y la pizza finalmente había llegado, el sonido de la moto del repartidor estuvo como una carta de presentación; llaman a la puerta, y José María fue a recibir. José María lo abre y la recibe, cierra la puerta y pone la caja sobre la mesa de madera.

José: A lavarse las manos.

Sam: Ok, hada.

Haciendo un pequeño salto, terminaron de comer y cada quien hizo de lo suyo... En ese instante, tocaron a la puerta otra vez, a lo que José María fue a abrir. Al abrir, sus ojos fueron al Spikky: aquella versión inglesa de José María, quien vestía una camiseta gris y unos jeans del mismo color.

Spikky: Hello.

José: Kaixo.

Spikky: Bueno, si os preguntáis, pues he venido a visitaros, ya que el lunes volveré a trabajar jeje.

José: Emmm... Bueno.

Spikky: No te preocupes, no vine a dormir con vosotros.

José: Vale.

Spikky: ¿Cómo habéis estado?

José: Pues bien, aquí con la escuela en donde trabajas. ¿Y tú qué tal?

Spikky: Pues bien...

Pasó el tiempo y terminaron de comer pizza, al señor británico se le ocurrió salir a pasear y el chico decidió acompañarlo. Entonces, pues, el chico y el británico se fueron a pasear por la ciudad chilena, lo que les dio la oportunidad de estar solos entre ellos. Aprovechando la soledad, el feo y el lobito lindo la fueron a pasar juntos estando en casa, comenzando primero con ver una película.

Cristóbal: ¿Qué tal si vemos una película, amor?

José: Me parece bien. ¿Cómo cuál?

Cristóbal: Mmm.... Veamos la de los Panavengers.

José: ¿Cuál es esa?

Cristóbal: Tengo la cajita -se lo muestra-.

José: Ya... Jajaja se ve cómica.

Se pusieron a ver la película de los Panavengers, la cual duro hasta que fuera muy tarde; sin embargo, aún así, aprovecharon para hacer el amor juntos. Siendo así, se fueron a la cama y José quiso ser el primero en hacérsela. Lo primero que hizo el señor José es chuparle el pene de 17 cm, intentando sentir su “lechita”. Chupó y chupó, hasta que el feo decidiera soltar s3men y así fue....

Hicieron mucho sexo hasta que fueran las 12 y aún el papá no había llegado, ni el británico con el niño... Por lo que estuvieron en la cama unos cinco minutos abrazados entre sí...

Cristóbal: Te amo...

José: Y yo... -le da un besito en la frente-

Hasta aquí el capítulo. Nos vemos.

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