Cap 69: La separación y el rescate
José María y Cristóbal había decidido irse del parque, caminando por las calles de San Sebastián tranquilamente; y estaban tan tranquilos, hasta que vinieron los padres del chico supuestamente por él, los cuales resultaron ser del tipo "Matilde".
José: ¿Eh? Si son los padres del chico. Por fin... Espera, esos tíos tienen pinta de perros -le mira una pistola al papá-. Uy, creo que mejor será mío, sin importar nada.
Sam: Yo estoy más a gusto con este Lobito (.3.).
Padre: Ahora sí venimos por el escuincle.
José: Amm... No, este niño ahora se queda conmigo. Vosotros nunca vinisteis por él, y veo lo que está pasando entre él y vosotros...
Madre: Tú eres más que un saco de pulgas -saca la chancla como arma-.
José: Sí, lo soy, pero al menos sí saqué adelante a este crío y mejor que ustedes. En fin, buen intento, pero el chico se queda conmigo.
Sam: Yo me quedo con el lobo.
José María intentó huir de aquellos humanos, se los intentó quitar jalandoselo pero el padre le forcejeaba hasta que le dan otro sacón de aire al Lobito Lindo, y eso que el padre tenía mucha fuerza. No obstante, José no se quedó atrás, despertándose su instinto salvaje de lobo, debido al enojo. Con sus filosos colmillos, le muerde un brazo, hasta que, sin querer queriendo, se los encaja. Pero la madre, con el poder de la chancla, golpea al Lobito Lindo en la cabeza dejándolo inconsciente. Ah, pero el duende les cayó peor, puesto a que este se los friega y los logra a estos perros tirarlos al océano.
Cuando José María despertó, ya estaba en su cama acostado, se levanta y se dirige a la sala. Estando ahí, José María logra ver al chico en su casa, lo que le dio mucha alegría y entonces lo abraza fuerte y le da un besito.
José: ¡Samuel, estás aquí! ¡Creí que te iría a perder para siempre! -lo abraza y le da besitos-
Sam: Pues no, papá. :)
José: Je papá :)
Cristóbal: El Carlitos lo hizo por ti.
José: Gracias, Miniño Carlitos.
En fin, de ahí estuvieron muy alegres, estando en paz, aunque no por mucho, ya que los padres volvieron a buscar al Lobito Lindo para quitarle al hijo, el cual ocupaban en un asunto. Siendo así, estos perros se la pasaron rastreando.
José: Tú estás a salvo conmigo, nadie te irá a hacer daño :) -decía mientras lo tenía en brazos sentado en la sala de su casa-. Puede que sea un coñazo a veces, pero no seré malo con este niño, aunque otras veces se le tenga que reprender :)
Sam: Te quiero, papi uwu
José: También :3
Cristóbal: Veo que te encariñaste con el niño.
José: Sí, pero tú también alguien especial -besa al Lobito feo en una mejilla-.
Pero algo estaría por venir; hagamos un salto con que José María estaba paseando esta vez a solas con su hijo adoptivo, estando muy contento después del susto que tuvo.
José: ¿Quieres comer algo, hijo?
Sam: Mmm... Sí.
José: ¿Qué quieres comer?
Sam: No lo sé, dímelo tú.
José: Mmm... Vayamos a comer pescado ¿te parece?
Sam: Bien...
José: Jejeje
Estaban muy alegres, sin ningún problema, caminando por las calles de Donostia. Estaban completamente a gusto, lo que le dio un giro inesperado, convirtiendo esa felicidad en drama; ya que, en ese momento, vinieron los padres del chico con unos policías, acusando al Lobito Lindo de robo de menores.
Policía: ¿Ese es vuestro hijo?
Madre: Ese es, nos robó a nuestro hijo.
José: ¿Qué? ¿Pero qué cojones?
Policía: Lo tendrá que explicar al juez -lo toma del brazo izquierdo-.
José: ...
Justo en ese momento, el lobito lindo es llevado al juzgado o la corte, en donde se dio un debate para explicar las cosas. Los primeros en hablar, fueron los padres del chico, quienes dijera falsamente que el lobito lindo los había asaltado y que se robó al hijo estando en un parque.
Madre: Estábamos en el parque tranquilamente, disfrutando del día, siendo el viernes del año pasado, y nos vino este pulgoso a quitarnos al niño. Los buscamos por todas partes y nada. Quiero que lo infunda en la cárcel.
José: -furia activada mostrando los dientes- Uyy... Eso es una mentira. Menudo cuento barato sacáis; de lo que recuerdo, estaba paseando por el puerto hasta venís vosotros a dármelo, diciendo que iríais a salir de vacaciones y me lo dejaron sin conoceros. Vosotros jamás volvisteis por él hasta este año.
Padre: ¡No seas mentiroso! ¡Este pendejo miente!
José: ¡Qué parque ni que nada! A estar por el puerto es que habéis estado. Pero ahora es mío, ya que sí lo cuide y nunca lo abandoné. De lo que también sé, es que se la pasa mal con vosotros, llegaba a la escuela ¿cómo así? Ahora resulta que por fin, después de un año, ya os pasó pasó por la cabeza venir por el niño.
Juez: Mmm... Explicarme bien cómo fue que el lobo os robó el crío.
Padre: Ammm... Para ser exactos, estábamos donde está un palacio por donde estaba un palacio con jardín, vino este lobo nos lo robó.
José: Ni tenéis pruebas... ¡Qué mentirosos! Me acuerdo muy bien de cuando pasé a cuidar de él.
Madre: Encima nos está acusando pandilleros.
José: Porque os ví con una pistola para quitarme al hijo, que ni debería estar bajo vuestro cuidado, porque sois malos.
En fin, la tal corte o juzgado había durado otra media hora hasta que ser mediodía, los que salieron ganando fueron los padres: los cuales tuvieron el derecho de llevarse al niño, cosa que entristeció al Lobito; eso no lo podía permitir, ya que sabía que eran malos padres. Siendo sincero, este solo se llevó una multa de 500,000 euros por la farsa que le habían implicado.
José: Menuda multa... No puedo creer que me hagan eso esos par de tíos demonios.
Juez: El chico irán con sus verdaderos padres.
José: ¿Qué? Noo, me lo quitéis... Ellos son malos padres, están armados y hasta podría atraer pruebas. Tengo un papel que lo dice todo, me lo dejaron con todo y cosas.
Juez: ¿Tiene el papel?
José: Emm... No, no lo traje.
Juez: Señor, así no tiene nada para verificar vuestra verdad.
José: ¿Para qué? ¿Para que le den un mal ejemplo? No, no voy a permitir que esté con ellos. Yo sí lo cuide, me he partido en culo para sacarlo adelante, lo llevé a la escuela, lo eduqué como debería de ser. Hice ese sacrificio que nunca le dieron ellos.
Juez: He dicho ¡caso cerrado! -golpe del martillo- Que el chico vaya con sus padres.
José: No, no me hagáis esto. ¡No me hagáis esto! El chico corre peligro con ellos. ¡Maldita corrupción!
Sam: Yo me quiero ir con el lobito.
Juez: Tú te vas con tus padres; en cambio el lobo se queda distanciado de ellos.
José: Pinchi gobierno puto...
Aquel Lobito se puso muy triste; de hecho, le dolió la idea de estar separado del chico, ya que llevaban mucho tiempo juntos. Le dolió tanto estuvo en la depre y encima tenía que pagar la deuda. Siendo así, estuvo en el sofá chillando con el consuelo de Cristóbal y Alicia.
José: ¡No puedo creer que me hagan esto a mí! No puedo creer que dejaron al niño libre, sabiendo que él está con ellos, irá a sufrir y no quiero eso (QnQ).
Alicia: Tranquilo, Lobito, ya pensaremos en algo -le acariciaba la cabeza-.
Cristóbal: Tenemos que recuperarlo entonces. Amor, ya no llores.
José: Tengo que hacer algo, no lo puedo permitir.
Alicia: Si quieres, te ayudamos.
José: ¿Lo haríais por mí?
Alicia: Claro.
Cristóbal: Sí, pues eres nuestro amigo y debemos de apoyarte.
José: Os agradezco, de verdad (QuQ).
Cristóbal: Ya no llores -le da un besito en la frente-.
José: No, ya no (:'3).
Entonces pusieron manos a la obra, ya que se les iría el tiempo, y cooperaron junto con Shade, el británico, Andrés, Dilan, Juan, Ōkami, Hachiko, Luis (Fudanshi107) y otros personajes ya mencionados durante esta historia. ¿Se acuerdan?
José: ¡De acuerdo, a rescatar al chico! -maulla-.
Cristóbal: Sí -también maulla-.
Juntos fueron a buscar a los padres, y los hayaron justo cuando se encontraron caminando por el puerto. Al miralos, los siguen hasta ver que se subieron a la camioneta. Pero no todos lo hicieron, por lo tanto, como pudieron siguieron la camioneta.
La camioneta llegó hasta el aeropuerto, y entonces cada quien decidió ir a casa a empacar rápido. Con este plan, José María y Cristóbal se ponen a empacar, así como los demás también. Terminado de empacar, van al aeropuerto, pero primero el lobito lindo pensó el lugar en donde se supone donde estarían ellos: La ciudad de Culiacán, Sinaloa, México. Entonces pagaron el viaje para ir allá, cada quien puso de su parte para ir juntos como un equipo.
No hay mucho que ver, siendo una ciudad más o menos moderna...
Lo malo era que eran muchas, ni supieron por cual camino tomar, a no ser que miraron a su izquierda por una colonia y a lo lejos vieron al chico para tan serio como un gato. Al verlo, José María se alegró tanto que corriendo hacia a abrazarlo como el lobito lindo que es, lo abraza fuertemente y le daba de besito.
José: Hijo, estás aquí. Creí que nunca te volvería a verte -le daba besitos-. No te preocupes, pronto volverás conmigo.
Alicia: Le hemos encontrado :)
Cristóbal: Sí, por fin...
Sam: Papi :D -abraza al Lobito Lindo-
José: Sí, ya estoy aquí :') -lo seguía abrazando-.
Teniendo por fin al chico, José María lo carga y se lo lleva, con tal de proteger al niño de sus verdaderos padres. Y en eso, el padre los había pillado, por lo que va tras ellos. Corrieron y corrieron hasta llegar a la escuela ya mencionada, en donde el padre logra alcanzarlo y lo golpea en la cabeza con un bate... Cuando sintió el golpe, el lobito se tira al suelo y se pone en la misma pose como cuando la abuelita de él le había pegado, retorciéndose del dolor; sin embargo, se pone en pie como pudo y tuvo el valor de confrontarlo y se despierta en él su instinto de lobo salvaje.
Padre: ¡¿Otra vez tú maldito pulgoso?!
José: Sí, yo otra vez...
Padre: Parece que no lo entiendes.
José: Porque el chico podría correr peligro con "ustedes", y no voy a permitir eso. ¿Quieres pelea? Está bien, te lo has buscado... -empieza a correr hacia el padre- ¡AAAAAHHHH! >:0
Padre: -saca su pistola- Bueno...
José: ... No me importa con tal de defender al niño -corre hacia él como un lobo salvaje-.
El lobito lindo, con la velocidad de un lobo, va hacia el agresor y se le encima mordiéndole el cuello con aquellos colmillos, siendo un lobo agresivo; teniendo la misma agresividad de un lobo común. Al sentir eso, el padre grita tanto y tanto fue su enojo que le golpea en el estómago al Lobito Lindo, pero el lobito valiente resiste el golpe aunque tenía ganas de vomitar. Como aún resistió, el agresor, con la fuerza que tenía, lo toma del cuello dándole vueltas. Con esas vueltas, lo avienta hasta quedar en un monte dentro de dicha escuela.
No obstante, después de pensarla mucho, tanto el británico que vestía una camisa verde con un pantalón de mezclilla como el Andrés que iba con una camisa blanca de uniforme de hilo, se dispusieron a atacar también en defensa como todo lobo. El Andrés le muerde el pene y el Spikky le muerde el costado izquierdo del estómago, a lo que el padre sintió mucho dolor, más en la zona por donde Andrés le mordía. Por lo tanto, Izumi abraza cargando al chico.
En fin, el verdadero padre del chico intentó safarse de ambos lobos, se giraba bruscamente hasta pegar con una pared de la escuela, pero Spikky también pone resistencia, así que lo intenta otra vez más y cae rendido el británico. Ahora solo quedaba el José catalán, a quien toma del cuello y también le propina un golpe en la entrepierna, cosa que ni le dolió tanto: fue como si tuviera la vejiga muy llena.
Ōkami: Bien, es mi turno.
El turno de Ōkami, el amigo yōkai de Josema, había llegado, decidiendo enfrentarlo también a golpes, aunque también llevaba su katana por si acaso. Ōkami le hace frente y va hacia el villano, dándole patadas "karatecas" debido a la influencia japonesa desde el periodo Heian. Así se pasó unos minutos: el Ōkami con kárate y el padre con boxeo.
José María se levanta del suelo con mucha tierra por doquier, estando con una zona raspada por donde está debajo de una cuenca de un ojo, cuya boca, al abrirla, se veía sangre y se dirigía hacia donde estaban ellos y Alicia estaba mirando. Al llegar a la reja, al Lobito Lindo se le acaban las fuerzas más con un dolor debido a un golpe en el estómago.
José: Ya no puedo más... -decía mientras se sentía como si tuviera muchísimo sueño y se recarga en una pared-
Alicia: No, sí puedes. No se te olvide que tienes a un hijo que proteger. Ánimo, guapo, tu hijo te necesita.
José: Me duele todo...
Cristóbal: Amor, por favor, no te rindas. No olvides a quien te separó de ti, ni tampoco que tú eres valiente sin importar nada.
José: Mmm... Sí, tienes razón... Pero no puedo ahora porque no me siento con fuerzas...
Cristóbal: Ánimo, ánimo, ánimo...
José: Vale, está bien.
El lobito lindo otra vez se arma de valor, se levanta con valentía, se sube a la reja y, viendo que lo tenía en el blanco, salta con tal de ponerse encima del agresor, pero falla porque el hombre se quita. Entonces, en vez de caer sobre el sujeto, se da un chingazo en el piso que era de semento y tenía cositas rasposas. En fin, el lobito valiente no se rindió más fácil, diciéndose que ya no más iría a estar derrumbado...
Se levanta de nuevo y va hacia el hombre, quien toma nuevamente su pistola. Sabiendo que tenía la pistola, se la intentó quitar, estando con una lucha como si tuvieran un palo... De tanto esfuerzo, sin querer, uno de ellos presiona el gatillo de la pistola... ¡Ppas!, aquel sonido sonó, todo quedó en un silencio; todo mundo quedó callado... Lobo y hombre humano se quedaron mirándose a los ojos, a uno de ellos le tocó la bala...
Hasta aquí el capítulo furros lindos... Nos vemos.
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